30 de noviembre de 2016

SER O NO SER


   Un día de guante blanco, de esos que “sorprendentemente” ahora les gusta a la organización. Buen rollito, prolongaciones en horizontal varias durante la mañana y solo el enfado de Miguel con el mundo a cuenta del Sr Burns sacó del hastío a la mañana de ayer, la tarde discurrió sin problemas claro, la prueba les tuvo entretenidos y cuando terminaron una buena dosis de gym y los preparativos para una fiesta egipcia. Esta se presentó con su cuota habitual de selfies variados y bailes frente al espejo. Lo más destacado esta mañana en los informativos “granhermaniles” fue la postfiesta donde Bea y Rodri estuvieron enfadados seguramente por alguna tontería y terminaron la noche durmiendo por separado. Las bromitas típicas de Adara y Meri cuando están a punto de dormirse ayer volvieron a reaparecer para finalizar la jornada con recuerdos hacia la familia Telerín.

  Ayer nos fueron filtradas algunas cosas por parte de la organización de la ya famosa “otra hora sin cámaras” y nos brindaron parte del discurso del súper hacia los concursantes y una porción de lo que ocurrió durante esa famosa hora que tanto ha hecho cambiar la casa. También se nos fue abasteciendo a modo de filtración con otra parte del confesionario de Miguel donde “una vez más” se nos indicó lo dispuesto que estaba a abandonar la casa y parte de su discurso “pseudofilosófico” a cuenta de un huevo y una jaula, metáfora recurrente para diseccionar la anhelada vuelta a su preciada libertad y su nuevo status actual. Y ahora qué, me preguntaba, podríamos volver a repetir un día más lo escrito y leído hasta la saciedad de un comportamiento reiterativo entre los concursantes que quedan y las supuestas tramas que los sustentan, insistir en el bucle Meri con Alain, las matrimoniadas de Rodri y Bea, la nueva configuración de Miguel o el status quo en que se encuentra Adara. Sería extenuante y poco original, el directo habla por sí solo. ¿O nos damos una vuelta por las redes y tanteamos la situación del concurso a este lado del muro?. Nada cambia. La organización lo ha previsto de tal manera que las posturas están más que consolidadas a estas alturas, solo un atisbo de carpeterismo débil resurge de vez en cuando con las matrimoniadas de Rodrigo y Bea a cuenta de su propia adicción al mundo del “hamor”.

  Adara sí o Adara no. “¿Cuál es la más digna acción del ánimo, sufrir los tiros penetrantes de la fortuna injusta, u oponer los brazos a este torrente de calamidades, y darles fin con atrevida resistencia?” “To be, or not to be... I there's the point...”. Efectivamente esa es la cuestión, como bien decía Shakespeare en su famosa obra y que discurría alrededor de la locura ya sea real o fingida y de la transformación del dolor en inquebrantable ira. Curioso. Sirva este encabezamiento de Hamlet para profundizar en la temática que intuyo más se plantea todo el universo Gran Hermano en estos momentos, el destino lo ha querido así desde que abandonó Bárbara. Ni la exaltación del estrellato a una Bea sobrevalorada ni la resurrección de Miguel a pesar de sus milongas, no se habla de otra cosa. Tanto por parte de los que la defienden como por parte de los que la atacan...

  Esto es un blog de opinión. Libre. Y cualquiera de ellas, sean coincidentes o no con la propia tienen cabida en el panel de comentarios. Como cada año llegados a este punto del concurso suelen surgir discrepancias entre los defensores de unos u otros concursantes, pienso que forma parte misma del propio concurso y le otorga esa chispa que quizás nos sea negada por su vía natural que debería ser la propia casa. Este blog no es ajeno a los demás, ni a las diferentes redes ni a los canales de información oficiales, a todos nos compete la misma historia y por tanto nuestras reacciones no viven al margen, dichas discrepancias no son solo potestad nuestra sino que forman parte de la presente edición sea cual sea el canal por el que se siga. Cada uno tiene la suya, respetable por supuesto y solo encaminada en todo caso a enriquecer más si cabe la propia edición. Y la mía creo que hasta ahora no ha sido muy clara aunque según he podido comprobar bastante interpretada.

  Adara no es mi favorita. Mi favorita siempre fue Bárbara, para mí la protagonista absoluta de la edición y a mi modesto entender la máxima merecedora del triunfo final. ¿Porqué? Por todo. Absolutamente por todo lo que nos dio y porque es de justicia reconocer que gracias a ella que se echó toda la edición a sus espaldas muchos de nosotros aún seguimos enganchados a ella. Y lo digo así de claro. Si no hubiese sido por ella esta edición hubiese sido infumable de todas todas, es mi opinión, claro. Las perspectivas de la organización con sus tejemenejes se fueron muy pronto al traste ya que lo apostaron todo al devenir de las carpetas, pronto vimos que eso no funcionaría por mucho empeño que le ponían, no se puede ir contra natura en un programa como Gran Hermano por muy estudiada que tengas la edición y cuando todo parecía que iba a ser un camino sin retorno apareció ella, Bárbara, y revolucionó el concurso. Podríamos tirarnos horas desglosando su papel en la casa, su protagonismo y su antagonismo, sus causas y las consecuencias, sus peleas, sus gritos, su valentía y su cobardía, sus miedos o sus llantos, sería injusto, ella ya no está y no merece la pena. Pero era mi favorita y lo quería decir.

  Ahora la cuestión es como dije en párrafos anteriores, Adara sí o Adara no. Es lo que sobrevive a pesar de Bea, de Miguel y de todos los demás. También es mi opinión y no intento despreciar absolutamente a nadie, sino centrar mi exposición. Adara es una consecuencia de Bárbara, si la alicantina siguiese concursando estaríamos a estas alturas dilucidando otro debate bien distinto que giraría en torno estoy seguro a ellas dos, pero no es el caso. No me ha gustado el papel de Adara en la casa, pienso que podría haber sido mucho más fiel a sí misma si pudiésemos borrar de un plumazo muchas de sus actitudes que entiendo puedan poner bajo sospecha a aquellos que la critican. No me gustó la premura con que buscó carpeta en los primeros días, no me gusta el aislamiento que busca cuando las cosas no vienen bien dadas, me cansa mucho la reiteración de su discurso y la nula disponibilidad a debatir con sosiego, su cabezonería a veces le hace extremar sus formas, si la observamos friamente su concurso ha sido muy simplista, Bárbara, Pol, Meritxell, su círculo más íntimo. Nunca me gustó la poca determinación que tuvo con Pol cuando este la humillaba ante sus compañeros, no me gustó su relación ni su carpeta, siempre la vi bastante impostada y carente de veracidad, la adolescente actitud de su lenguaje verbal y corporal con su pareja me sacaba de quicio, tampoco me gustan las provocaciones facilonas porque sí, es algo que no logro entender.

   Adara teniendo en cuenta las actitudes descritas me parecería una concursante absolutamente prescindible, una más... Sin embargo eso mismo que he visto en ella, pienso que no le ha ido mal si me atengo al protagonismo que ha tenido y está teniendo en la edición. Lo podría llamar aquí mismo el “fenómeno Adara”. ¿Cómo una concursante tan limitada puede suscitar tanto odio y tanto amor al mismo tiempo? Curioso. Eso mismo es lo que más se demanda en un perfil Gran Hermano. Que no pase desapercibido, para bien o para mal. Y desde aquí arranco el punto de mi defensa. Ya me es menos prescindible un concursante si genera en torno suyo todas las filias y todas las fobias habidas y por haber. Hace que la observe, al menos no me pasa tan desapercibida como la había dibujado al principio. Se llama interés, y de ahí a interesante solo hay una linea muy delgada.

  También ha sido valiente, y eso en un concursante siempre es de elogiar. Adara nunca tuvo ningún reparo en enfrentarse contra aquello que no consideraba justo, con su comportamiento o con sus neuras, con sus gritos o sus repeticiones... nunca se escondió ni se evadió detrás de un silencio para sacar crédito, no le importó lo que los demás dijeran o pensasen, simplemente los rebatió, defendió su intimidad hasta el final y jamás aceptó que nadie le dijese lo que tenía o no tenía que hacer, quizás su personalidad fuese cuestionada pero ella la defendió con uñas y dientes sin temblarle la voz, fue consecuente con sus actos, algunos malos como ya dije, pero consecuente hasta el final y consciente de ellos. Su fidelidad ha estado a prueba de bomba y sobre ella ha asentado su concurso, su desparpajo suicida en no comulgar con las ruedas del molino que sus compañeros le ofrecían, ha sido fiel a su forma de pensar aún a riesgo de caer más de una vez por el precipicio, ha peleado hasta la última gota de su verdad o lo que ella siempre ha creído era su verdad.

   No podemos afirmar que se lo ha pasado bien o se ha divertido, que ha tenido una feliz convivencia ni que se ha hartado de reir, pero sí que ha disfrutado Gran Hermano a su manera, y esa no está escrita en ningún sitio. Ha luchado, peleado, defendido, ha vivido intensamente cualquier oportunidad que se le presentase, ha arriesgado mucho. Su papel en la casa no ha sido fácil desde el primer día, se ha sentido atacada y acorralada desde todos los lados, primero con Bárbara, después sola, sin embargo ha sobrevivido con firmeza y valentía, sin esconderse, haciendo frente a las dificultades. Ha tenido momentos de bajón que la han debilitado a veces ayudándola a mostrar su lado más humano, en definitiva ha sido real. Nos guste o no. También podría seguir lineas y lineas, pero todos lo hemos visto, luego la piel de cada uno interpretará la realidad a su propio gusto. Esta es la mia.

