30 de septiembre de 2014

LA MALDICIÓN DE LA COCINA



     
   La cocina siempre ha sido un plus en Gran Hermano, para bien o para mal. Es la única estancia de la casa que tiene vida propia, un foco de conflictos. Para muchos espectadores es origen de animadversión, el punto de partida para cogerle manía a alguien. Quien se apodera de la cocina año tras año parece que adquiere galones y es dotado de cierta autoridad. No podemos olvidar que la comida en Gran Hermano es una de las páginas importantes del concurso sobre la que gira muchas de las leyendas escritas a lo largo de las quince ediciones. Ha sido el nacimiento de muchas y épicas discusiones de la casa, bien por algún hecho puntual o por la actitud de sus administradores. Cuando la nada y el hastío se adueñan de la casa siempre surge la cocina como excusa que realza la figura de sus mentores, les da brillo y los hace omnipresentes. Es un caldo de respeto, podemos discutir de cualquier cosa, pero la cocina no se toca. Es sagrada.

  A veces, no solo realza la figura de sus dueños sino que extiende sus tentáculos mucho más allá de su umbral. Otorga un poder casi infinito, venerado por muchos y envidiado por todos. La cocina es actividad, es presencia, es protagonismo, en definitiva poder. Ese estatus que se adquiere cuando uno es nombrado o autoproclamado dueño de la cocina es inversamente proporcional al sentido que les dan los de dentro y el que les otorgamos los de fuera. Para ellos es prioridad para nosotros una excusa. Es curioso que mientras ellos son capaces de perdonarles casi todo para nosotros siempre será una bomba de relojería, un cristal que nos permite verles antes sus costuras. Las demás tareas de la casa son ninguneadas, juegan en otra liga. La comida es la fuente de la vida, el centro del universo, es lo más importante de todo. De ahí la trascendencia de quienes la dirigen.

   Este año no es distinto. Desde un primer momento, las hermanas Loli y Mayka se han adueñado de ella. Ese papel o rol que han adquirido desde el primer segundo les viene perfecto, nunca habría estado pensado mejor para ningún concursante. Pero no solo ha sido eso, sino que se han atribuido también la lavandería. A cualquiera que nos estuviera leyendo y no pensase que hablamos de Gran Hermano les llamaría la atención que el verdadero trabajo sucio de una casa se lo atribuyesen de manera voluntaria estas concursantes, creo que no podría dejar escapar algún signo de admiración por ello. Para nosotros, los de fuera no, y empezamos a verlas con cierto recelo. Para sus compañeros, los de dentro, les produce envidia, temor y cierto desasosiego. Ese es el esquema.

   Su carácter es como el agua a punto de ebullición, como ese fuego siempre preparado para calentar, son la fuerza, el tiempo, el orden. Todo bajo un control de precisión. Y ese carácter lo trasladan a modo de mensaje, recordemos que todo gira en Gran Hermano alrededor de la cocina, de la comida. Pero no nos olvidemos del cristal. No todo el mundo vale para una cocina, hay que hacerse valer y demostrar méritos. Para ellas es su mundo, su hábitat natural. La niñez con la que crecieron, la adolescencia con la que aprendieron y la madurez con la que ejercieron. En Gran Hermano buscaron cocineras por todo el país y las encontraron a ellas. A partir de ahí, lo demás les sobra. El resto, o sea la convivencia, las pruebas, las relaciones personales, la comunicación... eso para ellas es un universo paralelo al margen y que solo usan en sus tiempos de descanso.

   Nunca nadie dijo que la convivencia en Gran Hermano fuese fácil, el tiempo hace su labor y desgasta mucho, poco a poco van surtiendo efecto sus consecuencias y les ponen a prueba. Ayer fue uno de esos momentos. Lo vimos en toda su crudeza. Ese desgaste, toda esa fuerza acumulada de contención estalló por los aires, y todo a cuento de una discusión banal que a fin de cuentas es lo de menos. La susceptibilidad del saberse importante o como en el caso de Mayka, imprescindible. El azar quiso que la chispa saltase entre ellas. Dos de las personalidades más controvertidas de la casa, pero podía haber sido cualquiera y por otra razón cualquiera.

    Shaima no se encuentra, a diferencia de Mayka cuyo rol de cocinera le otorga ese plus majestuoso, no se encuentra. Necesita reconciliarse cada cierto tiempo con ella misma y con el mundo. Reencontrarse con el sitio donde se encuentra. Sus días son reválidas a cuyas noches les suele poner música para otorgarse una nota. Y por lo visto no está muy conforme, nunca lo está. Lo intenta cada día desde que entró, pero hay algo que le está impidiendo seguir el ritmo de sus compañeros, eso a ella le pone nerviosa. No lo alcanza a ver. Mayka se encuentra a gusto. Es la reina de la cocina junto con su hermana, y ese poder omnipresente le está resultando contraproducente, abusa de él y no le permite tampoco seguir el mismo ritmo que los demás, se ha acomodado y vive desde las alturas que le permite su cocina. Choque de egos. Una desde lo más alto, otra desde lo más bajo. Una por defecto y otra por exceso. Las distancias son abismales y eso queda retratado en el preciso momento que ambas quieren llegar a un punto en común. Imposible.

    Todo lo demás huelga. Cada una seguirá su camino, una intentando adaptarse y reencontrarse así misma y la otra... en su mundo y viendo los universos paralelos desde su distancia. El problema es que el espacio es muy reducido y las normas son muy claras. Acondicionar esos egos al entorno requiere de ciertas habilidades que ambas carecen. Lo bonito de todo esto, es que nosotros las observamos desde el cristal. Intentar explicaciones o relatar lo vivido de una manera u otra durante quince años da una absoluta pereza cuando nuestros ojos ven lo que ven y nuestras mentes son capaces por sí solas de sacar sus propias conclusiones. Gran Hermano en estado puro. Una anécdota más.

29 de septiembre de 2014

SALIÓ PACO


    Vamos a conectar con la casa, y ni siquiera les voy a dar las buenas noches: La audiencia ha decidido que debe abandonar la casa, Paco. ¿Os imagináis, que en vez de dar el nombre de Paco, hubiese dicho Paula?. Yo no. No me preguntéis porqué. No sé por que extraña razón, en ese momento de silencio décimas de segundo antes de decir el nombre, dije en voz alta Paco. No tengo datos, ni razones para dudar de nada, solo las encuestas, pero como éstas no valen porque lo que cuentan son los votos, acabáramos, pues no puedo hablar mucho. Se ha convertido en un verdadero clásico de Gran Hermano el decir que mientras la gente gasta el tiempo votando en las encuestas, otra gente se gasta el dinero votando por teléfono. Qué gran verdad. Y qué gran mentira. Como si aquellos que votan en las encuestas tuviesen prohibido llamar. Curioso que una que decía llamarse carpetera dijera anoche que sus votos habían ido a parar a Fran. Es lo de menos. Todo salió según lo previsto. Y lo previsto era que saliese Paco, y nunca Paula.

    Y es normal. Paco, según hemos podido comprobar en estos dias que ha estado en la casa, era un concursante de poco recorrido, no digo el que menos, pero hoy no toca. Sus expectativas quedaron pronto agotadas. No entro en lo buena persona que pueda ser, la mala suerte que ha tenido o lo mal que se han portado algunos compañeros con él. No viene a cuento a no ser que queramos caer en la trampa que nos quiso tender anoche el programa por medio de una muy habilidosa Mercedes Milá a lo largo de toda la gala. Casi nos convence.

