ATRAPADOS EN LA RED

  Ayer se nos anunció a través de la página web de la cadena una sanción para los concursantes. Tranquilos. La cosa no será tan grave. Si lo fuese ya la habrían aplicado y no esperarían a la gala de esta noche en prime time, utilizarlo como señuelo para crear expectativas jugando con algo tan supuestamente grave desdice mucho a la cadena de los doce meses doce causas. Supongo que utilizarán de nuevo su falsa vena moralista para rezar por todos nosotros y los concursantes pecadores que a buen seguro estarán dejando en mal lugar el impoluto nombre de la cadena. Nos venderán la moto con eso de “eso no se puede permitir...” “la organización ha decidido...” y lavarán su conciencia con alguna infantilidad represora que meta un poco de miedo en el cuerpo a los concursantes en el nombre del buen nombre de Tele5. Habéis sido malos, palo en el culo. Miedo.

   Cualquier cosa fuera de semejante reflexión les devoraría de forma natural en nombre del propio Gran Hermano y les retrataría de forma inapelable, tal sería que para próximas ediciones les aconsejaría que adjuntasen con las normas básicas de convivencia un catecismo o una biblia y exigiesen un certificado policial de buena conducta, amén de una dispensa del obispado correspondiente que asegure haber realizado en su vida al menos tres días de ejercicios espirituales. Manda webs con la cadena que tiene menos escrúpulos por metro cuadrado de cuántas salen en antena y que presume de programas estrella con MHYV y Sálvames a “tutiplén” y cuyo referente máximo se llama Belén Esteban. Veremos...

  ¿La casa? Bien, gracias. Esta noche tenemos gala en la que o bien Pol o bien Alain saldrán expulsados, lo mismo nos entretienen un ratito jugando a eso que llaman sorpasso y a darle a la teclita porque entre Fernando y Pablo está la cosa muy justita para no pensar demasiado en otras cosas. Lo del castigo anterior me la juego entre una nominación directa de todos los concursantes o la cancelación definitiva del club. Por lo demás nos vamos a “jartar” de ver vídeos de la fiesta de la otra noche del beso y de como va el minuto y resultado de las pseudocarpetas haciendo bastante hincapié en la relación Rodri-Bea con Noelia como sufridora silenciosa. No descarto algún montaje con las bromitas de la comida que nos quiera vender a los concursantes como supermegadivertidos.

   Y no es que no piense que los concursantes no deban ser sancionados, que lo pienso... pero por malos jugadores. ¿De verdad alguien se cree que el mayor secreto del mundo planeado por Rodri de su lio con Bea nadie en la casa lo sabía...? ¿De verdad le ha sorprendido a alguien las declaraciones de este sobre Bea en el que venía a decir que en realidad no hay nada y solo se han liado por el concurso? ¿Pero de verdad se cree alguien la inocencia de Alain? ¿El teatro de Noe? ¿el hamor de Pol y Adara? ¿la estrategia de Clara o el fustigamiento psicológico de Miguel...?.

  Somos yonkis de Gran Hermano y la cuestión de piel que en su día retratara mi amiga VickySans este año está más en candelero que nunca en ninguna edición, no hay argumentos plausibles que defender que nos pueda hacer adoptar a ningún concursante salvo la distancia con respecto a los demás, no elegimos para sumar, eliminamos para restar. No creo que los seguidores de ningún concursante elija este año por sus cualidades, por su carisma, su personalidad o su manera de concursar sino por enfrentamiento. No queremos, odiamos al resto, y eso te lleva a asumir como tuyo a alguien que posiblemente no te deslumbre, pero “de lo que hay, me parece lo mejor...”. Es decir, son todos malos y ninguno engancha, pero como tengo que elegir, pues elijo al menos malo.