  ¿Podría ser Adara una ganadora por descarte? Podría ser. Por descarte de los demás. Ninguno me ha atrapado, ni ellos ni sus tramas, y en la famosa linea que solemos trazar para intentar ser un poco justos, Adara tiene un sitio preferente. Los demás no, por un sinfín de razones también. No me ha llenado, pero reconozco el valor de su concurso, reconozco su protagonismo en una edición descafeinada y reconozco el enorme mérito que supone estar enfrentada desde el primer minuto a los demás compañeros de convivencia, eso no todo el mundo es capaz de soportar, ella lo ha hecho y lo ha hecho bastante bien. Para mí será una merecida ganadora... según se ha desarrollado la edición.


29 de noviembre de 2016

LA OTRA HORA SIN CÁMARAS


  Es rara la edición, sobre todo en los últimos años, que no se hable de la guionización de algunas circunstancias que suelen ocurrir a lo largo del concurso, pueden ser tramas que suceden o comportamientos específicos de algún concursante lo que hace a veces sospechar. La falta de naturalidad en algunos episodios que suelen surgir nos lleva irremediablemente a pensarlo sin tener en cuenta que esa superficialidad impostada forma parte del día a día de la televisión actual, la suspicacia que suscita se agranda porque choca con la propia naturaleza del formato en sí donde la única premisa indispensable para ser Gran Hermano es la propia personalidad del concursante. Cuando esta se ve claramente alterada para desviar con una trama la dirección legítima del concurso pensamos que se está adulterando y se están metiendo mecanismos engañosos que hacen corromper el correcto funcionamiento del mismo. 

   Da que pensar que el protagonismo de cualquier concursante pudiera venir dado de manera totalmente impuesta y ajena a su naturaleza real, ya que si eso se permite la organización puede poner y quitar ganadores, finalistas, expulsados a su libre albedrío y en base a sus intereses específicos, audiencia, polémica, recaudación, popularidad, conflicto etc. etc. Estaríamos hablando de un fraude en toda regla. GH ha subsistido a pesar de ello y solo la especulación con ese tipo de comportamiento es lo que está desgastando a marchas forzadas el formato.

  La audiencia y el propio Gran Hermano ha generado su propio antídoto para combatir cualquier riesgo de infección o injerencia externa como la descrita en el párrafo anterior convirtiendo en casi una lucha diaria la confrontación, la televisión se sirve de sus poderosos medios para intentar inyectar su dosis y Gran Hermano sus propios resortes de defensa. No estamos inmunes, el riesgo es bastante alto y eso se nota año tras año en la propia decadencia del concurso y el cansancio de los espectadores. Siempre mantuve que como en todo lo idóneo sería buscar un equilibrio entre ambas posturas que permitiera conjugar los intereses de todas las partes, pero de forma sincera y positiva y no intentando imponer un solo criterio sobre otro de forma forzosa e inflexible ninguneando y despreciando a la otra parte.

   La desigual lucha merma cualitativamente el concurso y lo está direccionando hacia horizontes peligrosos que ya están empezando a pasar facturas. La improvisación que ha existido en esta edición se ha notado en exceso y la ha dejado herida de muerte aunque se le estén aplicando los últimos cuidados paliativos, ha perdido demasiada sangre en el camino con decisiones absurdas y sin contar con el beneplácito de la audiencia. Todo se ha hecho unilateralmente y sin tener en cuenta la demanda reiterativa que año tras año pide la audiencia que lo sostiene abusando de sus intereses y no contemplando ninguna otra posibilidad.

  Un ejemplo de la mala dirección que se ha llevado durante la presente edición lo tuvimos ayer mismo cuando llamaron al confesionario a todos los concursantes. No es un hecho inédito pero sí significativo. “Le leyeron la cartilla...” con todo lo que eso significa para unos concursantes y para un concurso que se supone se alimenta de la propia libertad de acción de sus protagonistas y cuyos actos el propio formato ya tiene mecanismos propios para premiar o castigar. Las reglas ya están escritas, el simbolismo crece cuando la dirección requiere tomar cartas en el propio comportamiento de los concursantes invitándoles a cambiarlo, direccionándolos o guionizándolos. No entiendo la llamada de atención como una llamada al orden, sino una vez más como una influencia en el resultado. ¿Porqué no se hizo lo mismo con Álvaro? ¿Porqué se dejó que Fernando tras su entrada en la repesca se mantuviese dando información del exterior durante tres días seguidos?.

  Lo que pasó no creo que fuese mucho más grave que otros acontecimientos vividos en esta misma edición con los mismos o con otros concursantes. Lo cierto es que ante las puertas de la final parece que a la dirección le ha entrado un ataque repentino de “buena conducta” y ha decidido “lavar” la imagen que durante tres meses nos han estado ofreciendo libremente los propios concursantes. Como por arte de magia han pasado de ser gritones, falsos, agresivos, llorones y broncos a ser unos entrañables, simpáticos, extraordinarios y solidarios compañeros, educados y hasta mucho más guapos. Y claro, luego querrán que la audiencia aumente en pos de la credibilidad y de la autenticidad de los propios concursantes. Desde siempre, si un concursante ha tenido una mala reacción o un grave comportamiento los propios mecanismos del concurso lo han penalizado se llame como se llame. ¿Porqué ahora no?

  Lo mismo porque no estaba en el guión escrito, o habría que hacer tachón y cuenta nueva. Se nos iba de las manos y no se podía consentir nos dirán, la cosa habría llegado a mayores y la crítica para el programa habría sido desastrosa, una serie de argumentos plenamente conservadores con la fiel imagen corporativa de los doce meses doce causas. Parar un poco para seguir avanzando hasta el final. Los concursantes tras tres meses y unas circunstancias que han pintado la edición de delicada es normal que exploten y más en las fechas que estamos, lo que se están jugando y todo lo que llevan acumulado de presión. A los concursantes y a cualquiera...

   Hoy podemos leer en todas las crónicas de la casa que Bea ha pedido perdón tropecientas veces, que Adara ha prometido cambiar y Meri se ha arrepentido de sus salidas de tono, los otros como nunca hacen nada malo pues no tienen porqué cambiar... Podremos leer el minutado o ver el directo y observarles en perfecta armonía disfrutando de esa prueba maravillosa y disfrutando de una extraordinaria convivencia, al súper bromeando y a los pajaritos cantando... Y esa será la realidad a partir de ahora porque como dijo Adara ayer “bastante nos han suavizado...”. Un guión no trata solo de relatar por entregas el descubrimiento de un peluquín, también incluye la ralentización de un momento, la tregua en una guerra o la fraternidad entre dos enemigas a muerte.

  El problema que surge de ciertos “malentendidos” es que como un reloj hasta el jueves no hay directo ni hasta el próximo domingo habrá debate, y una “farsa” o mentira no puede mantenerse y estar flotando en el tiempo por mucha promesa y buenas intenciones que se hayan proclamado. Nos vendrá bien la tregua para coger impulso, inspirar ese aire que se lleva respirando durante tres duros meses, se pueden dulcificar unas horas mientras hace el efecto la inyección que le han suministrado, pero los concursantes están donde están por algo, y aquí cada uno tiene su función, esté o no esté escrito en el guión. Gran Hermano siempre volverá.


28 de noviembre de 2016

CAOS


   Discutir no es malo, siempre y cuando el objetivo sea expresar las opiniones de cada uno para intentar llegar a un acuerdo, forma parte de eso tan fundamental en la convivencia que llamamos comunicación. El problema surge cuando se confunde el término ya que existe una linea muy delgada que separa la discusión de lo que es un ataque personal o una pelea. Una discusión cuestiona una opinión o un hecho que haya podido ocurrir, la pelea cuestiona a la persona. Se convierte en un intercambio de golpes verbales con el objetivo de ganar al otro, para ello se suele recurrir a menudo al reproche solo para demostrar que es uno quien tiene razón. Hoy en día todas las televisiones se caracterizan por tener una marcada linea editorial sobre el que pivotan la mayoría de sus contenidos con el objetivo de generar más audiencia. Tele 5, cadena que emite el programa ha basado su filosofía en una linea sensacionalista que acapare la atención del espectador en base al conflicto o la polémica, es decir, que llame la atención independientemente de si la información que genera es objetiva o verdadera, el objetivo es la mayor repercusión posible que le pueda generar los máximos beneficios posibles. Nada nuevo.

   Por desgracia y por mucho que intente resistir GH ha quedado impregnado de ese tufillo que se desprende desde la mismísima mesa de dirección. La confusión ha creado un conflicto en el telespectador que no sabe en realidad a lo que atenerse, dejarse llevar o seguir resistiendo. La provocación genera a veces un caos difícil de superar, no te permiten pensar o tragas o renuncias, la situación parece que se ha vuelto límite y no da lugar a elegir entre más opciones. La dependencia se ha vuelto máxima, cuesta dejar algo que tantos años has disfrutado, es como un veneno del que también te has impregnado y no es fácil limpiar. Asistes perplejo a su propuesta encadenado a tu propia historia. Es imposible hablar en serio hoy en día de Gran Hermano, nadie te creería. Su falta de credibilidad te arrastraría hacia su propio frikismo y serías devorado o simplemente ignorado.

