31 de octubre de 2016

LOS PRESCINDIBLES

   De nuevo se nos volvieron a mostrar anoche todas las costuras de lo que ha sido el experimento fallido de esta edición. Como una especie de resumen esperpéntico de lo alejado y lo grande que se le ha quedado Gran Hermano para los responsables de llevar a cabo el programa. La escenografía del plató del debate con todos disfrazados de horror y un presentador tan pulcro y correcto nos puede situar en el binomio perfecto del sinsentido en que quieren enmarcar un concurso de estas características, unos colaboradores que intentan hacer show de sus delirantes intervenciones, un argumentario de chiste donde de vez en cuando alguno se desliza con patinete por el escenario o intenta arrastrar a una señora mayor, la madre de Rodri, a una escena de vergüenza ajena, mientras el presentador pide seriamente calma para poder seguir con el guión que no es otro que la enésima repetición de lo que nos vienen ofertando cada día.

   Un paralelismo a cualquier día en el plató de un Sálvame cualquiera ya sin filtros ni máscaras. Imposible creer viendo el atrezo con el que se nos presenta la actualidad de su programa estrella que el contenido que se nos va a ofrecer tenga algún viso de realidad ni nada de lo que se parezca. Hacer un relato verosímil de lo que haya acontecido en la casa con esos ingredientes es cuanto menos invitarte a tomártelo todo a broma. Por eso ya no nos podría sorprender el dislate de guión que llevan preparado para cada programa. Elecciones del mejor o peor de la convivencia semanal con castigo incluido, la repetición de unos alegatos y contra alegatos que den pie a la bronca recurrente del directo donde demostrar lo emocionante y tensa que está siendo la vida diaria y un ritual infantiloide de secuencias carpeteras que sirvan de preámbulo para cualquier entrada. Muy previsible, repetitivo y aburrido todo.

  El excesivo poder que han otorgado este año a ese engendro de experimento llamado club no ha hecho sino embarrar la distancia entre los propios concursantes provocando unas situaciones que una vez dadas ya solo le resta ahondar y reincidir de manera reiterada en ellas. Profundizar en los posicionamientos enquistando aún más el odio y la visceralidad entre los propios concursantes y la propia audiencia. Es como si dijeran, bueno, lo único que por lo visto está siendo más comentado son los enfrentamientos pues regalémosle argumentos y así los tenemos entretenidos. El fracaso de las carpetas está siendo público y notorio, pero aún así vuelven una y otra vez a dosificar su contenido a lo largo y ancho de todos los programas otorgándole un protagonismo inusual que nunca nos conducen a ningún sitio dando cada vez más una sensación de relleno inapropiada para profesionales de televisión.

  Solo nos queda agarrarnos a lo poco que sucede dentro, pero está siendo todo tan previsible como la propia técnica con la que se excusan. Hay diez concursantes en la casa y ahora tres en el apartamento, bueno pues como en las coplas de Jorge Manrique, nuestras perspectivas son como esos ríos que siempre irán a parar al mar, darle vueltas y más vueltas como meandros para al final llegar al mismo sitio. Un enfrentamiento dual entre Clara y Fernando contra Bárbara y Adara y el resto mero atrezo de relleno para disimular. Los prescindibles se me antojan demasiados para la altura de edición que llevamos, ni los más recónditos ni impresentables recursos tienen ya cabida en una definición de concurso mucho más clara que deseable. Todo parece estar ya pensado y encauzado y solo la obligatoriedad del tiempo nos puede inducir a desviar nuestra atención con falsas secuencias de relatos puntuales al uso.

  El extraño enamoramiento de Noelia, el invento homofóbico de Miguel mientras decide cuándo y cuánto le dura el leitmotiv de su concurso y por el que según él ha ido a concursar dejando evidente su estafa como concursante, el descubrimiento de Bea como la traidora más torpe de cuantas ediciones llevamos vividas. el papelón de Rodrigo haciendo de su concurso como algo interesante, ver a Pol metido en su papel de bluf oficial, a Meri en la perpetua aspirante a nada o a Alain deambulando por el concurso como alma en pena, nos dejan pocas opciones para una resolución final que eso sí, antes tiene que exprimir un poco más el carácter bélico de la edición aupando a los cuatro restantes a una batalla incruenta que justifique lo mucho que ha merecido la pena esperar.

  Dar por buena la bronca y el enfrentamiento nos puede dar una imagen real de algo que ya comentan hasta los propios concursantes, y es la amargura en que se ha convertido la casa de Gran Hermano y los propios concursantes, más parece que estén sufriendo en vez de divertirse, pasarlo mal en vez de estar “viviendo la experiencia” o desear ser expulsados antes que seguir aguantándose, un espejo de lo que está siendo este esperpento de edición por mucho que la intenten disfrazar de dulce telenovela con besos a escondidas y baladas de azúcar.


28 de octubre de 2016

NOMINACIONES DE TERROR


  Asistimos anoche a una gala siempre interesante de ver y que a lo largo de la historia de este reality nos ha dejado momentos inolvidables. La de anoche fue presidida por un atrezo hecho a conciencia para poder reconciliarse con un público escamado y bastante suspicaz. La clásica gala del terror no defraudó, aunque es cierto que el tempo y las condiciones son bastante limitadas y que en gran medida siempre depende de la propia actitud de los concursantes, la repetición del doble recorrido al final terminó por cansar un poco, aún así mucho tuvo que ver el pasadizo para que la nota final fuese más que aceptable.

  Adara lo dió todo de sí misma, empezó a gritar antes de que se abriese la puerta y no dejó de hacerlo hasta bastante entrada la madrugada, si en algún momento recordaba que tenía que respirar lo hacía de forma apresurada para volver a su estado inicial. Bea sintió el pánico del que nos hablaba su madre enredado con sus genuinas dosis de mala leche y sus estridentes e intermitentes risas nerviosas, tanto que a punto estuvo de liarse a mamporrazo limpio con Montse cuando pasaba por la cocina, Miguel hizo un recorrido acorde a su concurso, no sabíamos si avanzaba o retrocedía, si reía o se asustaba, si andaba sorprendido o impasible.

   El recorrido de Rodri resultó tan aburrido y soso como su status en la edición, el de Noelia fue calcado a su puesta de escena en la casa, una tragicomedia. Resaltar la combinación de firmeza y terror en el recorrido de Bárbara que por momentos parecía muy decidida como tan de pronto entraba en pánico, su momento nominación fue determinante ya que decidió permanecer atrapada en él antes de nominar, aún más sabiendo que Clara había entrado en el club. Lo que nunca sospechó es que Adara y Pol iban a ser nominados y sus puntos podría haber añadido posibilidades para su subida. El recorrido de Meritxell solapada a Alain fue todo un guiño de nuestra guionista carpetera del que el francés no quiere darse por enterado.

  Como era previsible Rebeca fue la expulsada y una vez más con cero protagonismo en plató, sin entrevista y sin despedida. La actuación del presentador acorde a lo que llevamos de concurso, dejando mucho que desear y con comentarios personales fuera de lugar para aparentar ser gracioso. Mantuvo un rifirrafe con la madre de Pol que fue duramente criticado en las redes y contestado por su hermano. Las nominaciones fueron una vez más lo más interesante de la gala generando grandes expectativas sobre la composición final para ver quien acompañaba a Pol, nominado directo por decisión unilateral de Clara como había estado anunciando durante la semana y a las eternas nominadas, Adara y Bárbara; al final fue Alain el elegido.

  Hasta aquí un breve resumen de lo que fue el plato fuerte de la gala en la que por supuesto no pudieron faltar las recurrentes escenas carpeteras incrustadas entre el recorrido del terror de los concursantes dando una imagen regular en cuanto al desarrollo teniendo que soportar momentos de sopor revueltos con momentos de viveza, de “hamor” y de terror. Cosas de genios.

  Mucho más interesante estuvo la madrugada durante la postgala en el directo. Pol y Adara presos de un ataque de rabia al saberse nominados arremetiendo contra el mundo y en especial contra Clara, protagonizando una de las discusiones más prolongadas y surrealistas de cuantas habíamos presenciado. Pol destituido de su soberbia por obra y gracia de una anoche magistral Clara y olvidando su careta en el panel de nominados, bebiendo de su propia medicina con la que previamente había invitado por ejemplo a Montse y cayendo de forma estrepitosa de la nube en la que ha permanecido postrado durante largo tiempo dándose de bruces y estampándose con la realidad del suelo de la casa. Adara mucho más indignada sacando sus uñas como jamás había hecho él y entre ambos dando un espectáculo bochornoso de contrasentidos llegando hasta el punto de autoconvencerse de que la jugada le había salido mal a Clara por haber subido Alain también y no ellos tres solos.

  Resultó patético ver el autobombo de defensa que ambos adoptaron para justificar su miedo real haciéndose un homenaje conjunto sobre las magnificencias de Pol llegando a manifestar este mismo que él siempre había sacado la cara por absolutamente todos los de esa casa uno por uno, eso sí, que él siempre “ la sacaba en privado, sobre todo cuando estaba solo con Adara”, o sea, en la intimidad y cuando nadie le viese. Surrealista no, lo siguiente. Pero como de manera acertada decía Clara anoche, por fin pudimos ver a Pol en su verdadera esencia, el cobarde y aprovechado que había estado viviendo de las rentas de una amañada carpeta y de un adulterado club y al que por fin hemos podido destapar con todas sus costuras. Un bluf de concursante.