    Cualquiera hubiese apostado por Paula, y no es de recibo el horizonte goloso que para la productora se le presenta con esta concursante. A su ya conflictiva personalidad, si le añadimos su incipiente carpeta que tanto gusta a algunos responsables de la productora, la personalidad explosiva de su pareja, su reciente salida de otra relación de la que imagino no tardarán mucho tiempo en echar mano, las divergentes formas de mantener esa relación en la casa abocada a subidas y bajadas, arreglos y desarreglos, el conflicto con las primas, etc. etc. para algunos Paula se convierte en un filón televisivo del que hubiese sido apresurado prescindir de ella. Lo que no puede ser no puede ser, y además es imposible. Gran Hermano es un concurso, si, pero de televisión.

   Paco solo ha sido un cabeza de turco. Entró sin expectativas y ha salido sin expectativas, todo lo que nos ha podido ofrecer este concursante, ya nos lo ha dado. No ha estado mal, pensarán algunos. Pues seguramente, no tanto como para tener que haber abandonado el concurso el primero. Seguramente. Pero las cosas son así. Ha sido un perfil peculiar, que no digo concursante. Su personalidad un tanto extravagante y excesiva le ha hecho exponerse para poder hacerse un hueco en un sitio totalmente ajeno a sus costumbres como él mismo ha reconocido. Quien menos ha creÍdo en sus errores, ha sido él mismo, por mucho que la presentadora le instigase a reconocerlos, suenan a excusa disculpatoria pero todos sabemos que no ha sido exactamente así. Lo cierto es que ni él mismo ha creído en él. Ha tenido dudas, muchas y nos ha brindado su limitado repertorio a las primeras de cambio, ha agotado demasiado pronto su papel y lo que viniese a partir de ahora siempre sería más de lo mismo. Cuando un concursante se agota a los diez días de haber comenzado la edición se convierte en un blanco fácil y expuesto ante todo el mundo, sus compañeros, la audiencia y sobre todo la productora.

   En este caso, soy de los que piensan que precisamente la audiencia ha sido la que menos ha tenido que ver. Lo sé, soy un incrédulo, pero como no tengo otros datos me puedo permitir la libertad de serlo. Creo que se le habría dado otra oportunidad, es muy sabia y lanza los cuchillos ante todo hacia aquellos que nos pretenden engañar, y Paco, ha dado muestras claras de que ese no es su fuerte, al menos no tanto como otros compañeros. Pero es lo que hay. Lo de que su madre y su taxi estuviesen en Guadalix antes de que se cerrasen los teléfonos, viendo las encuestas, tiene la misma credibilidad como que los familiares de los otros cuatro no estuviesen. Eso si. Preparados sí estaban, por supuesto que sí. Solo es una anécdota de la que seguramente esta noche ni nos acordaremos. El intento de Mercedes haciendo públicas de forma irónica las dudas procedentes de las redes sociales solo sirvieron, a algunos, a reafirmarnos aún más en esa duda. Repito, que anoche Mercedes estuvo inconmesurablemente fina.

     Sobre la gala poco puedo contar que no sea repetirme. No veo a Florentino en su mejor papel, de la misma manera que me sobrepasa la poca originalidad de ver domingo tras domingo al payasete de las tartas, la poca imaginación que se puso con la participación de Bustamante o el exceso de infantilismo que se propone con cada juego o prueba nos está haciendo retroceder muchos años en el avance del formato. Todas las cartas se jugaron en la entrevista donde Paco fue un amago de querer y no poder, o tal vez quiso pero no se atrevió. Las pildoritas con las que nos amenizó fueron pocas para la realidad de lo que él ciertamente vivió. 

    Hay miedo en esta edición. Mucho miedo, miedo a todo. Y ese miedo o cobardía, está impregnando todo el concurso. Han habido dos ejemplos claros este fin de semana de la poca determinación que tienen los concursantes, los toreros amenazaron con plantarle cara a las hermanas con el tema de la cocina, Paula amenazó con cantarle las cuarenta a las primas.... todo agua de borrajas. Mucha literatura y poca praxis. Pero sobre todo, observar en el juego de quién es más estratega a Omar en el último lugar y a Fran en lo más alto fue el culmen del despropósito que tenemos delante de nuestras narices como no se enmiende un poco la cosa. Nuestros corazones no sé si podrán soportar tantas emociones.

26 de septiembre de 2014

LA GALA DE LAS NOMINACIONES


   El domingo, de nuevo tenemos gala. La cuarta en diez días. Creo que no aprendemos, luego pasa lo que pasa, y lo que pasa es que las galas terminan por convertirse en un auténtico coñazo de vídeos repetidos y guiones alargados. Gran Hermano, el programa estrella de la cadena al servicio de una parrilla por rellenar. No estaría mal repasar los datos de audiencia de domingo pasado, no es por nada, es por si sirviera de algo. Claro, que luego vendrá alguien interesado en decirme que siempre le estoy buscando cuatro pies al gato, por lo visto comen de ello. La de anoche, para intentar ser un poco justo, fue un poco plana, como diría yo, así como demasiado previsible. El Gran Hermano de las sorpresas apenas nos saca de nuestro asombro; al menos una cosa están haciendo bien, nos tienen en vilo en cuanto a la mecánica del programa. Yo creo que van ajustando un poco sobre la marcha, hasta que al final demos con la tecla.

   Gran Hermano este año se vive en compañía. Ese era el eslogan para promocionar esta edición y la primera pista fiable de por donde discurriría el programa. Bien. Se vive en compañía, se nomina en compañía y se termina sin compañía. Lo de presentarse al casting y entrar en compañía está bien, aunque no termino de pillar entonces la presencia de Shaima, Paula o Azahara, por ejemplo. Más me temo que es una compañía de conveniencia, de conveniencia para el formato, que luego ya veremos. Eso hace que aunque haya concursantes que de verdad han entrado y viven en compañía, otros sin embargo, tengan que vivir en una compañía obligada con todos los riesgos que ello conlleva. Todos sabemos lo que eso significa, y mientras todo discurra con normalidad todo parece bien, pero luego vienen los riesgos como vimos anoche a la hora de nominar. Hay compañías y compañías, diremos que así es el juego, cierto, pero se vive de manera distinta y al final por lo que vimos, también se concursa distinto. No quiero decir nada, solo que podría ser una situación injusta cuanto menos para algunos, que por el mero hecho de estar en la casa lo han hecho bajo condiciones a veces inesperadas. Si no, que se lo pregunten a Paula.

   El mecanismo de las nominaciones, creo que habría que pulirlo un poco. No sé, no me dejó anoche un sabor de boca muy agradable y no sé porqué, creo que algo chirriaba y no acierto a descifrarlo. Mientras veías parejas que nominaban en compañía, veías otras nominar de manera individual, el mecanismo se lo permitía, o en todo caso, forzados a nominar a alguien a quien no querías nominar. Y por defecto, veías a gente nominada sin que la mayoría de sus compañeros lo habrían deseado, solo por defecto y arrastrados por una obligada compañía. Si, es el juego, pero ¿sabremos ciertamente si con este sistema los nominados son realmente los que ellos quieren o tal vez haya un poco de azar y rebote en el asunto?. Está claro que la última palabra siempre la tendremos nosotros, pero me da la sensación que esa impunidad nominatoria que a lo largo de las ediciones siempre han dado emoción al concurso, este año va a saltar por los aires y va a favorecer a malos concursantes y perjudicar a buenos concursantes. Y sin que ni ellos ni nosotros podamos hacer nada por impedirlo.

