DOMINÓ

    Se sentaron todos alrededor de la mesa y se dispusieron a hacer las presentaciones de rigor. Se establecieron las bases y todos estuvieron de acuerdo. Se repartieron las fichas y comenzó la partida. Salió David con el seis doble. Todos miraban las suyas y todos observaban los rostros de los demás. El principio fue divertido, cada movimiento de ficha era correspondido con otro menor, y así, entretenidos pasaron las primeras horas. Decidieron que era de prueba, ya se sabe, conocimiento del entorno y entrada en calor.

  Pronto llegaría lo bueno, pensaban mientras descansaban. Tengo ganas de que empiecen, pensábamos, cuando de pronto y sin previo aviso, suena el chasquido de una ficha encima de la mesa, haciendo de un pequeño ruido sin importancia un estruendo sonoro que alertó a los demás compañeros. Pronto se situaron todos en sus sitios alarmados y sin tiempo para prepararse. De nuevo el seis doble. De nuevo David.  Parecía el más inquieto de todos.

    Les siguió el Páter, que se mantenía vivo y expectante y esperaba el movimiento en cualquier momento,  y fue quizás al único que no le pilló desprevenido,  cogió la suya y mirando hacia el cielo, la besó, antes de colocarla preguntó si alguien quería ponerla antes que él, pero no obtuvo respuesta. Ariadna no se achicó y les hizo frente colocando la suya sobre la mesa sin ni siquiera haberse llegado a sentar. Y de pronto se hizo el silencio. Quién movería ahora, pensaron todos? Todos dirigieron su mirada hacia Zulema, pero ésta en un ardid de reflejos pasó de la jugada aludiendo que aún no estaba preparada, que mascaba mucha tensión en el ambiente y necesitaba un poco más de tiempo para concentrarse e invitó a Sindia, que estaba sentada a su derecha, a colocar su ficha. Se lo pensó un poco. Le había pillado distraída pero reaccionó bien, tras varios intentos de colocar una que llevaba un tiempo pensando, se decidió por otra, algunos miraron sorprendidos, otros asustados de ver la velocidad de vértigo que había adquirido la partida. Pero de pronto se quedó paralizada, los miró a todos, y preguntó si podía poner tres al mismo tiempo, los compañeros se miraron sospechosamente, y le dijeron que no, que solo podría ser una, estuvo un rato decidiendo entre tres, David le espetó que no exagerara tanto, que solo se trataba de colocar una ficha.

    A otros, conforme se iban colocando las fichas sobre la mesa se les veía un tanto desconcertados, les había pillado de improviso todo e intentaban disimular su sorpresa con cierto rechazo. Se sentían rezagados. Ese era el semblante de Mary Joy a quien se le notaba especialmente incómoda, Azucena se mosqueó un poco y tentada estuvo de impugnar la partida, se quejó varias veces pero nadie le hizo caso, no había vuelta atrás, si quieres colocas y si no te atienes a las consecuencias. Colocó la suya con mala cara y con cierto pesimismo, no confiaba mucho en la ficha que había puesto y se le notaba como derrotada de antemano. David llamó a Pepe, sin obtener respuesta. Todos giraron la cabeza, pero no lo vieron.

     Ochoa no se lo pensó para colocar su ficha, la tenía preparada y ni se inmutó, la puso sin vacilar y se unió al tren de los rápidos. De nuevo todas las miradas se dirigieron a Zulema, que no paraba de observarlos a todos, David le apremiaba y eso le enfadó, de nuevo insinuó que necesitaba más tiempo para poder centrarse en el juego, ya que percibía malas sensaciones  cediéndole el turno a Alessandro, pero éste tuvo que ser advertido, ya que estaba intentando leer la mirada de Noemí, que se mostraba un tanto perpleja y desconfiada. No dudó tras ser advertido, y colocó su ficha con rapidez para seguir fijándose en ella, algo le inquietaba o algo raro veía en ella. Noemí pidió colocar la suya a continuación de Alessandro para ver si así dejaba de mirarle, y la colocó rápida también, siguió la jugada. Noemí al ponerla le sonrió, y éste enrojeció al sentirse observado.

    Le tocaba a Hugo, que en ese momento se había levantado de la mesa, le había sorprendido un poco la rapidez de movimientos y todos tuvieron que esperar un poco. Ariadna se ofreció voluntaria para ir a buscarle pero no le dejaron, el Páter le dijo que esperase un poco, Zulema también, y esperaron…. Tras su tardanza, de nuevo Ariadna hizo ademán de levantarse e ir en su búsqueda, y cuando se iba a levantar, apareció, se puso un poco nerviosa, y los compañeros se miraban extrañados unos a otros, no entendían nada. Zulema la tranquilizó.


   Movió su ficha Hugo, cogió parsimonioso una y se dispuso a colocarla junto a la de Noemí, y cuando estaba a punto de dejarla, se arrepintió, y se le volvió a llevar hacia donde estaba, y cogió otra, pero tampoco le convenció, lo que empezó a impacientar a algunos compañeros, sobre todo a Noemí. Ariadna observaba callada. Por fin se decidió por una tercera, y dispuso la blanca doble sobre la mesa, nadie entendía nada, porque teniendo la oportunidad de haber cerrado el juego, lo dejó más abierto que nunca. Todos sospecharon. De nuevo todas las miradas buscaron a Pepe y empezaron a preocuparse, porque no se habían percatado de que no estaba en la mesa. De pronto oyeron un pequeño ruido parecido a un pequeño ronquido procedente del sofá y todos gritaron al unísono, Pepe¡¡¡¡¡ te toca¡¡¡¡. Colocó la primera ficha que pilló, pensando que ese juego no iba con él, ni se quedó a ver terminar la partida.

   De nuevo todas las miradas sobre Zulema, a quien apremiaba una vez más David, pero ésta de nuevo se volvía a hacer la recatada y con disimulo espetó a Michael para que pusiera la suya. Este no estaba muy al tanto y le pilló un poco a contrapié, lo que le hizo poner una casi por descarte, lo que obligó de nuevo a Zulema a plantearse su estrategia, no contaba con esa ficha desacreditada de Michael y le obligó, esta vez sí, a pensarse un poco la ficha que poner. Contaba con dos opciones con las que cerrar el juego y con una tercera con la que dejarlo seguir… lo dejó seguir. De nuevo enfureció a David, que no lograba entenderla, mientras el Páter le pedía calma. Las intenciones de David fueron observadas por la mayoría. En uno de los movimientos Zulema pudo dejar fuera de juego a Azucena, Mary Joy y Pepe, y era la que él esperaba, pero con la nueva ficha colocada él mismo tendría posibilidades de quedarse fuera también, con lo cual lo descolocó, pero el juego por el contrario siguió abierto y debía de proseguir. Le tocaba el turno a David, enrojecido de ira y algo nervioso en ese momento…

    De pronto todos miraron hacia el techo, mientras se oía la voz en off del Súper, “Se suspende la partida” “Hay que empezarla de nuevo”. Todos respiraron. Pero las miradas empezaron a clavarse como chuzos y en sus mentes un solo pensamiento… Esto comienza a partir de ahora.