   En la defensa de su pareja anoche una vez más, Adara se dejó parte de su credibilidad. Es elogiable y meritorio el auxilio hacia quien dice ser su pareja, pero debería recordar que lo que hicieron ayer con Pol no ha sido ni más ni menos que lo que ellos mismos han hecho cuando han dispuesto de los privilegios del club, subir a otros compañeros que en condiciones normales no habrían salido nominados. Un poco de memoria y de recato no le vendría mal a los concursantes de esta edición, lo que pasa es que con Adara todo por nimio que sea cuando le afecta directamente a ella se torna enormemente exagerado. La tercera en discordia, Bárbara, sorprendentemente no participó anoche de la bacanal de cólera de sus dos compañeros, se mantuvo al margen sin entrar al trapo, sospechosamente por mi parte encantada de la nominación de Pol. Y sospechosamente también mantuvo una conversación interesante y de franqueza con quien hasta ayer era una de sus acérrimas enemigas, Clara, que duró casi hasta el despunte del alba.

  Ha comenzado una repesca sorpresiva que mucho me temo servirá para equilibrar un poco los bandos con la entrada de Fernando de cara a remover la recta final, disimular un poco el exceso carpetero y paliar la presencia del aún alto número de muebles que sorprendentemente aún permanecen agazapados y si nos descuidamos se plantan en lo que sería una insípida final. Los excesos nunca fueron buenos, y si nos descubrimos ante el ruido de concursantes como Bárbara, Clara o Adara no deberíamos permanecer impasibles ante el silencio sospechoso y dudoso de personajes como Rodri, Noe o Meri, la felonía de Bea o la ambigüedad de Miguel.


27 de octubre de 2016

LA CARPETA DEL SIGLO


  Pol y Adara se han enfadado, han estado casi todo el día sin hablarse y al final parece que se han reconciliado. Seguramente, Pol al imaginar que algunos de sus “amigos” le iban a dar puntos en las nominaciones, ha pensado que era conveniente acercarse de nuevo a ellos y alejarse un poco de Adara. Dicen que el motivo por el que se han distanciado es porque Pol rozó una pierna de Meri y Adara se enfadó mucho, también dicen que porque hizo un comentario sobre una chica alabando su físico y Adara se mosqueó. Y eso dicen, él no estaba dispuesto a consentirlo. Todo eso es lo que dicen que constituyó el relato, así, a groso modo y bastante sintetizado como comprenderéis, de lo más importante que ocurrió ayer en Gran Hermano. Es una breve sinopsis pero podríamos desarrollarla más. Tanto, que podríamos hacer no una sino dos o tres entradas con semejante argumento.

  Me encanta Gran Hermano porque es capaz de a partir de un hecho tan simple ser capaz de construir un relato que nos rellene la mitad de una gala, unas cuentas entradas de la mañana, cientos de tuits y comentarios en las redes sociales con innumerables videos, gifs y fotografías y al mismo tiempo convertirnos a todos en los mejores psicólogos del mundo. Adara tiene un problema. Pol tiene otro. El de Adara se llama Pol y el de Pol se llama Adara. Veis? Yo también sirvo para psicólogo. Gran Hermano tiene otro problema cuando después de diecisiete ediciones el contenido de un día de convivencia en la casa seguramente más famosa de España y con once personas dentro se resume en la consecuencia de que un concursante haya rozado la pierna de otra concursante que no es su pareja...y que el episodio nos lo saquen en la tele un jueves por la noche en hora de mayor audiencia.

  Nosotros tenemos otro problema. Conformarnos con eso no es suficiente, al menos no debería serlo. Podríamos abrir un debate sobre los celos, sobre la mentira, sobre el miedo o sobre las relaciones personales y no andar desencaminados ni salirnos de la temática. Es un concurso, y por tanto cualquier reacción ante el miedo de salir nominado y ser expulsado es absolutamente lícita y puede estar perfectamente justificada aunque para ello tengas que engañarte a ti mismo y engañar a la persona más cercana que tienes al lado con la que sostienes una relación y la tengas que tachar casi como una enferma o presentarte ante millones de personas como una estúpida posesiva que adquiere un compromiso de exclusividad absoluta con otra persona a la que por supuesto no se le está permitido ni mirar y donde se impongan unas reglas que digan “si me quieres me perteneces” y si le rozas la pierna a otra sin querer es que ya no me quieres.

  La verdad es que da un poco de rubor tener que manifestarme en estos términos para poder hablar de la actualidad de Gran Hermano sin parecer desactualizado pero es inevitable asumir nuestra propia responsabilidad. Si yo en este momento dijese que todo forma parte de un teatro orquestado mediante el cual Adara, aleccionada por algún amigo “enteradillo” de lo que quieren en la cúpula de la tele, entró a la casa con el objetivo simple y llano de liarse con el primero que se pusiera a tono y que a partir de ahí, sacara sus garras ante el primer inconveniente, se pusiese a llorar con el primer desencuentro, o insinuara una falsa pasión y un fingido enamoramiento, o por el contrario insinuara que Pol es un “queda bien” cobardica que va llorando migajas de un amor de película para poder considerarse el protagonista absoluto al tiempo que se erige en el mejor amigo y compañero del mundo incapaz de hacer daño a nadie ni siquiera de cometer el más mínimo error porque su concurso es el más intachable y genuinamente perfecto que jamás hayamos podido visualizar en esa casa...

  Si yo dijese eso, repito, seguramente el primer comentario del panel ya estaría escrito por mi amiga la anónima acusándome como todos los días de que flipo en colores con este Gran Hermano y seguro que volvería a aconsejarme que me tome la medicación o me pase a ver los documentales de la dos. Le voy a dar el gustazo y no lo pienso borrar. Ninguno de los dos supuestos. Porque eso es Gran Hermano, tanto lo uno como lo otro... libertad. Para discernir o para confundir, para entender o para ignorar, para elegir. Y yo elijo los dos. Creo en su egoísmo y en su interés, creo en el fetichismo incuestionable de Pol y en la tristeza incontestable de Adara, en su amargura como pareja y en sus fantasías inverosímiles, en su verdad y en su mentira, en su delirio y en su insensata forma de querer, creo en las fábulas y en las novelas de caballerías esas que conducen a la locura... los creo a los dos.

  El problema es que ellos no creen en mí. Y ahí es donde surge el conflicto entre unos concursantes y las personas que los observamos a través de esos muros de cristal. Si ellos creyesen primero en ellos mismos y después en nosotros, no tendrían la necesidad de regalarnos el espectáculo bochornoso de simular estar viviendo un amor de plastilina, ácido por inmaduro y fácilmente moldeable donde por sus besos se les ve hasta la más pequeña de sus costuras. No creo que estén enfermos salvo que la enfermedad a la que se refieran sea la de su egolatría. Pero no son tontos. Y saben en que consiste el Gran Hermano de hoy, y por mucho que el show lo tengan que padecer sus propias madres, ellos solo están haciendo su trabajo, el trabajo de concursar, y para eso se han preparado.

  Por supuesto que los entiendo, y respaldo el sufrimiento de Adara cada vez que Pol se aleja de ella, y defiendo la confusión de Pol cuando se vuelve a acercar a sus amigos y arremete con sus desprecios a Adara, asimilo los desaires de soberbia de Adara y el descrédito de Pol, su condescendencia y su resignación a convertirse en el mayor calzonazos de la historia de Gran Hermano aunque no lo reconozca porque su genética se lo tenga prohibido, comprendo los celos de Adara y su sentido de la posesión, sus luchas por preservar su territorio y la defensa de uñas de su propia intimidad. Acato su error. Lo acepto, porque es el suyo... pero no lo comparto, entre otras cosas porque la considero lo suficientemente inteligente como para que pudiese pensar que nosotros no lo seamos...


26 de octubre de 2016

CONFLUENCIAS

  
“Lo que escondían sus ojos”, una miniserie de cuatro capítulos basada en el libro de Nieves Herrero es lo que ha decidido T5 para ocupar el espacio en parrilla de Limite 48h, una de las tres galas de cuatro horas con que nos saturan cada semana. Una serie de otras que tienen guardadas en el cajón para situaciones especiales. Lo cierto es que el programa de los martes en principio solo se iba a emitir durante las tres primeras semanas para ir jugando en la programación con las cadenas de la competencia, al ver que las otras cadenas estratégicamente no reaccionaban sino que pasaban de contraprogramar la gala, decidieron prorrogarlo durante cuatro semanas más. Estoy convencido que lo volverán a retomar para la recta final. Los bajos datos de audiencia son impepinables, aún así al renunciar los otros a competir ese día, hacen que parezcan otra cosa, hecho que le sirve a la cadena para sacar pecho y presumir de que es el programa más visto ese día a pesar de la poca audiencia.

  Cosas de empresa. En lo que a nosotros respecta nunca le encontré ningún sentido, el contenido que se reparten entre las tres galas no hace sino restarse entre ellas bajando su nivel de interés hasta el punto que se vuelven muy repetitivos creando una rutina que apenas aporta nada al concurso. Simple relleno de alegatos, contraalegatos, porcentajes, más porcentajes, posicionamientos y mezclas de vídeos ya cocinados en resúmenes y programas satélite, los colaboradores dejan mucho que desear anulando cualquier atisbo de debate, el presentador aparece cada día más quemado y el recurso de promoción continuada del programa a un público fiel apenas incide en el grado de expectación.

