LAS COSAS DE LUIS

   Luis le comenta a Paula que después de comer quiere reunirlos a todos porque tiene que decirle algo a una persona, la hawaiana creyendo que se trata de Omar le hace saber que puede ser contraproducente porque puede formar una bola difícil de salir al querer la otra persona también entrar al trapo. Luis le dice que esté tranquila, que él, como siempre sabe hacer bien las cosas. Lo comenta con la demás gente y estos creyéndose también que se trata de Omar quedan preocupados, él advierte que no es con Omar. Fran le dice que deberían hablarlo antes entre ellos a lo que el torero se niega diciéndole que no es nada, que esté tranquilo, que solo quiere pedir disculpas a sus compañeros por una cosa que hizo mal.

  

  El torero reúne a sus compañeros en el salón y comienza su discurso: “Me siento decepcionado conmigo mismo porque soy el primero que dice que hay que respetar y yo he sido el primero que he faltado al respeto. A quien le tengo que pedir perdón es a Alejandra porque el otro día me levanté y por circunstancias dije que estaba cansado de ella, que a ver si sale ya y se va a tomar por culo. Te pido perdón". Alejandra, ante la confesión deja decir un escueto “vale”. “pues ya está” le responde el torero con su frase más identificativa. Yoli le pregunta que a cuento de que le dijo aquello a lo que el matador de toros no supo responderle, no se acuerda dijo, sería por una tontería. “Pero tenía que decirlo para quedarme tranquilo y en paz conmigo mismo”. A continuación se dirige a Omar y le dice que ambos tienen que convivir y que si tiene que decirle algo se lo piensa decir, el madrileño le dice que él también.

   

 Hasta aquí, más o menos, lo sucedido. Me llama la atención el “escaparatismo” de la escenografía elegida, Luis que suele ser más dado a las reuniones privadas bien en el jardín bien en el vestidor, solía hablar a solas con aquellas personas a las que quiere decir algo, me preguntaba por qué no cogió a Alejandra en un aparte y se lo dijo como había hecho anteriormente. Qué diferencia había ahora respecto a antes y el porqué la decisión de comunicárselo delante de todos. Solo hay una respuesta, la derrota. El varapalo inesperado sufrido en el confesionario le ha dejado tocado y con más dudas de las previstas.

  

 Se me ha olvidado una cosa, después de su perdón a Alejandra delante de todos, estuvo en el jardín con su apoderado, consolándose y diciéndose entre ambos lo sinceros que eran y lo bien que estaban haciendo las cosas. Nada, un detalle de nada, que apenas tiene importancia. No sé ni por qué lo pongo. Ninguno somos billete de cincuenta euros que a todo el mundo agrada. Cada uno tiene su forma de pensar que coinciden más o menos con la de otras personas. Si hay gran afinidad serán amigos, compañeros, gente cercana. Si hay ideas contrapuestas puede vivirse en la indiferencia o desgraciadamente puede suceder, en la agresividad y en el rencor. Es normal que cada uno se coloque en su lugar, al estar en tu sitio unos te aprecian, otros menos, otros nada, y otros hasta quizá te desprecien. Lo complicado es cuando queremos estar en todas partes y hacemos un guiño de complicidad al de la derecha, y luego coqueteamos con el de la izquierda. Una vez vale, pero al final, tanto el de la derecha como el de la izquierda llegan a una conclusión: no te fíes, que este está a todo.

     

  “Para la galería” le susurraba Alejandra a su prima que había sido la reunión. Quedar bien delante de todos y ante las cámaras. Que reflexión más simplista, pienso yo. Lo mismo lo que tiene Luis es una deficiencia de autoestima y por eso necesita ser reforzado continuamente. Por Paula, por Fran, por los demás, o a veces buscar esos episodios de demostración de fuerza que le haga crecer por momentos para sentirse mejor, lo mismo es cierto complejo de inferioridad lo que le impone esa continua necesidad de reafirmación de tener que estar y ser el centro de atención. A veces, el papel nos viene demasiado grande y sin ser quien somos y no sabiendo dominar la situación, aunque creamos que sí, caemos en el más estrepitoso de los ridículos y parecemos patéticos, aunque creamos que no. Busca su seguridad bajo las sábanas con Paula, se siente bien, y eso le hace venirse arriba, le insufla esas fuerzas de las que adolece y le hace ser atrevido. Demostrarle algo a quién, nos preguntaremos, ¿A Paula o a los demás? No lo creo, sino a él mismo. Es como su gasolina. Me hace pensar quién ha tenido más deficiencias pasadas si él o el mismo Omar. No siempre es todo como parece o nos dicen.

  

  No le encuentro ningún sentido a esa reunión, pero lo mismo yo entro dentro del catálogo de persona normal y no acierto a ir más allá de sus expectativas, o sus miedos. Tienes la sensación a veces, de cuando crees que puedes y quieres arreglar una cosa, vas y la empeoras, y eso es lo que creo que le está sucediendo a Luis en las últimas horas. Podremos pensar que son los nervios de la nominación, y es lícito, pero su conducta está siendo tan radical que no sabes lo que pensar. Dejando al margen la inutilidad de su juego al que parece que casi todos han renunciado, solo nos queda una explicación a su comportamiento, es que en realidad es así. Y no hay más.

  

   Sentirse bien consigo mismo, decía, para quedarse mejor. Esa mala conciencia que le hace suponer que en realidad y aunque lo diga no todo lo está haciendo bien. Es contradictorio lo que dice cuando está junto a Fran o junto a Paula, o aquellos con los que se siente seguro y sus hechos, no sé, algo se me escapa, y creo que a él también. Podría ser falsedad pero no lo creo, esa falsa hipocresía de decir una cosa y demostrar la contraria creo que es lo que le hace dudar y no estar seguro de nada, ni siquiera de sí mismo. Piensa en Omar y creo que se agobia, le entra ira, no sé si será envidia de carecer de esa seguridad que no posee o es que en realidad es consciente de sus verdaderas limitaciones y no quiere que se vean o que las notemos. Y menos ellos, que están conviviendo con él. Eso le pone enfermo. Es como si luchara continuamente consigo mismo para demostrar no se qué. Intolerante hacia aquellos que ve seguros de sí mismos, Alejandra, Omar, la misma Paula a veces, que hacen de espejo hacia el que no arrimarse para sentirse peor y refugiarse en aquellos que le dirán lo guapo que es. Yo de él, tendría cuidado con Paula, es un espejo envenenado porque forma parte de los dos, estos y los otros. Por eso la ha adoptado como hermana. Otro error.

  Durante el día de ayer, en otro ataque de reafirmación le confesó a su apoderado que si no sale esta semana quería exponerse en la próxima nominación junto a Omar. Esas reacciones viscerales no hacen sino confirmar la radicalidad de su personalidad, su sangre caliente que tan malas pasadas le está jugando, el nulo poder de rectificación le está pesando como una losa, no es la primera vez que le ocurre, Luis es un concursante sobrevalorado, no bastó con el perdón de Alejandra por su supuesta agresividad, es la que destila y quiere que se le note, hacerse el importante en un grupo donde la importancia es lo que menos se valora bien podría hacerle parecer un mendigo de ella, es la sensación que se tiene, y para eso, recurre a cualquier cosa. Su relación con Paula, puede ser una de ellas.