  Las peleas durante esta edición han dejado de ser noticia para ser un recurso más por el que medir al propio concurso. Solo son provocadas por un carácter dominante, una personalidad fuerte que mide la propia temperatura de los concursantes, Bárbara, Clara, Miguel, Bea, Meri, Adara, Fernando... no hay mucha discusión. Su influencia en la casa ha venido marcada por la calidad de las discusiones, no podemos valorar el concurso por quién ha discutido mejor o quien se ha peleado con más bravura o intensidad, supongo que las mediremos por las razones que esgrimen a la hora del enfrentamiento. Todo lo simplificamos llevándolo al extremo, o te defiendes de algo o atacas por algo. Es la disputa en sí lo que provoca el enfrentamiento, la lucha por la supervivencia o la lucha por el poder lo que nos ha llevado hasta los bandos. No hay que olvidar que el trasfondo de todo aunque nadie lo reconozca se llama tres cientos mil, como en todo proceso existe una evolución, del bando a la persona, del grupo a la individualidad... al principio te haces fuerte porque te sientes más o menos arropado pero el concurso delimita las fuerzas conforme avanza, son las normas. 

  Es normal en GH buscar cómplices, siempre ha sido así. Puede ser uno, dos, muchos o pocos, una supervivencia en solitario por las características del formato es muy difícil de soportar. Solo son compañeros de viaje, al final solo estás tú. Después de la visita de los familiares, la casa ha cambiado su estrategia. “Lo estás haciendo muy bien, sigue así...” es la frase que todos le dijeron a todos, nada obligaría a cambiar de actitud entonces a nadie, con solo seguir el consejo. ¿Qué ha pasado entonces?. Las discusiones se han vuelto peleas, la agresividad ha aumentado, la provocación se ha agudizado, la susceptibilidad ha envenenado la convivencia hasta el punto de hacer perder los papeles, los ha sumido a todos en un pozo sin retorno, lo mismo discutes que te haces su mejor amiga, estás a punto de agredir con la misma ligereza con que le pides perdón y deseas llegar junto a ella al final. Todo es mentira. Al menos nada creíble.

  Parece una guerra manejada por control remoto en que los contendientes se mueven por actos reflejos. Ya no distinguimos a los buenos de los malos, no sabemos si los mediocres influyen, hoy están aquí y dentro de dos horas allí, el caos se ha adueñado de la casa y no sabe hacia donde disparar. Pero también es abierta, del estilo sálvese quien pueda y no me importa si hasta ayer eras mi cómplice, eso parece que ha pasado a la historia. Los concursantes van y vienen, suben y bajan sin control alguno, se atrincheran con la misma velocidad que contraatacan para enseguida volver a replegarse, todo parece un poco absurdo, sin orden ni concierto. Ha sorprendido este fin de semana el aumento de la susceptibilidad, han aumentado los decibelios y se ha disparado la violencia verbal, no quiero personalizar ya que no libro a nadie por acción u omisión, todos parecen implicados en mayor o menor medida aunque el enfrentamiento haya parecido selectivo, no se libra nadie, Rodri, Bea, Meri, Adara, Miguel o Alain, han sido todos.

 La polarización ya la veníamos anunciando hace bastantes días, la organización nos está dando la razón con sus torpes movimientos que al final no conducirán a nada, todo parece estar escrito. O Bea o Adara, esa es la propuesta de la organización para seguir llamando la atención. Las técnicas de manipulación solo tienen ese objetivo, subir o bajar a alguien según el momento en que nos encontramos, generar miedo y confusión, en definitiva expectación. El mensaje es evidente, no te despistes, ten cuidado que nada está decidido y todo podría pasar. Los porcentajes de anoche nos dieron el primer aviso, si alguien no se los cree como dijo Mercedes Milá en su día, que se vaya a un juzgado. No sirve de nada, es igual, la fe hace mucho tiempo que se perdió, solo nos queda reirnos un poco del rídiculo semanal que suelen ir haciendo con estas cosas, ellos mismos se retratan cada día.

  Tampoco sirve de nada creer que no sirve de nada o pensar que vota muy poca gente, o que los galeros serán los que decidirán el triunfo final, todo parece sacado de una leyenda urbana que podría resultar efectiva en lo económico, todo es expectación, justificar una edición que se les fue de las manos a las primeras de cambio y que aún tienen la esperanza de salvar como sea. La impostura de los concursantes, su caos y su susceptibilidad viene generada en parte por toda esa indefinición en la que se halla sumida la propia organización, en realidad no saben si pelearse está bien o no, si le van a llamar la atención o les van a provocar para que ocurran, no saben a lo que atenerse, todo parece muy raro. Y ellos son los primeros sorprendidos. La actitud de Bea durante la jornada de ayer es muy sintomática. Hay momentos que el espectador no sabe a lo que atenerse, también son arrastrados por ese propio caos, las redes hierven, las amenazas sobrevuelan, los insultos solo son el espejo de lo que ven detrás de la pantalla, la separación tan absoluta entre criterios rayan lo paranoico, hoy defiendes una cosa que a las dos horas crees incapaz de defender, y así está siendo todo.

  No sé si es una apuesta arriesgada o sencillamente suicida, lo cierto es que el único objetivo que parece perseguir es el de llamar la atención, de manera recaudatoria o simplemente sensacionalista, y para ello ¿qué mejor que un caos?


25 de noviembre de 2016

ENTRAÑABLE Y CAÓTICA


 Tradicionalmente las galas de las visitas de los familiares suelen ser entrañables, todo un clásico que nos suele dejar un buen sabor de boca y que a veces cumple esa liturgia de acercarnos un poco más emocionalmente a los concursantes y olvidarnos por un momento de sus personajes. Son minutos de sensibilidad donde el que más y el que menos suele terminar poniéndose en su lugar y llegar a comprenderlos un poco mejor. Anoche, no sé si influenciado por la rutina de la edición o por lo que fuese no me lo pareció tanto aunque hubo momentos entrañables como ver los ojos chispeantes de Alain al abrazar a su perro o el estado de shock en que entró Miguel al ver allí subida a su madre.

  Creo que la dinámica de la edición impidió ese punto de emotividad tan necesario para ellos y tan deseado para nosotros, hubo que elegir entre la emoción y lo inmediato y no se tuvo más remedio que combinar en el mismo plano el reencuentro de los más queridos con la más rabiosa actualidad que empujaba fuerte con los dos grandes acontecimientos de las últimas horas, la hora sin cámaras entre Bea y Rodrigo y la escena del reencuentro de Miguel con su propia “libertad”. Sospecho que la mezcla quedó un poco regular, más bien caótica diría yo a juego de lo que viene siendo toda la edición. Las emociones necesitan su espacio y “lo otro” el suyo. Aún así pudimos disfrutar de unos momentos mágicos a caballo entre la histeria de Meri, la nostalgia de Alain, la inyección de energia de Adara, la frialdad de Miguel o el enredo grotesco de los amigos y las madres de Bea y Rodrigo.

 En la era de las comunicaciones, internet y twitter cualquier episodio que se demore aunque sea un solo día y aunque lo hayas blindado bajo siete llaves queda automáticamente desactualizado por muchas imágenes y vídeos inéditos que te guardes bajo la manga. Eso es un inconveniente que Gran Hermano debería actualizar para hacer otro tipo de galas más innovadoras. La de anoche pagó con aburrimiento y desidia el tiempo de sus dos mejores reclamos y dio la sensación de que ni las escenas de la hora sin cámaras entre Bea y Rodrigo ni el “leitmotiv” de Miguel levantaron a los espectadores de sus sofás, al contrario, parecían historias sacadas del pleistoceno totalmente repetidas y desactualizadas, ampliamente difundidas y relatadas hasta la saciedad.

 En las nominaciones lo más significativo resultó ser esa extraña estrategia según ellos mismos nos anunciaron mediante la cual los familiares de Adara nominaron a Meritxell y viceversa. Hecho que dio pábulo a múltiples interpretaciones ya que no se podía entender semejante decisión teniendo el abanico tan extenso de posibilidades con las que jugar con esos doce puntos. Dar por buena la teoría de que hicieran lo que hicieran el resultado sería el mismo entra dentro de lo razonable debido al número mayor del grupo enemigo y la certeza de que allí se iba a nominar a tiro fijo, aún así sorprende a la vista de todos la decisión y quedó como especialmente raro el conformismo mostrado y la asunción prematura del destino de sus familiares. Ellas mismas fueron las primeras sorprendidas a tenor de la cara de perplejidad que nos mostraron.

  La audiencia quiso que Pol se quedara a pasar la noche en la casa haciéndole compañía a Adara para redondear una noche que a la madrileña le supo a agua bendita, no sabemos lo que dio de sí el reencuentro pero lo que sí me volvió a llamar la atención fue el descaro egoista y machacante con que el genéticamente perfecto quiso asegurarse de que Adara se enterase de lo “a muerte que la estaba defendiendo...”. No veo esa línea de defensa tan brutal como le quiso vender tan evidente como la que mantuvo el tiempo que estuvo dentro de la casa que fue prácticamente nula. La postgala resultó ser el producto de shock remanente al que estuvieron sometidos los concursantes con reminiscencias de los recuerdos aún frescos de todo lo sucedido.