  Sobre la actualidad de la casa en las últimas veinticuatro horas poco hay que resaltar. Pasaron la prueba que les mandó la organización pero no sé si pasarán la verdadera prueba que supone hacer la lista de la compra, anoche estuvieron debatiendo sobre el tema y parecía más una cuestión de vida o muerte donde cada uno barría para su lado que una verdadera puesta en común, y eso en un tema como es el de la comida lo que dice mucho del enfrentamiento generalizado y mal rollo que existe en la convivencia. Sobre este hecho quisiera llamar un poco la atención sobre ciertos aspectos leídos en algunas de las páginas oficiales de la misma cadena, anoche durante la transmisión del programa pudimos asistir a ciertos conatos de enfrentamientos a raíz de los posicionamientos sobre todo entre Bárbara y Alain pero que se fueron extendiendo a muchos de los concursantes como siempre suele suceder. Me ha resultado curioso leer el relato de lo sucedido y ver como se transcribía fielmente que dichos conatos sucediesen justo en el directo, se paralizasen durante las pausas de publicidad y no conexión con plató y se volvieran a reanudar justo en el mismo momento de la conexión.

  Otro aspecto que me ha llamado la atención es que en al menos dos de dichas páginas oficiales se esté insinuando sobre la subida repentina de porcentaje de Alain, en una de ellas incluso daban por evidente su expulsión. Entiendo que solo se trata de un error o un deseo sin mayor intención pero me ha resultado llamativo cuando especialmente en esta nominación todo el mundo daba por sentenciada a Rebeca, el ochenta y dos por ciento del domingo me resultó igual de llamativo que los quince puntos de oscilación entre dos de los concursantes en dos dias. No sé si el repentino cambio de humor de Alain y su actitud en la casa tendrá algo que ver o solo forma parte del proceso natural que supone estar nominado lo que le ha vuelto más irascible. Solo son pildoritas que te puedan hacer pensar.

  Es cierto que el comportamiento de Alain no ha sido el mismo en esta semana en que está nominado, pero no es menos cierto que ninguno lo es durante la semana que se sube por primera vez, lo podemos comprobar año tras año y sin ir más lejos lo hemos podido vivir recientemente en las carnes de Fernando, Noelia o Montse. Ir más allá de este planteamiento también puede hacer pensar. Cuando a un concursante se le expulsa de forma “normal” se hace por una trayectoria durante su tiempo de convivencia y no por repentinos ataques de cambios de rol que apenas puedan hace cambiar una visión ya madurada. Es cuestión de prioridades, a no ser que subestimemos algún tipo de poder invisible con suficiente fuerza como para hacernos caer en la sospecha. Aún así en Gran Hermano todo podría suceder y cosas peores se han visto.

   Mucho se está hablando de Bárbara y su papel estelar en la presente edición, hay quien se atreve a compararla con otros ganadores. Si bien es cierto que su protagonismo es innegable convendría matizar un poco su papel y su comparación con otros triunfadores. Cada edición es completamente distinta una de otra, las circunstancias también suelen serlo, es cierto que hay algunas coyunturas que ayudan a un concursante indirectamente a asumir ese papel de favorito, en el caso de Bárbara el posicionamiento de toda la casa en contra de ella ayudó bastante a definir su papel, la brutal resistencia que sostuvo ante el continuado ataque de las primeras semanas no hizo sino agrandar su comportamiento, la audiencia siempre se suele posicionar del lado de los débiles o de las víctimas y eso significa un plus de autoridad que la propia casa nunca te podrá otorgar, al contrario, suele suceder que ese plus se convierta en una espiral que se retroalimente en el día a día y te haga mucho más fuerte, ante la misma percepción de fortaleza, la ira de los compañeros aumenta sobre dicho concursante agrandando su victimismo y aumentando la distancia entre ellos y el posicionamiento inicial de la audiencia. A mayor ataque desde dentro mayor defensa desde fuera.

  El papel de favorito hay que saber mantenerlo y administrarlo bien, se pueden cometer errores pero estos tienen que ser lo suficientemente pequeños como para ser perdonados, si el papel que te ha otorgado la audiencia lo subestimas y caes en el error grave de abusar de él te puede ser retirado en cualquier momento, ese podría llegar a ser el principal error en que pudiese caer Bárbara, creer que es intocable y caer en el abuso, perder la humildad y sentirse superior al resto cayendo en el mismo error que antes ellos cometieron. Te terminaría convirtiendo en una más. También convendría tener en cuenta a los concursantes de cada edición, en esta son muy débiles, y cualquier concursante con un mínimo de personalidad si sabe jugar bien sus bazas podría llegar lejos sin mucha oposición. De tu capacidad de adaptarte a todas las circunstancias depende tu concurso.

  Bárbara ha sido la que mejor se ha adaptado, Adara está arriesgando mucho con su carpeta, Clara ha supeditado el suyo a la influencia de Fernando, Rodri y Bea se han encerrado en sus propias circunstancias y viven ajenos al concurso, su continuidad la han comprometido entre ambos, Pol depende de Adara y Miguel va dando bastantes tumbos sin saber muy bien a lo que atenerse, Meritxell es otra que ha hipotecado su concurso al de Alain, y los versos sueltos de Alain, Noe o Rebeca carecen de la personalidad suficiente. Todo eso hace que el papel de Bárbara o el de Adara misma parezcan ser más brillantes de lo que en realidad son, en una edición tan pobre en cuanto a personalidades es normal engrandecer hasta magnificar cualquier mísero episodio que en otras ediciones habría pasado desapercibido, cualquier problema con la comida, cualquier broma de patio de colegio, cualquier discusión sin importancia terminan por convertirse en oro puro para el espectador.


25 de octubre de 2016

TRETA DE SEDUCCIÓN


  Hubo un tiempo durante la edición que ante la inutilidad de los concursantes, de la organización y hasta de algunos comentaristas afines que hacen de la mentira su refugio que se vio incluso con buenos ojos la aparición de las broncas en la casa como “al menos algo que llevarse a la boca”, ya hemos discutido bastante si eran inducidas o espontáneas, la cuestión es que aparte del guión propuesto de la carpeta las discusiones han terminado convirtiéndose en el leitmotiv de la presente edición, una de las señas de identidad más importantes con la que podremos identificarla. A veces son necesarias, a veces recurrentes, imprescindibles y hasta inevitables, otras son completamente inútiles..

  De la misma forma que Adara y Bárbara han conseguido asentar su posición dentro del concurso gracias a las broncas o se le ha dado un protagonismo especial a concursantes como Clara, Fer, Meri, incluso se ha defenestrado del concurso a otros como Alain, Rodri o Noe por su nula implicación en ellas debe ser justo decir que esas mismas broncas que los ensalzan o los rebajan dependiendo de las circunstancias y del cristal con que se miren también debieran de valer para castigarlos o premiarlos según las mismas circunstancias. Anoche sucedió algo muy significativo al hilo del argumento. Como la mayoría de las discusiones todo viene precedido de cualquier chorrada que se presente, la de anoche no iba a ser menos. La ocultación de una bandeja de pollo dio lugar a un comportamiento interesante que define mucho la estrategia de algunos de los concursantes.

  Por supuesto que todo va a resultar igual de subjetivo que cualquier otra cosa que ocurra en la casa dependiendo de si el actor es nuestro favorito o no, del grado de susceptibilidad que hayamos adquirido con los concursantes o de nuestro propio concepto del espectáculo. Para los que no vieron el directo ocurrió que tras otra infumable jornada, ya se había cerrado la radio y los primeros concursantes se preparaban para dormir, Meri, Adara y Pol rebuscando en el frigo algo que comer dieron con una bandeja de pollo que anteriormente no habían visto. Pensaron en un primer momento que nadie, al igual que le había ocurrido a ellos, la habría visto tampoco. Estuvieron tentados de cocinarla puesto que nadie daría cuenta por tanto, Bárbara les frenó aludiendo al hambre que todos estaban pasando y sugiriéndole que se tenía que compartir.

  Decidieron darle cuenta a Alain, actual responsable de la cocina, del descubrimiento y darle la sorpresa. Alain en ese momento dormía. Cuando se lo dijeron, éste les dijo que él ya sabía de su existencia, confesión que no sentó nada bien al grupo que había ido a comunicárselo al pensar que la bandeja que habían encontrado no es que hubiese estado olvidada, sino que había sido escondida intencionadamente. Ese fue el inicio de una discusión lógica entre los que pensaban que se había actuado bien o no, los reproches mutuos comenzaron a intercambiarse entre Adara y Alain y los gritos y acusaciones comenzaron a fluir elevándose poco a poco de tono. Clara que dormía en la otra habitación se despertó e intervino en la disputa, cada vez más acalorada. Y ahí quedó la cosa, difuminada entre otra más de las decenas de broncas a las que nos tienen acostumbrados en la presente edición.

  Por supuesto y como no puede ser menos, los partidarios de unos arroparán el razonamiento de sus unos y los de los otros pensarán que sus otros tenían razón, nada nuevo bajo el sol. Y perfectamente entendible, cuestión de piel. Finalizada la discusión todos se fueron a sus lugares de origen, Rodri a la cama con Bea, Clara a su habitación, Miguel departía en el salón con Noe, Adara, Pol y Bárbara a sus respectivas camas y fin de la cita. Cuando ya las luces de las habitaciones estaban apagadas y la mayoría de los concursantes dormían estos tres últimos cuchicheaban debajo de las sábanas, de tal modo que al no cesar la conversación el súper les volvió a encender las luces, cosa que les hizo gracia y les debió dar que pensar. Porque a partir de ahí se sucedieron una serie de episodios mediante los cuales, los tres planearon despertarlos a todos empezando por los de su propia habitación, cosa que lograron sin mucho esfuerzo. Alain se despertó y salió para el salón, Rebeca también despertó.

