LA PUERTA FALSA

    Quisiera imaginarme qué hubiese pasado si el jueves no hubiese entrado Lucía al concurso y me imagino a Omar aún con su carpeta con Paula, como si nada. Imagino diciéndole todas esas cosas bonitas que a ella siempre le encantaba escuchar y revoloteando los dos por todos los rincones de la casa, no sabríamos si esa tensión sexual acumulada ya les habría hecho traicionar de nuevo a la abuela de Paula, si todos los de la casa seguirían con sus juegos de campamento y el buenrollismo aún estaría instalado en la casa. Si la carpeta entre Yoli y Jhonatan se abría abierto por fín o yo que sé, si al torero le habría crecido el pelo por ejemplo, no sé. Mi reflexión es si Omar seguiría prometiéndole amor eterno a Paula y le iría contando eso de que querría compartir el resto de su vida con ella... por ejemplo. Es que se me hace raro ver la casa ahora y ver eso mismo que estoy diciendo pero a Lucía. Tan delgada es la línea del amor, nos podríamos preguntar, o acaso es un cliché que llevamos como si fuese un botón, o quizás haya que ir un poco más allá y pensar si es posible que todo eso suceda sin que medie apenas un par de días. Me pongo a pensar y algo me chirria, no concibo esa facilidad de cambio sin que medie por medio alguna que otra mentira por algún lado. Es solo reflexión para incrédulos. Lo mismo eso mismo lo puede estar pensando Paula.

     Lo cierto es que la casa se ha vuelto de al revés, es como si aquello hiciese mucho tiempo que haya sucedido o lo hayamos soñado en otra vida. Aún estamos aterrizando y recuperándonos del shock que ha supuesto tan drástico cambio, solo tenemos que cambiar un nombre, Paula por Lucía, lo demás, parece como si todo fuese lo mismo. Parece, pero no. Ahora a Omar hay gente que ya no le habla, se ha generado un mal rollo tremendo en la casa, la desconfianza entre ellos aparece por doquier, las miradas asesinas se intercambian, están más serios, como si hubiesen entrado en un mosqueo general. Unos, bueno casi todos, dicen que están al lado de Paula, y por ende haciéndole el vacío a Lucía que ha arrastrado a Omar. Total, Omar está haciendo lo mismo que hacía, solo que con otra. En las conversaciones, en los corrillos se habla mucho de dignidad y muy poco de comprensión, todos tomamos decisiones, elegimos y luego según creemos conveniente así actuamos. Luis, fue uno de los anfitriones de Lucía, en las primeras horas estaba encantado de haberse conocido allí en el jardín oyéndola cantar, ahora ya no es la misma, ha cambiado y su modo de verla ha cambiado por completo. No la entiende. Sólo ha recuperado a su pareja, y su pareja ha vuelto con ella, pero para ellos es como si le fuese la vida, ya nada podrá ser igual, es que todo ha sido muy fuerte, dicen. Paula es muy buena chica, y no merece pasar lo que ha pasado. Nadie, creo, debería pasar por lo que ella ha pasado, no se lo recomiendo a nadie, ni a la misma Lucía, pasar el día que pasó antes de que sucediese todo.