     La gala empezó con un simulacro de explicaciones tras la marcha el día anterior de Papirrín, digo simulacro porque nada quedó claro y fuimos emplazados a otra fecha en que él, ya fríamente, pudiese dar algún tipo de explicación que seguramente en nada se parecerá a lo verdaderamente acontecido. Luego tras unos pocos vídeos intentando dar luz sobre algo que subyace misterioso, nos presentaron la segunda prueba de inmunidad, a contrareloj por el directo, de manera que la premura hizo que incluso quien pinchó el globo ni se diera cuenta que era el bueno, pero eso sí, cuando Omar preguntó si habría algún papel o algo dentro se le dijo que se dedicara a explotar globos que ya se enteraría. Pues no. No se enteraron. Discurre la gala de manera un poco confusa y alocada, precipitadamente hacia el argumento principal, las nominaciones en su nueva versión de parejas. Entre nominación y nominación, vídeos rápidos o algunos flashes del día a día de los concursantes, relampagueantes y muy manidos ya, como de relleno obligado. Nominaban por parejas, a dos parejas con dos y un punto. Algunos se repartieron la misión, uno nominaba a una y el otro a otra, en compañía eso si, estaban sentados el uno junto al otro.

   No hubo muchas sorpresas, como estaba anunciado Paco y por ende su pareja Shaima, recibieron siete votos. Las otras parejas salieron de la mano del torero, las primas, Hugo y Paula, que no tenía pareja. Al final se nos disiparon las dudas en forma de ruleta en una sala siniestra donde el desconcierto hizo que se cometieran algunos fallos de sincronización entre el realizador y Mercedes. De las parejas nominadas por las otras parejas, entre las mismas parejas se tenían que nominar entre ellos, exponerse al público lo llamaban, una nueva nominación encubierta y definitiva. Si no quieres caldo, toma dos tazas. Y ahí, se produjo el momento cumbre de la noche, donde pudimos apreciar algunos detalles importantes, como que Azahara impusiese su criterio de ser ella la que arriesgara o como que Shaima asomara su vena egoísta. La máxima tensión nos vino de la única pareja real que había sido nominada, Yoli y Alejandra, en la que ambas querían exponerse, al final Yoli tuvo más bemoles que su prima, que la verdad no me pareció tener muchas ganas a pesar de lo que nos mostraron, pero claro tampoco quería que fuese su prima, por eso formaron la que formaron. Normal.

    Fran, Paco, Paula, Azahara y Yolanda, resultaron los nominados finales después de un arduo proceso. Mucha gala para ésto. No sé, no me convenció mucho, le vi mucha lentitud a todo y mucho desconcierto, creo que todo puede mejorar. Sobre las sensaciones, no varían mucho de días anteriores, sin embargo hay un hecho determinante a partir de la gala de anoche, hemos entrado de lleno en la competición, con todo lo que ello conlleva, por lo que intuyo que las relaciones entre los concursantes empezarán poco a poco a cambiar. Creo que la expulsión estará entre Paula y Fran, la una que no termina de ser totalmente comprendida y quizás la losa de Omar le pese más de lo que imagina y el apoderado porque creo que es un concursante totalmente prescindible. Paco, sobre el que giraban todos los focos podría salir beneficiado de algo que sí es un clásico en Gran Hermano, y es que aquel en que los compañeros se empeñan en echar la audiencia se empeña en salvar. Cuestión de autoridad. Y eso, sin contar el sello victimista que le están otorgando entre otras razones por la hipocresía de quien busca lo fácil, y lo fácil, era Paco.

25 de septiembre de 2014

LA NOCHE MÁS LARGA



     No hay que estar muy bien o desconocer profundamente las costumbres del país donde vives sin que sepas que al menos te van a mirar raro, si te presentas a un concurso como   Gran Hermano que siguen millones de personas y te haces llamar “papirrin tin tin”. No sé en México, pero aquí no estamos muy acostumbrados a estas cosas sin previa de haber soltado antes por lo menos una carcajada y que el personal, de primeras, se quede con la copla. Somos así, muy dados a la chufla. Si a continuación, en la misma presentación relatas las razones por las que te viniste a miles de kilómetros de distancia de tu país, contando el drama del abandono de tu mujer, hace apenas no más de tres meses, de la que aún sigues casado y das a entender que sigues profundamente enamorado de ella, que ha sido ella la culpable de todo, y que por eso has decidido poner tierra de por medio, para poder olvidar. Una de las razones que te impulsó a apuntarte a un programa del que apenas tenías conocimiento. Todo te valía, por lo visto. Algo no me cuadra. O lo tienes superado, o todo lo haces para superarlo. Entiendo que entró en ésta segunda fase. Y eso, según la personalidad de cada uno, tiene sus riesgos. Aún no nos había dado tiempo a conocerlo a fondo, pero se intuye un carácter débil detrás de esa imponente presentación que querer comerse el mundo.

 Gran Hermano tiene muchos riesgos. Uno de ellos es la soledad del concursante y el mucho tiempo que se tiene para pensar. No hay peor soledad que aquella que sientes mientras estás rodeado de gente, de gritos, de cosas... aquella que se rompe con esos deseos de ánimo mientras tú estás en otro sitio y solo pretendes que te dejen en paz. Era una oportunidad. Vivir la experiencia y de verdad intentar superarlo, tenía todas las herramientas para poder hacerlo, y sin embargo no ha podido. Es muy fácil decir que no se había integrado en el grupo, que deambulaba por la casa como alma en pena sin apenas tener contacto con sus compañeros salvo comidas y ratos de prueba. Su problema iba por dentro. Del querer al poder hay un trecho, y él lo ha intentado. Le siguió la broma a Shaima en un intento desesperado de querer olvidar o al menos dejar de pensar. Y la cosa no iba mal. Anoche, todos estuvieron riendo y disfrutando, cantando, bailando. Por un momento se convirtió en el centro de atención, por un momento había dejado de pensar. Y se le veía feliz. Había aparcado por unos momentos todos sus fantasmas, y puso a disposición de todos esas ganas de sentirse uno más. Todo parecía normal.

   Siguió la fiesta con Vitín como maestro de ceremonias imitando a todo bicho viviente y sacando las carcajadas de propios y extraños, a todos menos a uno, a él. Los fantasmas habían regresado. Mientras veía a sus compañeros desternillarse, él empezaba a darle vueltas a la cabeza, algo le impedía participar de todo lo que le rodeaba. Se sintió extraño y por primera vez fuera de lugar. No se sentía cómodo, quería estar solo, pensar, es inevitable a veces que en un momento dado y por muy bien que estés algo te devuelva a tu realidad, seguramente fue un flash, un ramalazo instantáneo, un pensamiento perdido, lo que fuese.... que se metió para dentro. No sabemos dónde. La algarabía se calmó pero las ganas continuaron, y en el silencio tras unas horas de auténtico frenesí de risas, la gente empezó a hablar de él. Shaima fue la excusa. Tras un par de días alimentando la broma, salió el tema y el mexicano no salió bien parado. Todos apostaron por Shaima, la verdadera inductora de la broma y arremetieron contra él. Algunas palabras fueron muy duras, otras injustas, pero todas definitivas para pensar que él desde algún lugar las estaría escuchando y ahondar más en su ya profunda herida. Entonces, sí que se sintió solo. Perdido.

   Este casting no es malo, ya lo hemos comentado. Pero no es perfecto. Le falta carisma y le sobra mucha hipocresía. Y eso fue lo que le rompió sus esquemas. Seguramente en sus cortas miras no pensó más allá, solo que no podía comprender como gente que hacia media hora le animaba y se divertía con él ahora a sus espaldas estuviese despellejándole de tal manera. Lo que le faltaba. Un halo de rabia y de ira se apoderó de él. Y sin pensarlo dos veces, tomó la decisión. Se fue para dentro, deambuló por su habitación, se acostó, se volvió a levantar. Lo que había oído le había sobrepasado, él precisamente no necesitaba eso, no tenía esa necesidad. Quizás no encajaba en su forma de ser, tal vez se sintiera excluido de la casa, se sintió como un extraño. Fué un golpe bajo, duro, para su ya reticente corazón. La rabia le pudo, y no pensó más. Todo estaba decidido.