   A continuación entre los tres decidieron ir con cualquier excusa a la otra habitación y ponerse a hablar para que el súper también les encendiera las luces y se tuvieran que despertar. Cosa que también hicieron en un episodio ridículo sentándose en la esquina de la otra habitación en el suelo y provocando que por fin el súper encendiera la luz, y se despertasen todos los demás. Clara se rebotó, Bea se rebotó, todos se rebotaron, y mientras tanto de nuevo se volvieron a sus camas, donde siguieron riéndose y burlándose para provocar que Rebeca que era la única que permanecía dormida se despertase, cosa que consiguieron. La secuencia de los hechos no dista de ser una escena más de adolescentes de campamento queriendo hacer la típica gamberrada. El directo nos ofreció la imagen infantil de Adara tapándose con el edredón, levantándolo y decir “cu-cú” en una repetición cansina hasta que Rebeca se despertó, los tres reían cada vez que ella volvía a repetir el mismo estribillo, repito, para mí en una situación ridícula. Bárbara le acompañaba con sus carcajadas mientras Pol permanecía impasible. Adara se reía de ella misma y contagiaba a Bárbara. Todo muy infantil.

  Esta es la historia. Como veis un episodio más propio de niños de colegio que de personas adultas con ganas de hacer alguna broma. Una acción más del despropósito que se llama Gran Hermano 17, y del que algunos se aprovechan para hacer apología del espectáculo que el que se presupone con comportamientos tan ingenuos y simples. Pero estamos en Gran Hermano, y la literatura puede hacer que todo se vea como un simple divertimento, un show, una venganza o una simple broma, dependiendo como ya dije del color con que se mire. Algunos hablaban anoche mientras todo sucedía de crueldad, otros de poca gracia, otros se lo estaban pasando en grande porque les estaba entreteniendo. No quiero parecer injusto con ninguno de los pensamientos, me parecen lícitos todos. No lo consideré ni una broma ni una crueldad, ni me hizo gracia ni me dejó de hacer, ni me divertí ni me aburrí, simplemente me dio que pensar.

   Y me dio que pensar en si el perfil que anoche vi en Adara o en Bárbara es el perfil de favorito que yo quiero para un concurso como Gran Hermano, o si me apuro un poco más, en el perfil de posible ganador. Evidentemente no. Y no solo por el hecho en sí del episodio relatado, sino por la imagen construida al hilo de otros episodios ocurridos en lo que llevamos de edición que me han llevado en algún momento a planteármelo siquiera. Es evidente que dicha imagen nos la construimos poco a poco en base a una trayectoria o sucesión de hechos, de la forma que administres toda esa experiencia te afianzará o te llenará de dudas. Ante episodios como el de anoche, yo lo viví en directo, a mí se me llena la mente de dudas. Probablemente no tenga otro concursante cuya trayectoria me hiciera inclinar la balanza, pero tampoco me apetece elegir al menos malo. Los valoro por múltiples cosas, por la valentía, por la diversión, por la sinceridad o por la naturalidad, por muchas más, pero jamás valoraré a un concursante por hacerme creer que es divertido si yo sé que no lo es, o tampoco por hacerme creer que es una persona justa cuando en ocasiones me demuestra que no lo es, eso es intentar engañarme, jugar conmigo, y en esas, me está metiendo en su propio juego.

  No hay concursante más patético y ridículo que aquel que quiera ganarse el favor del público en base a parecer ser lo que no se es. Un concursante puede recibir mucha simpatía teniendo muchas broncas y saber sacarle rendimiento a dichas broncas, o puede ser un insulso y también saber sacarle rentabilidad, pero el camuflaje efímero en Gran Hermano tiene las patas muy cortas como las mentiras, y la mentira es una de las cosas que nunca, jamás se perdonan en este concurso. Ni siquiera el mal llamado espectáculo podría salvar a aquel que nos intenta engañar. Adara y Bárbara anoche nos intentaron engañar.




24 de octubre de 2016

EL BESO DE LA MUERTE


  “Dios, ayúdame a sobrevivir de este amor letal” reza justo debajo de uno de los graffitis más visitados del mundo y que hace referencia al famoso beso que se dieron Honecker y Breznev a final de la guerra fría cuando ambos dirigentes quisieron disimular con una escena las tremendas diferencias que ya tenían. Los titulares de la época lo denominaron el “beso fraternal” como forma de expresar lo que de campaña tenía. El autor del graffiti Dimitri Vrubel sin embargo bautizó a su obra como “El beso de la muerte”. Dicen los estudiosos que si te fijas detenidamente en la pintura uno puede descubrir en él a uno de “tragedia griega”, de esos que ahogan y en los que los amantes se comprometen demasiado el uno al otro pese a saber que no hay ningún futuro en esa relación envenenada.
 
   Sirva la presente introducción para simplemente ponerle un titular a lo acontecido este fin de semana en la casa de Guadalix. El beso ha sido uno de los protagonistas principales en el relato de lo ocurrido. También otras cosas, como la millonésima parte del recurrente acto del robo de comida, actualizado cada cierto tiempo cuando las cosas pintan bastos, el juego de la botella o la declaración de Meritxell. La croqueta del debate, los enfrentamientos familiares o el “reventamiento” de Fernando haciendo acopio de su propia bilis escenificando otra de sus bravuconadas “yo haré que esa tía salga de ahí como sea” refiriéndose a Bárbara. Creo que el falso contenido que podríamos extraer de dichos titulares ya lo hicieron los propios guionistas anoche en ese programa que hacen llamar debate, podríamos hacerlo sobrevalorando la convivencia e inflando las expectativas siguiendo las pautas marcadas por el guión de hacer la edición cada vez más interesante. Solo tenemos que creer en él.

  Para ello haremos un ejercicio de feedback con sus propias fantasías redireccionando la actualidad y orientándola hacia sus propios deseos: El beso. Con lengua que le propinó Bea a Alain durante el juego del sábado delante de las mismísimas narices de Rodri y Meri o el más famoso y deseado del mundo y que por fin ha visto la luz entre Bea y Rodri. Hubo otros sin tanto glamour ni suspense aunque con su puntito de perversidad, pero que ya puestos a saciar su imaginación no debemos dejar de pasar por alto como el de Rebeca a Alain con sus correspondientes consecuencias. Este es el nivel. Propio del malentendido en que alguien ha convertido Gran Hermano ya sin disimulo alguno.

Tienes que darle un beso a algún chico de la casa, le sugirió el juego a Bea que ni corta ni perezosa se acercó a un Alain sorprendido plantándole un beso con lengua para sorpresa de todos los que los rodeaban. Rodrigo asistió desde la primera fila sin perder detalle y tapándose la boca con las manos al contemplar la escena. Meritxell desde el otro lado, bajaba la cabeza como queriéndose ocultar tras una sonrisa sospechosa. La verdad es que nadie se lo esperaba. La mecha ya se había encendido y aunque el contexto divertido y lúdico en que se encontraban aminorara un tanto el efecto de la sorpresa, la verdad es que a partir de ahí ya nada pareció ser igual.

De pronto saltaron todas las alarmas. Las redes empezaron a echar humo y a especular con las posibles consecuencias y los guionistas ya empezaron a trabajar en el nuevo escenario. Rodri intentaba disimular el mal cuerpo que se le había quedado, Meritxell casi no entendía nada y Bea estuvo presta a dar las explicaciones que hiciera falta. ¿Te has enfadado? No, le respondía Rodri mientras a otros les decía que se le había ido la cabeza. Por lo visto no partió la idea de un ataque de espontaneidad emanada del propio juego sino que esa misma tarde habían discutido sobre la conveniencia o no de dárselo y Bea, un poco enfadada quiso vengarse dándole algún tipo de lección o algo. Rodri se enfadó y estuvo distante con ella esa misma noche y a la mañana siguiente, “me lo podías haber dado a mí” le llegó a decir en un momento dado, “pero si tú no querías que te lo diese...”.

  Durante la tarde, el azar quiso dejarles solos durante un instante en que ambos, a uno ya se la había pasado el enfado y la otra quería curar las heridas de su atrevimiento, tumbados en la cama: “y …. nos hemos quedado mirándonos y poco a poco nos hemos ido acercando hasta que… nos hemos besado. La verdad es que me ha encantado, lo hace muy bien y sin querer queriendo me ha hecho cosquis pero en el estomago. No me lo esperaba para nada y bueno, así son las cosas, cuando menos te lo esperas pasan” escribía en su propio blog Bea. Gran Hermano se paralizó en ese instante. Los guionistas de nuevo tuvieron que retomar el tema para ajustarlo a un nuevo escenario. Lo de la promesa de ambos en el confe mediante el cual ambos no dirían nada a nadie para salvaguardar su intimidad bajo apercibimiento de tener que cumplir la penalización comprometida de raparse el pelo o dejar de fumar quedó como prueba de fidelidad, la mirada furtiva a la cámara de Bea en uno de esos “robados” en la clandestinidad solo intentaba asegurar que el secreto estaría bien guardado... y correspondientemente filmado y archivado.

  Otra de las consecuencias fue que al día siguiente Meritxell no quiso esperar más por temor a que la convulsión que se vivía en la casa con los últimos acontecimientos diera al traste con sus intenciones y algo raro llegase a suceder. Durante la noche decidió por fin declararse a Alain. Y lo hizo a su manera. Abiertamente. Tan abiertamente que el propio Alain llegó a la conclusión “de que no le gustaba a Meritxell...”. Es su manera de decir las cosas. Arrancarle sonidos con los que poder especular y montarse su particular fantasía. A ella por lo visto le vale. Alain sin embargo fue mucho más explícito y  volvió de nuevo a darle calabazas. Por lo visto, les vale a todos. A Meritxell no le cierra ninguna puerta alguna de las frases que cazó al vuelo aunque no tuvieran sentido alguno, a los guionistas les vale todo, amorhamor, drama drama, dudas dudas. Todo es válido.

