HIPNOSIS

   Me ha costado, lo reconozco y entono el mea culpa, cogerle el punto a la edición. Tras este fin de semana ya todo me parece más cristalino. Pude dudar si el desconcierto era generalizado o solo pertenecía a esa tribu de inexpertos que no terminábamos de cogerle el punto y observábamos incrédulos desde  la ignorancia. Ya parece que lo tengo más claro, es generalizado. Empezando por arriba y terminando por abajo. Seguramente esas lecciones que se nos imparten cada día de gala hayan tenido mucho que ver en el esclarecimiento de la situación y de mis pensamientos, pero no cuelan. Navegamos a la deriva, y el problema de tan mala travesía procede de un dicho marinero antiquísimo, donde hay patrón no pueden mandar veinte marineros porque la consecuencia es la pérdida del norte, ya sé que llegaremos a puerto, pero no sin antes dar un enorme rodeo que está desgastando mucho a toda su tripulación y a la propia nave.  En el argot marinero significa dar “guiñadas”, mal gobierno e ir de un sitio a otro sin tener la certeza de hacia donde dirigirnos, suelen ser motivadas por diferentes causas, a veces  ajenas a quien lo maneja, por la propia inexperiencia, repentinas marejadas o simplemente desconocimiento de hacia donde se quiere llegar, eso hace que el buque gire de vez en cuando y se desvíe de su objetivo. En una carretera es más difícil, porque enseguida te sales de la carretera, pero en el mar, ese universo tan extenso,  esta mala práctica te suele generar no pocos conflictos entre ellos uno muy común, la irascibilidad de la tripulación. Tanto que al final te lo tomas a risa y todo.

  Este fin de semana ha estado marcado desde el viernes por la entrada de los repescados. Todos estábamos expectantes para ver las diferentes reacciones de la casa después de la marejada de la semana pasada. Bien, después de la fiesta del viernes ya quedó bastante clara la situación y como se suele decir después de cualquier tempestad llega la añorada calma, Igor hizo “puenting” y Sonia actuó de figurinista, la paz y el amor volvió a la casa y de nuevo vuelta a empezar. Las huellas no son fáciles de borrar, parecía que había pasado un tsunami pero el decorado ha permanecido inalterable. Podremos dar guiñadas, y despertarnos cada cierto tiempo debido al oleaje que produce el viraje por la bordada, solo son espejismos puntuales para enseguida volver a la misma posición, simples sobresaltos.

  La fiesta fue de esas de echarse fotos y partidas de billar, anodinas y pesadas, hasta el súper les tuvo que llamar la atención. Todo sucedió de madrugada, a eso de las cinco, cuando tras unos gritos exteriores de los que nos tienen acostumbrados, alertó un poco a quienes permanecían despiertos. La cercanía de todo lo sucedido solo despertó la susceptibilidad de algunos, acumulación y ocultación de adrenalina. Susana charlaba amistosamente con Alvaro, Desi e Igor en una de las habitaciones de cosas banales, cuando llegan a oídos de los gemelos los mensajes y de pronto se le oye a uno gritarle a Susana….”Susana, pa la cama”. Susana desaparece del grupo, para reincorporarse más tarde de nuevo. Gonzalo despierta a Carlos, y entre ellos comentan la jugada, de tal manera que se ponen a discutir, de tal manera que mientras discuten en el baño, el ojo de Gran Hermano se nos apodera de la pantalla.

  Nada hacía sospechar algo fuera de lo normal sobre lo que estamos acostumbrados, o mejor dicho éstos nos tienen acostumbrados, si no fuese por una serie de señales que nos vinieron desde varios sitios, en primer lugar la propia censura, y aquí es donde empezaron a saltar algunas alarmas. ¿Porqué?. La respuesta nos vino de la misma boca de los afectados, miedo a ser expulsados, se pusieron nerviosos y se alteraron más de la cuenta y algunos manotazos entre ellos, lo que para el más común de los mortales no pasaría de ser una bronca, riña más de las que acostumbran, la reacción posterior de ellos mismos delataron un comportamiento como mínimo y en cierta manera violento. Son cosas de hermanos, se decían entre ellos, todos saben como somos, pero los gritos fueron escuchados, y sin  embargo la escena secuestrada por el ojo encubridor. Basta leer comentarios de las personas que seguían el directo para llegar a la conclusión de que aquello no había sido una rallada más, el problema no fue ese, sino el que certificó el propio Gonzalo con su miedo a ser expulsados. Y es que el antecedente con Argi y la advertencia de la dirección no había dejado lugar a dudas, en el próximo episodio violento serían expulsados inmediatamente.

