SE MARCHÓ LETI

  La vuelta a la casa de Edo, expulsado la semana pasada; La broma de la falsa expulsión de Kristian; La aparición de una nueva casa; La entrada a concurso de gemelos formando parte de un nuevo juego dentro del juego;  nominaciones en abierto pero diferidas; El desalojo de todo un plató de televisión en directo; El anuncio durante toda la tarde de que los porcentajes estaban más igualados que nunca, luego lo iremos viendo poco a poco, pero todo eso, solo para quedar a tan solo tres puntos de audiencia por ver a Falete tirándose desde un trampolín. Fue una gala trepidante por agitada. Desconcertante, diría yo donde el desorden, la desorientación y la perplejidad mutaban en nuestro estado de ánimo.

  Tuve momentos de duda sobre lo que estaba presenciando. Esto es Gran Hermano me dirán algunos, si, hasta ahí, lo pone en el título. La cuestión es, que si para todo eso es necesario todo esto, más nos valdría un poco de autocrítica. Mientras anidemos bajo la sospecha que por ser el programa que es, el éxito está garantizado y sigamos confiando en un corporativismo exacerbado e interesado,  la voluntad de los espectadores por  mantenerlo en las cotas que todos esperamos podría ir minándose poco a poco. Una de las acepciones para el gran circo la podríamos encontrar en el caos y la confusión de la gala de anoche.

  Empezamos con una primera hora infumable donde el argumento Eva-Danny era estirado hasta el tedio con profusión de videos repetidos y el argumento  de ver donde no hay llegando a entrar en una espiral de dimes y diretes totalmente surrealista. La broma de la falsa expulsión de Kristian realizada de forma precipitada nos condujo a un callejón esperpéntico que tuvo su culmen con el desalojo del plató de casi doscientos espectadores solo para comunicarle Mercedes que todo se trataba de una broma y que se despidiese de sus compañeros de forma apresurada. 

  En ningún momento llegué a entender el montaje de semejante argumento cuando estamos cansados de ver gente nueva entrar en la casa dando toda la información del exterior que quiere y más, si acaso un nuevo momento para el lucimiento personal de Kristian a quien poco a poco se le está dando un protagonismo gratuito por parte de la organización. Conmovedoras las lágrimas de Sonia y absurda la falsa despedida que apenas sorprendió a nadie, momento televisión elevado a la máxima ineficacia y peor espectáculo. Paseo de vuelta para Guadalix y entrada en la nueva casa mientras el plató volvía a estar repleto de gente. Absurdo no, lo siguiente.

  Tras el éxito cosechado la semana anterior con el juego de Eva, y la nostalgia de volver a ver lo conseguido por las gemelas de los Palacios, a los guionistas se le ocurrió la brillante y original idea de volver a revivir aquellos momentos, todo un clásico se va diciendo por ahí en Gran Hermano. ¿Perdón?. Pensaba que solo era yo quien estaba anclado en el peor de los pasados y que habría que remover cimientos en pos del espectáculo costase lo que costase. Del bueno, oigan, Dos gemelos “echaos palante”, graciosillos tal remix de los morancos, ávidos de tele, pero sobre todo gemelos,  uno de los cuales había tenido un rollete hace dos años con Argi en una discoteca de Benidorm. Argumento más que poderoso para entrar en Gran Hermano y hacernos revivir aquello que decían de que cualquier tiempo pasado fue mejor. Ojo, que ahora no lo digo yo, lo dicen otros. Me tendría que preguntar porqué será pero no lo voy a hacer, no soy experto en televisión. Por cierto, Igor, desde el minuto uno se coscó de que los había visto en la tele, yo aparte de ver que uno estaba más gordo que otro, que uno era más lanzado que otro y que uno era mucho más vivo que otro, apenas los pude distinguir.

  Con toda esta amalgama de emociones encontradas habíamos presenciado la expulsión de Leti con diez puntos de diferencia sobre Danny y su notable despedida de la casa, habíamos presenciado de nuevo las lágrimas de Sonia que parecía enviudada por momentos sumiéndonos en un drama irreversible y nos condujeron a otro de los momentos cumbre de la noche, las nominaciones. Realizadas mientras asistíamos a la entrevista con la expulsada, como castigo por haber incumplido el secreto de las nominaciones de la semana anterior, se las pusieron nos las pusieron en diferido y a toda pastilla por las altas horas en que nos habíamos metido. Resaltar los puntazos de Noe y Sonia a Susana y la nominación de Iván, Argi de nuevo en la palestra y camino de récord.

   La postgala solo sirvió para ver el mosqueo de Susana, quien se había visto sorprendida por los puntazos de quien decían se consideraban sus amigas y las excusas de éstas, sobre todo de una Sonia a quien cada vez se le va viendo más el plumero de un protagonismo exclusivo. Susana, indirectamente se está convirtiendo en protagonista obligada por la dejadez de sus compañeros que no están calibrando muchas de las consecuencias del juego. Iván y su búsqueda del tiempo perdido aunque todo  parece indicar que su argumento ya ha tocado fondo. Volvemos a tener a Edo en la casa, todo un homenaje a aquellas bonitas palabras de despedida que nos dejó helado el corazón. Tenemos gemelos y tenemos comida. Preparémonos.