ANATOMIA DE UN CONCEPTO

   Parece que la casa ya se va recuperando de la crisis. Poco a poco se va asumiendo la nueva situación creada tras el golpe de mano de una Lucía que parece estar más de paso que lo que nos anunció el día de su entrada. Por momentos pienso que una vez cumplido su objetivo de recuperar a Omar, a ambos les sobra Gran Hermano, casi piden a gritos que los echen a los dos de la mano. Lo que pasa es que la televisión quiere contraprestaciones a cambio del jugoso y suculento protagonismo que de forma generosa se le ha otorgado a la pareja. Entiendo que buscan una segunda parte de la historia a la espera de abrir otros frentes. Las tentativas de Yoli con Jonathan no terminan de fraguarse, Shaima parece amortizada y Paula sigue expectante en la recámara hasta nuevo aviso.

  Ayer hubo un primer intento. Se inventó una fiesta sorpresa por el cumpleaños de la cabra para motivarles y prepararles el terreno, pero no funcionó, están demasiado alerta y a dos días de las nominaciones nadie quiere asumir más riesgos. Se necesita un poco más de tiempo para que la chispa que se quiere prender termine de encenderse. Lucía y Omar, después de lo ocurrido están un poco agotados y la reacción de la casa con ellos les ha hecho pasar a la defensiva. Paula entiendo que espera el momento adecuado para hablar con Omar, pero la estrecha vigilancia a la que está siendo sometido le pide esperar. Lucía ha entrado en modo conformista y por ahora tiene el terreno ganado; a quién le tocaría mover ficha debería ser a Paula y está tanteando a los compañeros para estar segura de muchas cosas que ella misma piensa, ese momento llegará y dependiendo de la reacción de Lucía prenderá o no.

    Tras unos días de aislamiento forzado por la reacción negativa de la casa, Omar y Lucía tienden a suavizar sus gestos y pretenden volver a la normalidad intentando integrarse de nuevo en el grupo tendiendo puentes individuales que les permita unirse poco a poco. Es una nueva situación en calma. Supongo que las nominaciones reactivarán un poco esta tensa laxitud y los expondrán a nuevos horizontes. Las tramas iniciales con todas sus expectativas parecen agotadas a pesar del poco tiempo transcurrido, sin duda ha sido la intensidad con que todo ha discurrido, quizás nos haya sorprendido a todos, incluida la organización, ahora a la espera de ver como se resuelven los últimos coletazos del triángulo se necesitan nuevos frentes o corremos el riesgo de caer en una monotonía inesperada.

   Muchos concursantes han decepcionado y no han estado a la altura, otros a pesar de sus intentos simplemente no valen o no tienen esa continuidad necesaria para mantener ningún atisbo de expectación, a otros se les ve especialmente cansados y amortizados como es el caso de las hermanas o Fran. La falta de carisma y de carácter, la poca implicación en los problemas de los demás o la hipocresía con que se está manifestando el juego les hace a la mayoría abusar de una prudencia exacerbada en la que cualquier intento de desfase automáticamente queda reducido a la nada y cualquier leve tentativa es abortada por un grupo que no gusta de demasiadas emociones.

    Lo que posiblemente sea bueno para ellos no lo es tanto para nosotros, necesitamos acción para poder alimentar nuestro seguimiento, ya les conocemos lo suficiente y no esperamos muchas más sorpresas. Tras unos primeros días de bastante generosidad con sus perfiles esperamos otra cosa más dinámica, movimiento, las conversaciones visto el nivel cultural de la última prueba no despejan muchas dudas escondidas. Los años, quince ediciones nos vuelven exigentes y se requiere estar a la altura, odiamos a los conformistas que dicen vivir la experiencia, eso ahora queda reducido a salir en la tele y poco más, los elegidos son eso, elegidos y el plus que se le ha otorgado con respecto a los no elegidos ha de ser correspondido o pensaremos de nuevo en un fraude para el seguidor del programa. Nunca es fácil acertar del todo, pero no es de recibo que la mitad del casting no de las expectativas o esté a la altura ni siquiera como secundarios o acompañantes.

   Quién nos iba a decir que a éstas alturas lo mismo hayamos pecado de exceso de normalidad y estemos buscando la anormalidad sin extravagancias ni papeles clicheados, somos una comunidad generosa en personalidades pero nos cansa pronto el gemelismo de comportamiento por repetitivo. Se nos hacen muy simples algunas conductas, primos igual a gym o dormir pronto, Fran de madre superiora, hermanas fuera de la cocina son iguales a la nada y les falta el patio de luces, lo del tarot ya no da más de sí y cansa, Hugo ni está ni se le espera y el papel de Azahara está siendo decepcionante, Alfredo agotó pronto su cartucho y está de convidado de piedra, el resto no puede llevar todo el peso del concurso porque terminarían quemados a las primeras de cambio.

    La cuestión es que una vez puesto en marcha el engranaje, la maquinaria se puso a funcionar a altas revoluciones , y o cambiamos aceite y engrasamos para que siga igual o la velocidad se irá reduciendo de manera preocupante. No deberían caer en la previsibilidad del tiempo que transcurre y si no hay muchas soluciones o la suficiente creatividad las pruebas podrían ser un estímulo para la convivencia en competitividad que les haga sacar lo mejor o lo peor de cada uno. La despensa siempre tendría mucho que decir en encierros como este, echo de menos la falta de sueño, algún que otro despertar sorpresa o el agotamiento mental que les ponga en alerta y les despierte del letargo que podría acontecer una vez agotado el argumento del trío.