  No puedo entender que siendo Adara y Bárbara dos de las concursantes más en boca de la edición, las más malignas para muchísima gente y perseguidas por el odio tanto dentro como fuera de la casa, nadie, repito, casi nadie dude de que esta noche sin ningún lugar a dudas ninguna de las dos está en riesgo de ser expulsadas. “No van a salir...” piensa mucha gente. ¿Porqué? “No lo sé, pero no van a salir...” ¿Alguien lo puede explicar?. Sencillamente, si ellas son malísimas, Pol y Alain son peores. Y ni siquiera gritan. ¿Nos divierten? No. ¿Nos enganchan? No. ¿Nos gusta verlas de bronca en bronca? No. ¿Nos creemos el amor de Adara? No. ¿La buena fe de Bárbara? No. Cuestión de piel. Seguramente la injusticia propiciada a principio de concurso por el grupo mayoritario nos hiciera adoptarlas y posicionarnos con ellas, solidarizarnos con su debilidad, lo mismo necesitábamos de algo, lo que sea, para poder elegir a falta de otros argumentos y eso hiciese que con el transcurso del concurso las veamos con ojos diferentes a otros, no se nos olvida aquello tan fácilmente y a partir de ahí cualquier cosa por mala que veamos siempre la veremos peor en los demás. Asumir nuestra propia debilidad. ¿Son grandes concursantes? Evidentemente no, al contrario, son pésimas concursantes. Casi tan malas como los demás.

  Existe en el aire que respiran estas dos concursantes un halo de fidelidad entre ellas que pudiese ser determinante a la hora de elegir algo por pequeño que sea, eso nos atrae y lo vemos con cierta simpatía mientras observamos en el resto de la casa vaivenes continuos, traiciones manifiestas y oscuros personalismos. Un punto de valentía en decir “si la gente quiere verme en la calle, me voy...” en contraposición al pánico de los demás concursantes ni siquiera a salir nominados y por lo cual son capaces de hacer cualquier cosa, incluso venderse ellos mismos. Son esos pequeños detalles que te hacen perdonar una vez elegido cualquier otra cosa, por muy mala que sea. Seguramente ese hijo adoptado no sea el más guapo, ni el más bueno, es difícil, controvertido y polémico, no me gustan muchas cosas de él ni de lo que hace... pero es el mio.

  Y viceversa. Muchos odios suscitados por ambas les vienen dados, tanto dentro como fuera, por la misma regla distributiva, no las soporto, no las puedo ni ver, me tienen hartas... y contra eso, adoptamos. Cualquiera menos ellas. Por eso no nos podría sorprender que concursantes siniestros y oscuros, auténticos muebles, neutros y mentirosos sean capaces de parecer a veces simpáticos. “Yo los dejaría un poco más” “No es su momento...” “Está empezando a despertar...” “Hay que darle una oportunidad” “Me está sorprendiendo...”

  Quitamos las broncas de la casa. ¿Que nos queda? ¿Las carpetas?. Bea y Rodri tienen muchos seguidores, Adara y Pol también, Meri y Alan, algunos. Y todos vienen dados por el mismo flanco. El amor o el hamor. Dos personas que se gustan y viven su relación como si fuese propia. No les va el concurso, para ellos es secundario, lo importante es que su pareja adoptada en la casa estén bien, se han dado un beso, han hablado, se han enfadado, no han dormido juntos... y para eso hacemos hasta guardias de veinticuatro horas para ver si se reconcilian o se dicen hola. Lo que sea. Para ello, los demás sobran, y no nos cortaremos a la hora de votar con tal de que a los míos ni los toquen. Son todos enemigos potenciales a quien hay que echar o vilipendiar para protegerlos. Más odio. ¿Si de verdad borramos las broncas de la casa? ¿Dónde quedarían Bárbara, Adara o Clara?. No tendrían sentido como concursantes, ni siquiera con la excusa de Adara y su carpeta. ¿La convivencia? ¿Dónde está? Se ha demostrado que ha sido una de las ediciones con los concursantes más falsos de cuántos hayan pisado Guadalix, ejemplos para dar y regalar de todos y cada uno de ellos, en definitiva, una falsa convivencia.

  ¿Los vamos a sancionar...? ¿Porqué...?. Lo mismo habéis elegido mal. “Cuando el amor es ciego, el corazón no miente a unos ojos que no ven...”