DESIGUALDAD

 Todo proceso de cambio no implica una seguridad de mejora necesariamente, el resultado determinará de todas formas nuestras conclusiones cuando todo el proceso acabe, el que nos atañe tiene su lado positivo y su lado negativo, por un lado se inyecta de vida el concurso y por otro tenemos la opción de disfrutar de las entrevistas de los finalistas como realmente se merecen, hechos que con la dinámica anterior hubiese sido imposible. Se prolonga el concurso para los aspirantes y se les somete a un examen final, para ello tienen que sufrir una difícil reválida que los autentificará como merecedores y justos ganadores. Para ello el concurso ha de sufrir otras consecuencias, entiendo que el margen ha sido muy pequeño y la conjugación de intereses no ha tenido que resultar fácil, que se ha tenido que improvisar y aunque el objetivo que se ha pretendido haya sido bueno su finalización quizás haya estado necesitada de una mayor profundización para pulir algunos aspectos.

  En el debe podríamos destacar la insistencia en un hecho que hemos venido observando durante toda la edición  (eso sí que creo que ha sido la verdadera novedad de éste año), y es la entrada a concurso de la información  exterior. Este hecho sí ha podido ser cualitativamente importante por cuánto se ha dinamitado uno de los principios básicos del formato original, la incomunicación ha sido desde siempre el pilar del concurso y sobre el que se sentaban todas sus bases. Durante todo el concurso se ha dado vía libre a que esto ocurriese, pero ha sido en el nuevo diseño de final donde hemos observado que se ha centrado todo el argumento. Tensar la cuerda hasta el infinito o jugar con unos parámetros totalmente nuevos. La elección del más uno supone un antes y un después, éstos concursantes no ejercen como tal, oficialmente son acompañantes de los finalistas a no ser que abramos otro nuevo concurso dentro del concurso, como acompañantes serán indemnizados bien con una ampliación de su contrato o bien con un plus en el caso de ser acompañante del ganador de veinte mil euros,  lo que les hace indirectamente concursantes sin serlo oficialmente.

  Por un lado su objetivo debería ser velar por su acompañante y ayudarle a que éste consiguiera el premio porque así éste también obtendría el suyo. Pero estas reglas no han quedado perfectamente definidas porque en realidad no ha importado mucho, ha sido como un premio de consolación y agradecimiento por las labores prestadas. El fin último se ha decantado estrepitosamente por los intereses de solo una parte, la productora, ignorando por completo los intereses del concurso. Se ha impuesto el método sin tener en cuenta ni a los concursantes ni al público, dos de las terceras partes del entramado, ha buscado el egoismo de un share necesario para sus intereses y perjudicial para el resto. En realidad éstos falsos concursantes no tienen un objetivo claro ni unas reglas oportunas que les indiquen su forma de actuar con respecto a sus "responsables", solo saben que si ellos ganan, ellos se verán salpicados con una parte del premio. Motivación que debería ser suficiente para permanecer en competición aunque fuese de  forma testimonial ya que no hay nominaciones ni expulsiones, su única función es la de puro entretenimiento que es el objetivo de la productora y su único objetivo el que su "elegidor" gane.

   Éste objetivo choca frontálmente con la idiosincrasia del concurso y su formato. Los finalistas se encuentran en unas condiciones totalmente diferentes a los más uno y el plan de choque resulta brutal, unos vienen de un encierro de casi cuatro meses con la única salvedad de su visita a plató y su entrevista, hecho que le proporciona una cierta información del exterior pero quizás no la suficiente, aquí hay que hacer una salvedad importante y creo que trascendental en toda la dinámica, la única información que reciben la reciben a través de los vídeos que la productora les pone de su paso por el concurso y a través de ellos es como a los finalistas se les indica por donde ha sido encaminado su concurso, pero esto puede resultar un arma de doble filo ya que quien elige el paso por el concurso indirectamente es de nuevo la productora que selecciona los vídeos que cree conveniente para sus propios intereses con lo que de nuevo estamos dejando a los finalistas desprotegidos de toda realidad lo que les hace distorsionarla y entrar en una confusión que podría estar dirigida siendo perfectamente intencionada.

