LA PUERTA

   El fin de semana nos ha dado poco. La atención permanece desde hace días ya fuera de la casa a la espera de acontecimientos. Se está haciendo muy larga la espera entre gala y gala, el resto es inercia pura para cuadrar fechas. Poco que destacar, la espera que soportamos fuera la están viviendo dentro de la manera que mejor pueden, viendo pasar las horas. Una conversación insípida en la madrugada del sábado entre Juan Carlos y Raki parece que nos sacó un poco del tedio, no es por la trascendencia de lo que hablasen sino por la novedad que supuso el hecho de que precisamente fuese Juan Carlos el protagonista. Maroto en su blog  relató perfectamente el diálogo entre ambos concursantes, donde pudimos ver el perfecto perfil de reventado de un Juan Carlos que ha heredado todo lo peor de sus protectores ya expulsados. Si hay algo que me ha llamado la atención de éste concursante, y no solo por la conversación del sábado sino por todas las que ha generado el fin de semana es el papel que ha asumido ante Raki de defensor de causas perdidas, abanderándose  como única resistencia de aquella dictadura que tanto hemos relatado.

   Escucharle decir en voz bajita que son todos unos falsos y dirigir sus disparos precisamente hacia Susana e Igor intentando convencer a una Raki más que perdida de su leal cruzada en otro momento lo mismo me hubiese inspirado cierta ternura, pero a la altura del concurso que estamos y tras haber vivido en nuestras carnes toda la fase de repesca y casi cuatro meses a nuestras espaldas de convivencia,  el escucharle precisamente a éste concursante hablar del concurso de otros no hace sino inspirarme cierta lástima que no me permite ni siquiera detenerme a situarlo. Es el fiel reflejo de lo que ha sido, efectivamente el concurso de muchos de los que han pasado por la casa, esa realidad paralela en el que han vivido muchos durante tanto tiempo. Lo contradictorio de éste personaje es que él si ha vivido las dos realidades desde dentro y desde fuera, y como él mismo relataba ayer, es que desde fuera no se ven iguales las cosas que desde dentro, no llegando a entender muy bien donde ha estado metido todo el tiempo que ha estado fuera, porque si la conclusión que ha llevado a su regreso es la que nos ha regalado éste fin de semana, es fácilmente entendible que ni la misma Raki le de más credibilidad que la del puro aguante. Ya el hecho de postularse como favorito ante todos aludiendo a su condición de ser el primer repescado hace muy complicado cualquier análisis que no sea el mero trámite de llegar a la conclusión de que los muebles parece ser que también hablan, aunque no sepan muy bien lo que dicen.

  De Raki a estas alturas ya no podemos esperar mucho, sigue formando parte del atrezzo necesario de la casa y configura junto a Juan Carlos esa parte del pasado que ya todos hemos asumido en ésta edición, su único mérito es el de adornar un poco el histórico de un pasado reciente del que se han servido otros para su concurso, hasta su papel refugio ha quedado ya desfasado y no le queda más protagonismo que el de relleno necesario. Poco interés despierta que no pase del mero acompañamiento,  entiendo que el punto de mira de la audiencia está puesto en otros concursantes mucho más atractivos, pero teniendo en cuenta la indefinición de la fase final no me extrañaría que al final recibiese un protagonismo inesperado y se viese involucrada en esa fase de adopción recurrente a la que se acogiese una parte de la audiencia con tal de que no ganasen “otros concursantes”. Hay que pensar que en la mayoría de las finales se vota en positivo, y Raki podría ser elegida como destinataria de cierto voto huérfano en estos momentos, ese voto “anti” que reflejaría una cierta resistencia al otro frente claramente posicionado y que podría muy bien dividir su voto.

  De los otros concursantes, poco se puede añadir. El concurso de Juan Carlos parece haber llegado a su fin en una primera ronda eliminatoria, pero aún nos falta decidir el destino de los otros, si nos acogemos a las palabras dichas por Mercedes Milá en el sentido de que “no sería el único” podremos intuir que las siguientes eliminaciones van a ser ejecutadas por la propia audiencia, no sabemos si vía teléfono o vía appgree, y lo que es más importante, desconocemos el sentido del voto, si será en positivo, será en negativo o será a tenor de los porcentajes adquiridos en ésta expulsión, por lo que hacer conjeturas puede resultar un tanto arriesgado. “La vamos a liar gorda” entiendo que definiría muy bien el caos que va a suponer el poco tiempo de ejecución para el resto de concursantes, todo dependerá del enunciado y todo parece indicar que durante la gala del jueves se producirán al menos dos expulsiones más para dejar la última gala dedicada única y exclusivamente para una final a cuatro y poder administrar mejor todas las entrevistas.

  Este proceso vertiginoso asume muchos riesgos, ya que el desconcierto puede provocar una final no deseada por una audiencia más pendiente de eliminar que de elegir, de impedir que de facilitar, de atacar que de defender…. y lo mismo se nos puede privar de concursantes importantes de la misma forma que se nos podría colar concursantes secundarios, puede ser el caso de Nacho que podría resultar beneficiado de otros intereses  más poderosos y plantarse en la mismísima final sin haber sido ni siquiera tanteado por la audiencia. La única posibilidad de darle cierta emoción a la clasificación final entiendo que pasa por asumir dichos riesgos, pero insisto que aún está todo muy en el aire. Visto lo visto y a tenor de los concursantes que quedan en la casa, se hace deseable una final entre Susana, Igor, Desi y Álvaro. Las razones han sido ampliamente justificadas en el blog este fin de semana, sin duda para una amplia mayoría parece la más atractiva. Independientemente de su resultado final entiendo que sería la más aprobada de todas a tenor de los propios merecimientos y sin duda resultaría de las más interesantes para poner punto final a una edición más que discutible.

  Tanto el concurso de Raki como el de Nacho o el de Juan Carlos levantan a mi entender poca expectación y su paso por la casa entiendo que está más que amortizado, sin embargo el concurso de los otros cuatro concursantes está repleto de aristas, inconcluso y son los que más odios y pasiones levantan dentro de lo que podríamos imaginar, tanto a su favor como en contra sin duda son los que mejor situados están para movilizar un poco al electorado y dar pie a unos últimos días no exentos  de cierta expectación. Aunque la decisión esté más que tomada la mera sensación de inseguridad o de indefinición podría provocar cierta alerta y hacer despertar una somnolienta audiencia que tendría que poner toda su carne en el asador si no quiere verse  ingratamente sorprendida al final. De todas las posibilidades posibles, tal vez ésta sea la única que genere alguna duda de última hora por la indefinición de un claro favorito y la imprevisible reacción de todos los seguidores. Parece que el tándem Susana e Igor puede verse a priori como favorito para la resolución final, pero yo no descartaría nada, primero por su propio enfrentamiento del que pueden salir beneficiados los otros, y segundo por la enorme cantidad de voto huérfano que aún persiste en el ambiente y que nunca sabríamos hacia donde podría ser dirigido.

  Las impresiones que se tienen es que la solidez de la candidatura de Susana va un poco por delante del resto y haya podido adquirir cierta ventaja, en condiciones normales debiera ser así, pero lo imprevisible de la finalización y el no saber muy bien la forma de cómo se va a llevar a cabo la final podría dejar alguna puerta abierta a posibles inconvenientes que imposibilitaran ninguna certeza. Otra cosa son las impresiones, la experiencia que el tiempo te da y las sensaciones de todo aquello que se percibe.