George Orwell escribió a mitad del siglo XX la novela “1984”, fue encuadrada dentro de las distópicas del siglo, hacía referencia a un concepto de sociedad basada en una nueva utopía perversa donde la realidad sucedía en términos totalmente opuestos a los de una sociedad ideal, imaginándola entiendo dentro de un nuevo contexto de sociedad ficticia. Para ello recurrió a dos conceptos que hoy en día nos resultan muy familiares, uno el concepto de omnipresente y vigilante Gran Hermano o Hermano Mayor, que era como una especie de partido de pensamiento único, vigilante y guardián de la sociedad donde debían de pertenecer todas las personas y acatar sus órdenes, una especie de policía de pensamiento que estaría presente en todas las vidas, en todas las casas y todos los órdenes cualesquiera que fuesen.
Cuando una pareja de jóvenes descubre poco a poco que ese pensamiento no era del todo cierto y comienzan a ver falsedades y dudar de su propio partido crean una especie de resistencia hacia Gran Hermano, tratando de huir de un sistema donde la intimidad y el libre pensamiento está prohibido. Cuando son descubiertos, son encerrados en lo que Orwell llamó la habitación 101, una especie de encierro obligado donde a través de la tortura terminan aceptando lo que el partido dice, dándose cuenta que para lo que ha servido en realidad era para separarse entre ellos, sintiéndose como dos extraños y reemplazando el amor entre ellos por su amor hacia Gran Hermano.
El encierro en esa especie de habitación 101 supone la rebelión de una serie de personas hacia una serie de normas establecidas utilizando un nuevo concepto, la libertad. Que pasaría si metemos a una serie de personas en una casa, los mantenemos encerrados durante un cierto tiempo sin más objetivo que el de convivir entre ellos?. Se podrian dar varios supuestos, que se odien, se peleen, se rechacen o el contrario, que se amen, que se acepten o que se adapten, también podría darse el de que se ignorasen o permanezcan de manera ausente sin tener nada que ver con los demás. Es una prueba sociológica para ver la reacción de una serie de personas dispuestas a utilizar su propia libertad para conseguir lo que más le convenga, sus objetivos.
Paul y Bürt Rommer, Scholtze y Jhon de Moll quisieron dignificar la obra de Orwell tomando al Gran Hermano como referencia de ser el vigilante, y la habitación 101 como la casa donde una serie de personas convivirán sin más pretexto que utilizar sus propias armas de convivencia.
La idea se había tomado como experimento, pero adaptado a los nuevos tiempos. El vigilante se ha convertido en millones de vigilantes a través de las cámaras y la habitación 101 en una casa con paredes de cristal. El medio es la televisión mediante el cual llega a millones de hogares del mundo y por tanto, Gran Hermano ha debido evolucionar de la misma manera que ha evolucionado el medio por el que se propaga. La idea en sí, es maravillosamente interesante por cuánto las personas que entran en ese experimento son el reflejo de la sociedad que representan, en cada país con cada cultura. La idea, siempre será relevante para los espectadores que lo siguen y siempre será de actualidad, puesto que sus habitantes evolucionan conforme evoluciona la sociedad de un país.
El cambio, su evolución no ha venido dada por la
El cambio, su evolución no ha venido dada por la
idea o el formato sino por el medio. Al principio resultó novedoso, hoy ya no lo es tanto, por tanto la responsable de propagarlo ha de recurrir a otras formas, buscando el espectáculo como canje para sustituir la original idea al mismo tiempo que rentabilizarlo. Hoy en día, solo es un programa de televisión en busca de espectadores. La televisión ha cambiado y conceptos como “audiencia” priorizan ante cualquier otro concepto, de ahí que en los últimos años se haya optado por reunir protagonistas de lo más extravagante posible. Al principio y tras la resonancia que tuvo el programa y la notoriedad que adquirieron sus concursantes han convertido GH no en un concurso donde hacerse con un premio final sino en una escuela de subgénero de famosos, o formas de darse a conocer llegando al culmen en una versión inglesa donde Jane Goody mediatizó su muerte por cáncer a través de GH.
En la idea de darle el mayor atractivo posible al espectáculo ha sido donde se ha cometido el error de lo últimos años, buscando la extravagancia o ciertas cuotas recurrentes como la “eterna” embarazada, salidas del armario, parejas artificiales que han guionizado en exceso la idea original. Como queriendo Gran Hermano dejar de nuevo su papel de vigilante para de nuevo pasar a ser protagonista, cuando el protagonismo habíamos quedado que debieran ser los concursantes y su libertad dentro de esa HABITACIÓN 101. Nos han hablado en las últimas ediciones de gente corriente cuando no ha sido así, hemos notado a mucha gente ávida de fama o de llamar la atención y sobre ellos y sus “historias” a veces ha funcionado alguna edición.
Hoy se habla de volver a los orígenes, menos concursantes, se habla de 13, casi los mismos que hubo en la primera edición, en la última eran 22, una sola casa, llevamos unos años con dos casas y separando a protagonistas, se cree, se intuye que se va a simplificar todo, la clave como siempre en el casting. Ya falta poco.