LA FIESTA DE PLAF ...

     Todo el mundo esperaba fiesta y todo el mundo se quedó esperando fiesta. Algunos seguro que me entenderéis. No, Mayte no apareció. Es más, estuvo bastante comedida dentro de lo que esta concursante puede estar, ya por la mañana si eso dio muestras de un amplio repertorio de exabruptos varios muy suyos poniendo el listón bastante alto en cuanto a méritos para ser considerada como la “mayte” oficial de todos los grandes hermanos. Lo siento, he estado buscando en la frikipedia y no he encontrado ninguna tribu urbana en la que encasillarla. A partir de ahora y a raiz de su aparición en telecinco seguro que le lloverán copias por todos los rincones de este país.

 Ella es única. Tan única que no sabría si cogerla con pinzas o con tenedor. La cuestión es que lleva a toda la casa y parte de su exterior absolutamente de cabeza, nunca sabremos si sus reacciones forman parte de su código genético o como algunos dicen por ahí es una maravillosa actriz a la que los guionistas de este año han infiltrado como bomba de relojería para darle un poco de vidilla a los primeros días del concurso.

 Sus compañeros le temen, su supuesto hijo le teme, su hija le teme, todo el mundo le teme y se muestra expectante para ver en cada momento con que disparate va a salir, con que pie se ha levantado por la mañana o con qué pildorita nos va a regalar los oidos. Algunos, haciendo de tripas corazón ya se le acercan y le hablan con la consideración suficiente como si fuese una más, con sus cosas, pero una más. Aprovechan para hacerse los interesantes y pensar que la conocen en un alarde de naturalidad sospechosa, en realidad piensan que necesita ayuda y allí están ellos, voluntarios desinteresados para proporcionársela como forma de ser o parecer guay. Qué majos.....

    El problema es que aquí estamos igual, no sabemos si lo suyo viene de serie o solo es una impostura propia de algún guión medio retorcido que alguien ha escrito con el único fin de conseguir una prórroga para su siguiente contrato. Estas dudas me están matando. Ella solita se ha convertido en el eje sobre el que bascula la edición hasta ahora, si ella no está una noche de fiesta porque se encuentra haciendo unos cursillos acelerados de introspección tras haber metido la pata hasta el cornejón, la casa se convierte en una sosería espeluznante donde la radio y el billar brillan por encima de las estrellas. Menos mal que allí estaba Vera para amenizarnos la noche tirándole fichas a

Ivy mientras el cámara corría por la cruz de idem en busca de un plano de Carlos que le delatase, por Vera no quedó, por Ivy tampoco que ya puso de su parte, nosotros mientras alucinábamos en colores con nuestra imaginación mientras nos frotábamos las manos con una sonrisa malévola, uysch que pifostio se va a montar aquí, ya verás ya, pensaría más de uno.

   Todo quedó en un leve tonteo con la excusa de una Niedzela semiausente que por la tarde había necesitado de sus encantos para poder arreglar junto a su compañero el desaguisado de haberse vistos sorprendidos en extrañas posturas semiacrobáticas cumpliendo parte de su engaño. Sólo es un juego le decía el pobre de Vera a su damisela y platónica Ivy, ya lo irás viendo cuando salgamos fuera... no me traiciones le respondía la susodicha en un alarde de correspondencia por correspondencia mientras dejaba entrever una sonrisa burlona y picarona que certificase su falso interés y soliviantase de alguna forma algunas miradas envenenadas de un tal Carlos con quien a veces se cruzaba.

    Mayte dormía plácidamente o el descanso de la guerrera, ya se guardaban de molestar poco ni nada por si acaso se despertara la fiera. Algunos bailoteos sin muchas ganas y poco alcohol, el medio pedo de Marta no nos consiguió sacar del sopor, es más la sumió en una profunda y nostálgica perversión dialéctica que solo le hizo estar en medio de lo poco interesante que por entonces estaba ocurriendo. Pronto se fueron a dormir y nos quedamos con las ganas de algo que nunca llegó... la razón era muy simple, ella no estaba, su chirri no estaba para tanto faralaes.

Otra vez será...