Ha sido una edición pobre de emociones y yo soy mucho de
ello. Nadie ha conseguido atraparme hasta el punto de oír el nombre de la
ganadora y sentir como un punzón en el corazón … para bien porque habría ganado la mía o para
mal porque hubiese perdido. No,
reconozco que no fue así. Creo que el Gran Hermano que a mi me gusta lo tengo
un poco idealizado, quizás se haya ido
difuminando con el paso de los años y yo que me considero una persona fiel y
persistente aún lo espero año tras año con la misma ilusión que el primer día deseando que de nuevo volviese a
aparecer. Me enredo me enredo y al final me paso tres meses aquí disfrutando
con vosotros sobre lo que algún día me llenaba mis días de pasión, de
emociones, de enganche total hasta la locura, recuerdo aquellos días en que ni
comía por llegar a casa y lanzarme corriendo al ordenador a ver si había pasado
algo especial. Ahora lo intento, quiero que vuelva a ser así, pero no lo
consigo.
Muchos a estas alturas ya los imagino pensando, claro como
no ha ganado su favorita se le ve así de reventado y por eso escribe de esta
forma tan desanimada. Pues sí, lo mismo quien piense así tenga razón, pero no,
no es porque haya ganado Paula o no haya ganado Alejandra como me hubiese
gustado. No es eso. Es más, al final viendo algunas cosas he empezado a ver a
Paula en los ojos de todos claro con bastante más simpatía de lo que imaginaba.
Seguramente estas últimas semanas en que la he visto a ella sola sin la
protección de nadie y sin la obligación de tener que demostrar lo que ella
misma había dicho en su vídeo de presentación, “me gusta llamar la atención”. Sin esa necesidad imperiosa ya empezaba a
verla como una persona mucho más normal. Ganó ella, ganó Paula. Y desde aquí la
felicito como felicito a todos sus seguidores, especialmente los que desde aquí
creyeron en ella desde el primer minuto y tanto la han defendido. También felicito
a los míos, a los que hemos perdido, porque a pesar de todo sigo pensando que
nunca nos equivocamos en elegirla a ella.
Siempre cuando habíamos pensado que Gran Hermano no podría
hacerlo peor va y lo supera, y encima el día de la gran gala final. La gran
fiesta, el gran día que tenía que haber sido un homenaje para las tres
finalistas, una noche de agradecimiento por los noventa días que nos han dado,
un premio, un día de alegría y de felicidad para los seguidores de la ganadora
van y lo convierten con toda la mala leche del mundo en una noche de vendettas,
de odios y recelos, de aclarar cuentas pendientes, venganzas y ensalzamiento de
egos, de devolver favores a los amigos pelotas para quedar bien y de sembrar dudas
sobre todo y sobre todos. Ese es el verdadero problema de Gran Hermano, querer
convertirlo en lo que no es y empeñarse en ello hasta las últimas
consecuencias. Muchas cosas han de
cambiar, empezando por la actitud de una presentadora, imagen visible del
programa, que debería inyectarse un poco más de humildad si de verdad quiere
seguir presentándolo y prescindir de una buena dosis de su soberbia y
arrogancia, porque no solo es la actitud lo que provoca un rechazo evidente, es su propia imagen, esa pose de altanería y
querer parecer que siempre está por encima del bien y del mal pasando por
encima de lo que en otros tiempos siempre habían sido sus niños. Diciéndole a
las familias, a los concursantes, al público en general lo que tienen o no tienen que decir, como
tienen que pensar o lo que tienen que
hacer, cuando empiezas así empiezas a enseñar todas las costuras de tu propia
decadencia y te subrogas el propio programa a tus espaldas uniendo los
destinos.