   A José le hizo abandonar su ansiedad. Esa que le había hecho seis días antes, entrar. Su alma aún no estaba curada, y en su revisión le pusieron mal la venda. Él, y solo él, se equivocó. No supo medir los tiempos para entrar, ni los ha sabido medir para salir. Lo que arrastraba era mucho más grande que sus ganas para superarlo. Seguramente regrese a su país, y olvide todo cuánto antes. Una pesadilla tal vez, un intento vano de cambiarlo todo en tres meses, una oda a lo imposible. Un error.
No hay que buscar culpables salvo él mismo. Es cierto que los compañeros no han sabido ayudarle, pero no ha sido culpa suya tampoco. La broma, se podía haber parado si él hubiese querido, él se podría haber abierto más y no tragárselo todo solo, en fin, es muy fácil ahora poder decir tantas cosas. El abandono se ha consumado y gracias a él, hemos podido por fin quitar muchas caretas. Su despedida no fue un ejemplo de compañerismo que digamos, la hipocresía brotaba por los poros de muchos de sus compañeros, algunas frases y lágrimas fueron muy elocuentes.

     La noche no había terminado. Paula desnudó por completo a su eventual pareja, sin saber que Omar se basta el solito para hacerlo. Hablaron de planes, de futuro inmediato, de lo que pasaría si alguno de los dos se fuese de la casa, una especie de tonteo intencionado para saber la verdad de lo que allí había. La conclusión fue clara y rotunda, para Paula hay lo mismo que para Omar, o sea, nada. Están muy bien, ojo, cada vez menos, allí dentro, se dan cariño, esos mimos que a veces se necesitan, esa compañía indispensable y ya. No hay más. El objetivo de Omar ha pasado de ser un capricho del concurso a pensar más allá, el de Paula al contrario, de pensar lejos a ser solo un capricho, en realidad a Paula no le gusta mucho Omar, quizás se ha visto desbordada por los acontecimientos y la velocidad con que se han vivido los primeros días, su personalidad moldeable e influenciable le ha jugado una mala pasada y sin querer se ha visto abrumada por Omar, quizás antes de granjearse un enemigo tan excéntrico y tan acaparador, ha preferido tantear y ver que de verdad hay.

     Lo ha desnudado totalmente. No digo que haya jugado con él, pero casi. Lo de él, traerá cola. Ha conquistado a Paula como quien toma una fortaleza, poniendo su bandera sin contar con ella. La excusa, es que nadie nunca sabe lo que va a pasar cuando ambos estén fuera, normal, normal para alguien que está pensando que ni de coña sigue con esa relación que ya de por sí le está apartando mucho de vivir Gran Hermano. Pero eso, para él y su orgullo es demasiado. No sabe Paula con quien se la está jugando. Si, Omar, cada día me da más miedo, y Paula, cada día me cae mejor. Es así.

24 de septiembre de 2014

PILDORITAS



    Los primeros días nunca resultan cómodos a la hora de redactar una entrada. Aún no hemos terminado de posicionarnos claramente con los concursantes y vamos un poco a remolque de cómo actúan, nos excusamos con el típico “aún es pronto” y no dejamos llevar con todo aquello que vamos viendo o nos informamos. Es como esa clase de facultad donde cada día que pasa lo utilizamos en tomar apuntes, los ordenamos cuando llegamos a casa, y los dejamos encima de la mesa hasta que se vaya acercando un poco más la fecha de examen. Captamos cosas, nos vamos informando un poco de todo, todo nos suena con tanta ligereza que pronto se nos olvida, tendríamos que repasar para reafirmar los contenidos. En esa fase, estamos. Aún queda mucho para la fecha, mientras tanto vamos tomando pinceladas de todo, todo parece nimio, nada nos resulta definitivo a estas alturas, y sin embargo no dejamos de asistir ni un solo día. Toda clase es importante. Mañana es jueves, para ellos, una fecha importante por cuánto han de mojarse por primera vez. Para nosotros aún sigue siendo pronto. Ellos empiezan a impacientarse, florecen los nervios y la inquietud ante su primera decisión importante, es como su primer examen. Para nosotros, una clase más, donde podremos sacar algunas conclusiones.


    Van pasando cosas. Claro que van pasando cosas. Nuestros folios aumentan día a día, llenos de notas, en este caso mentales. Al principio nos solemos fijar en los más raros, son los que más nos llaman la atención, sin dejar de lado a nadie son los primeros que nos hacen escribir más. No es bueno en Gran Hermano exponerse a las primeras de cambio y ser el foco de atención de nada, nos obliga a girar la cabeza hacía él y empezar a escribir y describir sus situaciones, son los que más riesgo corren. No es el primer caso que posibles grandes concursantes se han marchado a la primera por haberse expuesto demasiado. Parece como si al aprenderse todos su nombre antes que otros, a la hora de nominar les resultase más fácil decir su nombre. Creo que nosotros preferimos descubrirlos antes de que se descubran, preferimos hacer ese trabajo por nosotros mismos y ya que al final seremos nosotros quien tendremos que decidir sin ir recibiendo esa presión añadida que supone el tener que elegir entre quienes a ellos más le molestan.

   Aún recuerdo a Pepe Flores los primeros días de convivencia en su edición. Se tiraba todas las horas durmiendo en el sofá mientras los demás hacían o hacían como que hacían. Me acuerdo de los primeros comentarios, menudo mueble que se pasa el tiempo durmiendo y recuerdo la primera bronca con el valenciano de los pelos rubios que después abandonó que le echaba en cara su inacción mientras los demás no paraban de hacer cosas. Claro, pensábamos, se tira todo el día tumbado a la bartola que por la noche no tiene nada de sueño, los demás, que se tiraban todo el día trabajando como cosacos, cuando llegaban las once de la noche, ya estaban todos dormidos, y aún veíamos al pobre Pepe deambular por el salón a altas horas de la madrugada, sin sueño y sin tener a nadie con quien hablar. No hace falta decir que las noches de la edición de Pepe Flores, terminaron por convertirse en épicas para nosotros. Todo esto viene por esas primera impresiones, esos primeros días en que todo lo vamos apuntando sin que nada parezca definitivo excepto lo irremediable, como la facilidad de tener en boca de ellos el primer nombre y nos prive de cualquier Nagore al uso a las primeras de cambio.

   Las primeras nominaciones suelen ser las más complicadas. A priori no tienes argumentos suficientes para nominar a nadie, pero hay que hacerlo. Suelen esgrimir aquello de la afinidad para decantarse. En ediciones como esta en que todos aparentemente se llevan muy bien se suele apelar al trabajo que cada uno hace en la casa, las tareas diarias, la excusa perfecta. Entiendo que subyace algo más que solo eso, y es que al igual que nosotros vamos tomando apuntes y empezamos a vislumbrar grupitos de afinidad, a éste no lo quiero tocar por ahora, quiero verlo mejor, quiero darle otra oportunidad, separamos los raros, los menos raros, los pesados, los ni fu ni fa, los que no nos dicen nada, los que tienen alguna expectativa de alguna historia para al final por descarte ver quienes nos podrían sobrar. Generalmente solemos huir de los muy protagonistas, sobre todo en los primeros días, nos ponen la mosca tras la oreja y no nos fiamos mucho, es lo que decía antes, preferimos elegir nosotros sin añadidos, y optamos por lo silencioso, en nuestro subconsciente aspirante a mueble, esos que no nos dicen nada, al final y no sé porqué motivo terminan siendo los de la segunda oportunidad. La mayoría de la gente se decanta por las historias en marcha, y optan por ver como se desarrollan. Curiosamente, son ellos también quien prefieren preservarlos dentro, como si se convirtiesen en intocables por ahora. Nada es competición, sino quedar bien a las primeras de cambio. Posicionarse frente a aquellos que han dicho algo malo de tí, o apenas te habla, con quien apenas tienes relación, a veces, porque tú mismo no has querido.

