CORAZÓN PARTÍO

  “Mi prima está más conmigo cuando está mal con él... si no, está con él. Tengo a mi prima pero a veces parece que el primo es más importante...”.  Hace unos días Alejandra se quejaba amargamente con estas palabras en el confesionario mientras derramaba unas lágrimas. Es la imagen de la soledad después de llevar conviviendo más de dos meses en una misma casa y haber entrado en compañía. Mucho se está hablando estos días de Yolanda, de las primas y de  compañías, pero sobre todo leo mucho sobre dudas, sobre todo de dudas. Alejandra desde el primer momento ha sido la única concursante que a mí particularmente no me ha generado ninguna. Dos meses y medio después sigo viendo a la misma chica larguirucha, atrevida y a veces descarada, sincera, fiel y divertida que me atrapó desde los primeros instantes.

   Nunca, o casi nunca hasta hace más bien poco me había pronunciado al respecto. A los pocos días de empezar el concurso alguien me preguntó quien podría ser mi favorito, y le dije sin dudar, Alejandra... ¿Alejandra? Me respondieron con cara de extrañeza como no queriéndoselo creer. Sí, le volví a insistir. Seguían sin creerme, no podía ser, pero si es una niñata me decían... bueno, démosle tiempo al tiempo, le dije. La persona que me preguntó eso ha tenido varios favoritos a lo largo del concurso, Juanma, Luis, Omar, y ahora su favorita es Alejandra, estuvo reticente un tiempo porque había algo que no le terminaba de convencer, ahora está plenamente convencida esa persona de quién quiere que gane el concurso sin lugar a dudas.

   Alejandra ha generado muchas dudas a lo largo del concurso a mucha gente, sin embargo el paso del tiempo se ha aliado con ella y ha hecho demostrar una cosa muy importante, es la misma, mejor, es la única que no se ha salido de aquella imagen que todos nos proyectaban nada más pisar la casa, su trayectoria ha sido uniforme a diferencia de la mayoría de los concursantes, ni el acercamiento a otros, ni la separación de su prima ni el devenir del concurso le ha hecho cambiar de cómo es ella en realidad. A veces, las mismas circunstancias del concurso nos hacen ver cambiantes a las personas y sus actitudes, lo hemos podido comprobar en Omar, en Luis, en Paula, en la misma Azahara o en Yoli o Jonathan, quienes dependiendo del momento actúan o se comportan de una manera o de otra. Eso no se lo he visto a Alejandra, ha sido fiel a ella misma desde el inicio, solo que ahora la conocemos un poco mejor, por eso seguramente esa persona que me decía aquello, ahora está convencida de que es ella la que quiere que gane.

  Recuerdo cuando termina cada edición intentar explicar el porqué del concursante que me termina atrapando, y es curioso, pero existen muchas cualidades que suelo señalar que terminan por coincidir en unos y otros, lo mismo es que el perfil que yo tengo de ganador lo tengo muy asumido, esa primera impresión de los primeros días suele ser a medida que voy conociendo mejor al personaje quien me confirma el porqué de mi elección. Suelo fijarme mucho en la naturalidad de sus gestos y de su concurso, esa cualidad que a veces y aún a riesgo de exponerte demasiado al peligro te sale de dentro por pura espontaneidad, si eres de una determinada manera no me gusta que me marees sino que te me muestres tal cual, ya sea bueno o malo, pero no me engañes, no me hagas creer que tengo que confiar en ti porque me dices que eres bueno para luego terminar decepcionado porque haya visto que en realidad no eres así. Hay a lo largo de cada concurso gente que lo suele hacer muy bien, o que tiene distintas personalidades, que oscilan de unas características a otras sin  razón alguna por medio, las vemos en sus diferentes facetas, y por momentos nos divertimos con ellos, para en otros quedarnos un poco sorprendidos por algunas reacciones. Nos defraudan con la misma rapidez que nos envuelven y nos atrapan, no son ciertos y no hacen sino aumentar nuestras sospechas. Generan dudas.

  Alejandra a mí me ha hecho reír en muchas ocasiones, y me ha emocionado en otras, la he sentido muy cercana en aquellos episodios en que ha sacado lo peor de ella, posiblemente porque yo habría reaccionado igual. Me ha sorprendido mucho su madurez pese a su corta edad, su valentía a la hora de afrontar las muchas dificultades que ha tenido, pero también he visto esa sensibilidad que siempre termina por atraparme, esa soledad del confesionario diciendo aquellas palabras con que empecé esta historia que me han hecho volver a repasar su concurso y ver hasta comprender que en absoluto lo ha tenido fácil. Se ha expuesto y ha arriesgado con muchos de los pesos pesados sin importarle lo más mínimo de qué o de quién se trataba, defendía su verdad por encima de todo y ante eso no había miedo ni medias tintas ni siquiera usar lo políticamente correcto para dar una buena imagen.

   A su prima le ha dicho las verdades necesarias por muy crueles que sonasen, a Paula le inyectó sus buenas dosis de realidad aunque ella nunca lo quisiera reconocer, a Omar le paró los pies a los dos días de concurso, a Fran, a Jonathan le ha mandado los mensajes necesarios para advertirle que tenía algún día que abrir los ojos. No se ha ocultado ante nadie ni ante nada, pero no solo ha sido ese valor demostrado, también me ha mostrado sus miedos, sus carencias y sus dudas, no lo ha pasado bien en muchas fases del concurso y se le ha notado como se nos notaría a cualquiera de nosotros, y la he visto sufrir y pasarlo mal, angustiada por la ausencia de su propia prima aunque le doliese la boca de advertirle del riesgo que estaba asumiendo en su empecinamiento.

  Son muchas las cosas que me dejaría, muchas de ellas buenas y también alguna mala, seguro, pero es que eso es lo que yo quiero de un concursante para hacerlo mi favorito, yo no quiero concursantes perfectos, los quiero imperfectos pero que me muestren sus costuras, sus odios, sus limitaciones, que me muestren lo mejor o lo peor de cada uno para yo poder elegir mejor.

Con Alejandra no he tenido ninguna duda en ningún momento. Siempre supe que no me decepcionaría y que podía confiar en ella. Podrá ganar o podrá perder el concurso, solo es un concurso, pero a pesar de la diferencia de edad la he visto mucho más cercana a mí que a ningún otro, cada gesto, cada enconamiento, cada locura, cada mirada, cada sonrisa, me ha devuelto ese punto rebelde que siempre tuve y me ha recordado el lado bueno de las cosas. Ha disfrutado como nadie de la estancia en el concurso sin necesidad de anunciarlo ni repetirlo, se le ha notado, ha sido compañera por encima de todo sin importarle el nombre, se ha equivocado y ha rectificado, ha aprendido la que más y han sido tantas y tantas cosas las que le han quedado por hacer. Me da todo igual, a mí me ha hecho disfrutar, y por lo tanto, pienso votar para que ella gane, solo es un reconocimiento a su generosidad, ella ha sido generosa conmigo, aún sin darse cuenta... de que siempre ha bailado sola.

“Dar solamente aquello que te sobra, nunca fue compartir, sino dar limosna. Si no lo sabes tú, te lo digo yo. Después de la tormenta siempre llega la calma, pero sé que después de ti, después de ti  no hay nada...”