  La historia de este Gran Hermano se escribe con hache, con hache de amor. Como el preámbulo relatado de lo más importante acontecido durante el fin de semana. Solo hay una condición sine qua non sería imposible comprenderlo. Hay que tener fe. La misma que tienen quienes lo organizan. Ya es triste tener que decir no quienes lo viven o quienes lo siguen. Todo nos viene envuelto en papel de regalo, unas historias de amor en estos tiempos tan convulsos que nos hagan soñar en un mundo feliz, unos jóvenes que se aman y viven su historia de amor para nosotros y unos responsables que nos hacen partícipes de ellas con todo el amor del mundo haciéndonos regresar a nuestra propia adolescencia.

  El otro Gran Hermano, el que se escribe sin hache, solo ha quedado para especuladores, perfectos profesionales de la conspiración que no saben distinguir ni uno solo de sus besos. Crear una mayor confusión entre los fraternales con los del hamor verdadero, los de la pasión con los de la muerte solo es un mero ejercicio de falta de fe. La historia se escribe sobre un mural y ellos y solo ellos la van escribiendo día a día, nosotros solo somos testigos de lo que ellos nos dibujan con sus besos, Adara y Pol regalándoselos continuamente, Rodri y Bea, furtivamente, Meritxell deseándolos, Rebeca robándolos. En la edición de los besos está dispuesto que el que más se bese será el rey, en la de los ciegos y los mediocres... cualquier tuerto también.

  Cuenta la historia que diez años después de aquel famoso beso, Gorbachov visitó a Honecker y en un beso protocolario bastante más frio se pareció leer en su rostro: “estás solo amigo...”. Unos meses después la RDA desapareció. Entre las anécdotas que se cuentan decían que Breznev al ver despedir a sus colegas cuando ya se marchaban en el avión siempre repetía la misma frase: “como político es horrible... pero hay que ver como besa.”. Los concursantes están siendo horribles, pero para algunos guionistas... hay que ver como besan!!.



21 de octubre de 2016

VELADA BURLESQUE


   ¿O Pol o Bárbara?. Que irónico suena. Son las trampas que a veces te encuentras en el camino. De tu decisión para esquivarlas depende tu marcha, o sales victoriosa o caes en ellas. Supongo que habrán respuestas para todos los gustos, y razones un montón. Suena mucho más irónico cuando eres tú misma la que se va poniendo la trampa que luego tienes que sortear. Anoche puse un tuit donde venía a decir que a mi personalmente me había decepcionado Adara en las nominaciones. Me salto el tópico de que no era fácil, nada lo es. Eligiese lo que eligiese lo iba a hacer mal. Pero estaba en el club, y algo podría haber hecho aunque no sirviese para nada, intentarlo

  La disyuntiva se le planteó a Adara antes de empezar a nominar, antes de que nominase Miguel. Cuando supieron la decisión de la App de que podían darle un punto a algún compañero, Bea estuvo lista y dijo Noe. La secundó Miguel. Y Adara calló. Y cayó. Al darse cuenta resopló y dijo ¿y ahora que hago yo?. No se le puede reprochar el bloqueo que en ese momento te puede llegar a producir la situación incluso el pánico. Podrían haber habido otras opciones aparte de la de “ufff, no tengo escapatoria”, por ejemplo haber apelado a Miguel para salvar a Pol, cosa que al menos le habría hecho dudar, o se podría haber pospuesto la decisión para el final hasta ver el resultado.

  Lo de “juntas hasta el final” a partir de ahora le va a quedar muy grande. Incluso dándose la situación que se dio por las razones que fuesen, cuando le llegó la hora de nominar como componente del club, podía haber citado el nombre de Bárbara, aunque no hubiese servido para nada. Podía haber dicho, aunque no tengo nada que hacer mi voto va a ser para Bárbara. Pero no. Dijo Noelia, mientras se leía en sus labios la palabra derrota. Bárbara no lo habría dudado. Nadie discute que su voto particular hubiese ido para Pol, bueno, yo sí, pero eso pertenece a otros temas. Discuto el interés real por haber querido salvar a “su amiga”, esa que si ha demostrado ser capaz de defenderte allá donde fuese, incluso arriesgando su propio concurso.

  Por eso me decepcionó Adara. Una Adara capaz de preguntarle a una compañera si Laura Campos había llegado a tener sexo en la casa, ahora visto lo de anoche, todo resulta mucho más comprensible. Ya lo había escrito, pero lo vuelvo a repetir, el objetivo de su concurso ya lo tenía previsto desde antes de entrar, de su disciplina en cumplirlo o no, dependerá su trayectoria. Aunque sea pasando por encima de Bárbara. La falta de fidelidad en Gran Hermano está bastante penalizada. La lealtad y la sinceridad te puede llevar muy lejos.

 Otro de los focos de interés de la gala estuvo centrado en la expulsión y su significado. Como todo el mundo daba por sentado se marchó Fernando, era lo previsible casi desde el primer día en que se supo que estaba nominado. La audiencia en los últimos años ha dado muestras de contradicción en cuanto a muchas expulsiones. Se vierten ríos de tinta apelando a la expulsión de los muebles mientras se ejecuta a los polémicos. Ese fue mi primer pensamiento el jueves pasado, se marcha Fernando con un porcentaje altísimo, seguramente pensaba desde mi rabia hacia su concurso y las ganas que tenía de verlo fuera. He sido uno de los que en las últimas horas apostaba porque al final la expulsada iba a ser Noelia. He pecado de incrédulo. Nunca tenía que haber dudado de la sabiduría infinita de la audiencia, en Gran Hermano existe una regla no escrita mediante la cual el seguidor intuye incluso sin datos por múltiples razones que concursante va a ser el expulsado, no lo dudé cuando pensé lo que pensé la semana pasada, sin embargo he dudado mucho en las últimas horas sobre la posibilidad de que se fuese Noelia.

 Hay antecedentes que te hacen cambiar de opinión, sin ir más lejos en esta misma edición, la primera nominación de Bárbara se dió un porcentaje de casi un setenta por ciento para uno de los nominados, esa intuición nos llevó a todos a pensar que sería el de Bárbara y que no tendría salvación, cosa que prácticamente todos teníamos asumido. En la gala se nos invitó a participar en la coreografía del famoso sorpasso y a participar con nuestras propias ganas de que podría suceder. Apareció por arte de magia un conejo de la chistera del mago y fue Candelas la expulsada. La audiencia era igual de sabia que hoy, la magia existe en este Gran Hermano, y los conejos de las chisteras a veces obran milagros a favor del propio programa. El año pasado tocamos a sorpasso por gala prácticamente durante toda la edición, lo nunca visto en ningún concurso del mundo, la conclusión fue que la audiencia era sabia y nadie se creía lo de los conejos y las chisteras. Desgraciadamente, yo he sido un incrédulo y esta semana he creído en ellos, pido disculpas a la sabia audiencia por confundir mi deseo y mi fantasía con la realidad más irreal que se supone es Gran Hermano.

 Pero como soy así de retorcido y aún creo en conejos, chisteras y hasta en realidades irreales me preguntaba anoche porqué, porqué no salió la magia... Entre las respuestas posibles ninguna me llegó a convencer del todo, soy consciente que la edición ha perdido a un gran activo, generador de contenidos, de odios y de mucha literatura en torno a su personaje en detrimento de una Noelia nula en argumentos y me preguntaba porqué la organización podría disparar sobre su propio pié en una edición tan brusca, impopular y tan criticada desde todos los medios, solo se me ocurrió una explicación posible, la duración. Lo mismo este cambio de chisteras por realidades nos ha estallado en la cara y nos aventuramos a una final exprés con otros siete finalistas. Vuelvo a pedir perdón por no pensar que en Gran Hermano en realidad lo que siempre suele suceder es aquello tan sencillo que se piensa que puede suceder.

 Fue como una lección. Un baño de realidad la que expulsó a Fernando. Lo dije y lo vuelvo a repetir, tras diecisiete años de concurso no puede venir ningún mindundi que una noche está sentado en el salón de su casa viendo una gala de Gran Hermano porque a su novia le gusta el programa, se calienta hasta venirse arriba y marcarse un tanto y le dice, el año que viene me presento yo. Y se presenta en la casa dando lecciones de compañerismo, de fraternidad, de amor, paz y sabiduría sobre lo que pensamos aquellos que casi ya peinamos canas en esto de ver la tele los jueves por la noche en el sofá.

  Erigirse en líder supremo y sentir que su influencia traspasa los muros hasta creerse dueño y señor de la convivencia actuando por encima del bien y del mal. Con cuántas sentencias no nos ha sorprendido Fernando en lo que llevamos de edición y a cual de ellas más ridícula. Este tipo de concursantes “antigranhermano”, cínicos, déspotas y dominantes nunca han tenido cabida en nuestra particular historia. Anoche pudo comprobar en sus propias carnes el significado real de lo que es Gran Hermano. Los abucheos lo bajaron de su particular nube dándole una bofetada de realidad, pero aún así, obstinado quiso despedirse con un “me importa una mierda” que resume fielmente lo que ha sido su paso por el concurso.

