HAY PARTIDO...

  

  Es evidente que algo está pasando. Durante muchas ediciones no somos pocos los que sostenemos que existe alrededor del universo Gran Hermano una serie de normas no escritas que frecuentan el ambiente, no es ninguna ciencia cierta ni atisbos de azar lo que año tras año nos hace intuir por donde irán acabando los tiros, son esos momentos en que tras vernos sorprendidos con algunas decisiones se nos pone en marcha automáticamente ese motor de reserva que ocultamos a sabiendas de que podría pasar.

   No pretendo asustar a nadie ni bajarme de cierta lógica, no hay más allá de lo que simplemente vemos que no es poco, no son unos genios de la lámpara ni unos magos que nos sorprenden con cada movimiento, es la conjunción de esos tres grandes hermanos que a veces, solo a veces, se funden entre sí mostrándonos un horizonte mucho más nítido de lo que aparentemente intuimos. Muy por encima de los porcentajes, de los votos, de los debates teledirigidos o de las mismas intenciones del programa habita en nuestro subconsciente esa creencia de que la propia esencia se pudiese transformar en algún momento en justicia. Hay partido.

   Y lo hay porque alguno de esos tres poderes tiene mucha más fuerza de lo que en realidad nos quieren hacer ver y creer. Hace poco tenía la absoluta seguridad de que ese ente invisible haría lo previsto y el jueves se marcharía Marina de la casa. Ya sé que a veces me lio y tal vez la solución sería mucho más sencilla como tan solo creer que los votos deciden y son incuestionables. Pero algo me dice que no es así, sin embargo sigo creyendo en esas normas de justicia y me reservo muy adentro esa otra posibilidad lógica de que quien de verdad abandonará la casa será Amanda. ¿A cambio de qué?. Lo más fácil sería lo previsible y lo esperado por todos. Pero se hace estrictamente necesario que este partido continúe, que el órdago se manifieste y que todos nos atengamos a nuestras propias consecuencias. La vida es así, no la ha inventado Zeppelin.

   La noche nos invitó a seguir mirando hacia otros lados y tras esa dura sesión de aguante teniendo que soportar casi una media del programa con las carpetas de Suso y Raquel, y de Han y Aritz, nos entretuvieron con la salvación de Vera como el menos votado, solo era un aviso, la cara de Amanda y las tonterias de un Suso más perdido que nunca nos las mostraron con cuentagotas pero nos las mostraron, Raquel sigue siendo como ese bufón útil para todos y sobre ella debemos seguir mandando nuestro foco, qué ilusos somos a veces. Pero bueno, como escaparate de distracción no está nada mal, nos da vida y nos entretetiene. No se ha podido encontrar mejor diana que se postule de una manera voluntaria tan de forma permanente. Sus mentiras son tan simples y tan evidentes que hasta nos pone, nos chiflan, son facilonas y casi todas nos las sabemos, nos sirve para lo nuestro, es como si nos hubiésemos presentado a ese exámen final y al leer las preguntas en el folio todos hubiésemos sonreído al mismo tiempo y suspirado... lo vamos a aprobar. Raquel es así de simple.

   Lo de Aritz y Han se ha convertido ya en un clásico, son de esas escenas que casi consideramos como nuestras, son tan familiares que casi ni le prestamos atención. Es curioso sin embargo ver focalizar ultimamente todo el argumento sobre las espaldas de Aritz, está claro que la cadena aún no le ha perdonado sus desplantes, pero ojo, puede pasar que ocurra como con Amanda y que el universo GH se rebele, no hay mejor malo que aquel que nos quieren meter por los ojos ni peor bueno que lo mismo. Ya nos está sucediendo con Marta y ojito que aún hay bastante partido. Por si acaso, durante la madrugada Han nos ofreció ese video intenso de los que les gusta tanto presumir luego en las galas, un concurso de culos. Entre él y Marta nos deleitaron con ese escenario tan de madrugada de medírselos para terminar la canaria haciendo pesas en el gimnasio a las seis de la mañana y al otro convenciéndola de que estaba consiguiendo reducirlo.

  A la misma hora y debajo del edredón, Suso y Raquel, Raquel y Suso daban cuenta del resto de la casa, bueno, para ser exactos de Sofía sobre todo, también otro clásico, es una nueva forma por lo visto de llegar al orgasmo, meterse mano pensando en tu enemigo. Eso les tiene que poner sobremanera a tenor del traje con que la vistieron mientras la manta se movía. Ni que decir que en el programa ya tuvimos su parte aparte, con esa musiquita, esos cortos, esos subtítulos que tanto le tienen que gustar a alguno de los guionistas que cada noche también se tiene que estar poniendo fino con estos montajes. Lo de la hora sin cámaras pasó sin pena ni gloria, ese puntito aclaratorio de la hombría de Suso con cronómetro incluido que le sirva de recordatorio para próximos embites y esa imagen de Raquel en su papel de dama de alta cuna con algunos flash de Sofía en confesionario con cara de baja cama. Todo muy milimetrado y estudiado, solo les faltó poner el muñegote de los inocentes al acabar la toma.

   Cuando digo que hay partido no lo digo por cuestión baladí, me inspiró alguna frase hecha de Belén Rodriguez metiendo con calzador su “se tiene que ir Marina” ante cualquier tipo de cuestión. A ver Belén, ¿que has cenado esta noche? “Se tiene que ir Marina...”. Noté tal miedo en su cuerpo con cada respuesta que me dije, pues sí, a lo mejor es verdad eso de que alguna vez esa justicia de la propia esencia que Gran Hermano preserva para sobrevivir, se hace fuerte

… y se nos manifiesta.