LA GRAN FINAL

  Nunca me había costado tanto empezar una entrada. Seguramente si la hubiese empezado a escribir anoche me habría salido de carrerilla porque son de esos momentos que te sale todo de dentro y no te cuesta nada reflejar, tenía la sensación de que eran tantas las cosas que me apetecía decir que empezaría y seguro que aún estaría escribiendo. Supongo que con las horas todo lo relativizas un poco;  intentas recordar algunos momentos que te lleven hasta el concurso y te centre un poco en el argumento, así veo a Hugo despidiéndose de sus compañeros durante varias fases, a Sindi y a María tensas y nerviosas ante el desenlace de lo que suponían era su gran noche, a la entrevista y el descubrimiento del interviú de María, veo a Noe durante la primera hora del programa centrando toda la pantalla y su acercamiento a Ales, el intercambio de casas, algunos vídeos recordatorios y la frase que Hugo le dedicó a Noe en su despedida aconsejándole que tendría que ser un poco más clara.

 Podríamos pensar en que asistimos a una gala más,  flojita,  es cierto y un poco decepcionante. Podríamos desarrollar cualquiera de esos temas y alargarlo hasta el infinito o relatar lo ocurrido durante la madrugada en esas conversaciones interminables de bucle cansino y repeticiones y firmarla  de una manera correcta, si ya luego terminamos justificando lo que ha sido una mala noche y me dedicara a hacer de pitoniso sobre lo que pudiese ocurrir con la elección del cuarto finalista o la elección de su más uno, seguro que ahora ya estaría tranquilo y a otra cosa mariposa. No es mi estilo, y lo siento por quienes ven en mis letras esa imagen de inmovilidad, purismo lo llaman ahora. Pues mira, no. Lo siento pero si la diversión, la novedad, el cambio y la emoción de Gran Hermano lo tuviese que buscar detrás de lo que la pantalla nos mostró anoche prefiero quedarme en los ancestros de esas liturgias mal entendidas, quizás no tendría tanta tinta donde gastar pero  tampoco la sensación de tristeza y de ridículo que sentía mientras miraba la televisión.

 Flaco favor les hacen quienes alardean de lo que no son, si algo quieres o te gusta de verdad no les engañes, no le mientas ni le digas las cosas que no son, es preferible decir la verdad aunque ello reste al costo tu propia imagen, la realidad solo tiene un camino y es el que vemos, la mentira puede ser interpretable pero las consecuencias pueden venirnos envenenadas. Las palabras quedan escritas para siempre y nos hace más prisioneros de lo que pensamos. Jamás me atrevería a relatar la crónica de ningún disparate y menos sin avisar, y lo de anoche fue un disparate, un hecho erróneo, absurdo e ilógico. Pretender disfrazarlo es no hacerle ningún bien al programa ni a la gente que lo realiza. Podría remitirme a muchas de las palabras vertidas en éste panel de comentarios por muchos de los que aquí escriben y ahondar en nuestras propias contradicciones, meterme de lleno en el concurso o mirar hacia otro lado a la espera de que ocurran otras cosas que nos sirva de parapeto donde ocultar las palabras.

  Lo de anoche solo fue el resultado de un error que veníamos avisando, la confirmación de lo absurdo de una decisión mercantilizada hasta el punto de atacar al propio sentido común y la lógica del programa. Desviar la atención de lo inevitable,  ahora es cuando voy a utilizar esa frase que tanto me apasiona, justificar lo injustificable, lo siento por quienes no opinan igual,  pero es mi opinión. Hubo un momento en que mientras asistía al esperpento de anoche llegué a pensar que todo esto aún podría tener solución y era cuando le dijeron a los finalistas que se fueran por la puerta del jardín haber aprovechado la ocasión para decirle a los más uno que se repartieran el premio entre las tres y se marchasen a su casa no sin antes darle las gracias como se merecen. Habría sido el colofón a una edición histórica y  devolverle el protagonismo a quienes de verdad se lo han ganado... una decisión justa. Solo fue un pensamiento fugaz, la realidad me devolvió al “cue” en cero coma.

  No voy a entrar en el ridículo que nos hicieron tragar de Sindi, María y Hugo en el momento de esa falsa final, la resolución de ese "la audiencia ha decidido que no debe ganar GH" o del otro más ridículo aún "La audiencia ha decidido que tiene que ganar GH, Sindi o María, María o Sindi, Ales, Pepe o Dani". Fue como el culmen del disparate y no niego que me sentí por un momento sonrojado. Me resultaría difícil describir mis pensamientos en ese momento. Lo siento por ellos, por Hugo, por María y por Sindi, y por los otros finalistas, porque creo que no se lo merecían, que Gran Hermano 12+1 no se merecía lo que anoche estábamos viendo. Me resultó patético todo el desenlace y de la forma que han enfocado toda ésta final. Una final que no está a la altura de lo que ha sido la edición, ni a la altura de los mismos concursantes a quien se les está premiando con una falta de escrúpulos intolerable. Se está mercadeando con las ilusiones de la gente y se les está haciendo un daño irreversible, a ellos y al programa. Intentar cambiarlo todo para que parezca que no ha pasado nada, que no es tan importante ni tan exagerado, que solo se trata de un juego, de una broma al servicio del espectáculo y de la diversión es ocultar la realidad y jugar con los sentimientos de muchas personas sin ningún pudor. Que Hugo, Sindia o María se mostrasen tolerantes no implica que no se les haya hecho daño. Mercedes tuvo anoche la gala más difícil de todas las que ha dirigido durante los doce años de programa y ella lo sabe, y sabe porqué lo sabe. Nosotros también vimos en sus ojos el horror del error y aunque intentó lidiar con un toro con asta envenenada al final no tuvo más remedio que sucumbir ante tanta negligencia junta. Si se tuviese que hacer la peor gala de todas, anoche no lo podrían haber hecho mejor.

 María y Sindi, a pesar de los anuncios, están nominadas, perdón, son las aspirantes a la cuarta plaza de finalista, ayer también lo eran o eso creíamos, pero no, ayer solo se decidía al sexto expulsado por el menor número de votos conseguido, rondando un diez por ciento de votos fué el culpable de que Hugo se despidiese de la casa, pero con la esperanza de que aún podría volver a entrar de nuevo si la finalista lo volviese a elegir y poder competir por el premio más uno. Se rumorea que las acciones de María podrían estar subiendo en detrimento de Sindi que ayer lideraba las encuestas con más de cuarenta puntos de diferencia y los porcentajes del debate, pero que al poder repescar a Hugo y poder enfrentarse entre los dos a Noe podría ser interesante para el espectáculo el desenlace de la votación ya que Sindi perdería enteros con la posibilidad de que eligiese a Sergio como acompañante. Los tres primeros finalistas esperan, ahora en la antigua casa, junto a sus acompañantes, mientras las dos aspirantes a ser eliminadas, perdón, a ser finalistas, ahora levitan la vergüenza de su triste final en el loft, eso sí, con la nevera repleta. Suponemos, aunque no pongo la mano en el fuego,  que el próximo lunes habrá gala y que los votos acumulados de las dos nominadas,  perdón, aspirantes a finalistas, que no se echarán en olvido sino que cuentan por tres o cuatro dias más por fin decidirán al último más uno.

Darle la vuelta significa todo eso.... y mucho más.