LA NOCHE DE DANI

  La gala en la que Mercedes y Dani se desternillaban de risa.  Muy poco contenido y muchos vídeos para contrarrestar. Si algo hay que agradecer de todo esto es la duración de las entrevistas a los finalistas, algo que en ninguna otra edición habíamos tenido la oportunidad de disfrutar por la condensación de la gala final. Un merecido homenaje a quienes de verdad se lo merecen. La de ayer fue divertida,  muy Dani, y con una Mercedes colaboracionista. Hubo momentos simpáticos sobre todo los que emanaban de la misma improvisación del momento, a Mercedes le gusta Dani. Todo lo que es divertido si lo prolongas mucho y lo repites mucho al final hasta termina por cansarte, lo mismo sobró algún punto de escenificación en Dani a quien parecía iba Mercedes dándole cuerda, llevó su papel al límite de la exageración y mi impresión es que sobró algo de infantilismo en todo ese tiempo, sabemos que es gracioso pero nos dimos cuenta que gana mucho más en los vídeos que en el directo, lo mismo tiene algo que ver con algo que llaman naturalidad.

  Dani está en la final porque se lo ha ganado a pulso. Ha luchado por esa final arriesgando más de lo que estamos acostumbrados a ver por esos lares adoptando un rol suicida y poco visto en la casa, se ha lanzado a tumba abierta y ha creído en su papel, ha disfrutado en la casa y ese disfrute lo ha transmitido al exterior entregándose  sin ambages a la experiencia. Ha habido momentos que ha estado demasiado sobreactuado pero ha definido bien su tempo, ha utilizado perfectamente todos sus recursos sin guardarse nada y ha jugado con inteligencia y valentía, para mí un merecido finalista al que quizás le falte ese punto emocional que requiere el perfil de ganador.

  De la cantidad de vídeos con que nos amenizaron la gala la mayor parte fueron dedicados a la bonhomía de los concursantes incluidos los "malos" de la entrevista sutilmente preparados para acompañar la argumentación de la noche, fue gala de reconocimiento hacia la trayectoria de los verdaderos protagonistas. Se buscó el lado humano en los ofrecidos durante la primera parte de Ales y Marta y se pasó de puntillas sobre los del resto de concursantes buscando en todo momento la cara divertida, mera noche de entretenimiento con poca sustancia que nos invita a pensar que pueda estar todo el "pescado vendido". La elección de Ari por parte de Dani, me pareció sospechosa. Aunque todos dábamos por hecho que así ocurriría, es innecesario privarnos de ese momento especial, el elegido está en una nube y no es consciente de lo que está pasando, lo cual le puede llevar a tomar una decisión que no se podría corresponder con lo esperado, en todo caso es a él a quien corresponde tomar esa decisión y solo a él,  sin necesidad de ayudas de ningún tipo, hubieron gestos durante el proceso que me incitaron a pensar que tendría que elegir a Ari o a Ari, y si después nos mandan a publicidad, nunca sabremos si la decisión ha sido libre o incitada. Hasta anoche no había tenido dudas.

  Sobre el mecanismo elegido para la elección de los finalistas no obtuvimos apenas datos nuevos, era la última nominación y así se le comunicó a los concursantes. Como era previsible salieron todos nominados y les toca esperar a ver lo que la audiencia decide. Para nosotros, a pesar de los guiños, seguimos sin obtener respuestas por lo que tendremos que seguir esperando a ver como se resuelve el enigma. Todo parece indicar que habrá cuarto finalista aunque ante la pregunta de la grada de exconcursantes Mercedes ni afirmó ni desmintió emplazándonos al próximo lunes para resolver la cuestión. Insistió hasta la saciedad en que todos iban a tener posibilidades recordándonos un puntilloso “fair play” como norma, que entiendo iba dirigido hacia una sola de las partes interesadas... nosotros. Se habló de posibilidades, pero se tuvo el cuidado de no mencionar la palabra "mismas" lo que deja abierta la puerta de las especulaciones.

 Hay mucha gente que parece tenerlo claro y cristalino, sin embargo hay otra que no parece tenerlo de la misma manera, y a pesar de todo es comprensible. La expectación queda fuera de toda duda y el objetivo de mantener abierta la línea de la final es de agradecer, pero quizás al tratarse de lo que se trata de una final donde se ha de resolver una partida de cuatro meses de duración un poco menos de opacidad no debería desestimarse. Ésta semana están todos nominados, por lo que la posibilidad de que todos puedan acceder a la final es indiscutible, pero no se debería pasar por alto dos datos importantes que nos faltan, la confirmación del cuarto finalista y la asunción de que mientras no se diga otra cosa las posibilidades de haber podido acceder a ella no han sido las mismas para todos los concursantes. María y Hugo es la tercera vez que optan para un puesto en la final, Pepe y Pipi, por circunstancias obligadas es la primera vez que están teniendo esa posibilidad, de los cuatro nominados todos tienen la misma posibilidad de llegar a ella, de dos de ellos ésta es la primera oportunidad, en el caso que el elegido sea uno de éstos, el otro no habrá tenido ninguna, en teoría y salvo cambio de discurso, dos de los concursantes optan por primera vez a una sola plaza en la final.

  Es normal que haya partidarios de éstos dos concursantes que exijan las mismas oportunidades y que tengan dudas del sistema empleado, tienen sus razones y por más que se le pida tranquilidad ante la falta de comunicación al respecto no se puede esperar otra reacción distinta. Todo parece indicar que habrá cuarto finalista y que entonces, sí, es posible que todos puedan llegar a tener las mismas oportunidades, pero mientras tanto es comprensible su protesta. Faltaría dilucidar la forma de acceso para ese hipotético cuarto finalista, sabemos que no va a depender de los concursantes, lo que no sabemos es si va a depender de la propia organización o de la audiencia. 

  Veo absolutamente innecesario éste intríngulis a éstas alturas y cuando se trata de un concurso que hasta el momento ha sido modélico. La sorpresa causa  efectos a su debido tiempo, fuera de él puede incluso ser arriesgada y sobre todo innecesaria o de dudosa explicación. Todo el mundo está en su derecho de pensar que se podría estar preparando una final a la medida de Pepe o Pipi de la misma manera que se podría optar a pensar justo lo contrario, que se impida que alguno de ellos llegue a ella. Nosotros comprendemos el sentido del camino y los objetivos que se persiguen, pero de la misma forma ellos también deberían comprender los nuestros, a fin y al cabo solo es un juego donde muchos participan y al final solo gana uno.