ELLAS

     Confieso que me encuentro en este momento en una de las entradas más difíciles de la edición, sumido entre contradicciones y perdido en un submundo ajeno totalmente al mio pero que he de reconocer me llena de desasosiego e incredulidad. Me debato entre un romanticismo exacerbado que me tienta por lo intenso y la complicidad que me supone ver a tantas y tantas personas luchar por lo que creen aguantando desprecios y burlas de parte de una hipocresía cobarde que ocultan su falta de motivación. 

De parte de una memoria frágil que hace apenas dos años lanzaban cañonazos con el mismo fanatismo o más como ahora está ocurriendo, pero aquello estaba justificado cuando ahora jamás se pudiese comprender que lo esté. Entonces ninguno fuimos carpeteros sino que apelábamos al más común de los sentidos entonando la bandera de la justicia poética, éramos la razón y la verdad y quienes de verdad osasen enfrentarse a esa realidad solo nadaban en un mar reventado de odio y visceralidad. Que poca memoria tenemos.

     Ahora las personas que defienden lo mismo son fruto de la inconsciencia y la inmadurez, la representación de un falaz espejismo en el que se asienta una parte de la sociedad y que aún no ha encontrado el camino de su verdad. Seres inferiores con quien hay que tener cuidado porque no saben lo que hacen, idealistas sumergidos en un pragmatismo ciego que les conduce a una historia de amor tergiversada por decreto de quien sí sabe de eso. Intentan violar su propia intimidad y sus sentimientos o su libertad de poder elegir entre soñar o pasar por el aro de la ignorancia más absoluta y aguantar el menosprecio de quienes se creen superiores y rebaten sus actos.

    Me uno a su causa por coherencia con mis propios valores, aquellos que me guian desde mi instinto y me unifica a ellas en el sentido más simple de mi pensamiento, la fidelidad. Se cree en lo que se hace y en porqué se hace, y quizás también podamos estar equivocados, pero nunca renunciaremos al derecho de poder hacerlo, al menos no de esa manera tan burda e hipócrita que se nos quiere imponer con la mentira y el desprecio.

    Solo es un concurso, si, un juego que ni nos va ni nos viene más allá de la propia diversión y entretenimiento, por eso precisamente menos se puede comprender el intento de secuestro de una idea o una defensa o una forma de ser. Por eso incrédulos miramos hacia otros lados preguntándonos porqué. Que mal hacen unas personas que toman como bandera un ideal de sueño que para sí mismas quisieran vivir o verse reflejadas, que mal hacen con defender de la forma que mejor le place aquello en lo que creen, que daño hacen con mostrarse y desnudar sus sentimientos aunque a los demás nos parezcan ridículos. No es ese el camino de la tolerancia que deberíamos enseñarle a nuestros hijos solo por pensar distinto, por vestir distinto o por escribir distinto. Sospechamos de su inteligencia y renegamos de su propia personalidad de forma gratuita y solo por egoismo, siempre nosotros sabremos más que ellos pero somos incapaces de acercarnos a su mundo y asomarnos a lo que piensan de verdad.

         Podrá salir Marcelo o podrá salir Terry, que mas da. Creo en ellas porque pase lo que pase seguirán defendiendo aquello en lo que creen, sin titubeos, sin golpes de timón ni brisas maleantes que les desvie de su objetivo o de su sueño. Llorarán o lo celebrarán con champán, pero nunca renunciarán a sus principios, y podrán sentirse orgullosas de todo lo que han hecho, y al final a muchos nos habrán dado una lección de saber estar y de saber competir de forma limpia y libre. Se gastarán sus ahorros, dirán barbaridades pero jamás osarán a inmiscuirse en nuestro proceder o en nuestra mísera sabiduría, como nosotros sí que hacemos. En eso, también nos darán una lección. Utilizarán sus armas, de la misma manera que nosotros utilizamos las nuestras, solo que la suya es limpia e inocente mientras la nuestra puede tener trampa e ir encaminada a sumirlas en una triste confusión tramposa.

     Si en su dia se luchó porque un concursante acompañara a otro en su camino triunfal, que de malo hay en que ahora otra gente pretenda lo mismo. Si entonces fue lícito, porqué ahora no?. Iniciaron el camino solos, y quieren terminarlo juntos, aunque sea su final del camino, quienes somos nosotros para no permitírselo, quienes somos para velar por nadie y aconsejar lo que cada uno quiere o no quiere hacer, paternizamos con Laura y a pesar de lo que ella misma quiere la separamos de él por su bien, pero nos olvidamos de la trampa en que estamos sumidos y en realidad no son esas nuestras intenciones, sino debilitarla. De nuevo volvemos a ser ignorantes y entramos en la confusión en que nos quieren meter. Ella baila sola, si, como siempre ha hecho, y lo seguirá haciendo, si, con él o sin él. Pero no nos hagan comulgar con ruedas de molino y nos vendan que es por su bien.

        Sigo pensando que saldrá Terry, y que el juego seguirá su marcha, la marcha que tenga que seguir, quizás mañana de nuevo estemos hablando de nominaciones, de cálculos, de alianzas, de mentiras o de verdades, de favoritos o de muebles en la casa, de las ralladuras de Marta o de la alegria o la nueva estrategia de Yago, de mil cosas como siempre hablamos, pero hoy no me apetecía, hoy me apetecía estar con ellas.