SE MARCHÓ OMAR

    La verdad es que anoche no me apetecía escribir nada y preferí dejarlo para esta mañana, seguramente lo vería todo un poco más frío y con otra perspectiva, pensé, creo que aunque la entrada salga un poco más tarde tomé la mejor decisión.   Ha sido una semana muy rara y una gala no menos rara, no sé para muchos pero las sensaciones que uno tiene después de…  son un poco contradictorias. La experiencia me obliga a vivir ciertos episodios con un poco de distancia para poder analizarlos mejor,  eso no quiere decir que aunque no se manifieste,  un poco por respeto o por edad, quien sabe,  no se implique uno, simplemente  el tiempo vuelve a uno como más observador. Quién me conoce sabe que mi película favorita se titularía algo así como “entre líneas”.  Y hay veces, que la prudencia te obliga a callarte muchas cosas, aunque te hiervan. 
   

     La expulsión era importante por  lo que suponía de medición de fuerzas, algo así como un examen final a mitad de curso, pero sobre todo por la forma tan definitiva con que se tomaron las cosas y la manera tan radical de enfocar la situación, como si no hubiera mañana.  Eso está muy bien, es una frase que a mi particularmente siempre me ha gustado, lo que pasa es que siempre me pasa lo mismo, mañana siempre hay. Y hoy es mañana. Empezamos la gala con una ansiedad inusitada para la altura de concurso que estamos, los dos protagonistas de la semana así lo requerían.

   Eran conscientes desde arriba de la trascendencia y de todo lo que había montado fuera, por eso lo tenían todo preparado, hasta los famosos dos guiones, según nos dijeron, nos mostraron unos cuantos folios con clip y nosotros nos lo tragamos. Si, es cierto que todo lo tenían preparado, demasiado me atrevería a decir incluso. Todo parecía perfecto para unos minutos de infarto por la especial expectación, unos porcentajes ajustadísimos, unos vídeos minuciosamente pensados y una cuenta atrás que les quedó de película con el relojito en la pantalla todo el tiempo. Un guión para nota. Pero no se notó mucho, en realidad nosotros estábamos a lo nuestro y los nervios nos impedían ahondar en el más allá. Todo estaba saliendo según lo previsto. La espera para algunos se nos hizo larga, para otros, seguramente muy corta. Ellos ya estaban allí, y nada hacia sospechar el desenlace, para entonces aún se conservaba la esperanza,  para todos menos para ellos. Omar lo tenía claro, para nuestro asombro Paula también. Tranquila, que me voy a ir yo, le dijo Omar para tranquilizarla, es lo que pienso yo también, le contesto sin inmutarse la catalana.

    Y llegó el momento M, la hora H de un día D no apto para cardiacos. Conectamos con la casa y se nos aceleró el pulso. Omar, dijo la presentadora. Ni me inmuté.  No aceptaré preguntas, gracias, en una gala tan  milimétricamente preparada, algunos lo mismo habrían pensado en otro resultado, yo no. Pero solo es una opinión. Omar estuvo en la entrevista de puente, a caballo entre el bueno y el malo, por momentos conciliador y reconociendo errores, por momentos más irascible, dependiendo de las señales que recibía de Lucía. El plató, el entorno, el momento y la presentadora no ayudaron mucho, aún así, me gustó el temple que mostró. Lucía me gustó menos y por un momento pensé que la habían puesto demasiado cerca… casi que en todos los sentidos. Nos mostraron lo peor de Omar, su cara mala, sus peores momentos, los mejores los habían reservado para el principio y ya los habíamos visto todos, ahora tocaba justificar el porqué de su expulsión. No sé si lo pilláis. Aún así, a los románticos  nos gustó como se defendió, a pesar de todo.

  Las nominaciones nos vinieron dadas con unos sobrecitos con numeritos, en ellos había de todo incluida la inmunidad, Hugo y Aza fueron los beneficiados, daba igual, tampoco iban a salir. Las primas, Paula y los toreros. Estaba cantado, de entre ellos lo único sorprendente fue la decisión de Yoli de exponerse en lugar de Alejandra para desesperación de Pallmall que anoche estaba crecida y podía con todo, a Fran le tocó de oficio.  En condiciones normales, todos pensaríamos que esta semana saldría Fran, pero como estamos en una edición atípica donde nada parece normal, a estas alturas nadie pondría la mano en el fuego por ello y todos los ojos se dirigirían hacia una nueva guerra más light  entre Paula y Yoli, yo, como soy de los atípicos, sigo apostando en que se irá Fran. Le toca. Pero no me lo tengáis mucho en cuenta. 

   El resto de la gala apenas tuvo trascendencia, la adrenalina soltada había sido mucha, mejor iniciar el directo y ver las primeras reacciones. La entrada triunfal de Paula a la casa fue así como jubilosamente fúnebre, la procesión iba por dentro, aún así, viendo las perspectivas que nos habían anunciado desde el salón antes de la expulsión os podéis imaginar en que división juegan ellos, ni  se inmutan, y habrá quien diga aún que son muy buenos. No dan ni una. La más lista de todas, la más inteligente, sin duda Paula, que cuando volvió no le contó a nadie lo ajustados de los porcentajes excepto a Luis, y eso transcurrido un buen rato y al oído para que nadie se enterase. El miedo, aún lo llevada metido en el cuerpo.

  Es día de reflexión, la semana ha sido intensa y las consecuencias muy interesantes de analizar, seguro que este mágico panel nos aportará alguna luz. La nebulosa es palpable y el horizonte abierto para las apuestas. Seguro que las heridas no han sido graves, al menos no tan graves que no puedan supurar, el juego continúa, fuera y dentro, dentro a partir de ahora se intuye muy previsible, fuera... exacto, imprevisible.