TESIS

       Todos nos basamos en nuestros propios argumentos, en nuestras percepciones, en lo que vemos y lo que pensamos, por supuesto influidos por el influjo de nuestros propios intereses o deseos y siempre por descontado desde nuestro particular punto de vista. O sea, soy subjetivo.Y creanme que no conozco a nadie que siga el programa que no lo sea, y quien diga lo contrario miente. Y toda esa subjetividad la expreso de la mejor manera que puedo, debo o quiero. La cronología de lo que pase en la casa está perfectamente relatada en varios sitios, y además de forma detallada y perfectamente expresada incluso comentada. Y para que nadie se me pierda en laberintos interminables diré que todos somos así, los que seguimos Gran Hermano somos así de subjetivos porque Gran Hermano es así de subjetivo.

      Un programa que basa su argumento en la personalidad de sus concursantes solo puede estar sujeto a una simple y llana razón de ser, la interpretación. Y de la libertad de cada uno para ajustarla a su propia perspectiva personal depende todas y cada una de las letras que aquí o allí leemos o escribimos cada día. Cual es la parte que en realidad no se entiende?. O mejor, hacia donde queremos ir a parar exactamente?. Las personas, los concursantes cambian, las circunstancias tambien, los tiempos, las formas, las razones todo es cambiante y dinámico y oscila entre estados de ánimo mutantes y convencimientos crónicos sin razonamientos por medio. Si, podria ser cuestión de piel, porqué no?. Donde está escrito que no lo pueda ser, si es el pan nuestro de cada día en nuestra vida diaria. O acaso somos tan ciegos como para no querer ver nuestra propia realidad.

      No tengo porqué pedir perdón porque me guste Laura, a quien le interesa realmente las razones salvo a mí mismo?, acaso pedimos explicaciones a todo aquel que no le guste, soy mejor o soy peor que a quien le guste Yago o Lydia, o simplemente diferente?, y si lo soy, creo que no en menor medida que los otros. Que de malo hay en ser diferente. Me congratula no ser tan diferente a muchas personas de la misma forma que acepto que otras lo sean a mí. Odio comportamientos a veces de quien me gusta, se me atraviesan y los rechazo, y qué?. No busco en ella la perfección, porque conociéndome sería razón más que suficiente para que no me gustase, no me gusta ella por eso, ni tampoco la puedo rechazar por su comportamiento, adjuntamos un mapa emocional o visual de las cosas que nos ofrece y elegimos en contraposición a la que nos ofrecen los demás, y simplemente elegimos porque así se nos está permitido u obligado a hacer. Unos la eligirán a ella y otros a otros.

     Y una vez elegida, argumentamos nuestra elección, a veces lo expresamos mejor y otras veces peor, a veces se nos entiende y otras no, que más da si es realmente nuestra propia elección. Podremos aceptar como punto de partida las bases del juego en el que nos encontramos y a partir de ahi poder discutir lo acertada o equivocada de nuestra decisión, entrar a debatir si lo que pretende es llevarse el maletín es tan tópico como absurdo, entrar a debatir si está enamorada o solo es un papel de cara al público es tan ilógico como inútil. Nosotros somos los que valoramos todas esas cosas y en conciencia votamos para reafirmar nuestra credibilidad o rechazarla. Pero jamás podremos ponernos en lugar de ella y saber realmente si lo que pretende es llevarse el maletín o ser feliz al lado de quien ella cree que le puede hacer feliz.

     Solo damos nuestra opinión, no levantamos masas y lanzamos la horda para que nos sigan fanáticos que comulguen con nuestra decisión, solo expresamos cuánto pensamos sin más, y coincidentes o no, nos implicamos en un nexo de unión que nos lleva a esas mismas bases del juego de las que partimos. Que de malo hay en ello también?. Tenemos un objetivo común y lo manifestamos dentro del juego y bajo unas reglas que todos cumplimos. Nunca nos salimos de ellas por mucho que nos digan, solo interpretamos el juego a nuestra manera, de la misma manera que otros lo interpretan desde la suya. Tan lícita una como la otra. La política de desgaste, las plataformas antiLaura, el rechazo, la burla, las opiniones personales o la simple intransigencia con lo que pensamos claro que también forman parte de ese juego, y se acepta, de la misma manera que reclamamos lo que es nuestro, nuestro derecho a opinar lo contrario.

         No estamos sujetos a verdades absolutas, sino a comportamientos normales de agrado o desagrado, y si interseccionamos en un nombre común es una decisión libre y que forma parte de ese mismo juego, la forma en que lo hagamos es tan lícita como las demás. Lo mismo ahora nos toca defendernos y defender nuestra postura, esa que hemos elegido libremente, con razonamientos o sin ellos, con argumentos o sin ellos, con errores o sin ellos ..... que más da.