En uno de los videos que colgaron anoche en el debate decía Marcelo que parecía que el “pescado estaba todo vendido”. Es una sensación que se tiene tanto dentro como fuera de la casa, aunque dentro, excepto Marta que parece vivir en otro mundo, los demás empiezan a hacer cábalas y poco a poco todos van viéndose curiosamente cada uno en su puesto, es Laura precisamente la que ahora empieza a ser más consciente de su situación. Yago parece tenerlo claro desde hace bastante tiempo y Marcelo expresaba ayer su deseo que lograr la cuarta plaza para disfrutar de una entrevista más larga como compensación y con resignación. Todas las miradas dentro de la casa apuntan hacia Laura, basándose en la creencia de su apoyo fuera, cosa que el mismo Yago pudo comprobar in situ en su estancia fuera de la casa.
Desde fuera la opinión no parece distinta y todo el mundo aboga por un triunfo de la parleña, a pesar de la resistencia notable que en multitud de comentarios aún se dejen ver, muy poca gente duda de que el triunfo final tiene nombre de mujer. Incluso en sus enemigos se tiene la sensación de lo inevitable. Creo que la mayoria convendrá en la justicia de la terna de cuatro finalistas de este año y por tanto dada la inactividad reinante en la casa llega la hora de análisis y conclusiones.
No cabe duda de que los cuatro que quedan en la casa y dada la especial controversia que ha habido este año con el casting son sin duda los que más méritos han contraido para llegar a ella. Cada uno desde sus particulares aristas han sido los protagonistas de una edición extraña desde el primer momento y que ha llevado gran parte del concurso a muchísima gente a no tener claro su posicionamiento a favor de ninguno de los concursantes. Muchas son las argumentaciones que se podrian dar a este respecto pero creo que la ausencia de perfiles atractivos ha hecho que motivos subyacentes a las distintas personalidades nos dieran la clave, siendo la trayectoria la que más nos hubiese podido decantar al final por uno u otro.
Es hora de plantearse el porqué si o el porqué no de cada uno, sin duda y aún detrás de la evidencia cada uno tendrá sus argumentos para aceptarla sin obviarle méritos a ellos por lo que cada uno ha hecho de su particular quijote su principal defensa o ataque. Entre las argumentaciones se podrian extraer muchas que definirían la intensa batalla dialéctica que se está viviendo, pero sobresalen algunas señales por encima de otras.
Mucho se habla del fenómeno “carpetero” como timón del desenlace, guiando la última parte del concurso por donde le conviene a sus intereses, y mucho también se le está criticando por hacer precisamente lo que se deberia de hacer que no es sino votar. Muchas de estás críticas estan siendo verdaderamente desproporcionadas a tenor de los comentarios que se leen por todos sitios, teniendo una imagen distorsionada de lo que se supone este fenómeno ya conocido de otras ediciones. Se les define como grupo de quinceañeras “taradas” y dispuestas a gastarse el sueldo de sus padres para llevar a cabo una misión concreta, y es que Laura y Marcelo se dispongan a estar en la final, son defensoras de la pareja en unión o de alguno de sus miembros por separado.
Pero me temo que aunque en su numeroso grupo pudiese haber gente con esas características no es su definición de lo más acertado ya que intuyo que lo componen gente de diversa edad y condición y con un objetivo común, al igual que me temo que existe detrás de ese fenómeno localizado otro sector “carpetero silencioso” que coincide en intereses y que está siendo igual de decisivo o más que el que se deja ver por la red. Sin duda este fenómeno está siendo una de las características imprescindibles de toda la edición y que no se puede pasar por alto a la hora de analizar la situación.
Sobre los concursantes, al hilo de muchos comentarios que denotan el devenir del desenlace se está percibiendo en muchos de ellos la cuestión de piel como mal menor que nos aleje de justificaciones valdías que a veces nos metieran de lleno en bucles interminables. Se apela en algunos de ellos a la cuestión formal y educacional de sus comportamientos para valorar su concurso obviando en parte toda su trayectoria. Intuyo que las filias y fobias que de cada uno extraemos nos vienen dadas por su oponente y a veces incurrimos en comparativas injustas pasando del blanco al negro y dándole tintes extremistas a un comportamiento más habitual de lo que pensamos. De Yago ha gustado su concurso y su manera de enfocar su relación con los demás pero quizás haya carecido de la emotividad que toda relación sea del tipo que sea requiere para darle mayores visos de autenticidad, lo que ha dado pie a que mucha gente le crea y otra mucha no.
Sus defensores lo ven como modelo de concursante mientras sus detractores lo ven como pésimo concursante. Es un concursante sin término medio, o estás a muerte con él o no lo tragas, con el riesgo que eso conlleva, intuyo que no ha sabido jugar con acierto sus muchas bazas que las ha tenido y quizás haya pecado de conservadurismo en su actuación no mostrándose tal y como se esperase de él. Marta ha sido una concursante desconcertante que no dejado que la audiencia se le acercara en ningún momento ocultándonos muchas veces su verdadera identidad, ha jugado múltiples bazas pero sin profundidad en ninguna y quizás esa indefinición la esté castigando en esta recta final.
Sobre Marcelo se ha dicho de todo, y todo en función a su relación con Laura. Si bien su concurso ha ido siempre parejo al de Laura existe un público ciego que le ve distinto y que le adora, quizás sea el mayor ejemplo de empatía generacional de cuántos quedan en la casa y le comprenda sus muchos errores que ha cometido en el concurso. La actitud de Laura habria que analizarla aparte de cuántos concursantes quedan por las connotaciones sociales que de su comportamiento emanan. Es la incógnita de la edición y donde confluyen todos los caminos.
La concursante que más polémica crea, la más querida y la más odiada, la más empática y que más rechazo suscita. Su atractivo quizás haya estado en ese lado oculto que se le intuye y que está bien alejado de lo que nos muestra habitualmente, lo que ha dado lugar a mucho de controversia entre su actuación y su forma de ser. Se le ha atacado por flancos ajenos totalmente a lo que esperamos de cualquier concursante y se han obviado muchas de sus particularidades. Quizás existan secretos ocultos que nos hayan llevado a muchos a ver en ella esa emotividad que por ejemplo no le vemos a Yago o en la creencia de que la ignorancia en que se le ubica es mucho más normal de lo que la gente pensaría. Quizás haya sido la más cercana de todos a la audiencia, en sus aspectos positivos como negativos y quizás ésta le esté reconociendo esa cercanía y generosidad por compartir sus sentimientos. Siempre son detalles difíciles de contrarestar con argumentos objetivos pero que te unen a alguien por mera intuición o credibilidad.
Creo que el premio ha buscado caminos distintos esta vez a otros años, y se ha cegado con la imperfección de una muchacha enamorada que ha sabido compartir sus buenos o malos momentos con todos nosotros sin escondernos nada. Quizás el error de los otros haya sido ese.