EL FALLO DE SOFÍA

   

 Cuando a esas mentes calenturientas de responsables que dirigen todo el argumento les da en algún momento por dejar de lado el carpeteo fácil... a veces vemos Gran Hermano. No está siendo tan fácil la batalla, la expulsión de Amanda les subió unas décimas la audiencia y aunque ya vimos anoche que el recurso más fácil siga siendo el que es, ese equilibrio que siempre hemos demandado nos está devolviendo un poco de expectación y reconciliación. La casa en directo es oro puro y si consiguiésemos aislarnos lo suficiente del veneno que nos inducen a través de sus programas podríamos al fín disfrutar un poco de lo nuestro. No siempre todo ha de ser crítica, cuando algunas cosas se hacen bien es digno reconocerlo y la prueba semanal inspirada en algunos capítulos Lost está siendo reconciliadora con el espectador. Han sido muchas las ediciones que hemos reclamado este tipo de pruebas donde los concursantes tuvieran que llevar su convivencia al límite, el sueño, la sorpresa, el hambre, los nervios hace a veces sacar lo mejor y lo peor de cada concursante y qué mejor que eso para conocerlos de verdad mejor.

    Hay vida más allá de la cama y aunque parece que les cuesta esperemos que todo esto no sea un mero espejismo. Los fallos en la prueba nos están dando una serie de retahilas de incalculable valor y que se van sucediendo sin cortes de continuidad. El fín de semana ha sido épico en cuanto a consecuencias no solo dentro de aquellos muros, los nervios se empiezan a adueñar también en este lado y el desconcierto por la velocidad con que se sucede todo está empezando a hacer efecto. Cada vez se habla menos de carpetas imposibles y se profundiza más en el juego en sí. La lucha continúa...

    Sofía, que había cometido durante la fiesta del cumpleaños de Marta, su primer error, ayer por la mañana la volvió a pifiar, y aunque Ricky la había avisado se quedó dormida cometiendo su segundo fallo. Nada habría que resaltar en una prueba donde el sueño les vence y los despistes si no se organizan bien en base a guardias programadas y previstas no solo del concursante afectado sino de su sucesor incluido, están a la orden del día. No tienen nada previsto, y solo últimamente y a raiz de los fallos cometidos se está viendo un cierto orden. Ayer sucedió algo curioso. El fallo Sofía como era de esperar se magnificó hasta situaciones indescriptibles y se contagió de tal manera que llegó un momento en que ya no se trataba de un fallo cualquiera, se convirtió en una cuestión de “estado”, pasó a convertirse en “EL FALLO” y lo que tendría que haber sido una consecuencia más del juego y el despiste, un error vamos, pasó a involucrar de una manera u otra a todos los concursantes de la casa. La entrega se nos hizo por capítulos y la revolución llegó en sus consecuencias a salpicar a quienes habían empezado la mañana como acusadores para terminar la tarde como acusados. Leído así a groso modo solo estaríamos asistiendo a una anécdota más si no fuese porque los principales protagonistas tienen nombre propio y estos no respondiesen a las de sus principales autoras, Sofía, Marta y Raquel.

   El efecto contagio fue brutal, esos tres nombres llevan implícitamente añadidas la participación obligada de Suso y Ricky, éste ultimo aparte por ser activo importante durante el fallo, ya que fue quien cubrió las espaldas a Sofía y le recomendó que se acostase y no dijera nada que él se encargaría de avisar a Raquel que era la siguiente en tener que ser avisada. Si a todo esto añadimos la casualidad de estar en semana de falta de provisiones, la entrada de Aritz en el tema se hace inevitable, el sueño y el hambre hizo que a Han se le azuzara su ingenio y sacase a la palestra sus conclusiones matemáticas abriendo un poco de luz en el asunto. Y como no podía ser menos, la participación de aquellos que nunca están pero que tarde o temprano siempre suelen meter el hocico allá donde nunca hacen falta, por supuesto no tardaron en sucumbir a inmiscuirse, me refiero a Carlos y a Vera. 

    Lo más curioso de todo no solo fue la desgana con que Sofía aguantó el envite, es que mientras se iban descubriendo pesquisas, otros de los participantes iban fallando en sus pruebas. El silencio de Sofía al ver el cariz que estaban tomando los acontecimientos impulsó aún más la sospecha de los demás, llegándo a convertirse en una diana perfecta para los más susceptibles, Suso, Aritz y Raquel sobre todo. Marta que en un principio fue quien destapó todo al darse cuenta que había sido Sofía reculó y pasó a defender a su aliada, no ocurrió lo mismo con el resto de concursantes. Al principio de las pesquisas todos los tiros tenían un objetivo común, Sofía, a quien Aritz con una susceptibilidad en auge la señaló como principal sospechosa y le soltó uno de esos discursos paternalistas a los que nos tiene acostumbrados. Tal fue la presión que en un momento dado, hasta el mismo Suso y la propia Raquel pasaron a defender a la mismísima Sofía.

   El transcurso de la mañana hizo que el azar quisiera que las siguientes en fallar fueran precisamente Raquel y Marta. Dos de las primera inquisidoras contra Sofía. Al confesar Sofía que ella había sido la causante “del fallo” las críticas no se hicieron esperar y toda la casa asistió a su lapidación pública. Su silencio había enervado aún más los ánimos de quienes perseguían la verdad. Tanto que tras el fallo de Raquel, las culpas seguían recayendo en la propia Sofía a quien acusaban de no haberla querido avisar cuando en realidad había sido Ricky quien la había avisado como ya le había advertido a Sofía que iba a hacer.

   Una vez conocido el fallo de Marta esta se autoinculpó pidiendo perdón, una vez conocido el fallo de Raquel esta echó balones fuera quitándose responsabilidades y echando la culpa a quien no le había avisado según ella, una vez conocido el fallo de Sofía esta pasó del tema y no le dió tanta importancia haciendo con su actitud que los demás compañeros se pusiesen de los nervios. Por supuesto, todo esto acompañado de las correspondientes disputas y conversaciones paralelas, cuchilladas y demás cuchicheos malmetientes con que nos suelen regalar en todo tipo de conflictos.

   La cruzada antiSofía está servida desde hace tiempo alimentada por sus más acérrimos rivales lógicos, Suso y Raquel, a quien se les ha unido de forma manos sorpresiva de lo imaginado un Aritz que está más a la que salta que nadie y la tiene desde hace semanas en su punto de mira. La actitud displicente de Sofía hacia la mayoría de las cosas está haciendo que la casa y lo que no es la casa empiece a fragmentarse en dos bandos, dejándola a ella en el centro del huracán y quedándose sin querer como referencia entre dos filosofía distintas del juego, todos los indicios nos avisan de una nueva línea roja en el concurso y es posible que las atenciones se desvíen más de lo previsto con otros temas satélites, pero el fondo de la cuestión parece indicar que todo lo que suceda a partir de ahora va a estar encaminado a atacar o defender a esta concursante, a justificar o no sus acciones y según bailen con ella los concursantes sin darse cuenta se empotrarán consciente o inconscientemente en un bando o en otro. Su concurso seguramente no será nada de otro mundo, tampoco es que el de los más activos sean mucho más allá, es su forma de hacer, de ver las cosas, su actitud, en definitivia su filosofía y no sus actos lo que está haciendo plantearse a una parte de la audiencia posicionarse al respecto.