6 de marzo de 2012

LA VIDA SECRETA DE LAS PALABRAS

   Esta edición desconcertante me anuncia un tema cuando a veces me sorprende y me saca otro totalmente distinto. Hay momentos que observándolos nado entre el cinismo y el idealismo, entre la fuerza del deseo y la esperanza y la cruda realidad. Hablaba ayer de Sindi y dejaba entrever su problema y su actitud a como sobrevivir a su pasado, como superarlo y como convivir con él en el presente, como a veces, le resultaba imposible olvidarlo del todo, y hablaba de sus consecuencias en la convivencia y como le estaba afectando en sus propias emociones.

  Hablábamos ayer de la falta de pasión y de la corrección de la edición que solo nos muestra una capa de superficialidad imposible de atraer, todos sabemos que las personas que forman parte de este concurso tienen sus propias singularidades pero que todas al mismo tiempo parecen diseñadas para ofrecernos este cuento de hadas que a veces parece la casa de Gran Hermano.

  Bien, esta mañana, dudaba. Dudaba entre si ponerme a relatar la espeluznante comedia vivida ayer tarde entre Cristian y Pepe lanzándose indirectas a modo de risas, o hablar de las casi dos horas que nos sumieron en la extraordinaria escena de la pérdida de un plato de arroz. No sabía si meterme en los dimes y diretes de Noe y sus extraordinarios viajes por esos mundos suyos de fantasía, en la alianza en ciernes de páter con Michael y Cristian o ponerme a hablar de las relaciones de pareja de las no parejas. Dudaba, y me resistía. A veces, buscamos en el otro lado, en ese que quizás las cámaras no nos muestran y nos esconden y tenemos que bajar al submundo de las emociones para darle un poco de sentido a lo que queremos plasmar.
 
  Anoche, fue una de esas noches que te reconcilian con el programa. No aprendí nada nuevo, ni siquiera me enseñaron aquel lado que a veces se nos escapa y no percibimos, nada de lo que escuché me resultó fascinante ni digno de reflejar, supongo que sería una noche más de esas de  tertulias que Pepe acostumbra a organizar en sus madrugadas. Coincidía, como no, con su inseparable Sindi y con Marta, y después de hablar de lo humano y de lo divino, de hacerse una extraño bizcocho para engañar el hambre que le suele reclamar a esas horas, Marta, en una de las muchas ausencias de Pepe, le preguntó a Sindi si había hablado con él, todos sabemos a lo que se refería.

  Ella asintió con la cabeza, dándole a entender que sí y le contestó que todo estaba bien. En realidad nos mintió, sí que habían hablado, habían hablado de todo, Pepe le había preguntado directamente por lo que le había pasado el sábado y ella le habló de su novio, de sus dudas, de cómo se estaría viendo todo desde fuera, Pepe le dio su opinión y habló de forma personal, y ahí se quedó, como siempre. Ahí se quedaron los dos, hablando del pasado y del presente, entonces fue cuando me percaté de la importancia de las palabras que no le dijo y que el otro nunca le contestó. En realidad no hacía falta. Ella no las necesitaba sacar y él tampoco las necesitaba saber. Es la importancia de la vida secreta de Sindi, el valor de sus palabras que lo perderían desde el mismo momento que saliesen por su boca, y prefirió silenciarlas, utilizó artimañas para enseñarle el camino hacia donde nunca debía ir, y Pepe la comprendió, y ella supo que lo había hecho. Le dijo que se estaba rallando, y enseguida pasó a otra cosa.

   No es la importancia de la vida secreta de las palabras lo que me confundió, sino el tacto como ambos cuadraron su situación. Entre el silencio y la imaginación, entre los sueños y la preocupación estaba la línea que por unos segundos ninguno de los dos se atrevió a traspasar. No ganó ninguno, pero ganaron los dos, y nos ganaron a muchos de los que a esa hora presenciábamos la escena. Difícil de explicar con palabras puesto que se quedaron dentro y jamás vieron la luz, eran sus gestos, sus manos, sus silencios los que nos dictaban las respuestas, y nosotros nos percatamos perfectamente. Era esa sensación de tranquilidad que Pepe le inyectó a Sindi y que ella agradeció, era esa preocupación que Pepe le transmitió a Sindi y que ella igual agradeció.

   Era ese pacto que hicieron entre los dos imaginario de cómo se debían de comportar entre ellos, esa promesa de no permitir grietas en su relación por tortuosa y espina que pudiera ser, esa forma de abrirse los ojos a la realidad que estaban viviendo y que aún les quedaba por vivir allí dentro, y esa confesión de seguir siendo como eran y que nada ni nadie les cambiase, ese deseo de no querer  ser como los demás para que ese afecto siguiera siendo sincero.

   En ese momento sobraban las palabras. Se desnudaron con la mirada y se dejaron llevar y envolver por la magia de esa casa de cuento. Solo fue un paraje puntual que nos hizo rodar hacia el horizonte y girarnos hasta ver esa séptima ola que Sindi llevaba horas esperando.

5 comentarios:

PK-Grosella dijo...

Muchas veces es mucho más importante lo que no se dice que lo que sí se dice...

Me ha gustado mucho tu entrada.

atticus dijo...

EStá claro que cada uno lo ve de una manera... PEPE no quiere que SANDIA se exprese claramente y mucho menos saber lo que tiene que decir, porque ya lo sabe hace días. No quiere porque su lema, desde que estuvo en plató es "contención". No le interesa hablar de un tema que puede ser enfarrogoso y salir mal parado, sin tener en este caso responsabilidad ninguna... la rayadura es de ZINDI.

