A TRAVÉS DE SU MIRADA

  Si tuviésemos que hacer un resumen de la gala, lo haríamos a través de una mirada. La de Pepe. 

  Sorprendidos nos quedamos todos con la velocidad que nos pilló todo. La comenzamos tranquilamente viendo esa especie de resumen de la crisis entre Sindi y Sergio y que tanto está dando que hablar. Mercedes se puso de éste lado reconociendo nuestras quejas por la censura y es hora de que nosotros ahora nos pongamos en  el suyo, siempre ha sido así y nuestro deber seguirá siendo  decirlo, como en todo, siempre existen los términos medios. Las galas duran cuatro horas y el trabajo del día a día también debería ser justo reconocerlo. De la relación nada nuevo; nos ofrecieron esos videos inéditos que esperábamos que no nos hizo sino confirmar algo que muchos pensamos. Observé la mirada de Sindia, y la sigo apoyando. Entiendo su silencio y su derecho a no decir realmente lo que piensa, tiene el beneplácito de Pepe y evitar causar más daño a Sergio. Este es su concurso, no el de él. Todo lo demás sobra por muy duro que parezca, y la vida es muy larga. Pero está asistiendo por primera vez en su vida a su mejor lección y nadie debería interrumpírsela.

  Todos nos quedamos  helados, cuando Mercedes dijo aquello de: “Pepe, puedes ir despidiéndote de tus compañeros y acude a la sala de expulsión”. Nosotros fue un segundo, el tiempo justo de reconocer la genialidad, ellos tardaron un poco más, y la mirada de Pepe automáticamente reaccionó como en las grandes ocasiones, saltando de sus órbitas, aunque compensó una risa nerviosa su expresión de asombro apenas le dio tiempo a pensar que no entendía nada para a continuación resignarse a todo. Todos se bloquearon e incluso páter dejó caer una risa sospechosa, apenas dio tiempo a una despedida helada sumida en el desconocimiento y el pensamiento de todos del clásico no puede ser. Magistral el guión preparado, insólito el momento.

  Mientras la cámara nos obsequiaba unos segundos con un Pepe pensativo y perdido en la soledad de la sala de expulsiones jugando de nuevo con esa mirada perdida en el infinito y la sonrisa congelada, nos llevaron hasta el confesionario donde Michael esperaba su veredicto. “Aris, despídete de tus compañeros”. Para algunos fue un sonido a la esperanza, a qué estaban jugando se preguntaban y muchos volvieron a pensar en Pepe. Su encuentro en el confesionario con Michael, fue muy Ari. Muchos abrazos, que guapa estás, como te echo de menos, apertura de la carta y vuelta para casa. Todo según el guión previsto.

  Marta, de nuevo Marta, y Dani ni pisaron la sala de expulsiones. Ari fue vista y no vista, y allí quedaron Noe, Juan y Pepe. Tras unos geniales minutos de suspense nos llegó lo esperado, Pepe de vuelta a casa no sin mostrarnos esa alegría flamenca que le caracteriza en esas especiales ocasiones y su reencuentro con sus compañeros, alegría sincera en la mayoría, especialmente en una Marta preocupada y en una Sindi bastante nerviosa. Poco le duró la relajación de su mirada puesto que nada más sentarse de nuevo fue llamado para que se acercara al vestidor. Vuelta atrás y encargo de que tenía que encontrar algo, sin pensarlo se dirigió a la última puerta del armario, que noche la de aquel día, y de nuevo se encontró a Cristian. De vueltas con su mirada, de nuevo congelada y fuera de sus órbitas, cuerpo frio y tensión  calculada mientras calienta su ordenador, la tensión de Cristian no se quedó atrás, tras unas frías palabras resolución del veredicto y el alicantino para dentro. Curiosa la pregunta del súper, Pepe, te gustaría que Cristian se quedase en la casa, curiosa la respuesta de Pepe, si, porqué no?. Luego tras la gala acusó al súper de torpe. Qué quería que dijese, vino a decir. Pero estuvo gracioso el momento.