  Por fin se destapó el secreto y la próxima semana saldrá el último expulsado por nominación para entrar directamente en una final a cinco, al final la premura ha hecho acto de presencia para meternos de lleno en las votaciones positivas que intuyo alargará un par de semanas más la edición. Adara, Bea, Miguel, Meri y Rodri... (por ese orden) intuyo serán los finalistas ante la más que previsible baja de Alain esta semana. Bárbara volverá a plató la próxima semana. ¿Se estará fraguando algo inédito en cualquier edición del mundo alrededor suyo para salvar la edición...?


24 de noviembre de 2016

EN EL FILO DE LA LIBERTAD


  Parece el título para una película. Y no va desencaminado el encabezamiento: La película de Miguel. “Soy libre” gritaba a los cuatro vientos en el momento que terminaba su ritual glorioso de quemar el peluquín y la gorra que lo disimulaba en el jardín de Guadalix, mientras el realizador se solidarizaba con el espectador fiel de Gran Hermano que a esa hora aún permanecía despierto y le privaba de ese mágico momento. Hoy nos lo ofrecerán en directo en la gala porque toda película ha de tener su propio suspense. Parece una nimiedad lo que acabo de decir pero también es un síntoma que delata el argumento de la peli. No esperéis ninguna sorpresa porque no están incluidas en el guión. Lo malo de algunas películas es que solo te causan efecto la primera vez que las ves y eso ya ocurrió una noche de principios de Septiembre, después es como si la vieses repetida un sinfín de veces, pero ojo que eso no es malo, hay gente entre las que me incluyo que cuando le gusta una buena película es capaz de verla tantas veces como sea necesario y siempre termina disfrutando aunque se la sepa de memoria. No es el caso y lo siento por los guionistas de la película, perdón, de Gran Hermano. En realidad es una mala película. De esas que cuando la ves una vez te quedas sin ganas de volver a verla. ¿Nunca os ha ocurrido?

  Está claro que los guionistas este año no han estado finos y la química que se supone tendría que haber existido entre el espectador y el producto no ha existido. La crítica después de ver una película siempre nos conduce a los errores que se puedan haber cometido, hay veces que los actores pueden ser malos, el argumento ser mediocre o que la dirección ha fallado y no ha sabido sacarle partido. Creo que en la película de Miguel han coincidido todos, pero si además su promoción deja mucho que desear y además deciden exhibirla precisamente en los momentos que más ganas tiene la gente de ver buen cine el resultado puede ser escandaloso. En nuestro caso se han juntado absolutamente todos, un mal actor, un mediocre argumento, una mala dirección, una pésima promoción y haber elegido los peores momentos para exhibirla.

 Miguel podría haber sido un buen protagonista si de verdad hubiese sido libre. Cuando te encasillan en un papel que ni siquiera tú crees el resultado puede ser dramático. La peor actuación que se puede hacer es esa en la que no crees, si además eres un mal actor y lo sabes, te presentas al casting mintiendo y proponiéndote para el papel estelar de la película y los responsables caen en tu trampa el resultado final solo puede ser uno y es el que todos hemos visto. Y de verdad lo digo que es una verdadera pena porque Miguel no es tan mal actor como nos han mostrado, solamente que el papel le ha venido demasiado grande y los responsables del film no han sabido dirigirlo. Quizás un papel secundario y libre de verdad nos habría sorprendido.

 Pero ya no hay marcha atrás. Desde el mismo momento que lo acepta y lo firma no tiene más remedio que asumir las consecuencias. Y se ha liado. En ningún momento ha sabido el espectador cual ha sido su verdadero papel aún figurando como protagonista. Ni él mismo, ni siquiera quien lo dirigía. Miguel no ha sido libre porque entró atado a su propia mentira, tengo serias dudas de si nos mintió voluntariamente solo para que le dieran el papel o nos mintió coaccionado bajo unas durísimas condiciones por darle el papel. En todo caso y en última instancia solo Miguel nos ha fallado, podría no haber entrado libre y se podía haber liberado, su elección no ha dejado lugar a dudas, cumplir el mandato que le impusieron.
 
 Cuando entras por medio de una mentira, vives en ella, concursas en base a ella y creces con ella, en el momento que quieres deshacerte de ella no puedes, al menos te cuesta un poco de trabajo. No puede Miguel empaparnos de su mentira hasta agotarnos y aparecer una noche en el jardín de la casa gritando a los cuatro vientos “soy libre...” “me quiero...” “soy otro...”. Porque nadie le creerá, aunque sea verdad. Algunos incluso lo seguirán viendo aún en su papel y pensaran que todo eso también forma parte del guión. Todo en Miguel es una película. La película de su vida según nos ha querido vender.

  Seguramente lo habría tenido mucho más fácil y habría ganado muchos enteros si hubiese sido franco desde el principio y no haber aceptado su papel. Se equivocó. Y aún así no ha sabido rectificar. Miguel nos ha podido dar muchas cosas en el concurso, no es un mal concursante teniendo en cuenta el casting de este año, tiene mimbres y hechuras para haber rentabilizado mejor su compleja personalidad, tiene un perfil atractivo de concursante GH, la madurez suficiente para una convivencia autónoma y no tan dependiente y una inteligencia más que notable, sus inseguridades según él son las que le han tendido la trampa, no es cierto. Ha sido su ambición la que lo ha echado todo a perder, con esa humildad que ha intentado caricaturizar podría haberle valido pero ha preferido no arriesgar, se ha acomodado a una promesa mal planteada y a un drama personal insostenible porque lo ha fundamentado en lo que dijimos antes, la mentira. Ha jugado con el fuego prohibido para los espectadores de Gran Hermano, su credibilidad. Y ahí no tiene escapatoria.

  Ni él ni quien lo ha inducido. Miguel es un espejo en el que los guionistas se han intentado reflejar con esta edición. Lo diré alto y claro. Llevamos diecisiete años siguiendo el programa incluso antes de nacer, hemos conocido cientos, miles de tramas, decenas de concursantes, guiones, situaciones complejas y no tan complejas... no es fácil engañar a la audiencia de Gran Hermano. Lo hemos visto en la película de Miguel. A él si lo han engañado, Gran Hermano con su intento se ha engañado a sí mismo intentando colar una trama disparatada, Miguel con todo ese lio de engaños se ha terminado engañando a sí mismo... Gran Hermano es tan complejo que en su seno cabe casi todo, show, espectáculo, historia, liturgia, tramas, enredos, televisión, circo, drama, diversión, nostalgia, etc. etc. todo parecen argumentos de película, todo excepto una cosa y es lo que deberían aprender de una vez, la mentira. Y la película de Miguel ha sido una gran mentira de principio a fin.


23 de noviembre de 2016

UNA HORA SIN CÁMARAS



   Un día raro ayer en la casa de Gran Hermano. Pero muy significativo. Durante la mañana discusión entre la mayoría de la casa y Meri-Adara a cuenta de las tareas de la casa. Como bien se sabe Adara lanzó un órdago al grupo negándose a hacer las tareas de la casa, se puso en huelga según sus propias palabras, al parecer para contrarrestar la reiterada versión de que nunca hacía nada, ahora es cuando no voy a hacer nada, les dijo. Dicho y hecho. Bueno, pues fue decir y hacer eso y la acusaron de no querer hacer nada. Si antes no hacia nada, y ahora no hacía nada, no logro entender el rebote que se tomaron ayer todos, sobre todo Bea y Rodri llegándoles a amenazar incluso con no hacerles de comer. En fin un poco raro todo, pero significativo. Una cosa es no hacer nada, y otra muy distinta hacer lo que ellos digan, cuando ellos digan y como ellos digan. Un episodio que ya lleva días coleando y que ayer una vez más se volvió a repetir en lo que va siendo una norma habitual en la casa. Cualquier excusa es buena para desacreditarlas.

   Episodio que se volvió a repetir con la resolución de la prueba. Esta vez no a cuenta de las tareas pero en un pasaje similar. Prueba no superada les dice el súper y lo argumenta con el poco interés mostrado a nivel de grupo. Podían cometer tres fallos de prueba y cometieron seis. Al comunicarles la noticia Meri y Adara se marchan a su habitación y en el salón se queda el resto con caras de pocos amigos. Enseguida empiezan las insinuaciones, Miguel, Bea, Simona y sobre todo Rodri achacan la bronca y la pérdida de prueba a las para ellos dos “disidentes”, sin llegar a manifestarlo abiertamente pero insinuándolo claramente. Ellas habían sido las responsables y por su culpa la habían perdido existiendo pruebas evidentes de que fallos cometieron todos incluidos los propios Rodri y Bea, incluso autoconfesándose el propio Alain de un error que enseguida le fue desmentido por Rodri aludiendo a que eso no había sido “fallo de prueba” sino “fallo de campamento”.

  Y este es el nivel, si. Solo son dos ejemplos sintomáticos de lo que verdaderamente está ocurriendo en la casa. A partir de ejemplos como los descritos cualquiera podría entender perfectamente la actitud de Adara y Meri con respecto a su convivencia con los demás. Quien quiera lo puede entender, lógicamente quien no quiera nunca lo hará porque estamos en Gran Hermano y los matices y las interpretaciones son los suficientemente libres como para poder asumirlo como única verdad. Claro que Adara no está teniendo un comportamiento perfecto, ni Meri, por supuesto que no, y claro que los demás tampoco. Así ha sido, es y será siempre la convivencia en Gran Hermano. Cuestión de interpretaciones. Yo lo puedo ver de una manera de la misma forma que la propia Adara lo puede estar viviendo y sufriendo de otra muy distinta. O Bea, o Rodri o Miguel lo pueden estar viendo de otra. En base a los hechos tal y como se nos muestran, así reaccionamos. Los ejemplos anteriores se pueden observar en un sinfín de vídeos y se pudo vivir en pleno directo.