  Ellos vuelven a la casa con la única información que les suministra una parte y en base a esa información que lo que le hace realmente es alejarle de su verdadera realidad que ha sido su convivencia y los recuerdos de ésta con todos los concursantes. Digamos que se les deja a camino entre una realidad vivida y otra distinta observada. Llegan en unas condiciones digamos especiales, han visto violada la pureza de su encierro y su realidad vivida,  violentado su concurso y han tenido unas nociones sesgadas de como ha sido visto su paso por el concurso, ellos son conscientes de los vídeos que les han puesto y entran condicionados por ellos. Su ubicación no es muy exacta digamos en el concurso y su información incompleta.

  Por otro lado, los más uno vienen de una realidad totalmente distinta. Son exconcursantes que ya vienen adaptados a su nueva vida y que han podido visionar perfectamente todo su paso por la casa y el de sus compañeros, ver todo lo que ellos mismos desde dentro no podían ver, llegan con unas sensaciones totalmente distintas a las que tenían en el concurso y con una información riquísima de todo cuanto acontece en torno al concurso y sus habitantes, las preferencias de la audiencia, los errores cometidos, los puntos flacos de los finalistas y sus puntos fuertes, las mentiras y las verdades, la opinión de otros concursantes y sobre todo una visión más exacta de la realidad ya que la han vivido desde los dos lados. Tras un encierro de meses expuestos públicamente a toda la audiencia, su conexión con la vida real no le suele resultar cómoda a veces, tienen que rendir cuentas de lo bueno y de lo malo y permanecer en contacto con el concurso pero desde el otro lado. Hablamos de dos mundos completamente distintos, y una vez que te has adaptado a tu nueva vida y has asumido tu paso por el concurso de nuevo te meten en él. Te están ofreciendo la posibilidad de hacer todo aquello que antes no hiciste, de corregir errores o de incidir en todo aquello que ya sabes que a la gente le ha gustado. Pero lo que es más importante, tienes la posibilidad de utilizar toda esa información que dispones para tus propios intereses, y esos intereses a veces podían chocar con los intereses de los finalistas que son quienes de verdad se están jugando el premio.

 Estamos observando la adaptación de los finalistas y de los más uno en la casa y su nueva situación. Parece que estamos observando a unos concursantes que en realidad nada se parecen a los que hemos conocido con la salvedad de que todos llevan etiqueta puesta, unos son finalistas y otros son perdedores a pesar de la suculenta broma que pudiesen ganar, y la diferencia es grande. Ganadores contra perdedores. El escenario es perfecto para la vendetta o el acercamiento, para las explicaciones o las justificaciones pero me temo que la balanza y los medios desiguales, absolutamente desequilibrados. Mientras sigue el concurso la vida transcurre por otros derroteros totalmente distintos a él, no hay competición sino espera al veredicto final para unos y un tiempo precioso para justificar su paso por el concurso para otros e incidir o provocar sobre su propia imagen  la justificación de su comportamiento. Si alguien me dice que Pepe y Noe en éste momento son amigos no me lo creo, siguen siendo los mismos rivales de siempre a pesar de ir unidos, si alguien me dice que Ari y Pepe son los mismos les diría que no, que siguen siendo aún más rivales que antes, si alguien me dice que el objetivo de Pepe es el mismo que el de Noemí simplemente estaría mintiendo y si alguien me dice que los partidarios de Pepe que antes no soportaban a Noe ahora la quieren como ganadora o que los partidarios de Noe que antes no soportaban a Pepe ahora le ven como justo ganador simplemente no se está diciendo la verdad. Serán intereses o conveniencias o será lo que se quiera, el concurso deja huellas y desenlaces imposibles. Apaños de última hora en pos de un premio que no es de verdad,  sino de su verdad y si para defenderla hay que derrumbar al que te ha dado la posibilidad de poder hacerlo no se va a dudar ni un instante.

Estamos en el sitio donde querían, pero a un alto precio. Teniendo que pagar una cuota desorbitada a costa de la ilusión y la trayectoria de una convivencia que nosotros hemos aprobado y certificado, esa firma ya no vale para nada y ahora nos vemos obligados a aceptar otras condiciones para las que los concursantes no  están preparados. Si los ganadores han de pasar el filtro de tener que luchar contra la mediocridad y el resentimiento de quienes ya tenían asumida su derrota sin duda estaremos ante los mejores aspirantes a ganador de cualquier edición de Gran Hermano ya que no habrán tenido que sobrevivir a sus compañeros y a la audiencia sino a los mismísimos intereses de toda una cadena.

 Y aún así, siguen desprotegidos.