EL PLAN ORWELL

    Muchos esperaban que durante los primeros minutos de la gala Mercedes apareciese con un cuchillo entre los dientes y empezara a echarnos un verdadero rapapolvo que temblarían los cimientos del plató de la cadena. No la conocen. Ni conocen los entresijos de Gran Hermano, allí donde se cuece todo. Por el contrario, lo que recibimos fueron auténticas alabanzas, verdaderas flores en forma de gracias casi por haber decidido acusar al programa de manipulador y haber conseguido que la palabra tongo figurase donde varios días seguidos en un lugar destacado. Ni lo uno ni lo otro. Sabemos que escuece una iniciativa de este tipo y mucho. Pero también sabemos que tampoco les ha venido mal para lo suyo, agradecidas palabras, primera gala donde los vídeos son repartidos de forma equitativa entre todos los concursantes y un mar de simpatía para diestro y san siniestro. Todos contentos, somos los mejores y Vitín a la calle... por supuesto por obra y gracia de los votos paulistas como sospechábamos y además con un porcentaje calcado al del domingo con una enorme diferencia con respecto al del segundo, en este caso, Fran. Hasta ahí las noticias, ahora les contaremos la verdad que diría el gran indio.

  

  Ante la pregunta de si entonces todo era mentira que dejó caer al aire mayragh anoche, mi respuesta es un no rotundo. En Gran Hermano todo es verdad siempre... aunque a veces parezca mentira. Es el único reality del mundo donde casi todo es verdad, donde casi todo es realidad. El tongo no existe y es absurdo que se diga, manipulación sí que la hay, la ha habido y la habrá, y además pienso que a veces es hasta necesaria. Lo que pasa es que unas veces se nos hará más evidente que otras y para unos más que para otros, un ejemplo de lo que está sucediendo ahora para que nos hagamos una idea, para los que odian a Paula la manipulación en esta edición es cristalina, para sus seguidores una burda mentira movida por la rabia y el desprecio hacia la concursante. Siempre ha sido y será así. Pero no es esa la cuestión, Gran Hermano ha evolucionado desde sus inicios, históricamente ha ido quemando etapas, partimos desde sus inicios donde la responsabilidad del juego empezó recayendo exclusivamente en los concursantes, después se fue adhiriendo la audiencia para en una tercera fase la que nos encontramos, añadir un tercer elemento, el propio Gran Hermano. El concurso ha entrado en una nueva dimensión, ya no es cosa solo de dos, los concursantes y nosotros, sino de tres, concursantes, nosotros y la productora en forma de Gran Hermano. Todos y cada uno de los cuales vamos a defender nuestros derechos y nuestro papel en el programa, todos exigimos nuestro sitio.

     En “1984”, novela que dio origen al programa, Gran Hermano equivalía al estado y era omnipresente en la vida de todo lo demás, la audiencia y los concursantes, éramos adoctrinados de tal forma que todos hacíamos aquello que se nos mandase, a veces sin enterarnos y a cambio de un éxito-­bienestar-­permanencia, es decir había una relación recíproca, ellos nos mandan y nosotros obedecemos, a cambio tenemos todos los años nuestro programa favorito en la parrilla. Hemos estado vigilados todo este tiempo y no podíamos salirnos de esa linea trazada, el gran ojo todo lo ve y estábamos controlados. Ahora se ha dado un paso más, Gran Hermano no solo lo controla todo, sino que ha entrado a participar con nosotros en el juego, se ha unido a nuestra causa por el bien de la permanencia de ese “estado” ficticio de casi realidad. La novela no termina ahí, sino que hemos entrado en una fase distinta, el premio (la permanencia) radica en rebelarse ante esa situación para sin darnos cuenta darle calidad, motivarlo. Del enfrentamiento salen nuevas ideas y el estado se beneficia, por tanto nosotros nos beneficiamos. Rebelarse no solo nos corresponde a nosotros, os recuerdo que somos nosotros y los concursantes, los dos estadios iniciales. Esa rebeldía nos proporciona el argumento de la novela, intentamos escapar a su control a la vez que él nos intenta proteger versus manipular, estamos en pleno proceso del juego.

   Mucha gente se extrañó que haya salido Vitín, yo no. Y dejo aparte el tema de los votos que solo forma parte del atrezo, es doloroso si, pero necesario para darle ese rango de autenticidad, de realidad. Estaba escrito, había dicho... que escrito ni que narices, el tiempo también participa del concurso, y anoche le tocaba a él, de la misma forma que la semana anterior le tocaba a Loli, era su fecha. De nosotros depende cambiar ese tempo y rebelarnos, ellos nos lo van a poner difícil, la nominación de esta semana pone la piel de gallina y debemos utilizar todas nuestras armas para seguir sobreviviendo en el juego. La motivación es especial y ahí radica la importancia del envite, en nuestra propia inteligencia, si fallamos es que no habremos actuado bien y en algo habremos fallado. De nuevo, nos habrán ganado y nos volveremos a mosquear como anoche y tendremos que buscar nuevas estrategias para escapar del juego que ellos proponen.

    La vida en la casa debe seguir siendo vida, la casa tiene que moverse para no pensar demasiado y caer en su trampa, por eso a veces van apareciendo tramas nuevas, a veces son buenas y a veces no tan buenas. Nosotros debemos seguir escribiendo, y debemos seguir votando en las encuestas y mandando sms, y asistiendo a los resúmenes, los debates, las galas, y debemos seguir discutiendo entre nosotros sobre que concursante queremos eliminar, nos gusta o nos disgusta. Forma parte del juego y en ese hemos aceptado participar de manera voluntaria, en el fondo no nos disgusta el reto, somos protagonistas, ya nos lo dijo anoche Mercedes, tanto como los unos y como los otros. No me digáis que Gran Hermano no es apasionante. Pensar que nos están tomando el pelo solo es un vicio, una trampa más que nos ponen para seguir cayendo y volvernos a levantar, jamás había visto una droga tan aditiva y que nos guste tanto. Luego llega un jueves por la noche y nos pilla con las defensas bajas a eso de las diez, nos dicen que somos maravillosos, y se nos ponen los ojos como “chirivitas”. Si es que en el fondo nos va la marcha.