   Y digo que es sintomático porque son hechos que están ocurriendo desde que prácticamente empezó la edición y vienen repitiéndose día tras día. Y al igual que cualquier otro también puedo interpretar las razones que pudiese tener Adara para sentirse menospreciada y acosada por la mayoría de sus compañeros de convivencia. “Es que no quiere integrarse...” “Se aparta sola” “no sabe convivir...” son los lemas que más se repiten, precisamente por aquellos que son incapaces de reconocer siquiera que han podido cometer un puto fallo de prueba. La convivencia en grupo suele ser muy fácil. Incluso cuando cometes un pequeño error siempre tendrás al lado a alguien que te consuele y te diga que no te preocupes que tu fallo no ha sido tan grave, que los graves han sido los que han cometido los demás. Y eso quieras que no, te reconforta y te ayuda a sentirte en deuda con quienes te apoyan en un momento como ese. Otra cosa muy distinta suele ser saber que no lo has cometido y recibir acusaciones de haberlo hecho. Eso no solo es que no te reconforte es que terminas por no entender nada... ni a nadie. Aunque te pidan todos los días que los entiendas, y si no los entiendes como dijo Bea ayer “es que tú eres la que tienes un problema”.

  Las ediciones pueden ser buenas o malas, divertidas o aburridas según el cristal con que se miren, pero una cosa siempre será innegociable dentro de Gran Hermano. Siempre prevalecerá la verdad y la realidad siempre nos dará con ella en las narices, lo asumamos o no, lo reconozcamos o no. Ahí jamás nos fallará GH a pesar de discursos, defensas, ataques o triquiñuelas varias al uso para nuestros particulares intereses. Anoche también pudimos asistir a la esperada “hora sin cámaras” entre Bea y Rodrigo. La hora sin cámaras siempre ha sido un recurso dentro de Gran Hermano dispuesto para la intimidad entre dos concursantes que así lo soliciten. Todos tradicionalmente sabemos en que consiste, un tiempo a solas sin la presencia de cámaras pero con audio que luego la organización dispone a su libre albedrío y destinado para satisfacer su deseo de intimidad. Con el tiempo, como todo ha ocurrido en Gran Hermano, la intención de dicho recurso se ha ido retorciendo y desfigurando hasta pasar de ser un escape para los concursantes hasta ser una herramienta morbosa más para la organización donde sacarle rédito para unos minutos televisivos.

  Para ello se valen de un ambiente adecuado, una suculenta cena y una atmósfera propicia que estimulen a los concursantes. Su degeneración no ha venido dada desde el propio supuesto de los concursantes que en teoría para su momento de intimidad solo necesitan de cuatro paredes, una cama y la ausencia de cámaras, sino del capricho de una organización que juega con un atrezo mucho más televisivamente preparado para dar contenido público de un acto que se supone estrictamente privado. La propia degeneración ha hecho mella en los propios concursantes con el tiempo que ya usan ese recurso para adulterar a veces el concurso utilizando herramientas para su propia estrategia. Se publicita y se le dota de una importancia tal que termina dopando un protagonismo “artificiado”usándolo para unos fines totalmente ajenos a su propia filosofía. Racanear unos minutos de gloria en base a cualquier mentira que pudiese beneficiarle en el propio concurso, para que lo entendamos mejor, todos sabemos que una suculenta cena con champán francés y bombones, una música adecuada y unos minutos de protagonismo absoluto añadido le debería apetecer a cualquiera, sean pareja locamente enamorada... o no.

  Nunca podré llegar a entender porqué Adara y Meri, por ejemplo no podrían disponer de esa hora sin cámaras, o Miguel y Alain, o que se yo, si al final lo peor que pueden hacer es atiborrarse a cenar y a beber... No lo sé, lo desconozco por completo, lo mismo son esas normas estrictas que se cuecen en Gran Hermano las que con su particular albedrío disponen a su antojo. Lo sucedido se nos escapa de las manos y estará siempre a merced del capricho de quienes “guian” ese supuesto momento íntimo. El jueves, lo mismo hasta tenemos suerte y salimos de dudas.

  Mientras tanto nos conformamos con especulaciones, comentarios o las pocas imágenes servidas que no hacen sino aumentar una leyenda de lo que pudo haber sido y jamás sabremos como fue. Deducimos, y digo bien, deducimos que el encuentro “íntimo” entre Bea y Rodri, a tenor por sus reacciones posteriores no pasó de ser un muy buena comilona y un fatídico final. Y lo dejo ahí porque no me interesa lo más mínimo. Me interesa más la motivación que llevó a ambos a usar esa hora sin cámaras y la posible distorsión de sus intenciones en el juego. La verdad o la mentira, la trastienda que se le supone a toda la parafernalia que desde primeras horas de la mañana mantuvo en alerta a todas las cámaras de la casa centrándose en ellos por ser su “primer mes” como pareja y que sería festejado por todo lo alto con esa “puta hora sin cámaras”, o también la utilización que de su papel como pareja pudiesen estar haciendo en un momento se supone como crucial, a las puertas de la final, y que tiene al menos desconcertado a mucha parte del público por lo falso, ventajoso y tramposo que pudiese tener oculto.

  Me interesa el resumen que nos emitirán el jueves por la noche durante la gala mucho más que la cara de mosqueo y frustración que anoche tenía Bea o el extraño acercamiento de Rodri hacia Adara rememorando los primeros días en la casa, me importa mucho más la verdad y la realidad que lo de ficción interesada pudiese ofertarnos la “pareja” en connivencia con el programa o con sus propias intenciones. Creo que tenemos el mismo derecho a “saber” de ellos, que ellos lo tienen de Adara...


22 de noviembre de 2016

PALABRAS MAYORES


  La frase del día la pronunció ayer Rodri.: “Adara ha llegado hasta aquí gracias a Pol...”. Este es el nivel. El veinticuatro está infumable, ver hacerse la graciosa a Simona o asistir a dos bromas de campamento durante la madrugada también nos podría servir de ejemplo de lo que es la actualidad y el punto hasta donde ha llegado la organización con sus guiones de parvulario. Alain duerme en la tienda de campaña, Meri llama a Adara porque Alain no le hace ni puto caso, entre las dos planean una broma, mientras Alain duerme, coge Adara y le tira de la manta, por supuesto despertando a Alain y consiguiendo que este se mosquee. Nivel 0. Miguel y Simona salen desde el comedor sin hacer ruido y pegándose a las paredes de la casa para que nadie los vea, en la tienda de campaña Alain duerme y Meri canturrea bajito, poco a poco entre risas van acercándose a la tienda de campaña, no quieren hacer ruido para sorprenderles, darles un susto o algo, avanzan sigilosamente para que nadie se entere, Adara que está en la cocina los observa haciendo el tonto, llegan justo detrás de la tienda, Meri oye un ruido y sale preguntando quién está ahí, plan fallido. Miguel y Simona rien, Alain se despierta. Nivel 0. Alain está hasta las narices porque no le dejan dormir. Adara se cabrea porque dice que Alain solo se mosquea cuando las bromas la hacen ellas, y cuando la broma es de Miguel y Simona no dice ni mu. Si, este es el nivel.

  Ahora, a ver si podemos hilvanar algo de Gran Hermano, porque ya ni el directo. Felicidades campeones, la próxima vez las pruebas las trabajáis desde el mismo libro gordo de Petete y no os calentéis mucho la cabeza. Total, si el premio solo son trescientos mil de nada... Ya en serio, alguien piensa que con estas cosas podría tomarse en serio alguien a Gran Hermano. Ni ellos mismos, que no me extrañaría que aún editasen el vídeo y todo o se estuvieran partiendo la caja de lo divertidos que son. Lo bueno que tiene GH es que podemos ignorarlos e intentar seguir nuestro propio camino, a veces es más desagradable eso de ir por otras vías pero por lo visto es la única manera que existe de preservar algo de lo mucho y bueno que tiene el programa porque si dependiese de ellos, en fin.

  Lo de las “tres famosas llamadas” no solo fue una metedura de pata de dimensiones incalculables, fijaos que con solo haber dado un uno por ciento de diferencia habrían tenido más credibilidad que con las tres putas llamadas, pero quisieron rizar tanto el rizo que no descarto que la maniobra les pudieran estallar en sus narices por querer pasarse de listos. Un programa empieza a morir cuando empieza a perder credibilidad, la edición el jueves pasado recibió hasta la extremaunción de manos de sus propios responsables. No fue el hecho de un mal y arriesgado cálculo, estamos ya muchos años curados de espanto, fue la forma de anunciar el preámbulo de la final, y no tuvieron una idea más brillante que con el argumento de quedar bien con los seguidores claristas montar una revolución que solo y únicamente les pudiera beneficiar a ellos aunque sea en detrimento de su propio programa. En mi tierra lo llamamos salvar su culo caiga quien caiga y le pese a quien le pese, en este caso toda la polémica recaerá sobre Gran Hermano. Seguro que muchos solo serán aves de paso...