   Y a éstas alturas, y ante las primeras nominaciones, uno piensa en voz alta y te sale de todo. Cuando digo de todo, es de todo. Los primos valencianos, muy bien, no? Muy bien? Psssss, no sé yo. Las primas manchegas, bien no? Bien?. Parece que son un grupo de discordia en ciernes, Omar y Paula las tienen fichadas y van apareciendo los primeros tiritos, aparcamos pues para ver como se desenvuelve la historia. Las omaitas. Bueno, se han apropiado de la cocina, se pasan el día limpiando y cocinando, parecen buena gente, se pasan las horas riendo, y?. Azahara y sus neuras, como el Guadiana, va y viene, sube y baja, aparece y desaparece, dejémosla. Hugo y su cabra, buen chico, noblote y que apenas te va a crear problemas. El torero y su apoderado, buena gente, participan, se integran. Paco, Shami, Vitin, los versos sueltos junto con Alfredo y su caducada historia. Hacia donde nos dirigimos? Difícil elección. Mucha gente de ahí está sobrevalorada, aunque son excelentes personas y da pena tocar, dudo mucho de su concurso, lo mismo no dan el perfil Gran Hermano y estamos engordando más de la cuenta su perfil. Ser concursante de Gran Hermano y mantenerse es muy difícil, necesita de nuestra aprobación y no solo de a quienes les has caido de p. madre y eres buena persona. Necesitamos algo más que haber entrado con una historia detrás o limpies de maravilla, necesitamos que nos haga reaccionar, ver cosas que nos llamen la atención, lo que sea. Algo.
 
   Supongo que nuestra perspectiva difiere un poco de la suya. Ellos nominan, son los primeros, y lo tienen un poco más complicado que nosotros, ellos tienen otros objetivos distintos, solo buscan gente que la haga la estancia agradable, con quienes sentirse cómodos y no tener malos rollos, nosotros huimos precisamente de eso, buscamos esa acción de la que ellos huyen. Se notan los primeros nervios, las primeras escaramuzas, los primeros encontronazos que ellos suelen llamar malos entendidos seguidos de abrazos.

   La actividad sigue por donde debiera, siguen las conversaciones, algunas muy aclaratorias, la pareja en su luna de miel. Ayer le hicieron una fiesta a Paula por su cumpleaños, muy sosa la verdad, Shami que parece que papirrín le hace tilín, la prueba y poco más que contar. Mucha risa y cachondeo y mejores intenciones de todos. Algunas quejas se empiezan a oir, comida, recoger la ropa, vamos lo típico de un campamento donde compartes con otros. Nada nuevo bajo el sol, salvo que por estas pijaditas típicas de la convivencia alguno mañana se verá expuesto ante la audiencia. Quien sabe, lo mismo es que de verdad, mañana empieza Gran Hermano.


23 de septiembre de 2014

OMAR CONTRA OMAR


   Hubiésemos vivido las últimas veinticuatro horas de una forma frenética de no ser el protagonista quien ha sido. Omar da la sensación de ser el menos indicado para despertar emociones dentro de la casa. No sé si será su pose de chulito enterado escondida tras una cara de pobre incomprendido y que tan mal lo ha pasado en esta vida, o las ganas meteóricas de hacer carrera en Gran Hermano, pareciese como si llevase el manual bastante aprendido. La cuestión es que de todo lo que está pasando, Omar aparece casi siempre en medio. Son de esos concursantes que por mucho protagonismo que acapare y por mucha cámara que chupe no te producen ni frío ni calor, y esa percepción creo que se la está trasladando a Paula también, que se está dejando contagiar. Ambos están perdiendo identidad propia para concursar etiquetados, y eso en Gran Hermano no es bueno. Perder la individualidad para vivir a la sombra de otros es una penitencia demasiado grande para la convivencia, los packs en Gran Hermano suelen ser difíciles de entender.


    Tras tres días de obsesivo cortejo, y tras poner los ojos en su presa, seguramente la más receptiva ya que Paula está encantada también de ser protagonista, tal para cual, ayer llegó el momento de pasar a la segunda fase. Tras unos primeros días de tonteo mutuo, amagos y declaraciones de intenciones, ayer por fin se consumó el contacto físico a través de un más que discutido beso ámpliamente narrado en las redes sociales. Nunca un primer beso, ha podido tener tanta repercusión en éste universo Gran Hermano. Imagino a los/las adictas a la carpeta esperando ese momento con auténtico frenesí y respirando aliviadas. Habemus pareja, por fin, ya era hora, ufffff, lo que ha costado... Como quien vende tomates. Llevaban tres noches durmiendo juntos, y alardeaban de que no hubiese pasado nada entre ellos. Eso es amor de un cuarto de kilo y noventa gramos al peso.

   Lo más llamativo es que cuando Paco se pone a dar sus clases magistrales sobre seducción de discoteca por kilos, ellos se sienten orgullosos de no sentirse identificados, lo de ellos es distinto. Ya se encarga Omar de dejar clarinete la cosa. Lo suyo es puro arte, y no las milongas con que nos deleita Paco un día sí y otro también. Savoir faire, amigos, no tiene otra conclusión. Decía que habían pasado a un segundo estadio en su relación, y ya prima el derecho a roce, aunque me temo que pasarán unas cuántas horas, siempre con el permiso de los realizadores claro, a que se produzca la tercera fase y entremos en el éxtasis total. La sonrisa perenne de Omar, sus brazos imantados que parecen atraer el cuerpo de Paula en cuánto se acerca un metro a la redonda y la complacencia de ésta que parece encantada con su nuevo cuento de hadas, nos dirigen irremediablemente a una situación de apareamiento que están suscitando no pocas dudas en la mente romanticona de Omar que ya piensa está tardando en sucumbir a las inexorables garras de la naturaleza. Eso de vivir en un calentamiento constante no va mucho con su personalidad, él es más de pasito seguro. Nada le importa, es cuestión de tiempo, mientras tanto, estudian las distintas posibilidades.... de noche parece que hay mucha gente y el edredoning está muy visto, para la hora sin cámaras aún es muy pronto y se notaría demasiado, bueno, no importa, algo se nos ocurrirá.

   Lo otro, lo de la novia fuera, mejor no pensar en ello ni “meneallo”. El hecho de haberlo dejado el domingo anterior a entrar en la casa, según él, tras dos años de relación, o el siempre estaré contigo de ella, apresurándose a decirlo en las redes sociales nada más verlo aparecer en pantalla, son simples anécdotas de la convivencia. La casa de Gran Hermano, que lo magnifica todo.... ella es la culpable de todo lo que sucede. Aquí estamos para vivir la experiencia. Por lo pronto, ésta maravillosa e inesperada relación surgida de la nada y por sorpresa la cogeremos con palitos y cañitas, puede ser el origen de algo bueno... o grueso. Por cierto, lo de mirar a cámara en el instante del primer beso, no se lo tengáis en cuenta, son cosas del directo. Y uno no siempre está preparado.