  El tercer punto de interés a mi gusto fue la nula respuesta de la organización a las críticas recibidas por la edición, la escasa capacidad de reacción y las pobres soluciones aportadas. Sabedores de la fragilidad en que se está moviendo este año el concurso son incapaces de aportar ideas para reconducirla. Si el Gran Hermano evolucionado es aquel donde la inteligencia está llena de dudas y la estupidez repleta de confianza, apañados vamos. Sacar de tu “tupper” particular aquellos juicios televisados del Vip de no sé que edición para remontar una edición en crisis es sinónimo de una incompetencia preocupante y de una burla mordaz que lo flipas. Llevamos mes y medio de edición intentando levantar a la audiencia con parches repetitivos y cuando por fin asumimos el bloqueo mental, la torpeza y la ineptitud de quienes dirigen el cotarro adaptándonos a lo malo de las carpetas y las broncas, anoche vienen y las eliminan sacándose de su chistera una gala de perdón, paz y amor haciendo resetearse a los concursantes hasta su punto de inicio, es tiempo de perdón decía el presentador dándole un carpetazo prácticamente a todo lo que llevábamos avanzado. Para nota.

 La gala fue para nota. Las dos horas primeras fueron de un sopor horroroso. Ver a las marionetas que has adiestrado para cumplir una función desligarse de su propio papel es lo más heavy que nos esperábamos encontrar. Normal, que todo vaya como va. La poca credibilidad que teníamos en esta edición anoche ya terminó por hacernos temblar. Si a la poca imaginación le sumamos la orgía psicológica del presentador queriéndose reinventar así mismo reencarnándose en el caos más absoluto tenemos los ingredientes perfectos para hacer de una gala un fracaso.


20 de octubre de 2016

BRILLANTINA


  Brillantina es la historia de un amor rebelde producto de unas noches locas de verano en el que al final de éste los protagonistas se despiden pensando en no volver a verse nunca más. El azar hace que vuelvan a reencontrarse en el mismo instituto, pero para sorpresa de ella, el chico encantador y atento que la había encandilado durante ese verano se había convertido en un ser engreído e insensible que en nada se parecía al que había conocido. El argumento en realidad no sirve para nada y solo es un excusa, a decir verdad la película era tan simple como el mecanismo de un chupete y desarrollada en base a topicazos típicos americanos, batidos, hamburguesas, poses y bailes de instituto... detrás de toda esa superficialidad se escondía el alma de la intención, la emoción de ver... que al final pasa exactamente lo que deseamos que ocurra. Seguramente fue un presentimiento. Y ocurrió. Como si se tratase de una secuencia cinematográfica elegida por riguroso orden todo sucedió como muchos de los que al empezar la fiesta y mientras “preambulaban” llenándose las copas o inventando selfies absurdos deseábamos que ocurriera para que al menos nos sacase de toda esa repetición.


 Acto Primero. Secuencia 1. Toma 1

 Fernando habla con Rodri sobre lo malas que son Bárbara y Adara, nada nuevo. Fernando departe con Pol sobre su relación con Adara, nada nuevo. Adara que estaba atenta a la conversación entra y le dice a Fer que él no es nadie para opinar sobre su relación. Fer le contesta que manipula a Pol. Adara le contesta que delante de él dice unas cosas y de espaldas a él dice otras, en resumen y para que nos entendamos en lenguaje “granhermaniaco”: «Falso» le grita Adara, «loca» le responde Fernando, «sinvergüenza» le replica la madrileña y así hasta aumentar los decibelios en rigurosa proporcionalidad a las veces que lo repiten. Fernando se pone nervioso, Adara ni se inmuta. Interviene Clara en defensa de su amigo. Le pregunta a Pol que si tiene algo que decir. Pol calla. «Pero que digas algo jodeeer,» le insiste Clara. Pol como si oye llover. Tú no te metas, interviene Adara dirigiéndose a Clara. Me meto donde me da la gana, le contesta o algo así, o algo así pero en plan Clara, ya sabéis, con ese lenguaje corporal tan característico suyo que intimida al más pintado. Al oir gritar a Clara y a Fernando aparece Bárbara. «pero que le dejéis en paz...» les dice refiriéndose a Pol. «no metáis a Pol en esto...» continúa. Mientras tanto y en medio de todo el barullo Adara le pregunta a Pol con voz suave «¿te manipulo yo, eh, te manipulo yo?» suave de discutir, o sea, a grito pelado. Clara se está calentando. Pol hace amago de abrir la boca, pero no puede, se lo piensa mejor. Clara se está calentando. Fernando la coge y se la lleva de allí. Mientras tanto...

Acto Primero. Secuencia 1. Toma 2

  En el dormitorio Noe llora a moco tendido. Beatriz y Meri la consuelan. En la discusión anterior ha salido a relucir su nombre en el intercambio de reproches entre Fer y Adara. «pero que me dejen en paz...». En realidad ese ataque de sentimiento le ha dado porque durante ese intercambio psicológico de reproches de uno y otro bando, se ha vuelto a repetir la secuencia del poder haber sido salvada por Adara, según ha contado la mismísima Bea en un nuevo ataque de fidelidad hacia sus compañeras de club intentando exculpar su boody. Y Noe ha vuelto a su mantra recurrente de siempre. La podían haber salvado y no lo han hecho. A ella, que se lleva bien con todo el mundo y no se mete con nadie. Se acuerda. Y llora. Mientras tanto se oyen de fondo gritos.


  Durante un receso como para bocadillo los ánimos se apaciguan. El realizador se toma un descanso y nos entretiene con unos planos de Rodri en la cama con Bea y Noe. La gente se dispersa, Adara comenta la jugada con Bárbara. Clara comparte con Fer, Alain está por alli, y Meritxell. Se acerca Pol y reviven la escena uno, Pol se defiende alegando que él todo eso que le dicen que no hace, sí lo hace. A su manera. Disparan para todo el mundo, o sea, hacia Bárbara y Adara. En un momento dado Clara, y también Fer intentan arrinconarlo haciéndole ver que lo que ellos dicen es la verdad, que en su grupo todos le quieren y que en el otro solo lo manipulan. Le ponen el ejemplo de cuánto lo quieren con Miguel. Le dicen que lleva dos días llorando por él y que debería hablar con él, que no se está portando bien, cuando Miguel ha sido siempre quien más lo ha defendido y lo ha querido. O algo así. Pol les dice que lo va a hacer, cuando lo vea oportuno. Se termina el receso. Volvemos.

Acto Primero. Secuencia 2. Toma 1

 Pol está en el baño y se le acerca Miguel. « como estás...» «bien» «llevo dos días sin saber nada de ti, ni siquiera te me acercas y cuando nos cruzamos bajas la mirada...» se atreve Miguel, «ya...» le responde Pol. «lo estoy pasando mal...» sigue Miguel. «Yo también...» susurra Pol. «Te echo de menos, sabes...». Silencio de Pol. Mientras tanto, Adara pasaba por allí intuyendo lo que estaría pasando. No se oye nada. Después Miguel afirmaría que en ese momento lo tachó de oportunista. Corte a otra estancia. Vuelta de cámara a dormitorio donde Miguel está ordenando su ropa en el armario. Aparece Adara por el dormitorio sin decir nada. Miguel se dirige a ella «eres una hijadeputa, que lo sepas...». Adara se vuelve con voz suave, suave de discutir, o sea, a grito pelado. «que has dicho??» «repíteme eso que me has dicho...» « que me has llamado? Repítelo, no me llames eso que la liamos, repítelo...» repite Adara. «que me dejes en paz, que me dejes en paaaaaz que ya no puedo maaas...» empieza a gimotear Miguel.

  Acto Primero. Secuencia 2. Toma 2

  Adara se dirige hacia su dormitorio. Los gritos de Adara y Miguel han alertado a los que estaban en el otro dormitorio, Clara se levanta hecha una furia y se dirige hacia Miguel. Que ha pasado, mira te lo digo por última vez, dirigiéndose hacia Adara chillando, con Miguel no te metas... me ha llamado hijadeputa, le contesta Adara, por encima de mi cadáver sabes, la afrenta Clara, abrazando a Miguel. Algo habrás hecho tú antes, apostilla Clara con voz estridente. Miguel llora y repite, que no puedo más, que no puedo más... todos le consuelan, entre gemidos intenta explicarle que le ha llamado oportunista mientras hablaba con Pol, y que le ha dicho no se qué y que entonces él la ha llamado hijodeputa, pero es que no podía más... Fer le coge de las manos y le dice, te están intentando hacer daño, no te quedes callado, reacciona, solo te quieren herir, insiste, que eres un tio con un par... mientras Miguel gime.

  Y ya me he cansado de tanta toma y tanta secuencia. De tanta película. El valor del sonido se está convirtiendo en una munición determinante, los timbres de Adara y Bárbara se superponen por encima de cualquier otro profundizando en el énfasis de su discurso, las repeticiones son el arma de Fernando, su discurso es breve pero repetitivo mientras el de Bárbara es insistente, el de Adara es corto y contundente, también repetitivo. Una buena estrategia defensiva pasa por anular cualquier tipo de ataque previsto por el enemigo. Si la táctica empleada es buena normalmente te harán menos daño, si tu defensa se afianza, el ataque enemigo tenderá a perder efecto, se estrellará una y otra vez y se resentirá todo su poder, es un buen momento para contraatacar y poder sorprenderlos. Bárbara y Adara han basado todo su concurso en defenderse, con el tiempo han aprendido a defenderse bien ante cualquier ataque de su enemigo, la moral de estos ante la firmeza de estas ha ido decayendo y han optado por renunciar al ataque frontal y buscar otras alternativas.