  El mensaje subliminal no tiene desperdicio. Bajamos los humos a los adaristas que a partir de este momento no las tienen todas consigo, solo fueron tres putas llamadas. Los partidarios de Clara, forman un team conjunto “contra-Adara” que ya se encontraba bastante definido y lo aunamos con la fuerza emergente proBea, la gran tapada de la edición en cuya carpeta con Rodri ha depositado la organización todas sus esperanzas. Le quitamos presión a Adara, clara ganadora y pese a sus intentos la gran favorita, pero formamos el cisco y aumentamos la presión sobre Bea para polarizar toda la final. Gran Hermano es muy complejo, y a veces transcurre por derroteros poco naturales, dos frentes, pero no nos equivoquemos que la teoría a veces no se parece en nada a la realidad. Aunque los seguidores de la carpeta Bea-Rodri son bastante numerosos no serán tantos como aunándolos en un solo frente antiAdara, miguelistas, rodristas, claristas y beístas.

   La venganza, la rabia y el odio también forman parte de este universo tan complejo llamado Gran Hermano. Una forma de edulcorar la gran final sin un vencedor claro solo tiene un solo beneficiario, las arcas de Tele5. El todos contra Bárbara y Adara sigue a pleno rendimiento ahora ya fuera de la casa también y con el apoyo implícito de una organización que aprovechándose de toda coyuntura siempre le vendrá bien para lo suyo. Solo falta el atrezo del vodevil final, vamos a interponer a Miguel en el camino y a montarnos otra expulsión a cara de perro donde se puedan vislumbrar las verdaderas fuerzas, adaristas contra antiadaristas, el sorpasso a nadie ya va a sorprender y les ha quedado ya retratado pero unos porcentajes contundentes y nada clarificadores motivarían el voto de cara a la verdadera final, miedo contra esperanza, un clásico en toda final de GH que se precie.

  Miguel a partir de ahora subirá enteros, solo forma parte del decorado, estad atentos a su especial protagonismo durante las próximas horas ya que los demás están todos absolutamente descartados y solo servirán de pajes para la verdadera boda. Mientras todo esto sucede, poco a poco y de manera sibilina Bea irá tomando posiciones, hora sin cámaras y toda la parafernalia carpetera a su servicio incluidas. Los días de Adara en la casa se me antojan terribles porque va a recibir una presión añadida desde dentro y desde fuera que la va a hacer temblar, ya se está empezando a notar sobre todo desde fueran donde ya se ha iniciado una campaña anti-Adara en el que se intentan meter incluso a los familiares para aumentar toda esa presión que haga irradiar el espectáculo final previsto. Ojo a la auténtica batalla desproporcionada que se va a librar en las redes y al espectáculo bochornoso que está a punto de estallar. Solo es gasolina para dotar de un poco de emoción al delirante esperpento que hemos vivido durante la edición, una forma de salvar los muebles, leeremos epílogos significativos ya sabéis, una mala edición pero un final trepidante y cosas por el estilo. Todo parece perfectamente preparado para que empiece el espectáculo.

  Por lo pronto se guardan las fechas y el mecanismo de la final, solo están afinando. Mientras, la casa languidece, no ocurre lo mismo fuera donde los posicionamientos se están radicalizando por momentos. Bea no le llega a Naiala ni a la suela de sus zapatos. La brasileña formó parte en un principio del bando malo, el naranja, después se cambió de bando y se pasó al “bueno”, los azules, para terminar la edición en tierra de nadie a caballo entre los malos y los buenos, entre naranjas y azules, su falta de posicionamiento tuvo recompensa, la España de entonces incluida la organización no podía tolerar un comportamiento tan radical y libre en un escaparate como la televisión, en el bando azul ninguno merecía la pena eran unos concursantes malísimos pero nunca jamás se podría premiar un comportamiento tan libertino y que tantas suspicacias habían levantado, la moral triunfó sobre Gran Hermano y se le dio el premio a una concursante que no generase tanta controversia, los naranjas lograron meter a dos finalistas de cuatro, los azules buenos a uno y ganó Naiala, la correcta, que al final fue aplaudida por todos. 

  Bea la sin tierra, la dócil y graciosa Bea, la que está viviendo su historia de amor, la que un día está en un sitio y al siguiente en el otro, la que “supuestamente” se lleva con todos, la que ya fue expulsada por la audiencia ha sido la elegida por la organización para enfrentarse a Adara, la elegida por Gran Hermano. Palabras mayores.




21 de noviembre de 2016

TABLADO DE MARIONETAS


   Dos meses y medio después aún pensaba Bea ayer que la expulsión de esta semana estaba entre Meri y Adara y que Simona no tenía ninguna posibilidad de salir. Este es el nivel. Pero es que un día antes la misma reconocía que la favorita para ganar era la misma Adara. Lo suele decir con la boca más bien pequeña a tenor de su comportamiento. Creo que tienen muchas esperanzas depositadas en su carpeta, ella misma sabe y así lo ha reconocido que su expulsión le dejó bastante tocada y desubicada, aún así su estrategia conjunta con Rodri parece encaminada a darle la vuelta a la tortilla, no pierden la oportunidad de dejar en evidencia a Adara en cuanto pueden y exageran su relación hasta la saciedad. Anoche ya estaban planeando la famosa hora sin cámaras que no tardará mucho en salir. Los poco concursantes que quedan en la casa y el nulo contenido que dan de sí las tramas hacen que de nuevo el protagonismo de las carpetas tome vida por parte de la organización. El debate de anoche estuvo centrado en su mayor parte en las relaciones Meri-Alain y Bea-Rodri, el resto solo nos sirvió para confirmar el incipiente reventamiento de una Clara bastante pasada de rosca y que sigue la misma estela de Fernando en su nula asunción de la más mínima autocrítica.

   La actualidad de la casa es un remix repetitivo de los problemas de Meri con Alain con o sin Simona y de la sobreactuación de la “pareja de moda” Bea y Rodri, sin olvidarnos nunca del recurrente recurso Adara muy en boca de todos. Durante este fin de semana tomó la decisión de declararse en huelga de tareas. Una opción muy Gran Hermano y que no siempre se está dispuesto a asumir. He de reconocer que pocas veces he visto a Adara hacer las tareas de la casa, no digo que no las haga, digo que esas cosas suelen ser poco televisivas para mostrarlas en el directo la mayoría de las veces y se prefiere hacer visible otro tipo de actuaciones, al tiempo que digo que al igual que a Adara, tampoco he visto mucho a Rodri, a Miguel o a Alain en dichas tareas. Empiezo a pensar que el recurso Adara para muchos concursantes está dejando de ser una estrategia de desgaste para empezar a ser una auténtica obsesión. Las tareas domésticas siempre ha sido una excusa de lo más pobre para perdedores, apelar a la convivencia para tratar de eliminar a un rival o ser objeto de nominación semana tras semana es conocer muy poco la filosofía del formato y a la propia audiencia y dice mucho de la nula inteligencia concursal de quienes siempre recurren a ella.

   Sin embargo, es curioso, que esos mismos que siempre están apelando a la perfecta convivencia y la armonía de todos no le duelan prendas a la hora de montar una “sorpresa” radiada pastelosa y cursi donde hacernos ver la autenticidad de su amor y la sinceridad de sus acciones, ofreciéndonos todo un catálogo de buenas intenciones en voz bastante alta y mirando a cámara para que no se nos olvide detalle. Pasamos por alto la dosis diaria de culto al cuerpo y sobreexposiciones al sol que por lo visto sí que suelen ser oro puro para toda convivencia que se precie. Curioso también que se nos muestren las escenas editadas de cierta relación y se nos nieguen las broncas íntimas de la misma que también forman parte por lo visto de toda rutina diaria. Anoche mientras nos saturaban de videos de Bea y Rodri y nos restregaban su “hamor verdadero” estaban ambos discutiendo en pleno directo. Curioso.

   Lo de Meri y Alain sinceramente me agota, no se puede pretender otorgarle un protagonismo inusual a quienes llevan casi dos meses metidos en un bucle sin sentido de tira y afloja apelando a la falta que se hacen entre sí dentro de la casa, con amores por un lado y malentendidos por otro según donde sople el viento, anoche me resultó curioso y un poco ridículo también, todo hay que decirlo, las escenitas de la pareja jugando a tirarse colorante en la ropa como dos adolescentes enchochados con ganas de hacer vídeo. Y curiosa también me resultó la desbordante simpatía mostrada por Alain con Meritxell y el buen rollo en contraposición a la mismísima noche anterior, eso si, una vez le fueron comunicados los porcentajes oficiales. Lo de Meritxell fue para nota, una hora reloj en mano, empapada y quejándose de como la había puesto Alain sin parar de reirse, de mosquearse, de decírselo a todos, de procurar que la viésemos, de quejarse de como la habían puesto, de como estaba... e incapaz de irse un minuto al cuarto de baño abrir un grifo y limpiarse solo un poquito. En fin, la meritocracia a veces suele ser confundida con la videocracia. O lo mismo lo que pretendía es darnos a entender lo bien que se llevan los dos, que lo de ellos es verdadero y puro y que son una pareja muy muy a tenerlos en cuenta.
 
 Mientras tanto Miguel a su rollo. Terminará la edición y jamás logrará comprender a Adara. No se lo explica. Como no se explica que no puedan llevarse todos bien. Un ejemplo, esta noche habrá alegatos dice, me voy a posicionar detrás de Adara y le voy a decir todo lo que pienso de ella de una vez. Se liará, dice Rodri. No, si las cosas se dicen bien dichas, no, le contesta Miguel. Por supuesto, se lió. Luego no entendía porqué, cuando él las cosas siempre las dice bien dichas. Ah, que dice Miguel que Adara tiene una fijación con él que no se lo explica... Y así todo. Simona parece desactivada por momentos, aparece y desaparece como si hubiese tomado conciencia de su delicada situación, Meri y Adara la mantienen a raya y el abrigo de su “grupo” parece no ser muy sólido que digamos, sola ente el peligro u otro error de comunicación.

