LOS OTROS

     Que no se de nada por hecho. Con esa frase terminaba mi anterior entrada, y cuando dije nada, es nada. Está claro que el debate parece estar centrado en solo dos concursantes, Igor y Susana. Me he divertido mucho este fin de semana en el blog, hemos echado en falta durante toda la edición ese apasionamiento que siempre suele rodear a Gran Hermano, el amago es necesario para soliviantar un poco la planicie en que nos hemos visto envueltos, ni que decir tiene que quedan pocas horas y aunque sea con la boca pequeña quien más y quien menos intentamos aportar nuestro granito de arena. Nada es real, pero como si lo fuera. Son las dudas las que nos enferman y nos hacen cometer alguna que otra tontería desde el más puro convencimiento de que no va a ser así, pero por si acaso. Como ese alumno que ante un examen del que tiene muchas dudas, miedo diría yo,  no para de repetirse no lo voy a aprobar… no lo voy a aprobar…  como si pensase que tras repetirlo muchas veces llegase al convencimiento de que sea lo que sea sus propios estímulos podrían verse un tanto aliviados, si aprueba la alegría es doble porque como estaba convenciéndose de que no lo iba a hacer el premio y la satisfacción sería mayor, si suspende, la tristeza será menor porque como estaba convenciéndose de que iba a ser así, pues no le habría pillado de sorpresa, ya lo sabía yo, solemos decir resignados.

   No podemos tentar al ventajismo de la duda, deberíamos sacar ese miedo del cuerpo y afrontar la realidad de una forma más coherente sin especulaciones y sin dejarnos llevar por ideas confusas que no hacen sino minar nuestra propia confianza, no podemos ser partícipes de la desconfianza de los demás ni de sus miedos, cualquier manifestación en contra de nuestros propios deseos no hacen sino violentar aún más nuestro comportamiento sin pensar ni un solo momento que quizás no fuesen nuestras dudas, sino las de los demás, de las que nos apropiamos. Me hace gracia según que cosas, a veces, pecamos de un infantilismo exagerado haciendo del pensamiento de los demás el nuestro sin llegar a pensar que está siendo manipulado de forma ventajista, en realidad lo único que esconde son miedos, como los de ese alumno que se negaba a afrontar su verdadera realidad. Deseos tendenciosos en el que esconder su propia indefinición, bueno, no tengo ni idea, pero estoy seguro que pasará algo de esto, si pasa bien y si no pasa mejor.

     Esta edición ha estado marcada por la falta de lógica, no podemos caer a dos días del final en la tentación de que ésta se haga cargo de todo y que recaiga sobre sus espaldas nada menos que cuatro meses de concurso, miles y miles de horas de estar observándoles a unos y a otros y sacando nuestras propias conclusiones como para que a éstas alturas aún estemos dudando de ésta manera. Lo lógico nos invita a pensar que ganará Susana, no me preguntéis porqué, ¿o acaso nadie aún se ha dado cuenta que estamos analizando un concurso llamado Gran Hermano?.  Sin embargo, algo me dice que la votación está siendo muy reñida y que tanto Susana como Igor están muy cerca uno del otro y que cualquier cosa podría pasar, es lógico que pensemos esto viendo las distintas evoluciones de los concursantes y el tramo final del vasco. No doy por descabellada la idea ni por rechazada, entiendo que vistos los acontecimientos haya quien pudiera verla totalmente lógica. Incluso me atrevo a decir que es Igor quien va por delante y nadie creo osaría a poner en duda mi aseveración, otra cosa es que empecemos a plantearnos el porqué, como ya hemos estado leyendo aquí mismo este fin de semana.

   Qué tipo de lógica sería esa que se negase a entender que se está dividiendo el voto entre los candidatos más “lógicos” hasta el punto de restarle tantísima fuerza a sus candidaturas que no estuviese beneficiando a un tercer aspirante como pudiese ser Desi y mañana ante la sorpresa de todos se la nombrase ganadora y se produjese tal explosión que saltase por los aires toda la edición, quién me podría negar a mí que algo o alguien se está guardando un as en la manga que hiciese estallar cualquier atisbo de lógica. ¿Acaso no estamos en Gran Hermano, ese programa imprevisible en donde todo pudiese ocurrir?.  Pensemos un poco. Podría ser una baza que aunque a todas luces parezca improbable apelando a esa supuesta lógica que siempre nos envuelve bien podría ser aprovechada para dar un golpe de efecto en la mesa y dotarla de la más común de las realidades, todo aquello que se estaba dando por hecho puede hasta acabar dado por hecho,  hasta lo ilógico.