  Aún creo recordar a muchos de ellos, comprendiéndola y solidarizándose con ella, de la misma forma que ahora lo hacen con Paula. Con una diferencia, antes no rechazaban a Paula, y ahora sí rechazan a Lucía. La sensación que se tiene es que Paula es una de ellos, y Lucía no, solo es una intrusa que ha entrado a romperles su maravillosa armonía. Omar, qué curioso, tampoco es el mismo y tampoco le miran igual. Ya sé, le ha hecho daño a Paula. Como si el dolor de Paula fuese diferente al que sufrió Lucía en sus carnes durante el primer día, con la diferencia que Paula se regocijaba delante de Lucía provocándola y ésta sin embargo procura ser prudente con sus gestos cuando está delante del grupo. Omar no, Omar sigue haciendo exactamente lo mismo, sólo ha cambiado Paula por Lucía. Esa línea tan delgada. Lo mismo lo que ha hecho cambiar todo han sido los hechos, la forma en que se ha desarrollado todo, o que el impacto ha sido tan grande o tan inesperado que les ha pillado a todos con el paso cambiado. Extrañas reacciones las que marca el sufrimiento de una persona. Omar sí era uno de ellos con Paula, ahora poco a poco está convirtiéndose en el apestado de la edición. Es cierto que lo ha hecho fatal, ha mentido a todos y posiblemente ha defraudado su comportamiento, pero creo que no es menos cierto que eso deberíamos penalizarlo nosotros y no ellos, a fin de cuentas él está haciendo exactamente lo mismo, solo ha cambiado de nombre.

   Me estaba preguntando si no es hipocresía la causante de todo este fenómeno. Si todo es tan normal, y todo se puede comprender o no interesa comprenderlo como un total, sino parcialmente aquello que nos conviene. La duda de solo comprender a Paula y no comprender a Lucía o viceversa, o porqué no comprender a las dos, si tan normal debería ser todo. Puede estar la clave en las formas, o quizás en el esperpento que ha supuesto la rotura de toda esa monotonía en la que habían concurrido. Durante la noche de crisis, el comportamiento del resto de la casa fue un tanto peculiar, oscilaban de un lado para otro, lo mismo apoyaban a una que apoyaban a otra, depende del momento, todos sabemos que la noche fue oscilante, Lucía sufría y lloraba y todos la consolaban mientras veían a Omar besar a Paula, Omar se iba a hablar con Lucía mientras Paula lloraba y todos consolaban a Paula, el desconcierto era para nota, y todos querían estar ahí, del lado del más débil en ese momento. Normal. Pero y luego que ocurre, Omar ha elegido, pero por lo visto no ha elegido como todo el mundo quería. 

     Su reacción habría sido igual si la elección hubiese caído de la otra parte, conviene preguntarse. No lo sé, seguramente sí. Lo cierto es que todo, según ellos, se hizo rematadamente mal, incluso hubo momentos en que dirigían los pasos de cada una, Vitín pidiéndole a Paula que se fuese del jardín, Fran grabando la conversación entre Paula y Lucía o saltando de golpe al oir un ruido extraño como si se hubiese matado a alguien. Todos estaban muy susceptibles esa noche, o expectantes, en el fondo morbosos sobre lo que iba a suceder, Yo, me iría ahora mismo, cogía la maleta y me marchaba ahora mismo, llegó a decirle a Paula en un momento determinado de la noche. Ella fue la primera sorprendida, qué quería decir, pensamos todos, que había elegido a quien a él no le gustaba, porqué ese comentario tan absurdo como sentenciador que no hizo más que añadir incertidumbre al momento.

   La vida en la casa ya no es la misma, se ha instalado el mal rollo, el “entrometismo” es enorme y las suspicacias están a la orden del día, solo es la antesala de una crisis mayor que está por venir, se ha tomado un tiempo de descanso hasta el momento de decir la penúltima palabra. Se ha cerrado en falso y existen muchas heridas abiertas, lo que pasó el viernes solo ha sido el comienzo de una catarata de cosas que tienen que pasar, se está fraguando un caldo venenoso que destila por todas las estancias, se huele, se percibe que esto no va a quedar así. Todo se siente muy débil, es la forma de hacer mal las cosas, la palabrería que acompaña a la falsedad y el “bienquedaísmo”, el querer parecer lo que no se es o el afán de protagonismo, no lo sé, pero es un ruido extraño el que se percibe, como esos tambores de guerra que empiezan a escucharse a lo lejos y que poco a poco se van escuchando más fuertes. Se están cogiendo fuerzas antes de que todo vuelva a estallar. Lo presiento. Todos miramos al mismo sitio, pero no sé yo...