LAS COSAS DE GRAN HERMANO

    Lo peor que llevo de esta edición es lo mal acostumbrado que me están volviendo. Siempre hay algo de lo que escribir y el día que no lo hay porque ellos también tienen ese derecho a tomarse un descanso uno se encuentra totalmente perdido. Podríamos tirar de despensa, siempre hay en la recámara opiniones que se van acumulando y que en días como este de completo asueto colectivo podrían salir a la luz, pero en esta edición tengo otro problema, y es que la velocidad a la que se desenvuelve todo es de tal magnitud que lo que pensaba ayer hoy ya parecería anticuado, y es que son tantos los puntos de debate y disensión que creo que cada uno de nosotros podría establecer uno como punto de partida y estaríamos en bucle hasta que terminara la edición. Nunca jamás en ninguna de las ediciones había visto tanta riqueza de contenido en unos concursantes tan previsibles, lo mismo es que es eso lo que llaman la magia de Gran Hermano, que hasta un concursante de esos llamados de paso o por accidente, como pudiera ser Carlos, te suscita hasta las maravillosas ganas de dedicarle una entrada al completo y aún te quedarías con ganas de más.

   Creo que estamos siendo poseídos por la casa o algo así. Será lo que quiera que sea como pase esta edición a la historia pero indiferente no lo va a ser, el odio y las ganas que poco a poco se van transmitiendo de unos a otros y se contagian a cada minuto que pasa son tan grandes que se empieza a percibir cierta pérdida de objetividad y de frialdad en cada una de las menciones con que hablamos del concurso, la pasión parece como si hubiese vuelto a resurgir y aunque muchos no lo digan o escriban se nota, se palpa en el ambiente ante cualquier cosa por nimia que sea la que ocurra ante cualquier concursante. Ya lo estoy notando yo mismo a la hora de escribir esta misma entrada, que para no tener nada que contar las letras me fluyen como si me estuviese contradiciendo.

  Es tan poco lo que necesitamos este año para extraer contenidos jugosos y sacarle rendimiento a la nada más absoluta que hasta el regreso de un concursante tan gris como Vera esté creando unas expectativas inusitadas y podamos empezar a escribir una tesis sobre él. Se ha liado con una concursante mexicana en apenas cuatro días de intercambio, algo inesperado pensarán algunos por tratarse de quien se trata, otros pensarán y se frotarán las manos que la trascendencia venga dada por la expectativa que se está creando en cuanto a la posible reacción de Niedzella, hay quien ve el morbo en la reacción de concursantes tipo Suso y la envidia que le pudiera suscitar su oportuno viaje y las lecturas que de él se extraigan, en observar si su comportamiento cambiará o no con respecto al anterior de antes de irse, no sé si me estoy explicando, la verdad es que lo que en otras condiciones no pasaría de ser una mera anécdota este año de forma totalmente fortuita e indirecta sin querer se le está otorgando un protagonismo a un concursante de los de perfil más bien bajo que muchos de los del alto mismo para sí ya lo querrían. No es por ellos, somos nosotros, bueno tampoco es eso, es la propia edición la que nos atrapa hasta tal punto de hacer de lo trivial lo importante.

   Unos meros porcentajes salidos de la pantalla jamás habrían suscitado ni generado tantas dudas ni miedo ni expectativas. Todos sabemos como se las gasta la organización en estas lides, y más habiendo de los tres una de ellas totalmente prescindible según la mayoría de las opiniones, bueno pues la tensión es tal alrededor de esta próxima expulsión que hasta los nervios trascienden y traspasan las propias fronteras del concurso, las redes arden y los comentarios se multiplican alrededor de este nimio acontecimiento, y es que esas condiciones normales que en otras ocasiones hasta nos sobrarían, hoy en día y en esta edición no pueden ser previstas.

    Las sospechas, el miedo, la psisosis de que todo no salga según lo previsto por esas propias condiciones normales elevan el momento hasta el punto de trascendental por según quién se vaya. Y que Marina, otra concursante gris, tenga durante esta semana un protagonismo inmerecido por sus méritos en el concurso por el mero hecho de estar sentada frente a dos supuestos pesos pesados es señal inequívoca de lo especial que está siendo la edición. Creo que han enfocado más las cámaras esta semana a Marina que en los dos meses anteriores, creo que Suso, Sofía, Niedzela, Aritz le han dedicado más atención esta semana a esta concursante que a sus verdaderos competidores. Es tal la psicosis creada en torno a la polaridad en que se está dividiendo el concurso en esta fase final, que la mera presencia de un simple ente extraño en medio se nos presente como altamente sospechoso y complicado de lidiar.

   Todo es extraño, la susceptibilidad gira en torno a absolutamente todos los concursantes, sean de rango alto o de rango bajo, unos por participación activa otros por pasiva, hemos llegado a un punto que ya no solo importa la actitud de Aritz con respecto al programa o si las consecuencias de su divorcio con Han pudiese ser la salida voluntaria del concurso, sino que si una colleja de broma de Sofía a Suso en plan vacileo pudiese ocasionar un cisma en la convivencia y dar lugar a una tremenda bronca amén de jugosos comentarios sobre el papel de la mujer en la sociedad, de verdad es que esta edición está siendo para mirárnoslo... 

   Anoche, Suso le preguntaba a Aritz una pregunta muy sencilla, ¿Quién quieres tú que salga esta semana?. Sencilla y normal, dentro de cualquier parámetro normal, y además de rabiosa actualidad, acababan de saber los porcentajes ciegos, bueno, pues una respuesta normal como fue la de Aritz, “Tú...” un escueto monosílabo similar al que miles de seguidores le habría contestado,  terminó en tensión elevada a la estación de bronca, una catarsis dentro del propio entorno, enseguida esa respuesta tan precisa, tan lógica y tan directa suscitó todo tipo de sospechas entre uno y otro, de susceptibilidades y hasta de reproches mutuos. Pero vamos a ver, almas de cántaro, si no quieres que te conteste no le preguntes, y si le preguntas, lo normal es que te conteste. Pues no. Y así... todo.

   Pues eso, lo que decía, que ayer la casa no dió mucho de contenido y sin embargo de cualquier cosa por nimia que sea extraemos a veces conclusiones disparatadas por el mero hecho de tener que escribir una entrada sin nada que decir por no haber ocurrido nada. Y es que esta edición está siendo muy especial, podría encuadrarla dentro de los límites de unos extremos a los que no estamos muy acostumbrados últimamente. ¿Excesiva? Tal vez. O tal vez no. Lo mismo son solo

… las cosas de Gran Hermano.