     ¿Qué queréis que os diga?. Ya está todo dicho. Me da una pereza tremenda volverme a meter de nuevo en el bucle de las argumentaciones. Aunque sea con la boca pequeña, cada uno tenemos a nuestra favorito, y aunque este año muchos lo tengamos mucho más fácil ya que tenemos a dos, en el fondo uno nos proporcionará más satisfacción que otro, aunque también sea con la boca pequeña. Los motivos serán variados, desde el más puro ejemplo de venganza y ver la cara enrabietada de aquellos a quienes durante el concurso no hemos soportado hasta la verdadera convicción de que nuestra elección final más nos representa. Parece todo muy lógico, si gana Susana me viene bien, pero si gana Igor tampoco me desagradaría, era mi otro favorito. En realidad es que lo mismo no tenemos a ninguno de los dos, pero el concurso está previsto de tal manera, es tan lógica su naturaleza, que es su propia esencia,  de la que ellos mismos se han tirado todo el concurso renegando, la que nos incita a tomar partido, no podemos ser seguidores de Gran Hermano y a éstas alturas pensar en que no ganase el premio nadie, es mentira, va en nuestra propia naturaleza y la del concurso. Siempre habrá una razón por pequeña que sea, la que nos invite a posicionarnos.

     Somos la audiencia. Luego los que eligen no son los otros, ni los que tergiversan, manipulan, arengan o dirigen su voto, los que terminarán llorando, o saltando de alegría, los que dudarán de si habrá sido lo mejor o lo peor, quien se replanteará lo justo o lo injusto. Estamos en tiempo de cábalas, pero también de deseos, más de hacer que de decir, tiempo de espera de que esa lógica se transforme en real o todo nos siga pareciendo ilógico. El escenario se ha ampliado, éste año hemos vuelto, por los visto la crisis nos hace a veces retroceder en demasiados ámbitos, a plantearnos hasta qué tipo de gente es la que vota, en los últimos años parecía que lo teníamos claro, éste parece que no y miramos con recelo hacia aquellos que se dice solo ven las galas o los debates haciéndolos de nuevo resucitar. ¿Una nueva excusa para el miedo?. El carpeterismo está en crisis parece porque la carpeta este año solo ha funcionado a medias y su gente anda un tanto desconcertada, eso parece abrir nuevos e impredecibles horizontes y dejarlo todo en manos no sabemos muy bien de quién.

    Los grupos, las tendencias, parecen fantasmas, solo una minúscula referencia de twitts nos hacen removernos intranquilos, en el fondo no sabemos nada, se habla del argirismo como pieza clave en la definición final, unos parecen más fuertes que otros, otros permanecen en silencio y todo el mundo desconfía. Esto parece que va llegando al final, apenas unas horas, esa es la esencia y hacía donde en definitiva, como cada año, parece dirigirse el formato. Solo es una muestra más de que sin nosotros, esto si que no tendría sentido ninguno. Es la verdadera fuente de la actividad, nuestro momento.

      Recuerdo que en GH8 ganó Naiala. Naiala había sido desde un principio miembro del grupo de los “naranjas”, durante un tiempo se separó de éstos y se adosó al grupo de los “azules” para terminar la edición en tierra de nadie. La final se desarrolló a cuatro igual que esta, de los azules la única representante era Mimi,  los naranjas habían conseguido meter en la final a dos de sus integrantes, Laura y Pulpillo, y luego estaba Naiala. Esta fue adoptada por una masa de audiencia en torno al ochenta y tantos por ciento, resultó curioso, que ninguna de las dos facciones protagonistas de la convivencia lograse aupar a sus representados, fue un mal menor y la gente tiró por la calle de en medio, ni de uno ni de otro sino todo lo contrario, de ambos, ya que ella había estado en ambos. Para mucha gente fue la mejor elección. El deseo, entonces de muchos, se vio ampliamente derrotado por una lógica aplastante, algunos nunca pudimos entenderla, aún hoy, podríamos dudar de ella, pero es que todos esos, o figurábamos en un bando o figurábamos en otro. Aún, hay quien dice que votó para que no ganaran unos, o no ganaran otros. Y a eso, lo llamaron lógica.

     El otro día dije que los gemelos serían un hándicap para Susana, y dije que no era ninguna tontería. Argi, lo queramos o no sigue estando presente en el concurso, aunque no se quiera reconocer.  Están los cuatro de la final.

     Y luego, están los otros.