   Anoche descubrimos el secreto mejor guardado de la edición. Ese que al segundo día ya le estaba contando a Paula. Era libre de elegir el momento adecuado, y nosotros solo esperábamos a ver cuando sucedía, si sucedía. Un bombazo, anunció, como quien se va de la lengua sin querer, es lo que tienen los “bocas”, que a las primeras van y se van. No hubo marcha atrás, a pesar de que su amigo Vitín, intentó echarle un cable. Era un secreto a voces el hecho de que Alfredo ya se imaginase algo. Yo creo que desde el primer momento, pero Alfredo no es Omar. Lo de ayer fue surrealista, un secreto de vida, yo ya me lo imagino, decía Alfredo, ¿lo sabes ya, no? Pues ya está!!!!. Sobran las palabras. El resto ya lo hablaremos fuera o en la intimidad. No es que estuviese mal gestionado, es que a éste chico habría que darle un premio a su propia incoherencia, del prefiero no decir nada y encontraré la mejor manera de decírselo del primer momento, momento con el que nos ganó un poco a todos, a la forma con que ha llevado el asunto y el “hola, soy tu hermana, tienes fuego? Va muy poca distancia.


   Seguramente, su lado emocional chirría un poco debido a su experiencia y no sabe como dosificar las cosas importantes que le van pasando, seguramente la vida le ha hecho así y algunas situaciones le pilla con el pié cambiado, seguramente es inseguridad, o miedos, o traumas lo que le hacen repeler ciertas situaciones y disfrutarlas como debiera. Prefiero pensar que no es culpa suya, sino de la forma en que lo ha tratado la vida y que lo ha moldeado de esa forma tan superficial, intuyo que seguramente por dentro vive un mínimo de sensibilidad y lo único que le pierde es esa falta de aprendizaje que le hace traicionar sus formas, su verdadero hándicap. O eso, o le echa mucho rostro a la vida. Cabe toda duda en este concursante, hasta ahora, lo que vemos es lo que vemos, y el tiempo nos dará o quitará razones. Estaremos preparados para todo.....

22 de septiembre de 2014

TRATAMIENTO DE CHOQUE


    Los primeros días de convivencia suelen ser habituales, al mismo tiempo que ellos se están conociendo, nosotros les estamos conociendo a ellos. No hay mucho que destacar en estos primeros días, salvo las típicas conversaciones de aceptación a todo. Todo parece perfecto, la gente que ha entrado es muy maja, se lo están pasando muy bien y están happy de haberse conocido y haber entrado a vivir la experiencia. Todo muy Gran Hermano. Sería difícil encontrar en estos primeros días puntos de fricción o desencuentros, de la misma forma que nosotros andamos tomando posiciones, ellos también. No se puede decir que tras la gala del jueves y ver la totalidad de los perfiles nos hayamos llevado alguna sorpresa. Está siendo muy previsible todo.


   Es cierto que conforme avanzan las horas y dado que ellos son, suelen ser, los primeros días muy activos, nos vayan permitiendo conocerles un poco mejor. Un punto a su favor es la excepcional disposición que tienen todos a descubrirse, hecho que nos está facilitando mucho la labor. El fin de semana ha estado entretenido sin más, no pasará a la historia por grandes cosas, y salvo anécdotas un tanto significativas que no han hecho sino confirmar algo que ya intuíamos sobre los concursantes, nos mantienen en eso que otras ediciones hemos solido llamar tiempo de silencio. Una conversación entre Paco y Luis, donde el primero daba cuenta de su manual de seducción, el debate entre si Omar debe contar su secreto o esperar a ver el momento adecuado, las fichas que éste le está tirando a Paula y poco más. De ahí nos hemos alimentado estas cuarenta y ocho horas, ya que el temido debate toros si, toros no, solo se quedó en una mera declaración de amor y respeto.

   Esta edición, debido a las características de los concursantes requiere de ir muy despacio con todo. No esperemos a éstas alturas grandes novedades y menos traumáticas. Sugiero que al igual que ellos, nos vayamos acomodando poco a poco y nos dediquemos a observar, el casting ha sido variopinto y perfectamente estudiado para un medio o largo plazo, y aquí hago un inciso. Son personas normales, sí, cercanas todas ellas a la realidad social en que vivimos actualmente, si. Gente al parecer humilde la mayoría, seguramente un trocito de nuestra diversidad humana patria, pero ya se podían esmerar un poco al hacer el casting en considerar en algún concursante, no digo en todos, porque de todo lógicamente ha de haber en la viña del señor, el nivel cultural de los participantes, sólo un mínimo al menos. Fue significativo anoche el test de inteligencia que Flo le hizo a los concursantes, y esto no es nuevo, ya venimos arrastrándolo algunas ediciones. No es por nada, solo por el hecho de mejorar un poco esa diversidad que estoy seguro que en éste país tenemos. Sí, las circunstancias de los concursantes son muy loables, y no se puede meter a todo el mundo, pero hay un amplio espectro dentro de esos sesenta mil.

    Dentro de los concursantes, hay uno que me ha llamado en especial la atención. No descarto a nadie, todos me parecen interesantes y algunos muy llamativos, por costumbre tengo la manía de fijarme primero en los raros, y he de confesar que dentro de la normalidad con que los hemos etiquetado, seguramente nos hemos ido al extremo de esa realidad, al límite de lo cotidiano, todos conocemos a algún Paco, algún Fran, alguna Mayca o algún Omar cerca de nuestro entorno, eso los hace muy familiares, luego hay casos que acentúan un poco esa normalidad, Pacos, Sheimas o Paulas, haberlas hailas pero quizás no tan frecuentes, algunos decían que parecían sacados de alguna peli de Almodóvar, y es verdad, por cercanos que nos parezcan. Me refería a Azahara.

     Una concursante para mí, muy familiar, porque sé de lo que habla y de su problema. Y es tan real como la vida misma. Conozco ese tema y lo vivo muy de cerca. No es ningún rollo ni ningún papel, lo puedo asegurar. La fobia social existe, y es más común de lo que imaginamos, y nada tiene que ver con la timidez. Cualquier persona puede tener esa fobia y no ser nada tímida aunque lo parezca. Si, es un problema que está diagnosticado y que como repito es más frecuente de lo que imaginamos. Todos nos preguntamos, el porqué de la decisión de Azahara, que siendo consciente de ese problema se apunta al casting de Gran Hermano donde decenas de cámaras la están mirando y miles de personas observando. Ella lo dijo anoche, forma parte de la solución a su problema. Lo único que pretendo decir, sobre todo para quienes albergan dudas, es que el problema existe y no se trata de ninguna estrategia. Por otro lado, y dejando de lado esa característica de su personalidad, durante las primeras horas, me ha parecido una concursante muy inteligente, observadora, reservada, y lo que es más importante, quizás estemos hablando de la concursante con más carácter de todo el casting. Tiempo al tiempo. Lo del rollo antitaurino solo es una anécdota que ha servido tal vez como gancho, pero no es su peculiaridad más importante, su mayor activo lo tiene en su propia personalidad, que estoy seguro dará mucho que hablar.

   Anoche, tuvimos un simulacro de gala. Muy en la linea de la cadena, hubo momentos hilarantes y divertidos, brotan de la naturaleza de los concursantes y bueno, nos permitió estar un poco más en contacto con el programa. Sobran algunas poses que algunos ya consideramos como sobrevaloradas, como la escenografía del enano pastelero. Con su mera presencia lo están considerando ya todo un clásico, pero hay clásicos y clásicos, y éste ya cansa un poquito, podriamos ser un poco más originales. Aún así, no convendría cerrar tanto el círculo, sé que la tarea no es fácil, pero al menos que estuviera a la altura de las expectativas que con cada promo se nos vende.


   Insisto, en que estamos en tiempo de silencio, todo queda por venir, y poco a poco lo iremos viendo. Hay otra cosa que está suscitando debate desde el primer día, y es el secreto de Omar y Alfredo, soy de los que piensan, que no solo Omar, Paula y Vitin, saben el secreto, estoy convencido de que el mismo Alfredo lo sabe desde el primer minuto.

