LA GALA DE LOS LLANTOS

    Si tuviésemos que valorar la edición por los llantos, sin duda ésta estaría en lo más alto del ranking granhermanístico. Yo creo que salvo Carlos no se me ha escapado nadie, (edito, sorry, me confirman que Carlos lo hizo ayer y por partida doble) pero es normal, no sé ni lo que le corre por las venas de este fraudulento concursante. Primero, que no debería estar ahí, me parece una falta de respeto hacia el propio programa que por el mero hecho de montar una trama como el pseudobodorrio que se sacaron de su especial chistera, sesenta mil ilusiones se hayan quedado fuera del concurso por este cero a la izquierda que ni siente ni padece. Otro si tal, sería Muti, expulsado anoche, que también parece haber sido sacado de la carpeta de algún becario en prácticas. Pero viendo anoche esconder la prueba de la inmunidad a la mismísima Belén Esteban para subir algún pico de audiencia ya me lo podría explicar todo. Y es que no se puede caer más bajo. Bueno si, que la propia presentadora pregone a los cuatro vientos la gracia que le hace Suso. Para llorar.

     Es que es para llorar, es lo que tendría que pensar Suso anoche después de expulsasen a su fiel escudero, de que su mayor enemigo hubiese conseguido la prueba de la inmunidad y le trastocase a su grupo todo el plan a, ya si eso, lo de pensar en planes b y esas cosas sería pedirle peras al olmo, para llorar que encima desde el plató le abucheasen justo cuando le dicen que no está nominado o que de los tres nominados para esta semana, las tres sean de su grupo, aunque podía haber sido peor, por un solo punto no sale él también, o que la misma Sofía a la que ha estado despreciando entrase de la sala de expulsiones la primera y con menos puntos que ninguna. No me digáis que no es para llorar. Y lloró. Supongo que ahora es cuando habría que decir que lloró de impotencia, pero yo no me lo creo, lloró de rabia de ver que todo eso de lo que alardea durante toda la semana como suele suceder en estos casos solo es un bluf, lloró porque en realidad es un flojo carente de personalidad alguna, que es un fantasma a las tres y que a pesar de lo que él mismo pregone no tiene ni idea de a lo que está jugando.

   Para llorar fue la entrevista de Muti. Oirle decir a la presentadora con esos aires de suficiencia de los que presume que en las redes le estaban pidiendo que fuese más dura y que no lo era porque no le daba la gana es para llorar no, para salir corriendo. En primer lugar no podía ser más dura en la entrevista porque no hubo entrevista, que yo sepa nunca se le entrevista a ningún concursante en diferido y anoche la entrevista fue para todos menos para Muti que precisamente era el que estaba allí. Si hasta el perro se quedó durmiendo por no llorar... ¿pero sabéis qué? Que casi mejor.

   Para llorar es el rumbo que a veces toman las galas como la de anoche. Sin sentido, nominaciones, un juego ridículo para repartir más puntos que no puedes endosárselos al mismo y que ni siquiera supieron explicar, el súper se quedó en blanco. El descubrimiento de unos secretos que a la postre han resultado ser otro bluf sin recorrido ninguno, ya que ni siquiera han sabido explotar bien y para de contar. Mucho vídeo repetido hasta la saciedad por tanto programa que está saturando la propia edición mucho antes de lo que tenían previsto. Y es que si deciden hacerlo peor yo creo que no les sale. No veo frescura, no veo motivación, no termina de enganchar, algo está fallando que hasta las galas a veces se vuelven soporíferas.

   Si para más inri tenemos unos concursantes que la mayoría no saben donde tienen su mano izquierda, pésimos jugadores, cobardes, llorones y aburridos siempre con las mismas cantinelas, reeditar un día sí y otro también las falsas matrimoniadas de Han y Aritz, las falsas broncas de Marta y Raquel o las falsas carpetas artificiadas por la organización que jamás van a funcionar entre Nied, Vera e Yvi, suele cansar más que estimular. Están desorientados tanto como nosotros que no sabemos a que tren subirnos. Es tal el desnorte que hasta vemos estrategias en las meras tontadas de un Suso empequeñecido a medida que pasan los días, los que se supone que saben andan escondidos por las esquinas y si a todo eso le añadimos el pánico que absolutamente todos le tienen a las nominaciones que los bloquea a partir de cada jueves, el panorama se me antoja desalentador.

    Para llorar es ver el camino que estamos eligiendo. Dejar que el público en plató abuchee o aplauda a los concursantes mientras se conecta con la casa ha sido tabú durante muchísimos años, se ha expulsado a gente del plató, se han tenido broncas de la presentadora contra el mundo, se ha amenazado y advertido del daño que se le puede causar a los concursantes, ha sido premisa indispensable y “sine qua non” de las conexiones en directo para hoy en día estar alentándolos e incluso agradeciendo sin la más mínima reacción por parte de la presentadora. Anoche, los abucheos se convirtieron en un marcador electrónico al uso donde les radiaba como iba el partido, pero eso es lo de menos, lo que echo en falta es esa claridad del juego al que estamos jugando, si las reglas cambian, lo normal es que nosotros que también jugamos lo sepamos, si la información del exterior que Muti le endiñó a Suso es ahora factible y no está penalizada es que han cambiado mucho las reglas, si la presentadora hace oídos sordos a todas estas cosas y se dedica a otros menesteres menos importantes es que el formato ha cambiado por completo y no nos hemos enterado. Lo cual sería para llorar.

  Suso prometió en prime time a la audiencia que iba a cambiar su actitud, es decir, se quitó la máscara. Carlos e Yvi ya tienen via libre para atragantarnos, el jacuzzi y el gimnasio ya lo tienen abiertos para la censura y Amanda está nominada, con lo cual radioAmanda será el programa más escuchado de la semana. Ah, y Vera sigue siendo un triste trovador. ¿Alguien da más?.

No me digáis que no es para llorar.