  Parece que la telenovela va llegando a su fin, por lo pronto no han abierto la boca, estarán ajustando fechas y pronto tendremos noticias. Es fijo que se va Simona y no sabremos si querrán alargar un poco más a la espera de otro enfrentamiento contra Adara para tensar un poco más la cuerda, Miguel o Rodri serían buenos candidatos para dejar libre el camino a Bea y polarizar la final. A cuatro o a seis, lo estarán deliberando. Una final sin emoción. Jorge Javier dijo el sábado que está muy orgulloso de ser él mismo, como él mismo su participación está siendo brillante, si alguien esperaba que fuese Mercedes se equivocaba. Nunca nadie lo pretendió. La cosa no va con él en realidad, sino todo lo que él representa. Teniendo en cuenta eso, para mucha gente solo dijo que había dejado a GH como un solar. Pues mira... ahí estuvo fino. A muchos nos lo obligaron leer, solo eran tres farsas que preparaban el camino hacia el esperpento, género literario basado en la deformación de la realidad acentuando sus rasgos grotescos y ridículos.


18 de noviembre de 2016

LAS TRES PUTAS LLAMADAS.


   Podríamos hablar de la gala, de las tres putas llamadas, del presentador, del club y las nominaciones o de la expulsión y la entrevista de Clara. Tenemos donde elegir, pero hoy es de esas noches que no te apetece hablar de eso. Ya sé que suele ser lo que toca y al final terminaré en ello. Son las cuatro de la mañana y acabo de apagar el veinticuatro horas, no me apetecía seguir viéndolo, tengo un mal sabor de boca, no sé, la gala me ha dejado en off como sin ganas, no sabría definirlo, decepción tal vez, pero es que es una palabra a la que últimamente me he acostumbrado viendo las galas, quizás impotencia, o pereza, desmotivación. No sabría decir. ¿Sabéis lo que de verdad más rabia me da? Que seguramente mañana, cuando me levante de este maldito sillón de hospital que parece que los fabrican para no dejarte descansar y obligarte a coger el ordenador, o un libro, o deambular entre el mando de la tele donde no echan más que ruletas, casinos o teletiendas y la terraza para fumarte un cigarrillo bajo la atenta mirada de la luna y con un frio de par de narices...

   ...leeré una “jartá” de sandeces de unos cuántos hipócritas dando por divertida la gala, echándose las manos a su incrédula y aún sorprendida cabeza por las tres putas llamadas, la extraordinaria entrevista que el maravilloso presentador le hizo a la fantástica Clara, si, una entrevista como hacía años que no disfrutábamos, unas emocionantes nominaciones para rematar con el clásico “estar viviendo la mejor edición de los últimos años...”. Y no solo eso, luego se pasará alguno por aquí a preguntarme que si tan mal la veo porqué escribo sobre ella, o porqué la sigo, o porqué no apago la tele, que todo estaba siendo tan interesante que nunca me terminarían de comprender. Pues no lo sé, pero creo que en esta edición yo al menos no me voy a llevar el perrito piloto...

  Me decepcionó Clara. Mucho. Ayer por la mañana hablé de ella y expuse unas cuántas razones por las cuales pensaba que debiera salir. Por la noche me encontré a una Clara totalmente distinta. Envalentonada y pasota, atrevida y vengativa, irónica y dolida, tocada, arrogante y confundida. Al principio resignada con su destino, incrédula y temerosa pero esperanzada, pero cuando el presentador empezó a darnos la tabarra con los porcentajes de una manera inmisericorde y cansina, a ella se le empezaban a encender las lucecitas y conforme iba acercando los números y se los iba comunicando Clara empezaba a crecer, a hincharse hasta explotar, desde un inicio humilde hasta una matona de tres cuartos de kilo, desafiante y justiciera. Y sobrada. Tanto como que ya ella sabía de sobra que iba a salir. Empezó a cargar las tintas contra su propio destino para terminar sentenciando que “Adara le había ganado por su victimismo, y eso vende mucho...”. Le faltó llamarnos imbéciles pero se lo perdonamos por lo delicado del momento.

  Se fue Clara en un momento histórico para Gran Hermano y según su presentador por lo nunca visto en un concurso y gracias a él, en tono irónico por tres putas llamadas. A ver. Tres llamadas. ¿ De cuántas? ¿cien mil? ¿doscientas mil? o como decía Guillermo ¿de cuatro?. Por favor. Ya no se trata de que sean unos incompetentes preparando un programa que tienen todo un año para preparar, sino que resultan patéticos y hasta ridículos intentando darnos a entender que bueno, se ha ido Clara, pero como era tan buena concursante solo se ha ido por la mínima, que todo ha estado igualado, ¿qué digo igualado? Empatado, vamos, que igual que se ha ido una se podía haber ido la otra... Y eso para que sus seguidores al menos no se lleven tan mal sabor de boca, que casi lo consiguen. Se puede ser incapaz, inepto, ignorante, torpe, inútil, ineficaz y luego después de eso aún se puede ser imbécil, memo y mentecato quien ha diseñado la genial idea; Hubiese sido mucho más sencillo y eficaz llamarnos directamente gilipollas. En fin, si es que ni merece la pena dedicarles un párrafo más. Qué pena están dando...

  Y luego llegamos a la mejor, a la sobresaliente, a la esperada entrevista a una de las favoritas a ganar la edición. Un momento para lucirse y haberse reconciliado aunque sea mínimamente con Gran Hermano. Bueno, pues si Jorge Javier por alguna causa extraña hubiese decidido elegir la peor y menos productiva entrevista a un concursante interesante de entrevistar, lo habría hecho anoche y habría elegido a Clara. No ha existido otro concurso para ella que sus arrumacos con Fernando debajo del edredón y si tenía algún secreto que confesar sobre el tema, porque claro, a Jorge Javier Vázquez se lo iba a contar anoche por su bonita cara y su capacidad de persuasión. 

  Ni el gran grupo, ni Adara, ni Bárbara, ni su estrategia o sus polémicos enfrentamientos, nada de eso existió de su paso por el concurso, solo Fernando y lo que sucedió o no debajo del edredón. Y luego, por si faltaba poco y tenía que parir la “güela” llegó Fernando, y entre los dos se enzarzaron en una bronca que daba pena verla, a Clara digo, en su momento, en su entrevista, en su noche... ¿Sabéis qué? Que creo que Jorge Javier Vázquez no va a presentar el próximo año Gran Hermano. Anoche lo dejó meridiano, no vale. Ni ha valido ni valdrá, y cada jueves que pasa él mismo se encarga de recordarlo. Le ha venido grande no, lo siguiente, y el desprestigio que lleva acumulado desde que decidió presentarlo ya creo que ha cubierto el cupo con creces. Otra pena.

   Y ya, para tomarnos un respiro entre tanta incongruencia y extraordinaria estupidez llegamos por fin no sin antes tragarnos por supuesto la retahíla de vídeos empalagosos de esos proyectos de pareja a lo que viene a ser nuestro Gran Hermano, las nominaciones. Y aquí, con la iglesia hemos topado. Se fue Clara y solo queda Adara, pero por si alguien no se lo cree y se hace ilusiones con Bea, la mayor estafadora de lealtades e hipócrita que haya pisado jamás Guadalix, eso si, con su tontuna a cuestas de choni enamorada que dicen resulta muy graciosa que se vaya preparando para un espejismo de final porque a la “sustituta” aquellos que la acogieron en sus brazos y en quienes ella confió, la sentenciaron anoche.

   Y como llevamos diciendo semanas y semanas ya, después de eso, lo único que queda es la nada más absoluta. Y para rizar el rizo del esperpento más absoluto aún, creyéndose ellos mismos los reyes del mambo, intocables y hasta favoritos. Lo juro. Creo que ya pronto empezaremos a votar en positivo. Muy pronto. Van a aupar a Bea para disimular un poco y no dar la sensación de final amortizada, pero no importa, solo son visiones negativas de uno que solo está un poco decepcionado con esta edición y no hay que hacerle mucho caso: está siendo buenísima y emocionantísima, la gala de anoche fue de las mejores en mucho tiempo, la entrevista sensacional y el presentador brillante, pero lo mejor de todo, la genialidad de las tres putas llamadas... ¿que no? Leed, leed. 


17 de noviembre de 2016

UN CLAVO ARDIENDO EN GH


   No por mucho repetirlo dejará de estar actualizado. O Clara o Adara, no hay más. Y esto ha sido así desde el fatídico día que abandonó Bárbara el concurso. Hoy creo que no es día para hablar de los tejemanejes de la organización, de la prostitución del programa o de la fraudulenta sustituta. Ellos intentarán volver a hacer de las suyas esta noche, se inventaran un “sorpasazo” de los que nos tienen acostumbrados para jugar con los nervios de la gente y hacerse los interesantes, para recaudar o para subir unas miserables décimas de share, mañana muchos hablarán de tongo y Jorge Javier se pondrá a prueba con una entrevista de altura donde podrá demostrar aquello que hasta ahora no ha demostrado. Nos regalarán los oídos con lo maravillosa que ha sido la edición y lo interesantísima que se presenta la recta final. Todo en regla. Excepto una cosa.

