EL SILENCIO DE UN SEGUNDO

   Las luces bajan su intensidad mientras aparece Jorge Javier en el plasma con un sobre en la mano. ¿Estáis nerviosos? Les pregunta. Alain en el centro cogiendo de una mano a Meritxell y de la otra a Adara que resopla nerviosamente. “Atacados” dice Meritxell para continuar de carrerilla “no te lo imaginas, hazlo rápido que ya no lo puedo soportar, mira, me va a dar un ataque, tengo el corazón a mil por hora es que se pasa muy mal, muy mal, venga por favor, por favor...”; El presentador la interrumpe “ya nos hemos enterado Meritxell...”. ¿Alain? Se dirige al francés, “un poco” responde éste. ¿Y tú Adara?. La madrileña resopla y emite un escueto “si”, y vuelve a resoplar. “Venga, pues no os hacemos esperar más, vamos allá...”. 

  Se produce un intenso silencio, ellos miran fijamente al plasma aunque alguno intenta bajar la mirada. Algunos espectadores dejan por un momento el portátil y fijan su absoluta atención en la televisión por un momento mientras se escucha de fondo esa siniestra melodía que antecede al fatídico momento. La cámara los enfoca a los tres. Están serios. Para ellos es como si el mundo se detuviese por un instante. Un segundo para darse los últimos ánimos, sus manos se aprietan... De pronto emerge por encima de la música una sonora y estridente voz. La cámara le enfoca a él, que se coloca el papelito blanco extraído del sobre frente a sus ojos mientras reparte su mirada entre nosotros y él... La cámara nos lleva a la sala de expulsiones donde vemos un silencio sepulcral y tres miradas perdidas.

 «La audiencia....». Se oye la voz firme del presentador mientras la cámara los enfoca ahora a los tres mirando hacia el suelo. Son unas décimas de segundo interminables, la sintonía ha bajado su intensidad y todos nuestros ojos se clavan en la pantalla de casa, los oídos se extreman, todo parece paralizado.

 «... ha decidido... que debe abandonar la casa...». Un nuevo silencio aún más angustioso que antes interrumpe nuestra espera, la música sube un poco de intensidad, la espera se alarga por unas interminables décimas de segundo. Jorge Javier, calla. Coge aire. Los nominados cierran los ojos y nosotros empezamos a repetir interiormente uno de los nombres, Adara.., Adara... Alain... Alain... esperando oír por fin de boca del presentador el mismo nombre que estamos repitiendo...

 Alain salta como un resorte del banco, sonríe nerviosamente mientras repite: “no pasa nada...” no pasa nada...”. Meritxell se echa las manos a la cara “noo, noo, no puede ser, lo siento lo siento...”. Adara permanece callada sin poder articular palabra, sus dos manos en la cara mientras abre la boca de forma sorprendida. Se levanta por fin y espera a que termine el abrazo prolongado de Meri que no suelta a Alain y no deja de besarle la mejilla mientras repite “lo siento lo siento...”. Por fin, Adara le da un abrazo y le dice “lo siento mucho...”. Alain está nervioso, no sabe qué hacer, le vuelve a abrazar Meritxell “te quiero te quiero...” Alain intenta zafarse...

  Meritxell se queda inmóvil, los ojos enormes, las dos manos sobre su cara, mira a Adara, mira a Alain, se levanta a abrazar a Alain que se ha quedado boquiabierto sin cesar de pronunciar “lo sabía lo sabía sabía que me iba lo sabía...”. Adara se le acerca y la abraza “no me lo puedo creer tia, no puede ser...” “lo sabia te lo dije te lo dije...”. Por fin reacciona Alain, la abraza sin articular palabra, “lo sabía” le insiste Meri mientras él lanza un escueto “no puede ser...”. Frio, pero relajado después del trance, no sabe que decir, ni que hacer, no sabe como despedirse de ella...

  Adara sonríe nerviosamente al escuchar su nombre. Sorprendida. Inmóvil. Muda. Meritxell y Alain no se lo creen, no reaccionan, el silencio de un segundo interminable. “Bueno, pues ya está...” alcanza a decir una paralizada Adara, “no no, tia no, no puede ser, no, no” salta Meritxell hacia ella y se abrazan fuertemente “no puede ser, no puede ser...” Un extraño “lo sabia” sale escuetamente de sus labios, mientras se besan ininterumpidamente. Alain espera sorprendido en un segundo plano con las manos en los bolsillos mirando al suelo, Meri insiste “no puede ser no puede ser” “no seas boba...” le espeta una ahora más entera Adara. Por fín Alain se le acerca, la abraza, un lo siento mucho, suerte les dice...

  El impacto es tremendo. A mucha gente le cuesta reaccionar, cuando lo hace no sabe como, ni lo que pensar, es injusto, no puede ser, tongo, se lo han cargado serán las frases que más se repitan mientras otra parte grita de alegría, sí, sí, si, si... Jorge Javier traga saliva, nos dice que el plató se venía abajo y que ahora veríamos las reacciones de los exconcursantes y familiares. Los salvados vuelven a la casa mientras la cámara nos muestra la soledad de una Adara en estado de shock, pero firme. Pensativa. Muy pensativa. Y triste. Muy triste.

¿Os imagináis...?

 Yo no.