  Han dirigido sus pasos a atacar por los flancos más débiles. Miguel y Pol, también Noelia están siendo utilizados como escudos trampa para intentar la desestabilización del bando contrario. Ellas ya se están dando cuenta, pero por ahora están utilizando la misma contraofensiva, Fernando ha sido el que esta semana ha estado más tocado y sobre quien han circulado todos los disparos. A través de Miguel intentan desestabilizar a Clara, al tiempo que los otros lo hacen a través de Pol. Esta noche tendrán todos que variar su esquema. O no.

  Warning. El contenido deslavazado de la presente entrada puede ocasionar lag mental involuntario, episodios de locura con posibles efectos cerebrales o traumas irreversibles. Algunas escenas han sido dramatizadas y luego desdramatizadas por el autor y su falta de tiempo intentando condensarlas como buenamente ha podido, antes de adentrarse en cualquier tipo de opinión subjetiva altamente sospechosa sobre lo aquí escrito le sugiero que tenga en cuenta las dificultades con las que se trabaja debido a la puta censura y lo complejo de las situaciones.



19 de octubre de 2016

TRANSVERSALIDAD


   Lo normal en cualquier Gran Hermano sería que anoche y en riguroso directo se hubiese formado la “mundial” en el regreso de Bea, Adara y Bárbara de la sala de pruebas. Las caras de sus compañeros mientras cantaban subidas al escenario eran lo suficientemente elocuentes como para poder imaginar la que se podía venir encima. Creo y creo que estoy lejos de equivocarme que la mayor parte de la audiencia que anoche vivió el momento en directo coincidió en que por una vez dicha bronca habría estado justificada a tenor del espectáculo ofrecido por las tres inquilinas del club en la definición de la prueba. Puedo imaginarme la de comentarios desagradables y negativos que se dispararían por cualquier medio a esa hora y la de pensamientos coincidentes que pulularían por cualquier mente de cualquier espectador. Me los ahorraré por innecesarios porque ya supongo que todos irán en la misma linea. Y seguramente con razón.

   Si hay algo en Gran Hermano que se debería de quedar fuera de toda broma esa es la comida. Con la comida no se juega, tópico de los tópicos y que en GH adquiere una dimensión estratosférica. Es el sustento, el alma sobre la que ha de apoyarse cualquier principio de cualquier convivencia, génesis de los diferentes estados de ánimo, soporte indispensable del posible espectáculo y como no germen de casi cualquier disputa que se produzca dentro de la casa, amén por supuesto de ser ese tipo de sustancia que nos permite mantener en pie nuestras funciones vitales. Creo que el debate de la importancia de la comida en Gran Hermano estaría fuera de lugar por lo obvio. Por lo cual es entendible la reacción del resto de compañeros anoche, aunque extrañamente no lo manifestasen públicamente. Todos lo habríamos entendido.

  Gran Hermano es tan grande y tan complejo que al mismo tiempo que se entiende el enfado de los compañeros por algo tan sencillo como no haberse esforzado por conseguir la prueba que le diera el sustento semanal, se entiende también el no haber hecho leña del árbol caído y haber buscado un enfrentamiento previsible bastante argumentado y razonado. En condiciones normales y analizado los diferentes comportamientos durante la edición entiendo que mucha gente se sorprendiera de que la casa no hubiese estallado por los aires dada la importancia del hecho en sí, no habrán tenido los diferentes protagonistas mejor ocasión para intentar asestar un importante gancho en la mandíbula del enemigo, de hecho estoy seguro que “ese enemigo” lo esperaba nada más cruzar la puerta de la sala de pruebas. Pero no. No ocurrió. Quitando algunas expresiones de desacuerdo y alguna que otra banal pedida de explicaciones a Bea, la cosa discurrió como si nada.

  Parece todo tan sutil que cualquier explicación carecería de algún tipo de lógica, máxime cuando durante toda la semana la mayor parte de las disputas, el aumento de la animadversión entre algunos concursantes y casi el grueso de los enfrentamientos y las estrategias nos han venido dadas por el asunto de la comida y de la compra. Que si la compra del tinte, que si arriba el chocolate, que si la vamos a tener como lo hagan, que si lo voy a tirar al fregadero, que si que si, todo giraba en torno a eso, era la excusa perfecta para aumentar la distancia y ahondar en esas diferencias que parecían irreconciliables. Insisto en la grandeza del Gran Hermano auténtico alejado del carpeteo artificiado desde arriba cuando en una cuestión de semejante calibre se dejan lo simple y fácil de un lado para guardársela como munición para cualquier otro tipo de estrategia. Pareciese como si detrás de este golpe tan grave se estuviese ideando cualquier otro tipo de movimiento de muchísima más envergadura.

  No soñéis. La parálisis es puntual. La importancia de las cosas requieren de cierta supervisión, el caso es que de haberse producido anoche lo que todos esperábamos seguramente esta mañana estaríamos hablando del más de lo mismo, una repetición de algo que ya habríamos vivido por una cosa o por otra, por muy justificada que estuviese. Pensar que obraron con cierta inteligencia es abusar de lo que el propio formato nos ofrece, seguramente la rabia iba por dentro y aunque algún pensamiento se les envenenase la reacción de brazos caídos no pudo sino dibujar aún más el vacío de ideas que protagoniza la actitud de la mayoría de los concursantes, por no decir todos.

  Pero claro, si Gran Hermano fuese así de simple, la mayoría de seguidores de “las tres del club” que anoche hicieron el ridículo monumental llevando a sus compañeros a pasar hambre durante toda la semana, habrían dimitido de su elección, mañana las tres estarían supernominadas en nombre de la justicia o quien sabe si la propia dirección las habría penalizado de alguna manera por ese comportamiento tan insolidario y radical, y todo ello perfectamente adornado por el visto bueno del cien por cien de la audiencia. O eso, o a lo mejor habríamos asistido a una hoguera pública en el jardín donde las meteríamos a las tres y danzaríamos a su alrededor. Tendríamos unos justos vencedores y vencidos, la audiencia unánime en la decisión y todos seríamos un poquito más felices. “Biba” Gran Hermano.

  A veces las cosas no ocurren como uno se espera por mucho que lo pensemos. Tampoco la cosa pudo ser tan grave, de hecho el protagonista de la noche fue Miguel y su conversación con Clara donde dispuso una vez más de su catálogo de mentiras para darse un poco más del protagonismo que no posee mientras los demás dormían a pierna suelta y nos sumían una noche más en un aburrimiento supino. Mecachis. Lo que pudo haber sido y no fue. Seguramente acabaremos todos locos de querer buscar cosas donde no hay, y mira que es importante la comida. Tan importante es que está hasta sobrevalorada. Por todos. Por los buenos y por los malos, por los justos y por los pecadores.

  Anoche disfruté como hacía tiempo que no lo hacía viendo la resolución de la prueba con las “tres brujas” encima del escenario. Si, haciendo el ridículo. Sí, dejando a sus compañeros sin la compra semanal y con esas caras de pasmarote. Sí. Ya no solo fue el momento esperpéntico de vergüenza que se estaba viviendo donde ninguna fue capaz de aprenderse ni la cuarta parte de una mísera canción que ellas mismas habían repetido tropecientas veces, ni las risas que sabedoras de su desastre siquiera intentaron evitar, ni siquiera las caras de rabia e incredulidad que nos ofrecían mientras tanto los realizadores de sus compañeros que asistían perplejos desde el salón, no era solo por eso, es que las ví disfrutar aún sin disfrutar. Sé que para ellas no tuvo que ser un buen trago hacer semejante ridículo y quedar en evidencia delante de todo el país, pero aún así, disfrutaron. Y yo también. Y eso es lo complejo de Gran Hermano y lo grande al mismo tiempo. Y si, soy consciente de que seguramente iré a la hoguera con ellas... porque con la comida no se juega.

  O tal vez, ese silencio repentino que sobrevoló Guadalix después de la resolución, esa boca pequeña del súper diciéndole que no se habían esforzado y que la prueba no estaba superada cayó como un puñal sobre algunas de las conciencias de quienes dirigen y fomentan las carpetas, se niegan a fregar los platos, nos mienten para salvaguardar su culo o simplemente traicionan a algún compañero. Porque en Gran Hermano lo importante es la comida.


18 de octubre de 2016

EL TRIÁNGULO DE LAS MENTIRAS


   Departían amistosamente Miguel, Bárbara, Meri y Bea en los sofás, Noe y Rodri estaban en la radio diciendo alguna que otra tontería en plan relajado mientras nosotros hacíamos planes sobre lo aburrida que se presentaba la noche cuando de pronto nos vimos sorprendidos por una Adara totalmente fuera de sí y gritando, dirigirse hacia el grupo que estaba en el sofá, «sinvergüenza, eres un sinvergüenza...» dirigiéndose a Miguel y con exagerados aspavientos. Rodri y Noe se quedaron con la boca abierta sin saber que decir, los del sofá no supieron reaccionar y nosotros en un principio no sabíamos lo que estaba pasando para que ese oasis de tranquilidad y aburrimiento al que estábamos asistiendo saltase de golpe por los aires. «eres una mala persona, sinvergüenza que eres un sinvergüenza» proseguía Adara que seguía fuera de sí y gesticulando de manera exagerada. Nos enfocan la radio, Rodri y Noe siguen como los habíamos visto antes, con el mismo gesto de incredulidad y los ojos desorbitados. «Me has estado volviendo loca pensando que no te gustaba, sinvergüenza, que me has hecho llorar mucho...» repetía Adara a grito pelado señalando directamente a Miguel.