19 de septiembre de 2014

PRIMERAS IMPRESIONES



    No fue una gala de muchas sorpresas como nos habían anunciado, o si lo fue yo ni me enteré. Me pareció una gala tipo de las de presentación de toda la vida donde lo importante estaba realmente en conocer a los verdaderos concursantes. La expectativa era tan grande, que casi hizo olvidarnos por momentos de la lentitud y la pobre escenografía que nos tenían preparada. Hoy no es día de entrar en detalles, ya que todo se centraba en el perfil de los concursantes que a partir de ahora centrarán nuestra vista. Estas galas son complicadas de resumir y no merece la pena detenerse en su desarrollo. Tampoco me voy a parar en cada uno de los perfiles de concursantes que han entrado a los que poco a poco iremos conociendo mejor. Es día de primeras impresiones y subjetivas apreciaciones. A priori el casting me pareció de lo más dispar, sin un patrón común que los identificase como ha pasado en otras ediciones y muy diverso.

   Gran Hermano quince se vive en compañía pero sin parejas en principio. Ese leit motiv que nos ha acompañado en las últimas ediciones como objetivo primordial, en esta edición lo dejamos a la libre decisión de los concursantes y a lo que la propia convivencia genere sin cebos añadidos. No es un casting tan previsible como otras veces, se ha intentado reaccionar ante la situación que vive el país y se ha visto reflejado en algunos de los perfiles que han entrado. Se han obviado cotas exóticas y se ha intentado pluralizar personalidades. La humildad fue una de las características que en principio más llamaron la atención en algunas de las presentaciones. Tengo la impresión que el perfil que se nos vendió anoche es un perfil de Gran Hermano pobre. Socialmente encauzado hacia la cercanía de aquellas personas que por una razón u otra lo están pasando mal. En otras ediciones lo habríamos resumido con la tan demandada etiqueta de personas normales.

   Y aquí, podríamos empezar a discutir. La sensación que se tiene es que se ha apostado por el anonimato más radical, que la necesidad económica prime sobre la notoriedad y el famoseo y que la cercanía de los personajes a muchos de los problemas reales que nos rodean nos hagan verlos con diferentes ojos. Es una urgencia lo que se propone de un margen de confianza a la propuesta, la mayoría de observaciones anoche fueron señaladas en ese sentido. No podemos empezar a entrar en detalles, a simple vista podemos encontrar de todo, desde la diferencia de edades hasta la diversificación de personalidades, desde el frikismo más enraizado hasta las necesidades más dramáticas pasando por el pasotismo más enquistado. Objetivos personales, afán de superación, subir peldaños o probar en otras dimensiones que parecían vetadas a personas como yo.... todo llega y éste parece un casting de oportunidades. La apuesta es arriesgada, pero tal vez necesaria.

   La casa de locos personajillos ya nos viene de etiqueta cualquier día como hoy tras cada inicio de edición, rarezas aparte vislumbro un gran hermano más emocional que otros años y con mucho más carácter. El argumento de la compañía puede servir de estímulo a la hora de establecer confianza con el entorno, no se sienten tan solos ni inseguros para una rápida adaptación y que la convivencia se acelere, hay compañías y compañías, pero eso lo iremos viendo con el paso de los días. Las primeras horas siempre son impostadas y todo parece muy guay. La presencia de Mercedes Milá las primeras horas les puede servir de contención a la hora de quitarse las caretas, porque no nos engañemos, ya lo decíamos ayer en la entrada, lo mismo todos no son todo eso que parecen a primera vista. Para todo ésto que estamos hablando se ha llevado un casting entre sesenta mil personas y varios días de entrevistas y pruebas. La selección, es una impresión muy particular, no ha sido tan frívola como otras veces, esconden algo en cada uno de ellos que intentaremos descubrir poco a poco, y me temo que podríamos encontrarnos con muchas sorpresas. Tenemos que recordar que ésto es Gran Hermano.

  Anécdotas aparte, vislumbro una edición entretenida y poco equilibrada, ya sea por la compañía o por las personalidades que han entrado, de muchas aristas y lados oscuros, punzante y arriesgada, no vislumbro Juan Carlos al uso ni muebles agotadores, el mapa parece hiperactivo, con ganas y mucha ilusión, pero haberlos hailos, los vagos digo, escaqueadores y oportunistas con lo que el panorama se puede antojar interesante. A groso modo, entre tontitos y tontitas, pijismo o vulgaridad, chonismo y folklore, rarezas para dar y tomar donde ni el mismísimo Berlanga hubiese elegido mejor selección. Lo nuestro no cuenta, somos de armas tomar y con quince ediciones a nuestras espaldas, este año también encontraremos petróleo. Carabanchel, Vallecas, Ronda, Córdoba, México o Hawaii, sin olvidarnos de la impagable Marbella o la profunda Galicia, Ceuta entre dos aguas, la cristiana o la musulmana, menudo dilema. Un mapa que no tiene desperdicio. Ningún desperdicio.


   Es pronto para conocerlos aún. Como siempre digo, hay que dejar pasar unos días, sólo son impresiones y muy justitas. Los que seguimos el programa desde hace tanto tiempo, no deberíamos caer en tentaciones baldías porque seguro que nos equivocaremos. Estamos en Gran Hermano, un sitio donde casi nada es lo que parece.

18 de septiembre de 2014

TODO ES VERDAD

  
  Cuatrocientos cincuenta y siete días después exactamente se volverán a encender las luces de la casa, se abrirán las puertas de plató y se pondrán en funcionamiento las cientos de cámaras que ya no pararán hasta quien sabe cuándo. Hoy me la imagino llena de cables, de últimos detalles, de ajustes, de mucha gente yendo y viniendo escalera o bote de pintura en mano, intentando tenerlo todo a punto para cuando Mercedes diga eso de “conectamos con la casa”…  “

  Así empezaba mi entrada el día del comienzo de la última edición, copia exacta de un párrafo que había escrito el día de la primera gala en la edición anterior. Todo parecía así de preparado y esas eran las sensaciones. Hoy, aunque he copiado el párrafo exacto cambiando solo los días que han pasado, la sensación que tengo sin embargo no es la misma. No es que sean peores, ni mejores, solo que por las noticias que nos van llegando en poco o nada tiende a parecerse a los estrenos de otras ediciones. Ese “conectamos con la casa” mítico que todos cada año ansiábamos escuchar por primera vez, hoy tengo dudas de que se produzca. La gala se hará desde los exteriores de la casa, recordamos las entradas de otros años a través de conexiones conforme iban apareciendo concursantes y entrando en su interior. Todo, presiento que tendrá un aire nuevo, inédito.

   Todo es verdad. Todo cuánto leemos por aquí o por allá, esas dosis de información que nos van llegando hasta impacientarnos, las pinceladas de cómo va a transcurrir el concurso y los mecanismos que podremos utilizar para seguirlo solo es el runrún cierto de todo cuánto queda por llegar, que no es poco, sino lo mejor. Apenas quedan unas horas, y ya imagino a muchos seguidores planificando el día mentalmente hasta que llegue el momento, como intentando acelerar el proceso del tiempo. Es la impaciencia de quien espera algo con fervor, la alerta de la pasión. Llegará, esa hora llegará. Y por mucho que leamos o nos cuenten o nos tengan preparado, veréis como nada se parecerá a lo que estamos imaginando. A mí, particularmente, me asaltan  muchas dudas, dudas de todo. Pero no es una situación puntual, sino que por mi propio carácter soy de esperar a ver. Conozco bien el programa, y todo podría parecer perfecto y absolutamente controlado, pero mi experiencia me impide negar esa esencia innegociable de que a quien realmente las cámaras enfocan son personas, y las personas a veces, somos imprevisibles. Nunca olvidemos que es Gran Hermano.

