SALIÓ MAYKA

    Ha sido una gala muy previsible, carente de emoción y sorpresas. Su argumento ha estado supeditado a despejar la incógnita de una expulsión que se suponía muy igualada y al morbo que suponía el desenlace de quién se vería expuesta a la expulsión entre Lucía y Paula. Al final, se quedó Shaima en la casa dando la andaluza con sus huesos en plató junto a Mercedes, en una de las expulsiones más carentes de emoción de las últimas ediciones que se recuerdan. Las nominaciones eran crónica anunciada y se cumplieron todos los pronósticos, el grupo de Omar por un lado y el de Lucía y Paula por otro, los primos acompañaron a los favoritos para salir. Toda la casa les votó como estaba previsto aludiendo a los motivos ya sabidos y la prueba de inmunidad se decantó esta vez del lado de las primas. Sin entrar en detalles, una nueva participación de Floren en el enésimo capítulo del súper maligno haciendo un extraño examen a los concursantes sin payaso ni tartazos de por medio esta vez. Prefiero no entrar en detalles, porque salvo el recuerdo del “hermano” hacia Alfredo que se le escapó al maligno y que le hizo entrar en rebote para toda la noche no había nada nuevo que destacar.

   El combate entre Paula y Lucía quedó en tablas, ya que la madrileña ya había decidido exponerse a la expulsión y nos privó de un enfrentamiento directo o incluso la posibilidad de haber podido salir las dos si no hubiesen llegado a ningún acuerdo, hubiesen sido las consecuencias anunciadas por Mercedes. El catálogo de vídeos fue bastante repetitivo de la relación a tres y una reiteración de imágenes más que trilladas. La sinopsis de la gala no dio más de sí, la entrevista apenas tuvo incidencia y el tempo fue más bien lento y muy previsible. No asistimos a la mejor gala de Gran Hermano, al contrario, me pareció un poco sosa y decepcionante.

     Sin embargo, las conclusiones pueden ser mucho más interesantes que su propio desarrollo. Ha dejado un horizonte confuso y ha abierto diferentes posibilidades y alternativas que podrían tener bastante incidencia en el desarrollo del juego y de la convivencia. La expulsión de cualquiera de los tres nominados pueden arrastrar diferentes expectativas; si el expulsado es Omar rompería el más importante foco de conflicto de la casa y terminaría con el concurso de quien hasta ahora ha llevado la mayor parte del peso del argumento, liquidaría otros posibles frentes que se podrían ir abriendo con el paso de los días y finiquitaría el verdadero centro de discusión y controversia dentro de la convivencia. Para bien o para mal, Omar ha sido el protagonista de lo que llevamos de edición.

   Si la expulsada es Lucía, rompería la pareja y el otro foco de conflicto, dejaría sin efecto la trama originada con Paula y allanaría el camino hacia una nueva que podría resurgir de sus cenizas. Todas las posibilidades serían válidas aunque mucha gente piense que improbables. Yo no descartaría nada en Gran Hermano. Si por el contrario tuviese efecto la teoría del balancín y de la división de votos entre Omar y Lucía saliese expulsado Jonathan, reforzaría el papel de la pareja en la casa y desencadenaría una división total en dos grupos mucho más diferenciados que ahora. La pareja obtendría un plus de autoridad que rompería no pocos esquemas tanto dentro como fuera de la casa.

   Las posibilidades de que se marche Omar van decreciendo a la par que aumentan las de Lucía. La trayectoria individual de estos concursantes ha ido cambiando con el paso de las horas, mientras Omar ha mantenido una linea homogenea en su comportamiento la de su novia ha sido descendente y ha ido perdiendo popularidad. Las grandes expectativas que había creado el día de su entrada se han ido diluyendo conforme afianzaba su relación con Omar, su comportamiento ha ido cambiando y ha degenerado en unas actitudes un tanto chulescas y soberbias que están empezando a ser mal vistas fuera de la casa, su prepotencia y su lenguaje gestual están envenenando su concurso y poniéndola en peligro, está arriesgando mucho y eso le pude pasar factura.

 Su cambio está siendo demasiado brusco mientras su pareja está manteniendo una actitud más equilibrada dentro de su peculiaridad. Entiendo que la gente le está comprendiendo más a él que a ella. La gente sabe que Omar ha sido, es y será así, tal como le conocimos y como le vemos, ella sin embargo ha decepcionado echando a perder muchas de las esperanzas depositadas en ella, se la ve por momentos demasiado sobrada y con una actitud excesivamente arrogante. Aún así mantiene bastantes defensores.

    Este cambio de actitud en Lucía podría ser aprovechado por Paula para ganar enteros, sin embargo tampoco lo está gestionando de manera muy inteligente, está cayendo en su provocación y está subestimando la fuerza de la pareja, le está plantando cara de una manera muy díscola y anárquica, a impulsos que le hacen caer en su trampa y poniéndole en su mismo nivel. Siempre hay términos medios y ninguna de las dos está sabiendo copar ese espacio, ambas están cayendo en los excesos, despecho, venganza, altanería y orgullo las están cegando situándolas en posiciones confusas que les pueden llevar al rechazo a ambas. Están perdiendo personalidad y poniendo su carácter al servicio de los demás, una depende en exceso de su pareja y la otra de los consejos y la falsa protección del resto de la casa. Las dos se están confundiendo o las están confundiendo, desde luego, no las están aconsejando bien y las están dejando demasiado expuestas a una audiencia un tanto desconcertada con sus reacciones.

    Un nuevo horizonte se vislumbra con la nueva expulsión, la casa tiende a dar un nuevo giro y las expectativas se presentan emocionantes. El desconcierto es grande y las dudas máximas, todo puede cambiar en poco tiempo, es la velocidad con que esta edición está discurriendo, cuando piensas que todo está ya en su sitio, sucede algo que te hace cambiar de idea. Todo está abierto y nada es lo que parece, jamás pude pensar que concursantes tan limitados nos pudieran estar dando tanta chance. A pesar de todo el riesgo sigue siendo alto, el peso de la edición sigue recayendo en muy pocas personas y si vamos prescindiendo de ellas, el batacazo será para nota.