... Y DE REPENTE, MARINA.

   ...Y Vera, y Aritz, y Sofía, y Suso, y Niedzella y así hasta casi todos. Supongo que al leer el título alguien habrá pensado uff. No, no es eso. Me hizo gracia anoche en el debate el anuncio rimbombante cuando el reloj ya marcaba las dos menos cuarto de la madrugada de que tenían un video preparado de Marina y el plató de colaboradores estalló en un aplauso interminable. Seguramente, así en caliente, muchos habríamos pensado lo mismo y más de alguno caería en la cuenta de que a lo mejor el próximo jueves a pesar de la expectación el programa estaría poco a poco preparando la alfombra para Marina. Solo me hizo gracia. Pero me hizo aún más cuando pensé en lo que había estado viendo hasta ese momento, montajes sin fin sobre tres o cuatro concursantes apenas, y siempre los mismos. Hablábamos en la última entrada sobre algún punto de tendenciosidad a la hora de reinventar a buenos y malos a base de repeticiones de escenas con cortapegas, anoche triunfaron sin remedio de nuevo Sofía y Aritz, quienes van muy destacados en ese especial ranking que cada dos días se inventa la cadena.

   Y no es que Niedzella, Carlos, Vera o la misma Marina no existan, es que el ninguneo es altamente preocupante hasta el punto de que ya se empieza a especular con una final espeluznante. Menos mal que las votaciones en positivo siempre termina filtrando todo este desaguisado. Vera anoche fue relanzado por su conquista mexicana y ya casi leemos el teclear apresurado de los guionistas para cuando vuelva, Niedzella ya está preparada para el caso. Bueno, en realidad Niedzella está preparada desde hace semanas para todo, pero si lo argumentamos de alguna manera mejor. Otra cosa es que uno, escéptico por naturaleza, crea o no en el amor a primera vista y se emocione con promesas del tipo “te esperaré cuando salgas” para empezar una nueva vida juntos... a los dos besos de conocerse.

  Porque hay caminos, sendas y carreteras o autopistas, pero el del morbo sin duda es el más efectista con guión o sin él. Vera ha cambiado su personalidad de pagafantas en el tiempo récord que dura el trayecto Madrid-México D.F. seguramente con redactora de acompañante. Roxana aceptó sin remisión, total ya es su cuarta conquista...

   “Si dices que no te importan las etiquetas, ¿por qué te preocupa tanto que te las pongan?... No te entiendo, la verdad, es difícil entenderte, si sabes que Han está enamorado de ti, ¿qué coño haces todo el día retozándote con él?”. A simple vista parecería una de tantas cosas que le dijo Marina en la madrugada del viernes después de la fiesta mexicana, pero no es así, es un montaje de tres frases dirigidas directamente a Aritz por tres personas distintas en momentos distintos y referente a uno de los temas que nos ha tenido en vilo durante el fin de semana, la relación Han-Aritz en su episodio mil.

   Son esbozos de distintas conversaciones cuyos autores han sido por ese orden, Danielle, Marina y Suso tal vez para explicar por enésima vez alguna parte de lo inexplicable. Lo cierto es que Aritz se encuentra metido en un laberinto de difícil salida, hasta ahora y a tenor de lo visto todas las salidas de emergencia que ha utilizado, o está utilizando para poder salir han sido puertas falsas que le han reconducido de nuevo hacia dentro. O encuentra pronto la salida verdadera o lo menos que va a quedar a vista de todos es como mínimo de torpe. Lo de la escenita del show en plena efervescencia fiestera con tequila por medio y sentado encima de Han sobre la silla emulando escenas muy famosas de películas muy famosas, no tiene desperdicio si queremos en algún momento arrojar luz sobre el comportamiento del vasco en el concurso.

   Sofía sigue en su particular cruzada contra ella misma y Suso. Venida arriba tras su liberación en la sala de expulsiones del yugo de su principal enemiga Raquel, no tardó ni veinticuatro horas en sacar lo peor de sí misma en otra de tantas escenas de celos, en esta ocasión contra Daniella que en ese momento disfrutaba con el tonteo del catalán en la pista de baile. Tras ver la perspectiva con sus propios ojos tomaba una vez más la peor de las decisiones, ir a saco a por él, llevándose de nuevo el enésimo rechazo del guaperas y metiéndola de lleno en el enésimo bucle personal en que se encuentra, llegando a pasar de nuevo por el enésimo trance de pasar del amor al odio en cero coma y hasta pedir la expulsión del chico del que está colgada para así empezar una nueva fase.

   Repeticiones de algo que aún no ha finalizado forman parte de su personal coreografía en el concurso donde los pasos hacia atrás y hacia delante la están volviendo especialmente desquiciada y ya forman parte del adn de su trayectoria. Hay quien dice que a veces los árboles no nos dejan ver el bosque, y en esta trama algo de verdad hay. Sofía vacila, juega, busca, aprieta, se lanza a tumba abierta, rie y se divierte ahora más que nunca... pero Suso también vacila, juega, busca, aprieta, se rie y también se divierte. Pero ha impuesto una línea. Y eso que es muy fácil para él, quizás no lo sea tanto para ella. Hay provocación por medio dentro del juego y eso solo conduce a peligro, alguno de los dos se puede terminar quemando.

   Decíamos al principio que lo mismo nos faltan protagonistas en toda esta historia. O lo mismo nos sobran. Las escenas repetidas día tras día del triángulo Sofía, Raquel, Suso, o del tándem Han-Aritz, o el incipiente drama que se avecina con Vera y Niedzella tras la aventura mexicana del chico de barrio están sobrecargando la edición de demasiada previsibilidad. Ricky se ha ausentado de casi todo, a Marina nos la sacan con cuentagotas, a Carlos el directo nos lo ha dejado casi en exclusiva a tocapelotas esporádico y solo Marta, que ayer se llevó un buen coscorrón y estuvo amenizándonos la tarde con una bolsa de guisantes en la cabeza mientras soltaba una de sus míticas frases: “a ti te perdono, a Sofía la perdonaré mañana...”, nos sirve de nexo de unión entre unos concursantes y otros, participando de manera indirecta en todas y cada una de las tramas que van ocurriendo en la casa, sus salidas son oro puro, sus entradas... de lo mejorcito que estamos viviendo. Y es que con Marta estamos viviendo últimamente eso que dicen de que “siempre hay un roto para un descosido...”.