LA HIPÓTESIS DE DAMASIO

   Todos necesitan afecto. Alejandra lo necesita, Yoli daría lo que fuese por el de Jonathan, Paula siempre necesita estar con alguien,  lo tuvo con Omar y después con Luis, Azahara se ha tirado todo el concurso reclamando la atención de Juanma… y viceversa.  Jonathan necesita el de su primo, todos excepto Hugo necesitan de ese afecto, el gallego se alimenta de sus recuerdos por eso necesita de vez en cuando por la noche salir al jardín e imaginarlo como una aldea, con su ermita, sus establos, sus árboles… En la casa, todos sabemos que se necesita de ese afecto. Todos. En la casa…  y fuera. No conozco a nadie que no lo necesite.  Paula anoche se mostró misteriosa, quiso decirle a Luis algo importante pero no se atrevió. Este tampoco hizo mucho por saberlo por si acaso. Lo cierto es que Paula tiene la impresión de que será Luis el expulsado, y por eso lo mismo tiene que decirle algo importante. Curioso. Lo de los afectos lo decía por la discusión de Alejandra con su prima que terminó con aquella llorando en el confesionario. A las doce ya estaban casi todos dormidos. Que “peñazo” de prueba, y de “dron”, y de semana, nos espera.

  Si, esa es la crónica de una muerte anunciada. Hablar por hablar solo era el título de un programa de radio nocturno en el que la gente cogía el teléfono y se desahogaba, escribir por escribir sería ponernos a relatar lo que NO pasa en la casa. Y a uno le da absoluta pereza. Lo que no entiendo es el porqué se tiene que llegar a este extremo quedando ocho personas en la casa todavía, mejor no pensarlo porque sería peor. Vale, acepto barco como animal de compañía. Lo de Paula con Luis me mosquea mucho, esa cosa importante que tiene que decirle me suena a estrategia más que a confesión verdadera, es curioso que desde que Mercedes le dijo aquello de que no gritara mucho se la vea mucho más contenida, salvo excepciones como cuando les ponen los vídeos de los seguidores y sabe que está todo el mundo pendiente de ellos, entonces sí, entonces se transforma en esa histérica del Duracell. Luego la ves hablando con Jonathan en el jardín comentando la relación de este con Yoli y la ves como esa persona adulta en la que puedes confiar y te da buenos consejos.

   Se que esto que digo está muy trillado ya y forma parte de esa bipolaridad, tripolaridad, trifase o cuatrifase de la que todo el mundo habla respecto a ella. Buena radiografía en la que seguro que nunca fallaríamos. No sé, creo que Paula no es muy natural salvo contadas ocasiones, es aquella que quiere ser o le gustaría que fuese como se le viera,  de ahí que nos está recordando continuamente lo feliz que es y lo encantada de haberse conocido que se siente en Gran Hermano, todo esa ”happymanía”que nos muestra no es sino aquello en lo que se gustaría convertir algún día;  en realidad sus celos por Alejandra, ese afligimiento que expresa por el poco caso que le profesa Luis en ocasiones no es sino una forma de llamar la atención, en realidad a ella eso le importa poco, en su mundo feliz esos episodios no caben, nada le aportan, la chica de la sonrisa mantenida no está para esas cosas. Tiene a la casa desconcertada, y a los de fuera también.

  Paula quiere ser como la luna y mostrarnos siempre la misma cara, la buena,  pero la verdadera solo  a veces se nos muestra, y veo tristeza en ella, y soledad …  en el concurso todo le ha salido bien, ha tirado la pelotita al aire y ha tenido suerte, la gente sean cual sean sus pensamientos han estado encantados con ella, con ella o contra ella, no sé que habría sido de este Gran Hermano sin Paula y sus cosas, y ella, como mujer inteligente que es lo sabe. Por eso sabe que cuando se pone a hacer la “loca” cuando a Luis le ponen su vídeo la gente ya ni se inmuta, es inherente a ella y a nadie sorprende,  por eso Luis cuando la ve rallada y preocupada por querer decirle algo muy importante piensa que está actuando y  esconde alguna jugada maestra, por eso no prefiere saberlo. Y ella no se extraña porque sabe que algo de verdad hay.

   Paula no es esa chica desinhibida que baila mirándose al espejo ni esa niña consentida que vemos en el confesionario poniendo gestitos y muriendo de amor por todo el mundo, esa es la Paula que ella quisiera ser y que sabe que nunca podrá llegar a ser, sabe que su realidad le acecha y le incomoda, pero sabe que no puede deshacerse de ella, el drama de Omar y Lucía, la resistencia de Luis y su pacto de mínima agresión solo es parte de su verdadera realidad,  no es feliz, pero ese ha sido su norte siempre. Hay quien dice que la verdadera felicidad no es un fin,  y eso es lo que desesperadamente busca Paula, en ese camino por encontrarla es donde estriba su verdadera felicidad, no hay fases ni bifases ni mucho menos trifases, hay lo que en todos, ese deseo y  ganas por encontrarla. Su impostura, su extremismo, el radicalismo de sus emociones hablan más en realidad de ausencias y de carencias que de abundancias. El infantilismo solo es una válvula de escape como el que se va a un after después de haber tenido un día duro de trabajo a tomarse una cerveza con los amigos.

    La falta de afecto de Alejandra es menos mística, la diferencia con Paula es que mientras ésta busca la felicidad definitiva, aquella que le de esa estabilidad emocional que demanda, la de la manchega es más inmediata, su soledad está puntualmente localizada y eso en la casa de Gran Hermano es fácilmente entendible. Alejandra es más mundana, más cercana, quizás los sentimientos sean parecidos pero esta no tiene la necesidad de filtrar sus carencias con luces y serpentinas de colores ni hacernos imaginar una película de dibujos animados, a Alejandra todo le brota por sus poros, sus necesidades, sus carencias, sus alegrías, sus risas se exteriorizan  de un modo natural, Paula necesita de su boca para hacernos llegar su mensaje, tienes que escucharla, eso en Alejandra no hace falta, con solo mirarla sabes como está, lo que tiene o lo que le falta, su expresividad es inherente a ella misma sin necesidad de avisos previos ni estridencias, sus silencios son mucho más sonoros que cualquier grito al uso de Paula, Alejandra es esa chica que vive cerca nuestra y a la que creemos conocer de toda la vida, no te engaña, su pose de choni chulilla siempre termina por claudicar por la pureza de sus lágrimas y de sus gestos, nunca te podría mentir aunque quisiera, su cuerpo y sus gestos no se lo permiten, es tal cual la estás viendo, no hay espejos ni máscaras, lo que ves es, y eso que ves no es lo que ella quisiera ser, es lo que es … lo que vemos.