  Salió Juan con un cincuenta y seis por ciento de los votos, mientras algunos espectadores sentían la tensión del nombre, se palpaba en el ambiente que era Juan el elegido a pesar de muchas encuestas. Era su hora. La expresión de Noe, la de siempre, y es que hay cosas que no cambian nunca. Tras su salvación fue la encargada de darnos otro de los momentos de la noche, al ir al confesionario y reencontrarse con María. Increíble  Noe, y su sarcasmo definitivo, la facilidad para darle la vuelta a las cosas y demostrar ante toda España un cinismo propio de guión de Hollywood, lo mucho que se alegraba de verla, bueno, en realidad nos dio a entender que es como si no se hubiese ido, su alegría era total, la de María, y sus ojos clavados en aquella contenida sonrisa mientras en su pensamiento una voz en eco, cuida a Jiulia, cuida a Jiulia… si Noe alucinaba, María más. Pero esto es posible, se preguntaba, sí, lo es María, lo es.

  El reencuentro con Hugo, tibio y soso. La sonrisa sospechosa de Hugo que ya intuía algo le delataba, quería saber y preguntaba, y la otra, sosaina no, lo siguiente, haciéndose la interesante. Ni que decir tiene que el resto de la noche, Hugo estuvo pensando en la primavera, los pajaritos del campo que pían y la maravillosa luz de las estrellas. Lo mismo es que María andaba por ahí cerca. Pero María ya había obtenido lo que quería, el cariño y el calor de una Marta entusiasmada, de una Pipi nostálgica y de un Pepe satisfecho. De nuevo el grupo del bizcocho al completo.

  Tiempo de nominaciones con María como maestra de ceremonias, la gala en sí fue como un reencuentro con el pasado reciente, y el súper echándole una mano a todos, señores concursantes, no es por nada, pero que sepan que a Sindia y a Sergio, sobre todo a Sergio, los pueden nominar por separado. Vale súper. Hay errores que se corrigen son suma sutilidad. Esta vez María no falló, acertó de pleno. Tres de tres, Marta, Sergio y Ari nominados. El voto de Hugo a Ari, perdón a Marta, la sumió durante la madrugada en un “sinvivir”, lágrimas y risas entremezcladas con rabia y dolor, esa es mi Marta, lo mismo gime de rabia y se le escapa ese llanto de chiquilla que se ríe a carcajada limpia dando un gritito de chiquilla, no se sorprendan , el secreto está en que todo eso lo hace en un mismo segundo.  Made in Marta.

 La entrevista con el páter, descafeinada. Mercedes preguntaba y Mercedes respondía. Todo un ejemplo de bonhomía durante el tiempo que duró. Se entrevistó al sacerdote y no al concursante. Tras unos videos recordatorios con una velocidad de más metida por aquello del ya han tenido bastante durante dos meses, nos quedamos con las ganas de haber visto alguno del concursante Juan, pero pensándolo en frio, después me dije, para qué.  No merece la pena.

  Ha sido un buen compañero, una excelente persona, siempre ha tenido un trato exquisito y una mesura envidiable. Como concursante nos ha deleitado con el manual empolvado del reventado al uso y nos ha hecho recordar tiempos pasados. Esa mezcla de oración y perversión mundana pasando por reflexiones humanas y confesionarios profundos donde cada noche rezaba por Pepe,  nos dijo que había sido como la consecución de un sueño. Una experiencia positiva. Lo creo, como creo que ayer ya era su hora. Vuelta a casa, a reencontrarnos con la mirada de Pepe, ya en plan chiribita porque no estaba nominado, mientras aconsejaba a Marta e intercambiaba impresiones con Ales y Hugo, el señalado de la noche.

  Pero ayer a Pepe todo ya le daba igual. Habían sido muchas emociones. Y ahora solo era el momento de ir a Londres a fumarse un cigarrillo relajado. Su mirada anoche, había pasado una noche difícil de emociones encontradas. Y lo que le queda.