  Todo hace sospechar que la cámara miró hacia otro lado y que el gran ojo realizó su cometido, pero se les olvidó una cosa muy sencilla, estamos en Gran Hermano, y si  se nos secuestra, hecho nada nuevo por otra parte, algo de lo que sucede dentro de la casa puede ser susceptible de ser analizado, y más cuando dejas huellas ocultas bajo un sendero de dudas, si se nos oculta la realidad, tendremos que especular, y si especulamos lo podremos hacer de diferentes formas, por ejemplo, pensando en que la organización está protegiendo a unos concursantes en detrimento de otros y estableciendo unas primarias bases de favoritismo hacia algunos con respecto a otros. Solo son las consecuencias de algo que solo se ha hecho mal. Y la duda que simplemente tengo, es una. ¿Porqué?.

  Este hecho aislado y que apenas se le ha dado importancia, ha ido degenerando. Gonzalo, después de eso, despertó de malas maneras a Susana, que se encontraba ya  dormida. Según ella misma contó ayer, de no muy buenas maneras ya que se encontraba profundamente dormida, hasta el punto de tener que añadir con rotundidad cuando lo contaba “es que me dieron ganas de pegarle”. Después durante el día y la noche de ayer, se han ido produciendo distintas conversaciones entre ellos y no todas con idéntico resultado, los mosqueos, los insultos sibilinos, pero sobre todo la duda que persigue a Susana desde hace unos días está siendo mal administrada debido a la susceptibilidad que tienen los gemelos en estos momentos, se están mezclando conflictos distintos entre sí y la resolución parece no ser muy clara y no tener un buen fin.

  La otra consecuencia de toda la marejada de la semana pasada ha sido el cambio de actitud de Sonia, otra de las protagonistas. Después de la incorporación de Igor a la casa, y tras unos primeros momentos de desconcierto nos encontramos con otra Sonia diferente. Ha  cambiado su actitud y ahora se nos presenta con una versión dulce de ella misma. Tendente a borrar todo aquello que le llevó a querer abandonar la casa, está apelando de nuevo a la perfecta convivencia y a un renacer de entre los escombros, hacerse más fuerte y positiva. Ha desplegado su manual de coach y nos está sirviendo en bandeja algunas lecciones de cómo enfocar la vida desde otro punto de vista más positivo. Su sonrisa, sus bromas se han abierto paso y han dejado atrás a esa Sonia gris y amargada, todo en ella ahora es chispa. Ha dejado escondidos sus manuales y ha despertado como un nuevo día, se ha acercado a Susana, ha establecido un nuevo camino con Igor y sobre todo ha pedido la ansiada y deseada cena romántica con su Kris y posterior velada. Eso ocurrió anoche.

  He de decir, que la realización nos dio unas primeras pinceladas de lo que estaba ocurriendo para después centrarse de lleno en la casa. De lo que pudimos observar, la verdad es que prefiero no analizarlo sin caer en la tentación de que me delatase mi propia visceralidad. No estaban cenando, ni bailando, ni pasando esa agradable velada juntos, al contrario, estaban actuando. Pero a diferencia de cómo lo hacían en la casa, allí tuvimos la suerte de vivirlas sin interferencias. En todo su esplendor. Nos mostraron su cruda realidad. No sabría distinguirlos, ni a él, ni a ella. El problema de esta pareja, es que ni actuando son creíbles. Son un mal papel de ellos mismos. Nada en ellos parece de verdad, es como de plástico todo, de broma casi diría yo. Cuánto más de acercan a lo que ellos nos proponen más se alejan de eso mismo. Son una pareja de goma quienes parecen estirarse de tal manera que se alejan, se alejan, para cuando se tensan darse de bruces y automáticamente hacer saltar una grabación de sí mismos. “Pídeme lo que quieras” le decía anoche Sonia a Kristian. “¿Lo que quiera?”, preguntaba nervioso Kris, “si, lo que quieras”…. “¿Quieres ser mi novia?” le respondió Kris en un tono grandilocuente… a lo que ella le respondió: “Si”. Una noche juntos, fuera de la casa, solos, con cena y champagne incluidos, y los vimos hablar de Igor durante la cena, de cómo Kris echaba de menos la casa, de las facultades familiares de Sonia y sobre todo de inmortalizar el momento con muuuuuchas muchas fotos.

   Incompatibilidad de caracteres, diría cualquiera que les quisiera de verdad a los dos, ella mayor de lo que es, él más pequeño de lo que es, el problema de esta pareja no es la edad cronológica, sino la mental, entre los dos no suman un cuarto de su propia realidad. Él hiperactivo, ella reflexiva, pero ambos se aman y eso es lo que realmente cuenta, nos dicen. Son complementarios nos dicen, lo que le falta a uno le sobra al otro, y eso, siempre tiene que ser bueno. La teoría se la saben. Lo malo es aplicarla, y en eso, catean. Algo me dice que entre los dos están descubriendo cosas que antes no conocían, y entre otras, a ellos mismos. Lo malo es que cuando despierten, se van a ver en su propio espejo horrorizados. El hipnotismo solo es una seña de identidad, la suya. Algunos, aún permanecemos despiertos. Lo mismo en la gala o en el debate, nos vuelven a hipnotizar.