   De nuevo la cámara nos vuelve a enfocar a la radio cuando oímos que los gritos de Adara bajan de intensidad seguramente porque el súper le ha bajado el sonido del micrófono. Solo oímos balbucear a Noe sin perder su cara de sorpresa «la que se va a liar esta noche...». A los pocos segundos nos vuelven a enfocar a los concursantes del sofá y vemos como Adara se va alejando poco a poco del lugar. El gesto de Miguel es neutro, inesperado, sin saber reaccionar, a los otros les cuesta articular una sola palabra, todos nos hemos visto sorprendidos... Pasado el efecto sorpresa todos empezamos a despertar. Adara ya se ha enterado de la declaración que Miguel le hizo a Pol en el apartamento y ha estallado soltando todo lo que tenía acumulado.

  Más o menos hasta aquí el relato de los hechos. Apenas tres o cuatro intensos minutos. Fijaos bien y si es necesario volver a leerlo. Porque seguramente sea... la única verdad de todas.

  No me creo a ninguno de los tres. Ni a Miguel le gusta Pol, ni Pol está, como dice seiscientas veces al día, enamorado de Adara ni Adara siente lo que dice sentir por Pol. Es todo una burda mentira. Una patraña sin más con que nos la quieren meter doblada. Primero de todo, Pol no es del estilo de Miguel y él mejor que nadie lo sabe. Segundo, a Adara le sigue gustando Rodri y lo de Pol es un juego que tarde o temprano le terminará estallando en las manos, y tercero, Pol a la única persona que de verdad quiere y está locamente enamorado de ella es así mismo. Está confundido con Adara. A partir de ahí Gran Hermano es un caramelito lo suficientemente goloso como para dejarlo delante de cualquier boca que no sea la de uno mismo. Como entretenimiento puede no estar mal, sus seguidores tendrán y sus detractores también. No le doy a ninguno de los tres la capacidad suficiente para urdir un plan tan maquiavélico y exitoso como este pero Gran Hermano hace algunos años que se alimenta de su propia basura para poder sobrevivir, cuando las cosas vienen mal dadas cualquier resto puede saber realmente a gloria y este sucedáneo de carpeta es uno de ellos para goce y disfrute de algún aspirante a Corín Tellado con ínfulas y que mientras tanto trabaja en la productora.

  Miguel es un mentiroso compulsivo. Primero consigo mismo y segundo con el resto del mundo. De hecho en su vídeo de presentación se nos presentó como un mentiroso profesional que había hecho de la mentira su propia profesión, su propia forma de vida. Posteriormente nos ha ido confirmando que no solo ha mentido por interés sino que también lo ha hecho con su círculo más íntimo de familia y amigos. Mentirse así mismo es lo de menos porque solo te implica a ti y a tus propias circunstancias. En Gran Hermano llevamos diecisiete años soportando año tras año a piltrafillas mentirosos como él como para poder creer que ahora tenemos que comulgar con la rueda del molino de que tiene sentimientos hacia Pol... Y lo dice así, sin anestesia ni nada y mirando eso sí, a cámara mientras hace un ademán de echarse el flequillo para atrás y fija su mirada con medio sonrisa tapada... Falló la débil historia de su peluquín y se quedó sin argumento, en Pol, como buen observador que es vio un filón: media neurona, infantiloide, inocentón, cuerpo agraciado, medio bobo y con las mismas ganas de protagonismo que él, esa era su presa. No sé si el viraje de su concurso ha sido cosa suya o ha sido inducido, a los únicos que de verdad atrae su trama es a los guionistas de esta edición que han sabido sacar petróleo de una absurda mentira creando un argumento inconsistente y sin ninguna apariencia de ser creído. Felicidades. Hoy todos un poco estamos hablando de él...

  Pol es el único culpable de la “supuesta situación” que hoy está en boca de todo el universo Gran Hermano. Felicidades también a él y a sus padrinos guionistas que han sabido crear un personaje de la nada más absoluta otorgándole un papel estelar en esta historia. Para no salirme del argumento oficial aceptaré barco como animal acuático y me pringaré hasta la médula colaborando con la gran mentira. Dando por hecho que es cortito por naturaleza, le falta un hervor y está viviendo en los mundos de Yupi doy por bueno que mientras media España incluida su novia, era consciente del tonteo que Miguel se llevaba con él, él lo sentía como una bonita y sincera amistad. Lo puedo pasar, por colaborar un poco. Doy por bueno el discurso que Pol se ha ido inventando ante sus amigos para caerles bien y permanecer en el ajo de que “su novia” Adara, la chica de la que está profundamente enamorado y están haciendo planes de futuro, esa a la que repite tres mil veces te quiero te quiero y le suelta esos besos tan apasionados, haya sido objeto de sus bajezas para defender esa anterior amistad con Miguel con reflexiones tan incuestionables como “Adara es una víctima barata” o “está obsesionada...”, o que se haya posicionado a favor de Meritxell el día de los contraalegatos y en contra de su novia. Lo puedo pasar, por colaborar un poco.

  Pero cuando anoche, y no solo anoche, es un mantra que la mayoría de los concursantes utilizan como coletilla con Pol cada dos por tres cuando algo ocurre con Adara, tanto Rodri como Bea, intentaban tranquilizarlo o eso pensaban, puesto que era la persona más tranquila de la casa en ese momento, diciéndole: «tranquilo Pol, que tú lo has hecho bien...» y él asentía, sonreía y se hinchaba suspirando diciendo «si...» ahí me di cuenta que Adara le importaba menos que la final femenina de Petanca. Que solo vive por y para él, eso sí, siempre que alguien sea quien sea pase por allí y le recuerde de vez en cuando, que guapo eres, que bien lo haces, que buen amigo eres o eres el mejor. Pol es la típica madrastra que cada diez minutos le tiene que recordar su espejito lo genéticamente perfecto que es... pues no, no era ninguna broma. Se lo cree.

  Y claro, en Adara Pol ha encontrado a su espejo. No solo le dice lo guapo que es, sino que le da besitos, le habla y le hace cosquillas rompiendo todos los tópicos de cualquier cuento de Blancanieves. ¿Cómo no va a estar enamorado Pol de su propio espejo?. Incrédulos que somos unos incrédulos... Hasta aquí mi participación con la mentira oficial. Pol es el concursante más hipócrita, falso y rastrero de cuantos habitan en esa casa, lo de lelo o cortito solo son apelativos cariñosos que a veces decimos con un poco de ironía, lo peor es el egocentrismo maléfico que tiene y que usa a costa de lo que sea y de quien sea para poder guardar su culo. Un cobarde que se esconde o en el número o en su propia novia para no responder a la audiencia ante sus carencias, el mueble por excelencia del concurso, aquí me gustaría ver yo a todo esos que siembran tanta literatura contra los muebles hablar de Pol, un concursante cero, pero cero patatero a quien la organización ha elevado al estrellato sin comerlo ni beberlo tan solo para poder saciar su ansia de carpeta, pasaba por allí, no le fue bien con Rodri, y bueno, ahi estaba él... Ya lo tenemos, la carpeta por excelencia. El enamorado. ¿Y lo bien que suena a los ojos de esa o ese guionista sentido que tantos quebraderos de cabeza nos está dando?

  No Adara, no. Algo tiene que ocurrir para que nadie te crea en tu relación con Pol. Yo puedo estar equivocado, confundirme y fallar. Es cierto que los gestos de adolescente púber que intercambia con su pareja son antiestéticos e impropios de una persona que aparenta una mayor madurez, que sus frases aniñadas de escarceos entre horas producen cierto repelús y vergüenza ajena más propias de colegiales de trece años que de personas se supone adultas, pero bueno, lo puedo dar por bueno si a los artífices de la gran mentira les vale y disfrutan con ello. Pero como dije antes, llevamos diecisiete años metidos en esto como para saber discernir entre lo real y lo ficticio, ya no hay lágrimas que se nos resistan ni gritos que nos convenzan, sabemos distinguir entre lo auténtico y lo interesado, entre el amor y el hamor, entre la verdad y la impostura. Lo siento, pero no cuela. Ni para mi, ni creo que para mucha gente.

  El objetivo solo era uno. Y muy claro. Gran Hermano te desnuda totalmente, lo primero que te quita es la careta. Adara es una chica fuerte, resistente, experimentada en la vida seguramente y con unos principios bastante asentados. Una chica independiente, un poco solitaria y bastante madura a mis ojos, que sabe lo que quiere... Que sabe lo que quiere. Y se ha equivocado, porque ha calculado mal sus propios recursos, ha desconfiado de ella. Podía haber ganado de calle el concurso si no le hubiese hecho caso a nadie y hubiese sido ella misma. Qué incongruencia, ser uno mismo. Eso mismo la ha traicionado. Gran Hermano es un ente de cristal que todo se ve, que todo lo vemos. Es la primera lección que todo concursante debiera saber al entrar. Todo lo vemos... hasta lo que no se ve. En eso no ha fallado Adara. A ella si la hemos visto a diferencia de otros, pero lo hemos visto todo, ser transparente es lo que tiene, que se ve todo incluso hasta lo que no quieres que se vea.

  La impostura de abrirte paso en el concurso a partir de otros hace que te restes valor para compartirlo, y ha elegido mal. Muy mal. Seguramente eligió lo peor que pudo haber elegido. Tanto, que ha sido absorbida por el otro por necesidades del guión, las carpetas se hacen de dos en dos y si uno suma y otro resta, los dos fracasan. Y eso le ha pasado a Adara. La carpeta tiene sus propias normas, Gran Hermano las suyas, y Adara ha querido jugar con las dos. Para las primeras vale lo que sea, para las segundas no.

 Y eso la ha delatado.