PEPILLO en más de una ocasión ha comentado que en la casa todos sabían de que iban los demás y que nadie lo decía... Está más que claro que el tampoco... desea que la casa explote pero él no prende la cerilla.

Me gustaría que alguna vez dejase la contención a un lado y mucho más que dejase a sus niñas, o a sus coleguitas, expresarse tal como desean y que no sea el encargado de contenerlos.

Está forma de actuar, nos impide en muchas ocasiones contemplar, a los concursantes en estado puro, incluído él, mejor dicho, sobre todo a él.

Leí algún comentario, no recuerdo donde, sobre que a él no le importa nada lo que piensen los demás... craso error, a mi modo de ver, no solo le importa lo que se piense de él, también incluye a sus colegas y les corta cuando están mostrando todas sus facetas. Y, ya no creo que sea por cariño a ellos, más bien creo que es por miedo a que el rebote le salpique.

En fin... las lecturas son variadas y la mía es esta de un concursante, que desde luego es importantísimo en esa casa, pero al que yo veo como un contenido y un tanto cobarde en sus enfrentamientos con los demás.

Me gustaría ver a NOE en plató, más que nada porque para luego es tarde y se nos cuela.

También, si pudiera, al PATER... simplemente no me aporta nada.

Blanca F. dijo...

Me gusta mucho tu entrada de hoy,Balzac.Te leo todos los dias.

balzac dijo...

La responsabilidad era máxima, ya lo había anunciado en todos los estamentos posibles, aprendiéndose bien el discurso, consultándolo con Ari, memorizándolo, ensayándolo y repitiéndoselo una y mil veces para que se le quedara en la cabeza. Después de verlos a todos sentados en la mesa, y a él en trance, diciéndose a sí mismo, ahora, ya, bueno un poco más, ahora después, cuando esten todos tranquilos, bah ya, no, espera un poco, un poco más, ahora.... menos mal que Cristian le ha tocado a retreta y le ha dicho, pissa, vas tú o me lanzo yo, si, si, ya voy, joder.... y ahi, se ha lanzado.

Yo le he notado un pelín tenso, pero es normal, la responsabilidad que tenía era mucha, y la ocasión requería de cierta concentración. Pero ha estado bien, ha tensado los músculos del cuello, ha bebido un poco de agua como hacen los grandes oradores y se ha lanzado..... el momento era solemne, todos le miraban, bueno, algunos lo disimulaban un poco, pero casi todos. Él se sentia el centro del universo, se estaba viendo ahi, en medio de todos, en un momento tan solemne, que casi se imaginaba con su uniforme puesto y todo, era la voz de la autoridad. Todo muy Berlanga, cuando de pronto se hizo el silencio...... La respiración se contenía, él tragaba un poco de saliva, por fín se oyó una voz entrecortada....

"Anoche me desperté, y noté cierto olor en la cocina."

Aquí los compañeros comensales le pidieron una pausa, por favor, por favor. Tranquilícese, pensaron algunos, a éste tio le va a dar algo, bebe un poco, pero no, él ya estaba decidido. Lo tenía que soltar, y siguió, vaya si siguió.....

"Noté que algunas cosas estaban cambiadas de sitio"

Se hace imprescinsible hacer aqui una nueva pausa, los ánimos en ese punto se veían bastante exaltados, y la carrerilla que había cogido no nos pareció ninguna broma. Estaba desatado. Los rostros de los demás ante tan sublimes palabras como no podía ser menos estaban casi desencajados, no pudieron reaccionar, pero no contento con tan fulminantes palabras, al final la soltó, yo pensaba que no lo iba a hacer, ellos tampoco pensaban que lo haría, pero sí, soltó la bomba, la amenaza se había hecho realidad. Tembló Guadalix....

"Porque yo tonto no soy.....".

Pelos como escarpias al oir aquello. Impactante, acojonante. Voy a por agua. Ya.
Y lo dijo todo en la misma frase que conste. Sin hacer ni siquiera una sola pausa, como las personas que saben bien lo que dicen. Tremendo oiga. Pero no contento con el bombazo que había soltado, siguió y siguió, ya no habia nadie que le parase.

"porque quiero saber quien ha sido" "Estoy bastante molesto y lo que se hizo anoche no fué sino un acto de MALDAD" "y si no sale quien lo ha hecho, de ahora en adelante esto va a ser una anarquía y yo me voy a comer las galletas que me de la gana"

Ufff, no me digan. Que tensión. Que miedo. La sala acojonadita, excepto Pipi, que no sabia como aguantarse y le díó por chupar cuchara. Miró alrededor, los rostros seguían desencajados, las bocas abiertas, los ojos fijos, Arí sonreía para sus adentros mientras pensaba "este es mi hombre". Pepe balbuceaba sin poder articular palabra, Noe con esos ojos como platos. Cristian pensando: "ahi, ahi, jeje, con un par de güevos", el páter diciendo eso de ave maría purísima y juntando las manos, Ales no dijo ni mú, Marta miraba a Sindi, María al techo, Hugo al suelo mientras silbaba por lo bajini.....

De nuevo un silencio cortante, mientras retumbaban las últimas palabras, me da la gana,aaa me da la gana, aaa. La tensión se podía cortar con un cuchillo, nadie se atrevió a decir nada, esos segundos han sido eternos, interminables. Él se repetía una y otra vez lo que acababa de decir, y sopló, y sopló otra vez. Y bebió un poco más de agua.

Casi estoy por definir el momento como máxima tensión.

Persepolis dijo...

Que bonita la entrada Balzac. Me perdí el momento pero tal y nos lo cuentas parece que hubiera estado despuerta.

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