EL SILENCIO DE LOS CORDEROS

  El debate de anoche nos introdujo durante unas horas en esa cápsula del tiempo  que parecía descifrar lo que simplemente conocemos como “eternalismo”. Un dibujo sin ambages de la ya famosa máquina del tiempo que nos transportara a lo sucedido día tras día desde hace ya casi dos meses. Es cierto que ocurrió, y de ello se habló durante todo el fin de semana, recordarlo hasta la extenuación y por espacio de casi cuatro horas, teniendo en cuenta que llevamos día si y otro también rememorando la misma secuencia no hizo sino volver a adentrarnos en esa cuarta dimensión que para algunos ya se nos está haciendo eterna. Lo de Yoli con Jonathan y lo de Azahara con Juanma, efectivamente es un bucle en toda regla y anoche solo se dio cuenta de su  enésima etapa. Agradezco el esfuerzo de la organización por alargarlo hasta el infinito, pero cuando en algo no se vislumbra final ni futuro alguno solo puede formar parte de un capítulo cualquiera de ficción y además se hace interminable.

   Lo de las lágrimas de Yoli apoyándose en la puerta del confesionario, su deambular por toda la casa convulsionada y hablando en voz alta, las lágrimas de Jonathan o la secuencia de cuando ella se le mete en el confesionario y él se corta para hablar, sus enfados o mosqueos por cualquier chorrada  unido al consiguiente plano de la clásica reconciliación en que la chica se tira encima de él ya sea en el sofá o en la cama de él generó anoche el grueso del argumento del debate en la antesala de la gran final. La otra parte nos describió a una Azahara mosqueada con Juanma por no hacerle mucho caso y enfadada con el mundo por ser como es y pensar que su pareja de fuera lo está pasando mal, y eso, también constituyó la otra parte del argumento del debate en la antesala de la gran final.

  El jueves serán dos los expulsados. Hasta ahí sabíamos. Uno seguirá el proceso clásico, el otro aún lo desconocemos. ¿Por qué?  Me preguntaba. Supongo que se recurrirá el efecto sorpresa, solo podemos especular con la aplicación o una votación exprés tras una nominación también sorpresa en la que no tengan nada que ver los concursantes, de ninguna de las maneras pueden utilizar la opción del segundo más votado de la semana. Los porcentajes ciegos del debate nos ofrecieron un 57, un 34 y un 7%, estamos ante esa semana difícil de predecir. Lo normal es que fuese Jonathan el que se marchase. Los partidarios de Paula pueden estar divididos entre la expulsión de Luis para otorgarle todo el protagonismo a su candidata de cara a la final y evitar la tentación de dividir un voto cómplice, la expulsión de Alejandra simplemente por quitarse de en medio cuanto antes a su máxima rival o incluso dirigir sus votos hacia Jonathan para poder dividir el voto de las primas en la recta final.

  La opción Luis cobra enteros por momentos más no le doy demasiada credibilidad, de entre todos los factores que ya hemos previsto en las últimas ediciones y que en esta se ha hecho más evidente dejaría a Luis dentro para disputar la final junto a Alejandra, Yolanda y Paula. Entiendo el silencio, y de nuevo me recuerda la situación a una extraordinaria película donde un inteligente criminal Hannibal Lecter no deja caer ninguna información  a menos que Clarice le vaya complaciendo con asuntos personales de su complicada vida y entre otras cosas sacie su morbosidad. Estamos en  la recta final,  todo por decidir y en plena hora de decisiones, es ese momento donde Hannibal comienza a dominar la mente confundida de la en este caso audiencia. Todo puede pasar y espero que nadie de nada por hecho. Ambas inteligencias están en juego, aún así, creo que imperará la lógica a pesar de las múltiples especulaciones.

  Me preocupa la opción Azahara por lo oscuro y siniestro  de su papel, puede llegar a confundir su concurso, nos han tenido entretenidos supuestamente con una futura carpeta que nunca ha tenido visos de convertirse en realidad, han utilizado al “tonto útil” de turno para darle un mínimo de veracidad y hacernos pensar en ello, todo parece sacado de cualquier peli de ficción medianamente preparada, al igual que la opción Yoli, dos tramas que parecen calcadas y te hacen pensar que de verdad y que de mentira hay en todo esto. No discuto nada, solo imagino y fantaseo, es cierto que el único argumento de Yoli en el concurso ha sido Jonathan, pero es que el de Jonathan ha sido Yoli, al igual que en los otros, solo han tenido un único y exclusivo argumento los cuatro y ha sido recíproco. Entre ellos se han anulado y no veo de justicia si se quiere ser fiel al formato darle más opciones a cualquiera de éstos puesto que parecería un auténtico fraude al sentido común. Han sido actores secundarios a merced y uso exclusivo del guión, hasta aquí, lo demás que supere cualquier previsión sería una autentica bomba de relojería incluso para el mismo programa. Por eso, se debería tener encendida la luz sobre Azahara no sea que se saliese del guión previsto, aunque lo dudo tengo mis sospechas. El juego entiendo que  se va a alargar hasta el último día, pero dará su pistoletazo el jueves. Yo no espero demasiadas sorpresas.

  Lo normal es que la final sea a cuatro y no a seis, entre otras cosas para darle sentido a las próximas tres semanas. Tenemos dos opciones o diluir las parejas y optar por individualidades o mantener dos parejas hasta el final, parejas de facto se entiende. Las individualidades son arriesgadas puesto que algunos concursantes carecen de una mínima popularidad y nos podríamos encontrar con una final demasiado descafeinada y evidente, opto por la inteligencia anteriormente descrita, por esa confusión premeditada y se vaya dejando caer las individualidades poco a poco, saco de toda esta teoría a Azahara que se ha convertido en la verdadera incógnita, sin pensar en ella y con el cable de una audiencia ansiosa de una final a muerte, preveo la bajada del escenario de Jonathan, Hugo y Juanma de manera inminente, una final esperada entre las parejas Alejandra y Yoli contra Paula y Luis con Aza como invitada de excepción para ahondar en la confusión final, la tercera en discordia entre una finalísima a cara de perro entre Paula y Alejandra. O sea final a tres.