Anoche sucedieron cosas muy extrañas, a lo mejor son
tonterías. Fue una gala rara desde el principio, no sé, hablo por mí, intuía en
el ambiente un tufillo de mal rollo increíble, un divorcio evidente entre lo de
dentro, lo de más dentro y lo de fuera. Se palpaba en el ambiente y al final,
como no tenía que ser de otra manera todo salió a la luz. Este es un blog muy humilde, apenas se
publicita y solo lo mantenemos para divertirnos y pasar unos ratos agradables,
pero nunca me pude llegar a imaginar que el simple título de una entrada
tuviese que obligar a la presentadora a hacer un verdadero y titánico esfuerzo durante toda la noche para no dejarla
al descubierto y en evidencia, aunque
fuese a costa de ningunear el trabajo de todas aquellas personas que como
bien se apresuró a recalcar habían estado trabajando día y noche para que todo
saliese bien. Actitudes como esa no solo
son ridículas y patéticas sino que dejan en muy mal lugar a aquellos que sí que
se desviven por el programa, y que como es normal estén de la señora y sus tonterías
hasta los mismísimos.
Cuando llevábamos unos pocos días de edición, todos nos
dimos cuenta de que algo no iba bien y no estaba saliendo como estaba previsto.
Se encendieron todas las alarmas, quizás el casting no había salido como
imaginábamos o algunos objetivos podrían estar en peligro. La solución fue
drástica, había que fabricar un ganador a la medida del programa y poco a poco
fue emergiendo la figura de Paula ganadora de Gh15. Había que romper las normas
y tras su agotador flirteo con Omar se empezó a construir sobre ella los
cimientos de lo que sería el peso de toda la edición, se mete a Lucía, se
ensalzan las lágrimas y se acentúa una personalidad distinta sobre la que podamos
arremeter y buscar el efecto acción-reacción, poco a poco Paula va creciendo a
la velocidad que crecen sus tramas, aumenta la duración de sus videos y se
radicalizan sus gestos, no puede pasar desapercibida. Hay que buscar el antídoto y se potencia la
imagen negativa de Omar para crear displicencia y rival, encauzar el argumento
mientras se busca o aparece el verdadero príncipe azul que nos realce su lado
encantador y entrañable. La red ya está tejida y solo es cuestión de tiempo.
Luis cae en las garras y todo se desarrolla a las mil maravillas. Fin del argumento.
Muchos nos hemos rebelado ante lo imposible y hemos adoptado
a Alejandra como la concursante capaz de derribar un muro de hormigón armado,
hemos luchado con la única arma de la naturalidad, la esencia de aquello que
siempre fue, la convivencia, el buen rollo, el valor y la verdad. Pero ahora,
eso no es suficiente. Paula ha sido al espectáculo como Gran Hermano ha sido a
Paula. Se ha buscado desesperadamente el espectáculo y todos excepto ella se
negaron a actuar. La televisión es espectáculo o muerte, o era Paula o el
abismo y volver a negro. Paula, sin lugar a dudas nos ha dado espectáculo. Ha
arriesgado, ha asumido su papel y lo ha desarrollado a la perfección. Sin duda,
es una merecida ganadora. Lo que la gente ha pedido se le ha dado. Lo que
algunos pedimos, nos está costando mucho encontrarlo, es más difícil. No por lo
que es, sino por lo que se le ha pedido, Paula nos lo ha dado.
203 comentarios:
«El más antiguo ‹Más antiguo 201 – 203 de 203Michael
Por qué por qué lo has borrado. Estaba deseando leer tus opiniones como siempre. Yo también soy de las han tenido dañadito el corazón desde el jueves. Espero que se te vaya pasando como a muchos de nosotros y verte aquí dandonos tan buenos ratos. Pasar buenas fiestas y un abrazo para tesqui y para ti. Ha sido un gran placer conoceros.
Michael, Kata hay entrada nueva
Sí, sí, Sra M.M, la mejor Edición ,por eso se acabó antes de tiempo sacando a toda pastilla a los muebles que quedaron en la recta final.Me temo que GH entra en una escalada que el siguiente hará bueno al anterior, pero en fin nuevos tiempos, nuevos redactores, recortes, prioridad de hacer caja creando bandas de "istas" etc...etc.Los que empezamos a ver GH ya adultos, y muchos de los que empezaron a verlo de jovencitos también, estamos descontentos y defraudados.
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