   A poca gente le importan los demás, ni las carpetas con que nos deleitarán ni los celos con que especularán, ni Simona ni limoná, ni Alain ni Rodrigo, ni Bea ni Meritxell, ni Miguel, seguramente volveremos al absurdo con las pamplinas y operetas de estos que siempre les vendrá bien para rellenar o justificar. Como diría hoy más que nunca un irrepetible Labordeta: “... a la mierda!!!”. Gran Hermano pasa de Gran Hermano y se queda con su Gran Hermano. Como cada año, fuera mamandurrias y nos quedamos con lo nuestro, ellos que se la cojan con papel de fumar si quieren para lo suyo si les viene bien, que les pregunten a sus colaboradores o que le rasquen a los familiares para que aplaudan o abucheen, que bailen los porcentajes o se metan sus bolas de pacotilla y su club por donde les quepa. Que les den...

  Hoy nosotros tendremos nuestro Gran Hermano paralelo, o Clara o Adara, y no hay más. Y esto es así porque a pesar de todo siempre seguiremos siendo así y nunca nos podrán cambiar. No voy a exagerar con dos concursantes que no lo han sido todo, mentiríamos, ni siquiera han sido especiales, ni contundentes, ni carismáticas, posiblemente disfrutemos esta noche con un duelo entre dos concursantes pésimas, repetitivas hasta morir, burdas, zafias y vulgares, prototipo espejo de lo que han querido convertir a Gran Hermano y toda la basura que rodea a quienes lo dirigen. Dos concursantes a quienes nunca imitar, de esas que apetece echar a las primeras de cambio sin clase ni finura, sin contemplaciones. Es curioso.

  Y sin embargo escribo mientras lo pienso. El agarrarme a un clavo ardiendo, y no hay más. ¿Otros? ¿Qué me estás contando?. Si serán malas que esta noche todos echaremos el resto entre una y otra, lejos quedó atrás aquello tan manido de lo malo lo mejor, o lo peor, no lo sé, todos llevamos dentro a ese Gran Hermano que todos conocimos y hoy toca sacarlo hacia fuera, ¿Porqué? Nadie lo sabrá nunca, nos lo pide el cuerpo y lo mismo agarrarse a un clavo ardiendo significa eso exactamente, defender a aquella de las dos que aunque no te apasione ni quieras ser como ella, aunque no te emocione ni te inmute, algo te dice que debes hacerlo, algo dentro te empuja a ser consecuente, si, quizás con la voz baja, a lo mejor con un poco de vergüenza o qué se yo. Pero Gran Hermano te tira, y tirará de ti hacia una sola de ellas, o hacia Adara o hacia Clara. Ya nos inventaremos cualquier cosa, desde la justicia poética a la rabia contenida hacia la otra, desde la rivalidad hasta la cabezonería, desde el acierto hasta el rubor, desde la venganza hasta el odio de no soportarla, un buen plato frio de incongruencias que ni siquiera sabemos de donde nos vienen ni porqué. Es igual, ya nos inventaremos algo, aunque sea la mismísima lógica o el sentido común que te pida el cuerpo.

  Y es que el resto no ha existido. Ni el Gran Hermano de los payasos y las frivolidades, de la basura y estercolero, ni las carpetas ni las repescas, ni los inventos ni los montajes. Gran Hermano renace a veces de sus cenizas, esas con que quieren ocultarlo. No sé si será justicia o tal vez concurso, verdad o mentira, autenticidad o falsedad, no sé lo que será aquello que nos llama un día como hoy a posicionarnos entre una idea u otra, entre una forma de concursar, de vivir, entre una forma de pensar u otra... entre una u otra. Tal vez el recuerdo a Bárbara, o a Fer. Dos métodos. Dos formas de vivirlo.

  Clara lo ha tenido fácil. Y aún así no ha sabido disfrutarlo. La observo ahora en el directo y me preocupa, noto una cierta amargura en su rostro como si las cosas no le hubieran salido como ella quería, la noto tensa, permanentemente en estado de alerta y susceptible por cualquier cosa, como rabiosa, no sé si es el miedo a perder la que la convierte en una concursante tan triste y taciturna, como si sintiera que no tiene el control o algo se le escapara. Ella es inteligente, es guerrera, valiente, muy segura de sí misma y presiento como que en algún momento no se sintiera cómoda con ella misma, como si no estuviese siendo ella la que está concursando, quizás lo que nunca le ha pasado en la vida le ha ocurrido dentro de la casa, dejarse influir, confiar. Y quizás se haya dado cuenta de que ha elegido un mal momento para hacerlo, no ahora. Y se ha dado cuenta de sus errores, tarde, cuando ya no hay marcha atrás. Como si se estuviese lamentando de haber hecho cosas que no debía y estuviese arrepentida. A veces tiene “arreones”, impulsos, golpes como de querer reconducirse y volver a controlar una situación que se le ha escapado de las manos, o se la han quitado, pero creo que la tiene atemorizada, como insegura.

  Creo que en el fondo se siente perdedora, como si le hubiesen secuestrado el caramelito de su convivencia, no sé si su relación con Fer la dejó bastante tocada y no ha sabido recuperarse o se equivocó de estrategia y se ha dado cuenta tarde, está sola contra el mundo aunque no lo parezca, se siente rodeada de gente que la apoya, que la anima y dice estar con ella y sin embargo ella se siente sola, como incomprendida. Sus latigazos con Adara solo son bombas de escape que necesita expulsar para sacar toda su rabia contenida, su frustración. Necesita por momentos foguearse y darse alguna opción de reivindicarse ella misma, entrando en una espiral como de autodestrucción personal, lo hace, grita, discute y se vuelve a encerrar en sí misma. Y parece que incluso con más mala leche todavía.

  Creo que se equivocó de estrategia desde el primer día. La influencia de Fernando no le sentó nada bien y la obligó a equivocarse con Gran Hermano. Nosotros no queremos disciplina, ni que nadie se abone a la “buena convivencia” y que se desvivan por los demás, ni que se conviertan en madres o hermanos mayores, ni que sean pulcras y rectas, adalides de la buena educación y la perfecta armonía, ni sufridas cocineras que velan por todos los demás desde que se levantan hasta que se acuestan ni nada de eso, y por supuesto, en ningún manual de Gran Hermano está escrito que tengan por obligación que llevarse bien con todo el mundo. ¿Pero qué invento es este...? No, Gran Hermano no quiere eso. Gran Hermano quiere que sean felices, que se diviertan, se lo pasen bien cada uno de la forma que crea, que discutan, que sean naturales y no contenidos, que si tienen que dar un grito que lo den, si se tienen que enamorar de la persona equivocada que lo haga, que si no les apetece hacer una prueba y pasar hambre que lo pasen, no pasa nada. Disfrutar. Porque así nos harán disfrutar a nosotros. Clara no ha disfrutado.

  Adara sí. Y lo ha hecho a su manera. ¿Equivocándose? Pues equivocándose. No le han temblado las manos a la hora de equivocarse. ¿Peleándose?. Pues peleándose. Enfrentándose a la mayoría de la casa, robando comida, riéndose con tontadas de adolescente, repitiendo hasta la saciedad y hasta hacernos temblar los tímpanos con sus famosas “falsas” y “sinvergüenzas”, diciendo lo que piensa y no guardándose nada, besando asquerosamente a Pol o planeando llegar juntas a la final con Bárbara... Si es que para divertirse tampoco hace falta tanto, veo mucho más peligroso para pasarlo bien planificar una correcta convivencia que ponerse a robar un donut de chocolate aunque al día siguiente te tachen de ladrona o de mala compañera. El cielo está repleto de concursantes con buenísimas intenciones.

  Adara está siendo una digna sucesora de Bárbara para el premio final. Consecuente desde el primer minuto con sus errores y sus taras no ha querido ir de nadie, independiente hasta el hartazgo, segura de lo que hacía en cada momento, bravucona y peleona, sin pelos en la lengua ni desvergüenza a la hora de templar gaitas con los “justos” a los que ella denominaba “malapersonas”. Ha vivido y sufrido como ha querido, ha amado/hamado como le ha dado la real gana, ha discutido si lo ha creido conveniente... y si no también, jamás ha comulgado con ruedas de molinos en nombre de ninguna convivencia, su convivencia era Bárbara, su entretenimiento era Pol y su soledad el precio de su libertad.

  Ha llorado cuando le ha salido y ha reído cuando le ha apetecido, ha dormido y se ha divertido, ha robado comida y también ha pasado hambre, ha sentido la ojeriza y la animadversión de casi todos sin importarle lo más mínimo. Ha sido acusada hasta del aire que respiraba, maltratada psicológicamente y hasta la han convertido en loca, la han traicionado, le han mentido, ha sufrido hasta el desprecio de su propia pareja, y aún así, ha seguido luchando. Adara se ha bebido el concurso a su manera sin importarle nada ni nadie. Si la tenían que nominar no ha montado ningún trauma, si la tenían que echar que la hubiesen echado, no le tenía miedo a salir, ni a perder, ni a estar sola. Adara ha ido a vivir.

  Sé que a muchos no le gustan sus formas ni muchas de sus actitudes, sus salidas de tiesto ni sus infantilismos, concursantes capaces de soportar el asedio, la ira y el desprecio de absolutamente todos sus compañeros en Gran Hermano han habido muy pocos, en esta edición hemos tenido dos, una ya no está...

la otra es Adara.