   Gran Hermano es una conjunción de satisfacciones y fantasías ocultas que excitan nuestra imaginación a partir de lo que no sucede y que siempre creemos está por suceder. Su éxito siempre irá intrínseco a nosotros mismos, los espectadores. Reaviva ese espíritu infantil de espía que todos llevamos dentro desde pequeñitos, desde que empezamos intentando descubrir los secretos de nuestros padres y que ahora continuamos con el secreto de los demás, o mejor dicho, de poder verlo todo. Es un espionaje autorizado y consentido que nos da licencia para hurgar en la intimidad de los demás. Nada más y nada menos. Somos curiosos por naturaleza, y tenemos la oportunidad de hacerlo desde nuestro propio sofá y a través de nuestra propia televisión, sentados cómodamente creemos estar frente a la vida misma, a veces sin querer discernir ese punto de ficción que conlleva este tipo de programas y esa imagen impostada que se crean los mismos concursantes para no ser eliminados o rechazados.

   Formamos parte de esa era casi pornográfica que nos presenta la vida como un show donde todo puede ser mostrado,  vivimos tras una línea muy fina donde es fácil confundir a una persona con un mero objeto que se puede destruir, en Gran Hermano no se trata de eso sino solo de sacarle sus secretos. A veces, la casa nos miente con la verdad, no terminamos nunca de ver eso que aparentemente se muestra y que nosotros desde aquí buscamos, siempre habrá algo que no se pueda ver. Pero lo intentamos. Lo seguiremos intentando.

  Gran Hermano ha evolucionado mucho desde que comenzó. Todos dicen ir a vivir la experiencia, pero tras ese formulismo se esconde un afán de notoriedad, que hablen de uno, aunque sea bien…. Aquello que debiera ser la consecuencia de un esfuerzo o de algún mérito ahora tiene valor por sí mismo, lo importante es ser conocido que es lo que renta. Esa es la tendencia, pero no nos engañemos, es el propio mercado a veces quien lo demanda, la televisión está ávida de personajes y para ello  trampea para que lo privado se haga público. A veces, el propio concursante regatea con esa tendencia, intenta esconder lo propio detrás de un discurso insustancial, de conversaciones triviales, de banales comportamientos, como si se resistiera a exhibir su verdadera privacidad. Gran Hermano los provoca introduciendo tensión, situaciones límite para que se muestren. Es una guerra psicológica encubierta entre el sistema y el hombre. Solamente es Gran Hermano.

   Y en medio de toda esa batalla, estamos nosotros. Estaremos un año más. Y decidiremos quien gana esa batalla y quien la pierde. Estamos hartos de leer lo que buscamos en un concursante, qué es aquello que nos engancha o lo que se necesita para llegar lejos. No hay secretos, ni normas, no existe regla alguna ni puntos a seguir, es una batalla directa entre el ser y las circunstancias que lo rodean. Nosotros nos identificamos a través de un espejo en el que nos reflejamos, empujamos, alentamos, para ganarla. Su victoria es la nuestra, o su derrota, sólo somos miles de espejos que vamos cambiando en el fragor de la contienda. Es pura matemática, vemos, nos gusta o no, si nos gusta, compramos, si no, no compramos. Tan sencillo como eso. Eso es Gran Hermano.

  Tiempo tendremos para intentar resolver tan complicado problema. Empezamos.

15 de septiembre de 2014

CUATROCIENTOS CINCUENTA Y SIETE DIAS

    Habrán pasado cuatrocientos cincuenta y siete días desde que Gran Hermano Catorce cerrara sus puertas allá por Junio del 2013, casi un año y tres meses. Mucho tiempo para algunos, pausa indispensable para otros. Si tenemos en cuenta los doscientos cincuenta y nueve días que transcurrieron entre la edición trece y catorce, y los cuatrocientos cincuenta y un días que habían pasado anteriormente entre la doce y la trece, podríamos sacar una única conclusión para poder explicar la duración de las pausas: No todas las ediciones son buenas. A tenor del largo descanso que nos han tendido y pese al esfuerzo en intentar demostrarnos lo contrario a lo que veníamos diciendo, Gran Hermano Catorce fue una pésima edición. Ni es el momento ni el lugar, ya murió, viva Gran Hermano Quince.  Sólo esperar que todo este tiempo transcurrido haya servido para reflexionar y analizar los errores cometidos.

Yo también tenía ganas de Gran Hermano. Seguramente perteneceré a esa casta a veces incomprendida que me retiene de jueves a jueves en la butaca de mi casa a eso de las diez de la noche y que en cuanto tiene un poco de tiempo sigue los entresijos de la convivencia a través del canal veinticuatro horas. No sabría muy bien decir porqué, desde siempre me gustó y ya está. Y aquí estamos, esperando con impaciencia una nueva edición de la que esperamos mucho.  Como cada edición las expectativas son muy grandes, los nervios se aceleran y la pasión con que muchos vivimos el programa empieza a impacientarnos. Parece como si no llegase la hora, pero llegará. Y cuando llegue, de nuevo nuestra vida empezará a cambiar un poquito, nuestras costumbres, nuestra rutina, nuestro tiempo se verá condicionado por Gran Hermano y se convertirá como por arte de magia en una sospechosa prioridad, otra de esas cosas que cuando te pregunten nunca podrás explicar. A partir del jueves, una parte de nosotros entrará irremediablemente en la casa de nuevo. Seguramente será eso lo que lo explique todo.

Cuando llegan estos momentos circulan muchos rumores, se oyen ruidos. Desde siempre me he negado a adelantar acontecimientos, Gran Hermano empezará en el mismo momento  que el primer concursante ponga un pie en la casa y millones de ojos, decenas de cámaras pongan su foco en él. Desde ese preciso instante, y aunque ese concursante no lo sepa, habrá dejado de pertenecerse para entrar a formar parte de una nueva vida, el universo Gran Hermano. Desde ese preciso instante, nosotros habremos empezado a concursar. Mientras tanto, dejemos volar nuestra imaginación con conjeturas miles. Supongo que el marketing estará haciendo su trabajo con el sonar de sus trompetas a modo arrebato.

Se especula, se dice, nos anuncian un Gran Hermano novedoso, en compañía parece. Algo totalmente diferente a otras ediciones por lo que intuyo. Se hace necesario ese margen de confianza. Seguro que al final será como todo, si nos entretienen, nos emocionan y nos enganchan todo habrá sido un éxito, y si nos aburren y nos sumergen en la planicie más absoluta empezaremos a hablar de purismos y nostalgias menos arriesgadas. Gran Hermano nunca va a cambiar, por mucha capa y disfraz que se le ponga siempre seguirá siendo el mismo. Lo otro, solo son artilugios comerciales en pos de un share justificativo. Allí dentro, habrán concursantes, luego personas, solas o en compañía, y nos caerán mejor o peor, le tomaremos cariño o les odiaremos, disfrutaremos con ellos viéndolos o nos caerán mal y les cogeremos manía, y nosotros… nosotros tampoco cambiaremos nunca. Aquí estaremos en nuestro papel de juez, divirtiéndonos o aburriéndonos, siguiendo desde este otro lado el concurso con la misma intensidad que ellos lo hacen dentro.

Eso es Gran Hermano. Esa intensidad, esa pasión, otra forma de vivir un simple programa de televisión. Durante unos meses nos convertiremos en fantasmas al uso y no sabremos donde estaremos, si dentro o fuera de esos muros. Porque al final, y aunque parezca mentira, aunque te lo cuenten y no lo creas, nosotros también seremos verdaderos concursantes. Y ganaremos o perderemos.